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Sábado por la tarde, sin duda alguna el mejor día de la semana para muchos, cuando algunos pueden desestresarse de una mala experiencia o una semana pesada en general.

Mientras unos simplemente descansaban, otros buscarían diversión en la calles en unas horas. Lamentablemente ese no era el caso de nuestro protagonista, quien caminaba por la calle con un muy mal aspecto. Este joven; de tez bronceada, ojos y cabellos azules; parecía haber entrado y salido por un huracán pues su ropa estaba sucia y algo desgarrada, además de eso, su cabello corto estaba todo alborotado y hasta tenía algunos rasguños y raspones. Ni que decir de la expresión de cansancio y fastidio que se cargaba, en verdad se reflejaba el terrible día que tuvo hasta ese momento. Todo por culpa del disco que ahora sostenía en su mano mientras pensaba en todo el caos y discordia que provoco por tan solo un CD.

Lamentablemente para nuestro protagonista, este terrible día todavía no terminaba, pues apenas visualizo su casa, noto un auto estacionado en el jardín delantero de la misma. Cosa que hizo bufar al pobre hombre con resignación, ya que el hecho de que ese auto estuviera ahí, solo podía significar una cosa, que estaba por meterse en graves problemas.

Ante la idea de lo que sucedería una vez entrara a su casa, el joven dio un pesado suspiro, como un acto de reflejo. De verdad quería evitar todo lo que sabía que acontecería una vez cruzara la puerta y se topara con el dueño de dicho auto. Lamentablemente esa casa era tanto suya como del hombre que lo esperaba adentro, por lo que sin muchos ánimos, decidió darle prisa al mal tiempo. Con suerte y podría apelar a la fortuna para al menos poder comer y darse una ducha que tanta falta le hacía tras la odisea catastrófica que vivió hace unas horas.

Una vez abrió la puerta se percato que las luces estaban apagadas todavía, pero ya se podía notar la presencia del otro habitante de la casa y dueño del carro. Para empezar encontró las llaves del vehículo donde siempre las ponía el contrario, es decir, en el jarrón de platico que está cerca de la puerta. Además de eso, estaba la chaqueta del otro en el perchero, su maleta a un lado del sofá y varias cosas desordenadas en la mesa de la sala, donde también se podía apreciar una taza de café con leche a medio terminar. Por último pudo percibir un ligero aroma a comida recién hecha, cosa que le hizo rugir el estomago, por el hambre que sentía desde hace un muy buen rato.

-Necesito comer algo- dijo dirigiéndose hacia la cocina esperando alcanzar algo de comida, pues muy probablemente el otro ya había comido.

Su hambre era tanta que no se fijo en la silueta que estaba recargada en la pared junto a la cocina, que lo miraba con severidad desde que entro al hogar.

-DeathMask- le llamo en tono lo suficientemente alto para espantar al recién llegado.

-A aio...hola Aioria- le saludo el peliazul quien se acaba de recuperar del susto inicial y ahora trataba de mantener la calma ante el otro joven. Un castaño claro de ojos verdes, bien parecido y un poco más alto que el recién nombrado DeathMask. El de ojos azules trataba de controlar sus nervios pero sabía que no era para nada bueno que el castaño lo llamara por su apodo, es decir, todo mundo lo llamaba DeathMask, todos excepto Aioria, quien lo llamaba por su nombre real excepto cuando está molesto con él. Esa era la señal de que una discusión era inminente.

-¿Se puede saber dónde estabas?- le pregunto el castaño de forma tranquila, aunque con un tono evidentemente enojado.

-Bueno yo, tuve un asunto que resolver y me llevo todo el día...perdón si no te avise pero, pero ¿me creerás que olvide mi teléfono?- le conto DeathMask tratando de no hacer explotar al de ojos verdes. Es decir, no le estaba mintiendo, pero tampoco deseaba tener que contarle toda la verdad porque ahí si sentiría la furia del león Aioria.

-Qué curioso que menciones tu teléfono porque desde que llegue no ha parado de sonar y timbrar con notificaciones de cientos de mensajes ¿se puede hacer que hiciste ahora para que casi todos nuestros conocidos te busquen como si de una turba furiosa se tratara?- le dijo mostrándole la pantalla el celular del peliazul, quien pudo reconocer el nombre de varios de sus pobres "victimas" desde su lugar.

