No me puedo creer que este haciendo esto, me siento tan incómodo haciendo esto, una parte de mi corazón duele al ver como mi compañero pone ojos de cachorro cuando ve a la única persona que le gusta en el instituto, no se si estoy decepcionado de que no eligiera a otra persona o de que no se a fijado en mi, creo me duele más la primera opción, pues la segunda siempre la he sobrellevado.

— No creo que esto sea lo correcto. — Le susurro sin temor alguno, mientras   atraigo su atención cuándo tomó su mentón y delicadamente lo atraigo a mi.

— ¿Por qué lo dices?, me gusta mucho. Y estoy seguro de hacer esto. — Me enseña la carta que posee en sus manos. Pues si que va enserio esto, él ya se decidió y yo no puedo evitarlo, no sin hacer una locura.

Yami, es un chico de primer año que conocí cuando pase a tercero de preparatoria, en uno de esos días en los que tu vida es una completa mierda, crees que el destino conspira contra ti y que todos están sobre ti como miles de abajas picandondote  en todas partes del cuerpo.

Ese día me iba de la mierda, pensaba que el mundo se me caía encima. Estaba fastidiado he increíblemente apareció él o mejor dicho, se chocó conmigo.

Y desde la primera vez me fue inevitable no gustar de él.

— ¿Muy seguro de hacer esto?. — Le preguntó nuevamente, él asiente con eficiencia, se le ve alegre y eso me duele.

— ¡Estoy emocionado!. — Me dijo ilusionado y eso dirritio mi corazón, le diría que tuviera cuidado pues Martha era una bruja en muchos aspectos.

— Yami... — Iba a decirle todo lo que sabía de Martha, no iba a dejar que Yami tuviera el corazón roto de una mujer que no lo merece. — Martha es... —

—¡Ahhh! ¡Yamito!. —

Hice una mueca de fastidio y de resignación. Era muy tarde para decirle cuando vi a la peli-roja colgada del cuello de mi amigo mientras lo abrazaba con una sonrisa falsa.

— ¿Listo para salir?. — Le preguntó.

—¡Por supuesto!, te llevaré a un lugar muy lindo. — Dijo Yami.

— Yo falto aquí. — Me fui después de darle una última mirada a Martha, esta me respondió con una llena de bruja, ella sabía que me gustaba Yugi.

Bruja.

Cuándo estuve un poco lejos de ellos, saqué mi teléfono y le mande un mensaje a Yami diciéndole que hiria a su casa en la noche para hablar.

Y para saber que tal había ido su confesión.

*Continuará...