Al fin llega el hombre a su apartamento. Un espacio pequeño equipado apenas con lo básico. Su paraíso en medio de el estrés del trabajo y el bullicio de las calles. Al cerrar la puerta, respira la tranquilidad e intimidad de un lugarcito para relajarse con una buena taza de café.

Ya entrada la noche. todos se han dormido. No hay ni un solo ruido.

Qué silencio. Silencio largo y vacío... Lo escuchas?...

Tic tac. Tic tac. Tic tac.

Él murmullo de las manecillas del reloj.

Hace unos minutos que el hombre se acostó.

Tic tac, tic tac, tic tac...

Las manecillas taladrando la oscuridad y su paz.

Tic tac. Tic tac... Tic tac...

Una vez y otra más. Las manecillas avanzan más rápido, y un poco más fuerte. Es la señal.

¿No lo oyes?..
eso no es normal.
¿No crees?...

Cierra los ojos y escucha con atención por unos minutos por favor. Tu también lo oyes, ¿Verdad?...

Anoche yo también lo noté.

El hombre abre los ojos al darse cuenta de eso. Se queda muy quieto para enfocar el oído hacia cualquier otro ruido.

Cerca de su recámara se escucha una llave abierta y que el agua se derrama. El sonido viene del otro lado de la pared. Pero ahí no hay nada. Excepto el corredor. ¿Porqué el agua se derramaría allí?..

De nuevo oye el chirriar de los neumáticos de otro camión grande, que se ha estacionado justo frente a la puerta. Está rodeado.

Era una locura. No tenía sentido. ¿Porqué un auto estaría dentro del apartamento?..

Pero lo cierto es que estaba ahí. El hombre quiere ir a ver qué es. Aunque trate de incorporarse no va a poder hacerlo. Por más que se esfuerze no podrá mover ni un músculo.

Trata de mover los brazos. No puede. Trata de mover las piernas y no puede. Está atado a la cama. Un extraña sensación de frío recorre todo su cuerpo lentamente. Algo le presiona el pecho.
Violentas palpitaciones le impiden pensar con claridad.

Inmóvil no puede moverse ni respirar. El agua se derrama aún más. Humo surge de alguna parte y asciende a su alrededor. Gira las pupilas hacia la puerta.

Una figura extraña está ahí.
¿quién es?, ¿De dónde viene?. ¿Porqué tiene un perro?, ¿Qué hace?, ¿Porqué trajo a ese animal?...

La sombra se va y regresa con un cuchillo grande de la cocina. Sujeta al perro y lo deguella. La sangre se extiende por el piso hasta el borde de su cama. Ahora la sombra se acerca un poco más a la cama.

Cierra los ojos con fuerza y  tiembla sin control. Sus labios están sellados. En vano es tratar de gritar.

Nada de lo que intente hará que todo desaparezca. No servirá de nada. No te parece?...

Lo que debe hacer es dejar de escuchar el silencio. No lo escuches. No lo escuches. No lo escuches para que no te arrastre.

Hay cosas que no debemos desafiar. Lo aprendimos por las malas, recuerdas?...

El hombre logró ser lo suficientemente fuerte para regresar de ese "viaje" al que el silencio lo llevó. De nuevo está listo para probarnos que tan lejos puede ir.

Retando el silencio de nuevo, hundió la cabeza en la almohada. Fresca y suave. Cerró los ojos. Aún no tenía sueño. Solo en su apartamento por completo oscuro.

El camino está por comenzar.

El hombre cierra los ojos. El agua se derrama. De la cocina viene un sonido de entre los cuchillos. Las paredes se balancean como un pañuelo. Esta vez está siendo más valiente al ir más allá.

Veamos hasta donde puede aguantar.

El silencio arrastra su conciencia poco a poco y con fuerza. Empieza con lejanos quejidos y llantos de mujeres. Cada vez esos lamentos son más audibles. Pasado este punto, gritos desgarradores de niños se suman.

El hombre enseguida pierde toda su energía tratando de mantener su mente en balance entre la fantasía y la realidad.

Una ola de ansiedad y  angustia no lo dejan respirar ni hablar. Cada vez está más aturdido y desorientado. Un silencio repentino azotó la pequeña habitación. Todo volvió a su lugar.

Pero qué sucede con sus pies?... Puedes ver tu qué es lo que tiene en sus pies que le duele tanto?...

Entre su piel veo algo negro que se mueve. Unos bultos. Creo que se mueve. Lo viste?...

Son escarabajos. Están enterrados bajo su piel. Cada vez entran un poco más en su carne.

Una serpiente gruesa se desliza por su cama. muy lento avanza sobre él preparándose para engullirlo entero.

Un pitido ensordecedor y denso va cobrando intensidad. Es abrumador. Tantas cosas pasando a la vez. El hombre quiere escapar. Necesitará usar toda su fuerza para regresar. Su rostro empieza a desfigurarse.

El silencio lo ha llevado muy lejos. Crees que pueda regresar?...

Está resistiendo mejor de lo que creí. Entre más lejos vaya, peor será para él. Cada vez que vaya, no regresará siendo el mismo. Jamás podrá recuperarse. ¡Ha ido dos veces en una sola noche!.

Se lo advertí. Le dije que no escuchara el silencio. Tu me  viste decírselo. Pero no me hizo caso. El silencio y las sombras lo consumirán.

Debe detenerse ahora o será demasiado tarde. Nosotros ya no podemos hacer nada por él.

Las sombras vienen. ¡Se lo llevarán!. ¿Qué crees que  harán con él?...

¡Escóndete! ¡que no nos vean!. No los mires. No hagas ruido hasta que se vayan. Ellos volverán a buscarnos. Escóndete y.... nunca escuches el silencio.