En respuesta, DeathMask solo pudo sentir una mezcla de decepción, porque el castaño siempre asumía que era su culpa cuando algo malo sucedía y él estaba involucrado, de vergüenza, porque su sucio secreto estaba por ser descubierto, y de miedo, por como reaccionaria su pareja ante la inevitable confesión.

-Bueno yo, veras...- suspiro DeathMask acariciándose la cabeza, si bien no podía evitar que tarde o temprano esto pasara, si esperaba que fuera más tarde para poder preparase emocionalmente para lo que venía- mira Ria, yo...no me siento muy bien ahora ¿crees que lo podamos dejar para al rato?- pregunto tratando de causarle un poco de pena al otro.

-¿Qué sucedió?- pregunto Aioria tajante, sin darle oportunidad a DeathMask de escapar.

-Al menos déjame comer antes de que me regañes- le dijo el de ojos azules bastante molesto.

-Pues que hiciste ahora- contesto el castaño subiendo el tono de voz.

-¡Ah, claro! Yo siempre tengo la culpa de todo ¿no?- le reclamo el de ojos azules.

-Lo digo porque te conozco y esto solo prueba que tengo razón- le dijo señalando el teléfono de DeathMask.

-Bien piensa lo que quieras, pero para que te lo sepas pase el peor día de mi vida con tal de rescatar esto- le contesto el de ojos azules casi restregándole el CD en la cara, cosa de la que se arrepintió de inmediato, ahora tendría que contarle todo de una sola y con el peor antecedente posible.

-¿Por esto?- le dijo al momento de quitárselo con un rápido movimiento y verlo detenidamente- ¿armaste todo un alboroto por un simple disco?- le dijo sin poder creer que todo ocurrió por un pedazo de plástico, pero al ver la expresión del otro, supo que era verdad- ¿en serio, pues que tiene este disco que sea tan importante como para regresar con ese aspecto? ¿tu porno?- le dijo mas con un tono de ironía y burla, pero su expresión cambio al notar un fuerte rubor en DeathMask, cosa que le molesto bastante.

-¿Es en serio DeathMask? De todas las razones que tuviste para causar un pandemónium en la ciudad, ¿tuvo que ser precisamente por una porno? ¿en que rayos estabas pensando? ¿a caso es una película demoníaca o la única de su tipo como para que creyeras que valía el jugarte el pellejo?- le grito el castaño en una total cólera.

-No es tan simple, mira...lo que paso es que...bueno, esa película es muy personal y yo...en mi defensa la tenia bien escondida entre discos vacíos, pero...-

-¡Alto, alto!- le interrumpió Aioria con una orden- ¿Cómo que personal? ¿Qué quisiste decir con eso si es una porno? ¿acaso tú?- empezó a especular con las piezas que tenia.

-No es lo que piensas- le interrumpió ahora el peliazul entendiendo la indirecta.

-¡Pues se claro y dilo de una buena vez!- le grito el de ojos verdes.

-¡Esta bien! En ese disco están grabados nuestros encuentros de los últimos cuatro meses ¿contento?- le dijo DeathMask deseando que la tierra se lo tragara por tan bochornosa confesión

-¡¿Qué?!-

-Es la verdad...yo...no hubiera hecho lo que hice hoy si no supiera que esto te perjudicaba- murmuro el de ojos azules evitando mirar a su pareja, con solo escuchar como respiraba el castaño, podía adivinar como reacciono ante sus palabras.

-Pero como...por que...entonces...pero...-decía Aioria tratando de procesar la tremenda bomba que el otro soltó, miles de preguntas y pensamientos comenzaron a invadirlo tras superar el shock inicial.

-Aioria yo...- quiso hablar el peliazul.

-¡No DeathMask, no! estoy muy molesto ahora como para hablarte, es más, no te quiero ver, no te quiero escuchar, no quiero saber nada de ti en estos momentos...yo me voy- dijo el castaño temblando del coraje que sentía y sin esperar nada se fue al segundo piso a encerrarse al cuarto que ambos compartían.

