Soy el cordero de mi familia,
ellos me quieren quemar en la hoguera.

Soy el cordero de mi familia,
me quieren quemar en la hoguera para hacer que llueva.

Dicen que creen en dios y por eso
seré yo el sacrificio
así que
en mi pecho
van a enterrar una estaca
y partirán mi vientre a la mitad.

Dejarán que los cuervos vomiten el desayuno sobre mis vísceras.

Dejarán que las mariposas sean mi aureola
porque mi cerebro estará chorreando sangre

y yo solo seré el maldito sacrificio
porque soy la sangre de la sangre de su sangre

y para los dioses
el primogénito del primer hijo
es el mas rico,
el mas delicioso festín.

Toma, cómete mis órganos.
Si bailas alrededor de mi cadáver
desnudo, seguro harás que llueva.

Toma, come la carne de mis piernas.
Si bailas alrededor de mi cuerpo
desnudo, seguro harás que gire la Tierra

y así mañana
será un nuevo día.

Y así mañana será un nuevo día
donde mi espíritu será cremado
en nombre de la humanidad

porque mi alma se desintegró
hace siglos atrás
porque no quise dar mi primera comunión

y maldije el día de mi bautizo.

El sacrificio soy, lalalá.
El sacrificio seré hoy, lalalá.
Para que caiga la lluvia, lára-lá.
El sacrificio seré yo.

Y aunque la sangre escupida por mi garganta se seque
en el suelo, en el suelo no saldrán árboles de dinero
y mis cenizas no podrán servir en el incienso

así que solo he sido
un simple homicidio.

Un simple sacrificio
hacia ningún dios en específico.
Quizás es por eso,
quizás es por eso que no llovió,
quizás es por eso que no llovió dinero.

Quizás es porque no existe dios.