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La calefacción llevaba un mes de haberse estropeado dentro de aquella oficina, sin embargo, el problema no era exactamente eso, era justamente en que temporada ocurrió. No hubiese importado si hubiera ocurrido en temporada de invierno, pero que se arruinará justo en verano, cuándo el sol estaba en su gran esplendor; era cómo vivir en el mismísimo infierno.

—¡Ahhh! ¡Imposible!

El silencio tan armonioso que se había conseguido dentro de aquella oficina, había sido completamente estropeado por aquel golpe tan abrupto sobre el escritorio.

Tranquilo Yogi. —Se escucho una risa satisfecha tras ver cómo el pelinegro había arrugado su entrecejo.

Cierra la boca café, no estoy de humor. —Escuchar aquel apodo había sido realmente fastidioso.

Namjoon reventó a carcajadas dando giros en su silla mientras quitaba sus gafas y frotaba el puente de su nariz.

—Vamos Yoongi, no seas un gruñón, alteras la tranquilidad de está linda oficina.

—Linda mi verga, ésto es el infierno. —Refutó escondiendo el rostro entre sus brazos que hacían cruzados sobre el escritorio.

Estoy seguro que tú verga no es bonita.

—¿Quieres ver? —Levantó un poco su cabeza, sonriendo con burla y satisfacción al ver el asco en el rostro de su amigo.

Eres un asqueroso. —Namjoon arrastró la silla de vuelta a su lugar, tratando de ignorar la gran sonrisa burlona de Yoongi.

La última vez que le había seguido el juego, alguien le había ido con el chisme a Hyejin diciendo que su novio estaba jugando a las espadas con su compañero, paso la vergüenza de su vida cuándo su prometida casi lo deja sin herederos por querer ir a buscar al tipo que le quería robar a su moreno.

—Eres tan cruel, me rompes el corazón.

—Y a mi Hyejin me va a romper los huevos, si le vuelven a ir con el chisme de que soy gay ¡No quiero morirme sin dejar descendencia primero!

—Cómo si ser gay fuera una enfermedad.

Rodó los ojos levantando su cuerpo para dejar desplomarse en el respaldo de su silla, lanzando una pelota de esponja de estrés al aire.

Amigo, no tengo nada en contra de tus preferencias, pero Hyejin me da miedo, y lo siento, pero quiero vivir al menos hasta los cuarenta.

—Collon. —Escupió con fastidió.

La mancha verde con café en el techo, parecía lo más interesante en esos momentos que los mensajes que le caían con gran insistencia en el chat de la computadora.

Cerró sus ojos tratando de ignorar aquel sonido de campana tan irritante. Podía imaginar cómo cada mensaje caía cómo un bombardeo sobre su cabeza.

¡Ahhhh, no tiene a quién más fastidiar!

Gruñó lanzando la pelota contra la cabeza de Namjoon, arrastrando su silla de vuelta al cubículo que era su escritorio, presionando sin ningún cuidado la tecla enter.

—Imbécil, deja de lanzarme cosas. —Yoongi río atrapando la pelota en el aire sin despegar su mentón que descansaba sobre su puño.

Con claro aburrimiento deslizó el mause por aquella almohadilla de pacotilla que no le ayudaba en nada a que el puntero se deslizara con facilidad.

Golpeó el tacón del botín contra el suelo, buscando una forma de obtener toda la paciencia del mundo y no tomar aquel monitor para dejarlo cómo sombrero en la cabeza de su jefe.

¿Qué pasa amigo? Ya es el quinto suspiro que das. —Sin intentar ocultar su decepción, giró su silla soltando un nuevo suspiro. —Sexto.

—Nam ¿Puedes ir a ver a Jungkook hoy?

—¿Te quedarás hasta tarde? —Yoongi asintió jalando su rostro con sus manos. —De acuerdo.

—Sólo asegúrate que coma bien y vaya temprano a la cama.

—Lo haré ¿Algo más? —Negó frotando sus ojos con brusquedad. Sentía un gran picor debido al cansancio y aburrimiento.

Solamente dile que lo quiero, no dormirá si no lo escucha.

—Aww eres tan adorable. —Tiró las manos del moreno, quitando los dedos que pellizcaban sus mejillas sin su autorización.

Púdrete. —Sacó su dedo medio, estrellando esté contra el rostro del más alto.

Namjoon soltó una carcajada apartando su mano, sin esperar más, recogió la chaqueta del respaldo de su silla; tomando la pequeña mochila que reposaba en el suelo.