En cambio DeathMask solo pudo verlo irse y una vez aislado, se dejo caer en el sofá tratando de calmar el horrible dolor de pecho y cabeza que sentía en esos momentos, además de maldecirse por si quiera creer que el castaño jamás se enteraría de su movida. Varias veces considero en destruir el contenido de ese disco, de decirle la verdad a Aioria, pero se confió. Creyó que ese secreto seria solo suyo, que nunca nadie lo sabría, que así podría guardarse ese deseo de ver a su pareja en un momento pasional cuantas veces quisiera, para no sentirse solo cuando su sol se iba de viaje por asuntos de trabajo.

Death sabía todo lo que se desataría cuando se decidió por poner una cámara escondida en el cuarto, pero quería creer que no pasaría nada. Ahora, el de ojos verdes ni lo quería cerca. Lo que más le asusto al de cabello azul, era que ese error provocara que su novio terminara con él, que todos esos años y buenos momentos terminaran en la basura por su absurdo deseo morboso.

Por otro lado, Aioria caminaba en círculos alrededor del cuarto, cual león enjaulado. Simplemente necesitaba hacer algo para descargar toda la furia y la adrenalina que sentía en su cuerpo. Tenía demasiado en la cabeza como para enfocarse o pensar en que hacer ahora con la dichosa película, aunque ganas no le faltaba para destruirla. De hecho, estaba a casi nada de partirla a la mitad, cuando el sonido de su teléfono le impidió lograr su cometido.

Sin siquiera mirar la pantalla y con la cólera aun en su mente, Aioria contesto dispuesto a gritarle a quien sea que lo perturbaba en un momento tan crítico como ese.

Grande fue su sorpresa al descubrir quien le contesto del otro lado de la línea.

-¿Aioria, eres tú? ¿Dónde está Death?- se escucho del otro lado del teléfono tras recibir una serie de gritos y amenazas.

Esa voz y esas palabras fue lo que descolo terriblemente al de ojos verdes y no fue hasta que alejo el aparato de su cara que vio que ese no era su teléfono, sino el de su pareja y quien le llamaba no lo buscaba a él sino al dueño legitimo del celular. Sin darse cuenta se había llevado el teléfono de Death y dejado el suyo en la sala. Lo peor de todo es que le había gritoneado a una de las personas que mas respetaba en el mundo. Ciertamente, ese día empeoraba con cada minuto.

-Hola Dohko...yo...¿Cómo estás?- contesto Aioria golpeándose la frente mentalmente por tan ridícula excusa.

-¿Ahora qué paso?- pregunto Dohko intuyendo que algo había acontecido entre ese par. Conocía a ambos muchachos desde hace bastante tiempo, prácticamente era una figura paterna para ambos, por lo que no le era muy difícil adivinar que sucedía, además de que él estaba consciente de la odisea urbana que vivió Death Mask ese día.

-¿Soy tan obvio?- pregunto Aioria resignado a una larga charla con el hombre que era una figura de autoridad muy poderosa en su persona, casi a la par de su hermano mayor.

-Bueno ya sabes lo que dicen "el diablo sabe más por viejo que por diablo"- le contesto el hombre de otro lado de la línea entre risas, siempre tomándose con humor el hecho de que era 15 años mayor al castaño- ¿y bien, me dirás que paso para tenerte de tan mal humor?- le pregunto al escuchar una pequeña risa de parte del menor.

-El idiota de DeathMask eso es lo que paso- respondió Aioria volviendo a tomar un tono de molestia.

-Guau ¿tan grave es?- dijo al notar que el castaño nombro a su pareja por su apodo, no por su nombre, lo cual nunca era buena señal.

-No tienes ni idea- le contesto el menor apretando su mano libre en un puño.

-No te apresures en tus acusaciones- le dijo el mayor frenando sus explosivos ataques de ira, era muy bien sabido por todos los conocidos de la pareja que Aioria tenía un carácter que podía estallar ante la menor provocación cuando éste se encuentra bajo mucho estrés y el pobre moreno no debía ser su saco de boxeo por solo estar en el momento equivocado y menos tras el día de malas pulgas que acababa de vivir- ahora respira profundamente y cuéntame, sin alterarte, que paso- le pidió en un tono comprensivo pero con mucha firmeza.

