DESASTRE
Y como el nombre lo dice, esto es un desastre, una ruptura sonada de esas que no nos gustan, espero hacer algo pronto que me quite el mal sabor de esto pero por ahora esto salió y me niego a quedármelo, la culpa en parte es Pimpinela, por azares llegué a esa música en spotyfy y pues esto salió, perdonen por ponerlo en este fandom pero ¿Qué puedo decir? escuchar a los hermanos Galan peleando fue como ver a Seto y a Joey discutiendo.
Capítulo Único
Por Lucila Wheeler.
—¿El señor quiere otra cosa
—No, recojan la mesa, iré a dormir.
Joey había preparado una cena de aniversario, él mismo había cocinado y preparado la mesa, Mokuba había planeado quedarse en casa de un amigo solo para dejarles la mesa sola, le había tomado dos mese preparar el menú, elegir la loza, los adornos, llevaba dos días cocinando, todo estaba listo... y Kaiba decidió quedarse toda la noche para preparar la junta de mañana.
Joey estaba sospechando que su esposo le era infiel sin embargo no tenía pruebas y cada que había hecho alguna trampa visitándolo de improviso a la empresa estaba ahí trabajando con carpetas y papeles por todas partes y cartuchos de tinta por todos lados, ojeras y café; si Kaiba tenía otro amor, era su trabajo, lo había encontrado en las construcciones de sus parques o de aquella academia ensuciándose de ser necesario, era un apasionado y esa característica que en algún momento Joey amó e incluso alentó, ahora le resultaba totalmente fastidiosa.
El celular del rubio había sonado, pero eligió bañarse en lugar de revisarlo, estaba enojado, triste, decepcionado; al ver el teléfono vio el mensaje.
"¿Estas solo?"
Torció la boca, no siempre le contestaba, pero ahora de verdad necesitaba desahogarse, dejó que las lagrimas rodaran, le contó todo, las quemaduras y cortadas por estar cocinando para él, las semanas de preparación, el regalo de aniversario que se quedó en la mesa botado y lo miserable que se sentía al verse abandonado por su esposo, no supo si escribió bien o mal, ni siquiera le interesaba guardar su vocabulario como normalmente lo haría.
"Yo jamás olvidaría nuestro aniversario, te haría el amor todas las noches, nunca me extrañarías porque estaría siempre para ti"
Pasó la lengua por los labios, siempre lo había rechazado, incluso le había dicho a su esposo que no le hablaba más, y sin embargo creyó esa frase porque, aunque no contestara todas las noches y todas las mañanas tenía sus saludos, y quiso eso, por una vez en su vida lo deseó, tener alguien que lo despertara con un beso, que lo abrazara y con quien hacer el amor, siempre se sintió cobarde para dejar a Seto, pero esta vez, solo por esta vez, lo deseó.
"Si te atrevieras a dejarlo, yo te amaría como él no sabe amarte"
Y Joey contestó: "Si me lo pides, mañana me voy contigo"
"¿Por qué mañana"
Y Joey contesto: "Por que quiero ver que excusa me va a poner ahora, porque ya no lo soporto, porque ya no lo amo y quiero que lo sepa" y envió, y siguió: "Porque, aunque él siempre creerá que fue él quien dio todo por mí, siempre me obligó a esperarlo, porque estoy cansado de esperar y esta vez quiero que sepa que hizo mal, que se disculpe y así poder irme"
Ya no le respondió, no importó porque Joey había lanzado el teléfono y había llorado hasta dormir.
En la mañana Seto no había llegado, la cama estaba vacía, no había rastros de su olor excepto el de su almohada, seguramente seguía en el trabajo, suspiró y arrastró su ser hasta el baño, revisó el teléfono recordando a su admirador que no había respondido, ni siquiera tenía los acostumbrados "buenos días hermosura" pensó en enviar un mensaje a Seto pero no, se negó a saludar a alguien que ni siquiera recordaba su aniversario, pensó en saludar a su admirador por una vez lo hizo, debía disculparse, lo había usado para descargar su furia y seguro se sentía mal por ello, le envió un "Ten un lindo día, disculpa lo de anoche" esperó y no recibió respuesta, fue al baño y después de un baño de tina decidió lo que su temor siempre le decía, que Kaiba trabajaba para él, en realidad aún tenía miedo de dejarlo, llevaban tanto juntos que no podía imaginarse la vida sin él; salió más relajado o fingiendo estarlo, se vistió y fue a la cama, Kaiba estaba allí, despeinado, con la corbata a medio nudo y sin saco, para un Seto normalmente pulcro, es estaba bastante desalineado,
—Hasta que se digna a bajar el señor.
El tono sarcástico de Seto no pasó desapercibido para Joey —¿Qué te pasa? ¿Ahora que se supone que hice? —Aun estaba en la última escalera, estaba indignado, era él quien se había quedado plantado con la cena de aniversario.
—¿Tú? Nada, ¿sabes quien hizo? Ese estúpido "admirador" que te habla, que te dice lo hermoso que eres.
Seto sonaba enojado, al acercarse Joey percibió un leve olor a alcohol, entonces dedujo que sí había llegado anoche, pero se había metido a la cantina en el salón de la casa, el rubio pasó la lengua por sus labios, estaba nervioso, tragó saliva, pero trató de mantener la compostura y seguir escuchando. —¿Qué pasa con él? —Caminó hasta el comedor donde un desayuno estaba dispuesto, normalmente tenía un menú preparado para que estuviera listo para las 7:00 am todas las mañanas, así que empezó a servirse en lo que Kaiba seguía reclamando.
—Ese idiota que se aprovecha de que estoy trabajando para confesarte su amor.
—Sí, sí, ya entendí de quien hablas.
