"Toda historia de amor, tiene sus pruebas, el sufrimiento o dolor es parte de ella; a veces el tiempo y la distancia solo determinan si fue amor o ilusión; algunos dicen que es como el viento que apaga los pequeños amores y enciende, los grandes..."

Nuestra historia era como un sueño en el que navegas sin el faro que nos indique el libreto a seguir; como el mar, sin ningún sendero trazado, solo el que nuestra nave surca al andar.

Cuando te fuiste, tan derepente , aún no me había inyectado la anestesia, quizá por eso dolió tanto, que el dolor se compadeció de mi alma y dejó de fluir.

Cuando me fui, me dolió el aroma de tu indiferencia, no pude ver tus ojos, solo tengo la imagen de tu voz , agazapada en el silencio; mientras mi alma se desgarraba por un : "te voy a extrañar"; solo conseguí un : "que te vaya bien".

No sé hasta ahora quién se fue primero, quizá fui yo o me fui porque sabía que tú te ibas, tal vez cuando me fui ; tú, ya te habías ido.

En algún momento el amor es probado con fuego; así que la distancia y el tiempo solo extirpan o fortalecen a eso que le decimos amor.

Antes mi alma se hundía en la agonía y la ansiedad si no te veía un día, hoy que tengo un año sin saber de ti, te seguiría esperando toda una vida, con la placidez de un mar en calma.

Recordar nuestro adiós, no duele, mis versos me abrazan y acompañan cuando no concilio el sueño, intentando acariciar tu silueta que se dibuja en mi piel.

Recordar que ya no te tengo me lleva a los brazos de mi poesía, ese amor engendró mi prosa y mientras ésta siga latiendo, mi amor por ti, delineará los más intensos poemas en silencio.

No sé si ese adiós se perpetúe en el tiempo; no sé si te siga amando cada día con mi poesía ; solo sé que hoy te amo más que ayer y a veces no me hace falta verte para ser feliz.