Sin mucho ánimo, Aioria acepto contarle todo, desde que llego de su viaje de trabajo cerca del medio día, ver que su novio no estaba por ningún lado de la casa, que no dejo ningún mensaje o señal de que saliera, de lo preocupado que estuvo porque no lo encontraba por ningún lado, que lo llamo mil veces y jamás contexto, la sorpresa que se llevo cuando encontró el celular de Death con todos esos mensajes y llamadas, de como llamo a todos su conocidos en busca del peliazul para descubrir que todos estaban indignados o molestos con las acciones de DeathMask de ese día, hasta le conto la pelea que le armo a su novio, porque para ese entonces ya había pasado del miedo de que algo le pasara a su pareja a una ira terrible por descubrir todo el desastre que causo, pero la joya de la corona fue cuando, muy abochornado, le dijo sobre la razón de todo ese alboroto, el contenido del dichoso CD.

-Y déjame adivinar, te enojaste con él, le gritaste, no le diste oportunidad de nada y lo botaste de la casa- le dijo el mayor una vez Aioria termino de contarle todo lo sucedido.

-Yo no...yo no lo eche de la casa- le dijo el castaño muy apenado al percatarse, que casi todo lo dicho por su superior era cierto- pe pero ¿puedes culparme después de enterarme de algo así?- dijo tratando de defender su actitud tan agresiva.

-Admito que Death no hizo bien en hacer eso sin tu consentimiento y en ocultártelo por tanto tiempo, pero...- se quedo un momento callado con lo que iba a decir, cosa que no le gusto al castaño.

-¿Pero?- le dijo incitándolo a soltar lo que quería decir.

-¿Has considerado el por qué hizo lo que hizo?- pregunto en un tono más conciliador, pero al no recibir respuesta, opto por ser claro- mira, no apoyo las acciones de Death, pero ciertamente considero que tú tampoco estas siendo justo con él, no le diste la oportunidad de decirte como se dieron las cosas, y te hablo tanto de lo que lo llevo a grabarlos como de lo sucedido el día de hoy-

-¿Tú que sabes de esto?- le pregunto el castaño curioso, siempre que Dohko intervenía como mediador es porque sabía bien lo sucedido de ambos lados, lo que lo hacía decidirse a qué lado inclinarse para resolver el conflicto de la forma más equilibrada posible.

-Hace unas horas Death me contacto y aunque no me dijo exactamente que paso, si me dijo que había ocurrido una catástrofe, que por un descuido suyo tú ibas a sufrir mucho y que necesitaba de mi ayuda para evitar que algo malo pasara, ahora entiendo a lo que se refiera, quería proteger tu integridad y evitarte un escándalo o una humillación, incluso si eso significaba que él tuviera que pasar por todo eso solo- le contó recordando lo nervioso y hasta asustado que estaba el peliazul cuando le pidió su ayuda para encontrar a Camus, prácticamente rogándole por su auxilio para encontrar al susodicho, cosa que si bien era sospechoso, cuando Death le confesó que no era por él sino por Aioria, supo que debía ser serio, ya que Death nunca se preocupaba por nada, a menos que eso involucrara al castaño.

-Yo...- Aioria solo suspiro culpable.

-De hecho, esa es la razón por la que hable ¿Cómo está Death? ¿está herido, sufrió algún daño?- pregunto Dohko recordando que, durante la "excursión" de Death, él estuvo al pendiente de sus avances, al menos a la distancia y a través de terceros, por lo que apenas y sabia lo que le pasaba al moreno. En cuanto se entero que ya había recuperado lo que buscaba con tanta insistencia, opto por llamarlo para ver cómo estaba porque si se había enterado de uno que otro incidente que sufrió.

-No lo sé- contesto Aioria mas apenado que antes- cuando llego dijo que tenía hambre y tenia algunos golpes ¿tal vez?-

-No puede ser- susurro Dohko bastante decepcionado, lo peor de todo es que Aioria no podía negar que había hecho mal, estaba tan avergonzado por permitir que su ira lo cegara incluso en la salud y bienestar de su pareja.

-Dohko...lo lamento, yo...- trato de hablar el castaño, pero el mayor lo interrumpió al entender lo que trataba de hacer.

