Amanecer
Los rayos del sol iluminaban aquella habitación donde habían disfrutado tanto la noche anterior y se habían demostrado el amor que se profesaban el uno por el otro. Sí, al fin estaban juntos y nada les podría separar.
Hinata se despertó, agarrando la sábana y tapando su pecho, aún le daba algo de vergüenza el mostrarse así frente a otra persona, más aún si era un hombre, y muchísimo más si esa persona era aquella con la que, hacía unos días, había prometido unir su vida. La luz la encandiló un poco y fue abriendo los ojos de forma muy lenta, mientras admiraba a su esposo, que yacía dormido en la cama tras una larga demostración de amor y pasión a partes iguales.
Sonrió extremadamente feliz y complacida. Si alguna vez tuvo dudas acerca de lo que Naruto sentía por ella, fue disipada hace mucho cuando comenzaron a salir y erradicada por completo tras hacerle el amor de la forma más lenta y pasional, centrándose en el placer de ella y en sentir cómo ella disfrutaba del contacto tan íntimo que tenían. Al final, no podía evitar pensar que todo lo que ella había pasado, el dolor que había sentido cada vez que el rubio proclamaba abiertamente su amor por Sakura, los menosprecios que había sufrido por enamorarse de Naruto, el sacrificarse en la batalla con Pain sin saber si sobreviviría a tan terrible enemigo, el hecho de apoyarle en la Guerra cuando su amado había perdido toda esperanza y estaba dejando de creer en su propio camino ninja, cuando vio cómo Naruto portaba una bufanda que pensó que era de una admiradora, el cómo tuvo que romperle el corazón para intentar rescatar a Hanabi de las garras de Toneri y todo lo que pasó en la luna... Todo, había merecido la pena porque le había llevado de lleno a sus brazos.
Se levantó suavemente de la cama, intentando no despertar a Naruto y se fue al baño a arreglarse un poco. Su corazón latía frenético, nunca había estado tan contenta. Al final podía decir orgullosa que estaba caminando al lado de la persona que ella amaba con todo su corazón. Ya no tendría que fingir estar bien, ni poner buena cara. Esta vez, era pura y genuina alegría lo que sentía.
Preparó la bañera y se sumergió en el agua, exhalando un suspiro cuando el líquido elemento contactó con su cuerpo. El baño le estaba dando energías nuevas y la fuerza necesaria para encarar a un esposo necesitado de amor. Porque de lo que estaba segura era que aquel día no había hecho más que empezar. Y realmente ella deseaba estar de nuevo con su Naruto.
Se secó el cuerpo y, sigilosamente, se sentó en la cama, sin hacer ruido, volviendo a taparse con la sábana con la intención de seguir durmiendo. Pero un brazo la agarró por el pecho y sintió como un peso se posaba sobre su hombro izquierdo. Hinata se sonrojó suavemente y sonrió mientras disfrutaba del abrazo que le estaba dando su hombre
— Buenos días, mi amor. - dijo Naruto, con un tono de voz extremadamente meloso. Él había sufrido mucho también en el pasado, pero ahora sabía que tenía una compañera de vida que estaría a su lado todo el tiempo que él quisiera. Y, si dependía de él, ese tiempo sería eterno. — Anoche lo pasé muy bien contigo... ¿Quieres repetir?
Hinata no fue capaz de contestar, simplemente asintió con una sonrisa y se dejó llevar hacia la cama por Naruto, preparándose para otra ronda de amor.
Sí, aquella luna de miel iba a ser muy, pero que muy placentera para ambos.
Bueno, he vuelto. ¿Mi excusa? El trabajo ha consumido mi tiempo y mi energía, y ahora que necesitaba una vía de escape para olvidarme de todo lo que está sucediendo en mi vida... Recordé que, en una ocasión, la escritura me ayudó a evadirme de todo lo que me rodeaba y a sobrellevar situaciones negativas en mi vida.
Ni siquiera prometo actualizaciones frecuentes, escribiré cuando sienta la necesidad de recordar por qué me gustaba esto tantísimo. Ha pasado año y medio desde la última actualización de una historia y necesito recuperar el toque. Igual en el futuro retomo historias en borradores... Pero de momento, estoy contento con haber publicado esto.
Poco más tengo que decir. Así que... ¡Nos vemos!
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