—¿Sabes lo que hizo? Se atrevió a llamar a la empresa para decirme que le habías confesado que si él quería me dejarías para irte con él
Los músculos de Joey se tensaron, guardó silencio, estaba demasiado nervioso, se suponía que había cambiado de opinión, no entendía como es que se había atrevido a llamarle, entendió que por eso no le había contestado el ultimo mensaje, al fin solo pudo responder —¿En serio eso hizo? Pero hace mucho que no le respondo los mensajes.
—Dijo que estabas harto de vivir con alguien que a duras penas recordaba que estaba ahí y que te asfixiaba estar a mi lado, qué tontería ¿no? —Enojado, Seto se sentó a la mesa para comer pan tostado y un poco de café y aun así trataba de mantenerse frío ante la situación, sin embargo, el alcohol en su sangre le impedía mantener la compostura. —Maldito cobarde, ni siquiera se atreve a dar la cara.
—Seto, ni lo conozco, como dices, es un cobarde que jamás dará la cara, solo olvídate de eso. —Joey picó la fruta sintiéndose culpable, no podía creer que lo hubiese hecho, estaba enojado, pero nunca creyó que se atrevería a llamar a su esposo, eso estaba fuera de toda lógica.
—Dime, ¿en verdad crees que puedes dejarme, así como así?
Ninguno de los dos comía, solo hablaban mirando fijamente el desayuno.
—No ves más allá de tu nariz, Seto, ese tipo lo que busca es esto —trató de mantenerse tranquilo— que peleemos, nos quiere hacer daño y tu no te das cuenta, solo olvídate de él, como si nada hubiera pasado.
—¿No vas a reclamarme por no llegar anoche? —preguntó cambiando el tema radicalmente, demasiado serio para el gusto del rubio —Era nuestro aniversario, debí estar aquí para celebrarlo.
—¿Celebrar qué? —Respondió Joey molesto, interrumpiéndose con el jugo para no decir algo indebido.
Seto suspiró —¿Por eso me vas a dejar? porque no soy capaz de...
—Dije... —el rubio suspiró, estaba controlándose para no continuar peleando— Olvídalo, por favor, solo olvida todo, finjamos que no pasó nada.
—Soy yo —confesó el castaño al fin— Ese estúpido que te manda mensajes todas las mañanas, soy yo, Joseph, soy yo al que le confesaste que estabas harto de mí.
Joey tiró los cubiertos, no lo dudó ni por un minuto y menos cuando Seto sacó un celular de su pantalón y se lo puso enfrente con su único chat, miró el aparato y luego a Seto, no había forma de negarlo, se lo había dicho anoche.
—¿Tan horrible fue mi error que no me puedes perdonar? Si aun podemos arreglar lo nuestro solo dilo, no sé cómo te hartado si me la vivo trabajando para darte todo, sabes que nunca te he fallado.
Por una vez Joey vio a Seto llorar, escuchó incrédulo, aquello no era una disculpa, aunque había mencionado la palabra "perdón" seguía reclamando y aun no entendía, pero Joey sí, o al menos eso creía —¿No sabes como llegaste a hartarme? No, es que yo no entiendo como puedes incluir "nunca te he fallado" y "me la vivo trabajando" —Ahora sí empezaba a subir el tono de voz— ¡nunca me has fallado! ¡pero si te la pasas trabajando! Ya ni recuerdo la ultima vez que me tocaste, aun te espero, pero ya me cansé de esperar a que respondas cuando te hablo, estas tan sumido en tu mundo que ya no me tomas en cuenta para nada. —los ojos del rubio estaban abierto, mostraba el reproche y aunque no estaba enojado si estaba cansado de callar por miedo a perder.
—¿Qué es lo que quieres, Joey? dímelo, ¿en qué te he fallado? ¿te faltado al respeto? Si he estado trabajando, pero siempre te he dado tu lugar, todos saben que eres mi esposo y te dicen "señor" ¿qué te falta? No seas ridículo, siempre me he preocupado por ti.
—Quiero que lo demuestres, no me sirve que digas que me amas o que me des mi lugar ante la sociedad si en privado no me lo demuestras, si todo el tiempo estas ausente, en tu mundo, en tu trabajo, no me sirves, estoy harto —se levantó riendo, parecía desquiciado, como si algo hubiese sido desconectado en su cabeza— Me largo, me largo de ti, hoy me iré a donde sea y mañana empezaré de cero, que bueno que me dices que ese tipo eras tú, ahora veo que no tienes el valor de decirme de frente que me amas.
—Si te vas no me volverás a ver. —El puño de Seto hizo rebotar los platos —Todavía estas a tiempo de arrepentirte, Pídeme perdón y olvidaré todo.
—Me arrepentí, quise fingir que no me habías fallado una vez más, quise fingir que aun había ese amor que ya se acabó, en verdad yo quería seguir enamorado de ti, pero se acabó, si creías que estaba contigo por dinero y por eso conseguías más y más, entonces te digo ahora, estas equivocado, tu me das lo que se puede comprar, lo que yo quería era a ti, no lo que me podías dar y nunca lo creíste, pues bien, se acabó.
Y aunque el rostro de Joey estaba empapado en lagrimas y en su frente se veía el dolor, no podía más que reír a carcajadas, como si se burlara de sí mismo, como si con aquellas risas pudiera ocultar el dolor tan evidente que estaba sintiendo.
Y Kaiba estaba sentado meneando el café frio que seguía en su taza, con la vista fija mientras el que amaba con tanta fuerza le decía que ya no lo amaba, todo había perdido sentido y valor, no tenía fuerza ni para detenerlo.
Y los dos supieron que se acabó, y Joey se fue en ese momento como llegó, con lo que traía puesto y Kaiba se quedó como antes de que ese rubio llegara a su casa, solo.
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