-No es conmigo con quien debes disculparte, ni es conmigo con quien debes hablar ahora, ya no- le dio a entender que ya era momento de que ambos jóvenes hablaran para resolver sus problemas- eso sí, hablenme cuando ya todo este todo arreglado, quiero estar seguro que ambos están bien- le pidió antes de despedirse y colgar la llamada.

En cambio Aioria solo se quedo viendo el teléfono y luego fijando su vista en la puerta. Sabía que tenía que resolver todo ese asunto con su pareja, antes de que algo más pasara, pero no sabía como, no sabía como actuar ahora que la culpa lo invadía.

Sin darle muchas vueltas, salió del cuarto para ver el estado de su pareja y dejar que las cosas fluyeran con naturalidad. Lo único que realmente tenía planeado era, revisar los golpes de Ángelo y asegurarse que comiera algo.

Con esa idea en mente bajo a la sala donde encontró a su novio sentado en el suelo a lado del sillón. Su cara la tenia arrimada a uno de los asientos del sofá y uno de sus brazos estaba sujeto a uno de los descansabrazos para no caer al suelo.

Aioria se acerco lentamente a su pareja para ver si ya estaba dormido, pero no fue el caso ya que Ángelo, en cuanto escucho sus pasos, levanto la cabeza y lo vio acercarse para casi de inmediato voltear su rostro contra el sofá. Estaba demasiado avergonzado como para verlo a la cara, especialmente por como reacciono el otro. Ya no quería más problemas ni más conflictos.

-Death- le llamo el castaño gentilmente mientras lo tomaba del hombro para que se levantara.

Ángelo obedeció porque temía que alguna negativa terminara en otra pelea, no quería causarle más disgustos a su pareja.

Aioria lo vio y con un gesto logro que el peliazul lo mirara de frente. Para sorpresa de este último, no observo un gesto serio o furioso en el castaño, por el contrario, parecía preocupado por su aspecto, algo que confirmo cuando este empezó a presionar ligeramente en sus golpes.

El gesto del menor sorprendió a Ángelo, pues Aioria se mostraba culpable, cosa que no entendía ¿Por qué Aioria se sentiría culpable? El no hizo nada.

-Estas muy golpeado- soltó el castaño muy apenado. Hasta ahora se había puesto a ver que tan mal estaba Death- ¿te duele mucho?- le pregunto en un tono que parecía un susurro lastimero.

-He estado peor, solo...bueno, solo...- contesto Ángelo un poco avergonzado por decir que, más que otra cosa, tenía hambre. Aunque no tuvo que pensarlo mucho ya que su estomago lo delato. Un estruendoso rugido proveniente de su aparato digestivo fue más que suficiente para el castaño. En respuesta solo dio un pequeño suspiro y con una pequeña caricia, le dijo que se fuera a bañar mientras le preparaba algo de comer, y ya luego curaría sus heridas.

Sin decir palabra alguna, Ángelo obedeció y ambos se fueron por caminos diferentes. Mientras el peliazul se lavaba, Aioria cocinaba algo sencillo, pero en grandes porciones. Conocía muy bien a su pareja, y que en ocasiones como estas, devoraba cuanto pudiese.

Tras un rato, Aioria termino de preparar la cena de su pareja aunque era raro que Ángelo todavía no bajara, pues el mayor no tardaba casi nada en bañarse y menos cuando tenía hambre por lo que decidió subir a ver qué pasaba.

Grande fue su sorpresa ver que su novio seguía en el baño, pero no se estaba bañando. Es decir, era obvio que se había bañado puesto que estaba todo mojado y tenía un mejor aspecto, solo que no había salido porque intentaba curarse sus heridas por sí mismo. Fue con esa visión que entendió dos cosas. La primera es que pudo ver el panorama completo de las heridas de su pareja, y que si bien eran leves, eran muchas más de las que imagino. La segunda fue que esta vez se había dejado llevar por demás en su cólera, ya que Ángelo se veía muy afectado por la pelea y eso se hizo más evidente cuando le hablo.

-¿Qué crees que haces?- pregunto sin ningún tono en particular, pero la simple pronunciación de dichas palabras hizo brincar al otro.

-Na nada, solo me curaba estos tontos rasguños- contesto tratando de cubrir varios de sus magullones.

-Ven a comer, allá te curo- le dijo estirándole la mano para asegurarse que si bajara a comer.