Nos vemos mañana entonces amigo.

—Si. —Regresó su atención a la pantalla, golpeando su frente contra el teclado al ver que aquella página aún iba cargando en un 5% —Debí ser mejor un actor porno.

El piso pronto fue quedándose más vacío, dejando únicamente a Baekhyun y Yoongi, quién había intentado no lanzarse por la ventana en desesperación.

¿No ibas a ir a casa hoy? —Levantó su vista por encima del cubículo, logrando ver a penas la cabellera negra del pálido.

¿Y tú? —Devolvió.

Aún no termino mi trabajo. —Levantó una hoja sacando una pequeña sonrisa de Yoongi. —¿También tú?

El capitán me dio más trabajo ¿Muy amable verdad?

Baekhyun soltó una pequeña risa, acomodando su postura nuevamente. Yoongi por su parte tomó con pereza la taza que había sido regalo de parte de Namjoon y su novia, soltando un suspiró lleno de resignación, necesitaba café.

Definitivamente aquella noche iba a ser muy larga y pesada, con suerte lograría llegar a casa para asegurarse que su hermanito estaba bien.

A veces odio mi trabajo.

Con resignación, apoyo su mejilla sobre la palma de su mano, dando un sorbo a su taza; probando el sabor amargo del café mezclado con lo dulce de las tres cucharadas de azúcar, esperando que aquel asqueroso sistema pasara del 35% a 100.

A las 4 AM las únicas personas que llegaban a casa eran los borrachos y Yoongi. Quién caminaba en piloto automático por los pasillos de aquel edificio andrajoso en el que vivía.

La madera de las escaleras crujía bajo sus botines, siendo imposible cumplir con su misión de conservar el silencio del lugar a esas horas de la mañana. Frunció su ceño molesto, comenzando a pisar con brusquedad de dos en dos los últimos escalones del primer nivel.

Odiaba el hecho que el elevador de aquel lugar estuviera arruinado desde hace años, y aunque pagaran por el servicio el gerente del lugar no parecía tener interés en arreglarlo, no cuando había comprado un auto nuevo el año pasado, por lo que su única manera de llegar a su número de apartamento eran aquellas escaleras viejas; encima no sabía a ciencia cierta en que momento el pie se le iba a ir entre un escalón de aquella madera apolillada.

Pudo respirar tranquilo cuándo llegó al quinto nivel, viendo con la poca luz que entraba por las ventanas del pasillo su puerta, tenía el número 201 pegado, o al menos parte de el, porque el número 1 sólo tenía la silueta dónde alguna vez existió.

Por fin en casa.

Con los ojos llenos de cansancio, logro enfocar la cerradura y poder lograr meter la llave, dejando su cabeza apoyada sobre la madera, tratando la manera de no dejarse caer y dormir en el pasillo. Abrió con cuidado tratando de hacer el menor ruido posible, cerrando la puerta tras su espalda observando la oscuridad en la que estaba bañada el apartamento.

Dejando la mochila tirada en el sofá, caminó con pereza hasta su habitación, encontrando a un pequeño niño de 7 años acurrucado en su cama, abrazando con brazos y piernas aquel peluche en forma de jirafa. Se veía tan adorable ante sus ojos.

—Soy un pésimo hermano mayor. —Quitando la chaqueta en el proceso, tomó asiento en la cama para quitar los botines.

El pequeño cuerpo parecía absorto de su alrededor, durmiendo con la total confianza del mundo, mientras su mente estaba quizás en el mundo de las golosinas, ignorando que en su realidad estaban en la completa quiebra. Yoongi se sentía tan culpable, aunque se matara cómo burro en el trabajo, no era suficiente para conseguir aquel aumentó que venía pidiendo hace tres años atrás.

Momentos cómo estos, era en dónde el odio hacia sus padres volvía a hacerse presente en su pecho. Si no hubieran ido a ese estúpido viaje a Cancún no habrían muerto en aquel choque contra un camión de vacas, todo por estar subidos de copas. No solamente habían usado el dinero ahorrado para la universidad de Yoongi, si no que además, dejaron cómo herencia una gran deuda sobre sus hombros.

Sumándole el cuidado de su hermanito menor, el pequeño Jungkook, quién lograba ver apenas unas horas en el día. La única razón de aguantar la explotación de su jefe, y agradecer un miserable sueldo, justo ahora estaba durmiendo plácidamente con un pijama de dinosaurios, estrujando el cuello del pobre peluche.

