4:Yo Siento.
Mi a mi mochila unos guantes de entrenamiento, una moda de ropa y una bufanda, la cerré y me dirigí al espejo donde contemple mi figura.
Se pongo que hoy me dedicaré hacer abdomen y algo de brazo, tal vez una hora como mínimo haciendo ejercicio, no quería tardar debido a que quería estar con mi compañero, el cual aun seguía dormido sobre mi cama.
Sonreí.
Yami jamás ha estado acostumbrado a beber alcohol y si lo hacía, siempre me aseguraba que fuera moderado, siempre lo vigilaba de cerca.
Pero ahora... Me confíe, y fue un estúpido error que hirió a Yami.
Tome una goma para el cabello y me amarre mi cabello.
Me coloque una camisa de tirantes negro, me coloque un gorra del mismo color, tomé mi mochila, me acerque a Yami para depositarle un beso en su mejilla sin que este se diera cuenta como aveces hacia, pero...
Lo vi moverse y balbucear cosas que no pude comprender.
Solté una pequeña risita y él abrió sus ojitos.
- Buenas noches. - Le susurre con una sonrisa.
- ¿Yugi?. - Su voz adormilada y borracha me causó ternura. - ¿Ya te vas?, ¿o acabas de llegar?. -
- Me voy pequeño, pero regresaré en una hora para cuidarte. - Él comenzó a negar, se comenzó a levantar tambaleante, tuve que detenerlo y lo volví a recostar.
- No. Tengo que irme. Mamá, mamá estará preguntando por mí, la voy a preocupar. -
- Tranquilo Yami, ya le avise a la señora Sennen que te quedaras conmigo esta noche. - Y no mentía pues después de mi llamada con Mai había contactado con la señora Sennen que su hijo estaba conmigo, por supuesto, ella no tuvo problema, me dijo que lo cuidara por ella pues su trabajo aún no terminaba en París.
Básicamente, ella no tenía tiempo para Yami.
Pero Yami, aveces solo balbuceaba entre sueños que su querida madre estaba en casa esperando por él.
Mi pobre chico, no merecía eso, pero bueno estaba yo con él para cuidarlo y protegerlo.
- ¿Mamá dijo que estaba bien?. -
Asentí.
Yami volvió entonces arroparse con mi manta y volvió a cerrar los ojos.
- Buenas noches. - Bese su frente y me retire.
Pasan 20 minutos, los cuales me toman para llegar al gimnasio donde me encuentro a Joey entrenando en ring junto con mi otro entrañable amigo Tristan.
- ¡Llegas tarde!. - Me regaño Joey mientras esquivaba un golpe de Tristan.
- Lo siento, estaba con Yami y ya saben cuando se trata de él es inevitable que me mantenga ocupado con él. -
Tristan silva de forma burlona y en ese momento le dio de lleno un golpe a Joey que lo hizo caer.
- ¡Gane!. - Declaro Tristan, el rubio solo gruñó. Con molestia.
- Tan injusto. - Dijo Joey.
- Si te concentras en tu pelea es más probable que ganes, que andar de vieja chismosa, Joey. -
Tristan me vio a mi.
- Va para los dos. - Aconsejo el castaño y bajó del cuadrilátero mientras yo dejaba mis cosas en un casillero para luego dirigirme al cuadrilátero para enfrentar a mi amigo el cual se puso a la defensiva.
- Pero, estamos hablando de Yami. Tu chico. - Dijo Tristan. - Por cierto, ¿cómo está?, hace tiempo que no lo veo después de conoció aquella chica de su escuela, dime, ya tiene novia. -
Di una patada hacia el aire, Joey la había esquivando y ahora intentaba taclearme pero lo detuve justo a tiempo.
- No, sigue soltero. - Conteste, sujete a Joey de sus ante brazos y midiendo mi fuerza comencé a darle rodillazos a su estómago para luego soltarlo.
Mi amigo rodó por el cuadrilátero y sacó un suspiro para luego levantar su mano y hacer una señal de que se rendía.
- ¿Enserio?, Yo pensé que tenía pareja, pues lo veía contento con ese chica.- Seguía hablando Tristan sacando unos papales.
- Digamos que esa chica solo era bonita físicamente pero fea por dentro. - Comenté bajando del cuadrilátero. Tristan arrancó una hoja y me la dio, era mi rutina de esa noche. - Lo lastimó. Terminó borracho y esta en mi casa en mi cama. -
- Wuo, Yugi, no pensé que fueras así. -
-Cierra la boca Joey, no pienses mal. - Dije. - Se quedó en mi casa descansando. -
- Oww ternurita. - Dijo Tristan. - El hermano mayor cuidando del menor. -
- Por desgracia. - Musite fastidiado de la idea del hermano mayor.
Yo, no quería que Yami me viera de esa manera.
- Vamos hombre. - Joey me da un golpe en mi hombro. - ¿por qué no le dices lo que sientes por él y quien sabe?, tal vez se queden juntos. -
-No todos somos tu Joey. - Comentó Tristan. - Tu tuviste suerte, ese cabeza de champiñon te aceptó como su pareja. -
- En mi defensa puedo decir que Kaiba se declaró a mi, no yo a él. -
- Al menos puedo envidiarle eso a Kaiba, él pudo confesarse yo no puedo. - Dije me recosté sobre una colchoneta y comencé con mis ejercicios de calentamiento. - Imagínate que tu mejor amigo te vea como tu hermano mayor y por no querer romper aquella relación, pues bueno, te tragas tus sentimientos como un vaso de jinebra y lo olvidas para interpretar ese papel. -
Suspiré.
- Diablos amigo, deberías hablar con Yami acerca de eso. Dile que tu no lo ves como un hermano menor, sino como una potencial pareja. - Me aconsejo Joey mientras sacaba una toalla para irse a ducharse.
- Lo hice, pero... Él no pareció comprenderlo. -
Mis amigos me vieron con pesar. Esos dos sabían lo que yo sentía por Yami durante años, pero Yami... Yami lo sospechaba, o al menos yo lo sentía así, ya que cada vez que quería hablar con él acerca del tema, él cambiaba de tema y eso me dolía.
Sospechaba que solo me veía como hermano mayor y no como algo más.
¿Debería de una vez hacerme la idea de que entre los dos jamás habrá algo?
Ugh, mierda.
*Continuará....
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