Ambos llegaron a la mesa donde ya estaba servida la comida y el castaño se aseguro que el otro se sentara a comer, sirviendole un plato de comida bastante completo. Mientras Ángelo comía como si le fueran a robar el platillo, Aioria le revisaba y le curaba. Ninguno emitía palabras y aunque así estaban bien, Death sentía una terrible ansiedad, como esperando que en cualquier momento el castaño explotara otra vez, o peor, que le soltara que lo suyo había terminado y que no quería volver a verlo nunca.

-Death- pese a que el de ojos verdes le llamo con calma, el peliazul se tenso otra vez, pues a pesar de que su novio se escuchaba tranquilo, seguía llamándolo Death, no Ángelo, lo que era una clara muestra de que seguía enojado por lo sucedido.

-Dime- le contesto el ojiazul deseando no haber tenido tanta hambre para atrasar lo más posible lo que sea que le iba a decir.

-Necesito que ambos veamos ese CD- le soltó con bastante calma para asombro del mayor.

-¿Qué?- dijo son poder creer lo que escucho.

-Bueno, si esa cosa ya causo tantos problemas, al menos debería ver que contiene ¿no?- contesto Aioria como si nada, aunque en realidad solo quería saber que hizo a su novio hacer algo tan raro como grabarlos en un acto tan intimo.

-¿Seguro?- pregunto el ojiazul un tanto sonrojado. Admitía que en varias ocasiones fantaseo con ver ese disco con su novio, pero ahora estaba muy apenado, sobre todo por como edito todo.

-Vamos- finalizo la conversación el de ojos verdes antes de tomar de la mano al mayor y subir al cuarto.

Una vez en el cuarto, Aioria puso el disco en el reproductor de DVD en lo que Ángelo cerraba la puerta y las cortinas.

La imagen corrió y lo primero que aprecio era Ángelo que parecía estar acomodando el lugar donde grabaría la cámara y cuando este se alejo vio que era en el pequeño librero que estaba a uno de los costados de la cama, lo que le daba una vista de perfil horizontal de la misma. Aioria debía admitir que ese un buen escondite para cámara, pues ni siquiera sospecho de ese sitio.

Lo siguiente que vio fue a Death subirse a la cama y hacer poses un tanto graciosas, como haciendo pruebas de imagen, cosa que sorprendió al joven.

-¿Esta editado?- pregunto el castaño al aire, sin esperar una respuesta realmente.

-Si- contesto el mayor algo extrañado por esa pregunta ¿acaso no parecía editado o es que ya estaba muy acostumbrado a verlo?

La respuesta llego al poco tiempo, ya que se hizo un pequeño corte donde Ángelo y él entraban al cuarto. Lo curioso es que en ese video el castaño vio que llevaba su uniforme de trabajo, más específicamente el traje que suele ponerse cuando realiza viajes de negocios, hasta la maleta, que era su confiable compañera de traslados, la traía en la mano.

Ambos jóvenes hablaban amistosamente, aunque el ojiverde se veía cansado, cosa normal cuando regresaba de sus viajes. Aun así ambos conversaban animadamente, estaban relajados y se notaban cuanto disfrutaban la compañía del otro.

El video siguió de forma corrida, en ningún momento hubo un corte entre la plática de ambos jóvenes hasta el momento en que tenían intimidad, incluso después del acto, se mostraba en el video cuando Aioria se quedo dormido y Ángelo le acariciaba el cabello.

El castaño pensó que eso se debía a que era el primer video que Ángelo grababa, pero conforme avanzaba el video descubrió que era algo general en todos los encuentros grabados. Es más, en muchas ocasiones no había acto sexual como tal, solo toqueteos o caricias tiernas, incluso hubo un par de tomas en las que solo se veía a sí mismo dormir, mientras Ángelo arreglaba sus cosas y asegurándose de que estuviera cómodo al dormir.

Aioria simplemente no podía creerlo, todo lo que imagino de esas grabaciones serian una mala versión de una porno, pero no lo era del todo. Era más bien una especie de diario grabado sobre sus momentos más íntimos como pareja, sobre todo, por parte de Ángelo hacia él. Ver todos los gestos tiernos, todas las atenciones de su pareja en esos momentos en que no puedes pensar bien por el calor de la situación o en la inconsciencia lo hicieron sentir peor.