Te prometo que te sacaré de este lugar, y buscaré un mejor hogar para los dos.

Con bastante lentitud se acomodó detrás de su hermanito, arropando a los dos y dejando un pequeño besito sobre su cabellera negra. El menor entre sueños se giró hacia él, atrapando entre sus bracitos el cuello del mayor, montando una pierna encima de su cuerpo, aferrándose cómo un bebé koala.

Descansa pulga.

Beso su frente sonriendo con ternura cuándo noto que su hermanito arrugaba y movía con bastante gracia el botón que era su naricita.

Apartando cualquier pensamiento en dónde se recriminaba y echaba completamente la culpa, se dejó caer en los encantos del sueño, sonriendo cómo un bobo al correr en dirección a un helado gigantesco de fresa a mitad de aquel campo de malvaviscos.

Ojalá la realidad fuera así de sencilla y fantástica cómo sus sueños de caramelos.

Dónde podía acostarse plácidamente sobre algodones rosados, demasiados suavecitos y esponjocitos según sus mejillas. Aquello le recordaba a su bonito, tierno, y dulce ex novio. Quien tenía un alma aventurera, seguramente ahora estaría a millones de kilómetros de él, explorando cualquier lugar del mundo.

Yoonie~

—Mhmm ño... —Se aferró con más desespero aquella nube esponjocita.

Restregando su mejilla contra la suavidad, absorbiendo el dulce aroma, que poco a poco fue remplazado por un olor a pan quemado.

¿Pan quemado?

Abrió de golpe sus ojos, desorientado se levantó de la almohada, pasando sus ojos por toda la habitación hasta chocar con un adorable rostro, siendo sostenido por unas manitas sobre sus mejillas a la orilla de sus pies.

Yuyun ¿Ya estás despierto?

—Si, ya estoy despierto pulga. —Restregó sus ojos dejando salir un gran bostezo. De pronto aquello que había sido el causante de que sus sueños se derrumbaran parecía tomar protagonismo una vez mas, alzando la nariz, buscó cualquier indicio. —¿Por qué huele a pan quemado?

—¿Pan quemado? —Jungkook golpeó sus propias mejillas al darse cuenta. —¡ME OLVIDE!

Dando un saltó en la cama cómo un resorte, el pequeño corrió a tropezones, saliendo cómo una pequeña bala de la habitación. Yoongi tiró las sábanas, desenredando sus pies para salir corriendo tras su pequeño hermanito.

Llegó demasiado tarde, cuándo se dio cuenta que Jungkook ya estaba lanzando agua al tostador con su pistola de juguete, logrando que sacara chispas.

Pulga espera, no, no, no toques nada. —Tomó al pequeño entre sus brazos, dejándolo lejos de la cocina.

—Pero Yuyun...

Yoongi buscó entre los cajones de la cocina el extintor cuándo el pequeño tostador decidió prender fuego, Jungkook colocó sus manos alrededor de su boca, dando saltos mientras empezaba a gritar de manera divertida.

¡Fuego! ¡Fuego Yuyun! ¡Niinoo, niinoo, niinoo! Llamen a los bomberos ¡Niinoo, niinoo!

Tiró el tanque rojo a un lado al darse cuenta que estaba vacío. Sacó su playera comenzando a dar golpes contra el electrodoméstico, cubriendo su nariz y boca con la parte inferior del brazo. La habitación se había llenado de humo, empezando a llamar la atención de los vecinos. Un claro ejemplo: la señora Misun, quién insistía en golpear a su puerta.

¡Señor Min, está bien! ¡Señor Min! ¡Señor Min!

¡Niinoo, niinoo, niinoo!

Justo ahora lo único que quería era dejarse consumir por las llamas y así acabar con su miserable vida, pero no podía, por el hecho que una vida mas corta dependía totalmente de él, los alaridos de Jungkook resonaban en su cabeza, siendo acompañados por los gritos tras su puerta.

Logró apagar el fuego justo en el momento que el señor del apartamento de abajo tumbo su puerta al suelo, la señora Misun corrió hacía la ventana, dejando que el humo saliera y se disipara del lugar.

¿Se encuentran bien? —Asintió limpiando el sudor de su frente.

Jungkook... ¿Estas bien? —Tomó a su pequeño hermano entre sus brazos, enterrando sus dedos entre los cabellos ajenos.

Yuyun... —Aferró sus manos tras su cuello, dejando reposar su cabecita sobre su hombro. —Yuyun es un héroe.

Renunció a ser uno, pulga.


