Hola como están se que me tarde un poco en actualizar, pero como algunos saben vengo de una familia de médicos y pues con todo lo que está sucediendo varios amigos se han contagiado. Y por otro lado se me juntaron los trabajos finales de unos cursos que tomo. Bueno eso es todo FELIZ NAVIDAD A TODOS.

Janet

Me dirigía lo más rápido que podía al hospital, después de que  Candy la ama de llaves me llamo al no poder comunicarse con mi hermano, íbamos lo más rápido que podíamos en el carro, por suerte cuando Candy me llamo me encontraba con Diana, y era ella la que ahora conducía ya que yo no dejaba de temblar y tratar de localizar a mi hermano.

Lo unico esperaba es que ella se estuviera viva, aunque después de que Candy me contará como la había encontrado una parte de mi lo dudaba, por suerte Diana mantenía la calma, aunque soltaba alguna lágrima de vez en cuando.

En cuanto cruzamos la puerta inmediatamente pedí información sobre mi cuñada, pero el medico que la atendía solo dijo que había que esperar y tal vez prepararse para lo peor. Inmediatamente me derrumbe en una de las sillas de espera le marque una vez más a mí hermano pero al ver que no contestaba lo arroje el celular lo más lejos que pude, mientras Diana trataba de tranquilarme.

— Ella estará bien, es fuerte ya veraz que saldrá de esta. — decía Diana mientras trataba de al culta algunas lagrimas.

— Es que no lo entiendo, porque lo hizo.

— Porque mejor no esperamos y mientras le llamamos a su familia, ellos deberían de saber lo que está ocurriendo.

— Ella no tiene famia Dina, siempre que le preguntamos sobre ella, Ana solo dice que no tiene pero no da más explicaciones,  así que su única familia somos nosotros,  y mi maldito hermano que no responde.

— De seguro debe estar grabando ya sabes que en esas cobinas no puedes entrar con el celular.

Sin decir más le pedí el celular a Dina ya que tenía que informarles a mis padres para que ellos le avisarán a los demás ya que todos querían a Ana, pero Diana se puso nerviosa y solo dijo que ella les informaría así que salió de la sala de espera a hacer la llamada.

Minutos más tarde toda la familia había empezado a llegar, pero seguí sin haber ninguna noticia de mi hermano, mi madre en empezaba a preocuparse por el, y mi padre había decidido ir a Neverland para averiguar que había pasado.

Mientras los demás solo esperábamos en la sala de espera, algunos rezando y otros llorando por ella.