Reunión familiar (DeathMask) parte 2
-¿Quién te crees tú para ser digno de mi sobrino?- lo miro el pelirrojo con una cara llena de ira y desprecio.
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-Si, eso me hubiera gustado decir, pero es imposible, imposible, imposible- el pelirrojo cambio completamente de actitud de un segundo a otro, ahora parecía rebozar de alegría y saltar alrededor del castaño muy emocionado- lo cierto es que se ve que eres un joven muy noble y de buenos sentimientos- le dijo finalmente al quedar frente a un muy confundido Aioria.
-Vamos DT, no lo atosigues ¿no ves que acaba de llegar?- hablo Manigoldo tras negar la cabeza de forma divertida. Tan típico de su hermano el trolear a la gente.
-Ay es verdad, soy terrible- dramatizo nuevamente- ni siquiera me he presentado apropiadamente- da un giro y estira su mano frente a Aioria para darle un apretón de manos- Virgilio Cranco, el más hermoso de esta casa-
-Gusto en conocerlo- Aioria respondió el saludo con una gota en la cabeza.
-¿Qué ocurre?- preguntó Virgilio al notar que el muchacho observaba detenidamente su mano.
-Yo em- Aioria se mostro evidentemente apenado por mirar detenidamente la mano del hombre- es un bonito color de esmalte, combina con su cabello- soltó lo primero que se le vino a la mente, rogando porque no sonara demasiado raro.
-¿Verdad que si? Y mi hermano decía que no se vería bien este tono- le respondió el hombre brillando de alegría mientras las contemplaba de forma vanidosa y bastante afeminada.
- Ugh, genial, ahora deberé aguantarlo así toda la noche- se maldijo Manigoldo en pensamiento. Su hermano ya era demasiado quisquilloso como para que este chico llegara y le elevara más el ego.
La escena entonces se vio interrumpida por Ángelo, quien entro por la puerta principal con un rostro exhausto por cargar tanto peso. Si no se desplomaba ahí en el piso fue debido a que no deseaba verse débil ante su padre, después de todo ya no era un niño.
-¡Mi bebé!- gritó Virgilio antes de correr a toda velocidad hacia su querido sobrino y abrazarlo como si la vida se le fuera en ello.
Por su parte, Ángelo apenas tuvo tiempo de bajar las cosas antes de recibir el abrazo de tío, quien froto su mejilla con la de su niño adorado de forma muy melosa. Lo realmente sorprendente para el castaño, fue ver a su pareja, dejarse querer de esa forma y sin mostrar ninguna queja. No es que su novio fuera frio o indiferente, en absoluto, pero si era raro que se dejara mimar en público, aunque, bueno, esa era su familia y solo eran tres presentes, así que no debía ser tan raro ¿cierto?
-¿cómo has estado tio?- pregunto tranquilamente una vez que el pelirrojo termino de abrazarlo con tanto ímpetu- ¿no te ha dado problemas el anciano de mi padre?- sonrío de una forma tan sincera que Aioria sintió un salto en el corazón.
-Es bueno tenerte de vuelta mi niño- le contestó DT en un tono tan apacible mientras ponía una mano en la mejilla de su sobrino con mucho cariño- ¿van a quedarse a dormir aquí verdad?- pregunto al darse cuenta que los chicos traían sus maletas.
-Solo si nos dejan, digo, no queremos ser una carga para ustedes- le respondió Ángelo fingiendo un tono apenado.
-¡No! ¡Eso nunca ni niño!- exclamo DT abrazando con mas fuerza a su sobrino- se pueden quedar en tu viejo cuarto ¿verdad Manigoldo?- le preguntó el pelirrojo a su hermano menor.
Manigoldo, quien no estaba muy conforme con su hermano hablara por los dos, estaba por objetar, pero un fuerte golpe en su pie lo hizo callar de inmediato.
-¿Verdad Maniglodo?- Virgilio volvió a preguntar, pero esta vez con un tono siniestro, aunque bastante bien camuflajeado.
-Seh- fue lo único que pudo articular, el pisotón que le propicio su hermano realmente le había dolido.