Aquella mañana había tenido más acción que lo que había tenido en una semana, había dejado a su pequeño hermano en la escuela después de decidir comprarle algo en la calle para el desayuno. Por supuesto que no se enorgullecia por eso, pero habían perdido una hora tratando de apagar el tostador y arreglar la puerta que había sido tumbada, otro gasto inecesario penso el pelinegro.

¿Por qué las caras largas? —Preguntó curioso Namjoon al ver cómo Yoongi se había desplomado en su asiento.

Jungkook casi incendia el apartamento, y me tumbaron la puerta, así que ahora tengo un gasto más. —Soltó con fastidio, encendiendo aquella máquina tan lenta.

¿Jungkook? Pero si es un niño bien portado, no mata ni una mosca, es imposible que provoque un incendio.

Eso no dijo el tostador ¡Ash! Encima nos quedamos sin tostador ahora tambien.

Tu vida es muy triste. —Bromeó el moreno, regresando a su sitio de trabajo.

Lo es. —Susurró con amargura.

¡ENCIENDAN EL TELEVISOR! —Aquel grito había llamado la atención de todos los presentes, algunos incluso se habían levantado de su asiento para ser mejor espectador.

¿Qué pasa Luhan? ¿Cuál es el alboroto? —Preguntó curiosa Azumi.

Chocando contra el escritorio, Luhan se apresuró a tomar el control del televisor que yacía en la pared por encima de las cabezas de todos; cuya pantalla comenzó a reproducir pronto las imagenes de aquel noticiero.

Después de un año y medio de aquella tragedia ocurrida dentro del bosque Aokigahara, conocido como el bosque de los suicidas, se reporto la desaparición de la jovén Shin Sayuri, quién tiene tan sólo 20 años de edad, fue vista por última vez la noche del martes pasado...

Algunos habían quedado boquiabiertos, otros no habían prestado tanta atención, Azumi tomó el control para bajar el volumen, llamando la atención de Luhan.

¿Qué tiene de extraordinario? Llegaste tan frenetico por encender el telévisor.

Porque escuche que recibieron una llamada por parte de Shin Sayuri, dando un tipo de coordenas.

Bien, pueden encontrarla, si la chica dio su ubicación no esta desaparecida. No veo el por qué del alboroto.

—La razón del por qué vine aquí tan frenetico, es porque se trata de la hermana menor de Shin Yu-na. —Respondió Luhan.

—¿Y? —Preguntó desinteresada Azumi, no se extrañaba aquella actitud poca interesada y tosca, la mayoría ya estaba acostumbrado a que su compañera fuera una antipatica.

Shin Yu-na fue reportada desaparecida hace año y medio. —Interrumpió Namjoon, llamando la atención de todos los presentes, incluso Azumi había mostrado interes en aquello.

¿Cómo?

El caso de Yu-na causó una gran controversia en Japón debido a que sus padres reportarón su desaparición después de una semana, lo cuál fue bastante extraño el porque tardaron tanto en darle aviso a la policía. Cuándo se dio a conocer su paradero, se hizo el recorrido dentro del bosque Aokigahara, encontrando su cuerpo descuartizado enterrado en el centro de aquel lugar, seis meses después salió a la luz que el mismo novio había sido el protagonista de aquel crimen.

—Pero ¿Por qué la hermana tendría que ir ahí? Si ya han sacado el cuerpo de la chica.

—Seguramente eso es lo que tendran que investigar.

Yoongi había regresado la atención a la pantalla de su computadora, en aquel momento había recordado el porque Namjoon conocía tan bien aquel caso. Al haber fallado en un resultado positivo, Namjoon había dejado la polícia de Japón por la polícia surcoreana.

Pronto el lugar quedo en silencio después que el teniente de aquel departamento entrara con cara de pocos amigos, guardando bajo su brazo un sobre. Mostrando una posición firme y llena de poder, quedo de pie a unos cuantos pasos de la puerta.

Kim Namjoon, a mi oficina.

Tanto Yoongi cómo Namjoon compartieron miradas confundidas, pero aún así el moreno atendio aquel llamado, siguiendo de cerca al teniente hasta perderse tras la puerta. El pelinegro sentía gran curiosidad, era completamente extraño que el teniente mandase a llamar a alguien de esa forma, y más llevarselo de la oficina.

¿Qué estaba ocurriendo?




💀

Arrancamos esta historia con el primer capitulo
Espero que puedan darle la oportunidad y el apoyo.

Publicado:
15/11/2022

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