Juzgo con demasiada anticipación a su pareja, fue cruel y malo con el peli azul por un estúpido mal entendido. Ahora quien tenía miedo de perder a su amado era Aioria, después de todo, quien querría estar con alguien tan inestable, colérico e impulsivo como él. No se merecía estar con Ángelo, no después de ese berrinche que le armo.

-Lo siento- Aioria escucho esas palabras de parte del mayor, cosa que lo hizo voltear el rostro para mirar a su novio con un rostro de enorme culpa- es que te extraño cuando te vas y, no sé, este me hace sentir cerca de ti...se que hice mal, pero te juro que nunca tuve malas intenciones cuando hice esto- le siguió explicando.

-Yo también te debo una disculpa, exagere con todo esto y fui malo contigo- le dijo el castaño estirando un poco su mano para poder tocar un poco la de su pareja, lo hizo con sumo cuidado y algo de miedo, miedo de ser rechazado.

Para sorpresa del menor, su gesto fue correspondido con creces, ya que en cuanto Ángelo sintió el roce de los dedos de su pareja, éste inmediatamente lo tomo de la mano y entrelazo sus dedos. Lo miro a la cara con una pequeña sonrisa y dejo caer su cabeza sobre su hombro. Aioria lo abrazo con su brazo libre. Ese era un abrazo muy raro, pero tampoco es que fueran una pareja normal. De hecho era una con muchos defectos, pero su amor era genuino, solo necesitaban seguir trabajando en ella, y en las falencias de cada uno.

-¿Crees que puedas explicarme que paso hoy?- pregunto el menor sin soltar el abrazo.

-Todo fue culpa de Camus- fue la respuesta corta de Ángelo, quien empezó a reír, ahora todo parecía tan absurdo y digno de mofa- te cuento mañana, con un café- le dijo acostándose en la cama y llevándose con él a su novio. Aioria no dijo nada, ahora sabía que debía darle tiempo a su pareja para recuperarse de lo que sea que haya vivido ese día. Confiaba en que mañana cumpliera su promesa de contarle con lujo de detalles.

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Hola, hola, aquí la autora con la segunda historia de este par.

Antes que nada le quiero agradecer a todas las personas que escribieron y votaron en el primer capítulo. En verdad no espere que le fuera a gustar a alguien y menos a gente tan linda. Así que gracias por sus votos y comentarios.

Aclaraciones:

1.- Creo que la única aclaración es que DeathMask aparecerá con el nombre Ángelo en todas mis historias. Sera su nombre de pila aquí, ya que en el canon nunca se ha revelado el verdadero nombre de este caballero, solo lo conocemos por su apodo. En lo personal me gusta mucho este nombre para él, ya que es un nombre muy opuesto para él hasta me gusta pensar que él siente cierta vergüenza de su verdadero nombre porque no impone ni miedo ni respeto con dicho nombre y es por eso que busco un nombre que hiciera temblar a sus enemigos y aliados. Pero otra explicación que también me gusto es que muchos lo asocian con ser un ángel de la muerte, cosa que también queda le queda bien a mi parecer.

2.- Mas adelante voy a hacer como unas fichas de los personajes recurrentes en estas historias puesto que van a aparecer varios personajes que no muchos conocen y ahí explicare cuales serian sus roles...más o menos. Lo hare más que nada para no tener que explicar o aclarar cada vez que salgan y así no confundir a nuevos lectores y tampoco aburrir a los que ya están aquí y ya han leído otra historia donda ya salieron esos personajes. ¿Qué opinan? ¿les gusta la idea o prefieren que lo explique aquí abajo? ¿o no quieren que haga nada de eso y mejor preguntan en los comentarios? Comenten aquí para saber.

Espero que les haya gustado.

No olviden votar si les gusto y comentar que me encanta leerlos. Si tienen alguna duda, queja o sugerencia, soy toda oídos.

Ps: se me olvidaba decirles que estoy en clases virtuales en la universidad por lo que puede que me tarde un poco en traer muy seguido estas historias. Por ahora ya llevo algunas en camino así que no cunda el pánico...por ahora.

Hasta la próxima :3

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