-No es muy grande y un poco fría peroooo ¡cielo santo! pero que tonto soy, debo arreglar tu cuarto para que puedan pasar la noche- dijo Virgilio al darse cuenta que ese cuarto, si bien era funcional, no era apta para que en ese momento subieran al segundo piso y se fueran a dormir en ese momento- voy a darle una manita de gato para que al menos puedan dormir cómodos esta noche, hermano, te encargo la cena, byeeeee- indico antes de dirigirse a las escaleras rápidamente y perderse en el segundo piso.
-Iré a preparar la cena- comento Manigoldo tras dar un suspiro pesado. Si no se apuraba, no tendría a tiempo la comida y se metería en problemas con su hermano. Sin más, tomó las bolsas y cruzo una puerta no muy lejana, la cual, Aioria asumió que era la cocina.
En cuanto Manigoldo se fue, Ángelo suspiro aliviado y se lanzó directo a uno de los sillones de la sala y acomodarse perezosamente. Ya estaba cómodo y haciéndole gestos a su novio para que se sentara en sus piernas cuando la voz de su padre resonó desde la cocina.
-Ángelo, la cena no se preparará sola- ese grito hizo que Ángelo frunciera el ceño y se sobara la cien en un claro gesto de desagrado.
-Yo le ayudo- se ofreció Aioria, entrando a la cocina.
-No, tú eres el invitado- le dijo el mayor mientras lo regresaba a la sala- quédate aquí y descansa, no quiero que trabajes durante tu estancia en esta casa- le dijo Manigoldo mientras le daba el control remoto de la televisión y le indicaba que se sentara- y tú ¿qué esperas?- volteo a ver a su hijo que no parecía querer moverse de su lugar.
Ángelo nada más le devolvió la mirada cuando escucho esas palabras. Ambos se miraron con fuerza, ninguno quería ceder ante el otro- bien, haz lo que quieras, pero si termino matando a tu novio no me hago responsable por eso- le soltó Manigoldo desviando la mirada e irse de regreso a la cocina. Aioria no entendía a que se refería Manigoldo, pero antes de poder preguntarle cualquier cosa a su novio, este salto de su asiento y se encamino a la cocina hecho una furia.
-Esta es tu casa Aioria- le dijo el peliazul al detenerse un momento, respirar profundo un par de veces y darle un beso- te aviso cuando la cena este lista-
Aioria entonces se quedó completamente solo en la sala sin saber que hacer, si bien su pareja le dio a entender que podía acomodarse como quisiera, su educación no le permitía ser tan relajado en casa ajena. Bueno, eso pensaba hasta que se dio cuenta de los retratos que adornaban la sala. En circunstancias normales, ese detalle no hubiera tenido importancia, pero en este caso en particular, era una oportunidad de oro para el castaño de conocer mas a su pareja, o mas bien, para conocer su pasado.
Ángelo era tan reservado en ese aspecto que ni siquiera tenía fotos de su familia. Si tenía unas cuantas, pero eran de ellos dos como pareja o de él con sus amigos, nada más. Era como si su novio tratara de esconder su pasado.
Fue por esa razón que Aioria se detuvo a ver cada foto y conocer un poco más de la familia de su novio. Para su sorpresa, muchas de ellas tenían relación a la carrera militar, como si eso fuera algo de familia, cosa extraña considerando que Ángelo odiaba todo lo relacionado a la milicia ¿acaso había algo oculto en la familia de su novio?
Dejo ese pensamiento de lado, momentáneamente, para seguir viendo las demás fotos, ya luego haría las preguntas pertinentes a su pareja.
Al final, el cuadro que más le llamo la atención, fue el de una boda, más precisamente el de una pareja de novios. No fue difícil para Aioria saber que los eran los padres de Ángelo. Si bien la mujer no se le hacia familiar, el novio era el señor Manigoldo sin duda alguna. Esta imagen en particular, fue una agradable sorpresa para Aioria por dos razones:
La primera; porque finalmente pudo ver cómo eran los padres de Ángelo y saber de quién heredo qué, aunque no fue mucha sorpresa considerando que su novio era idéntico a su padre salvo por su tono de piel, el cual ahora comprobaba que lo heredo de su madre.
Y la segunda razón, fue porque por un momento se imaginó a Ángelo con traje de novio y eso lo hizo feliz. Desde hace algo de tiempo había fantaseado por casarse con su novio y tener una bonita ceremonia, el problema es que su Ángelo no parecía del tipo que aceptara ese tipo de compromisos. No es que lo hayan hablado, o qué él directamente se lo haya dicho, pero le parecía lo más lógico, después de todo, le tomo mucho tiempo para que formalizaran como novios, luego para que él aceptara conocer a su familia y por último, para que se fueran a vivir juntos. Ya sería demasiado fantasioso pensar que Ángelo le pidiera matrimonio. Al menos ya había logrado una gran victoria con esta visita familiar. Eso lo hizo sonreír.
-¿Por qué tan feliz?- se escuchó una voz detrás del castaño.
-Por nada en realidad- contesto negando la cabeza- es una hermosa casa- comento mientras miraba a todas partes.
-Mañana podrás verla toda si quieres, ahora vamos a cenar- Ángelo le pico la nariz y le tomo la mano para llevarlo al comedor.
Ambos fueron al comedor y pasaron un rato tranquilo en compañía de la familia de Ángelo, claro, si no contaba con la pequeña discusión que tuvieron padre e hijo durante la cena. Todo porque Ángelo le había quitado el plato que su padre le había servido a Aioria. Ninguno de los tres entiendo eso por lo que el hombre mayor empezó a discutir con si hijo. Hubiera ido mas lejos de no ser por Aioria, que al escuchar a su novio decirle algo, entendió el malentendido. El plato que le sirvieron al castaño era un plato tradicional de Italia, el problema es que uno de los ingredientes principales del platillo era almeja y Aioria muy alérgico a ese ingrediente. Bastaba con solo entrar en contacto con ese alimento para que sus pulmones se le cerrarán y necesitara de los servicios de emergencia. Es por eso que el de ojos verdes tuvo que explicarle a los dos hombres el motivo de ese cambio, pues Ángelo no parecía tener intención alguna de explicarse.
Afortunadamente, luego de ese mal trago, pudieron seguir comiendo tranquilamente, incluso el señor Virgilio les preguntó como es que se habían conocido, entre otras cosas para conocer al novio de su sobrino favorito.
Ya en la noche, cuando la cena termino, la pareja tuvo que volver a separarse ya que Ángelo se tuvo que quedar en la cocina a limpiar, por lo que le pidió a su tío que lo guiara hasta el cuarto y que mejor llevara las maletas allá.
-Aprovecha para darte un baño- le dijo Ángelo antes de entrar a la cocina con una pila de platos en los brazos.
Sin mucha opción, Aioria hizo caso, tomo sus cosas y subió al segundo piso mientras DT lo ayudaba con una pequeña mochila.
-Aquí es, por favor siéntete en casa- le abrió la puerta.
-¿Esta es la habitación de Ángelo?- pregunto Aioria sorprendido de ver ese cuarto. La paredes era de color blanco marfil, los muebles de madera, una cama matrimonial, un espejo encima de un mueble largo que parecía ser un tocador, dos mesas pequeñas a ambos lados de la cama y lo que parecían dos armarios.
-Si- le dijo entrando al cuarto y dejando la mochila en la cama- es un poco fría en invierno pero no debería darles problemas en esta época-
-Gracias- dijo el castaño entrando al cuarto también- por cierto, Señor Virgilio ¿Dónde esta el baño? quisiera poder tomar un baño-
-Justo aquí- le contesto el pelirrojo abriendo una puerta en la habitación y mostrando un pequeño baño con regadera con azulejos blancos y una puerta corrediza.
-Pensé que era un armario- comento el castaño bastante sorprendido.
-Deja te traigo unas toallas, para que te puedas secar- dijo DT divertido antes de salir del cuarto.
-Con que este fue tu cuarto ¿eh Ángelo?- pensó el chico en voz alta. La verdad es que le sorprendió estar ahí y no porque ese cuarto reflejara la extravagancia de su novio, sino por todo lo contrario. Esa habitación era muy austera, no tenía nada que demostrara que era el cuarto de un adolescente, más parecía el cuarto que uno usaría para un huésped ¿acaso ese era el caso? Que luego de que Ángelo se fuera de su casa, su familia lo remodelara.
-Toc, toc- la voz de Virgilio lo había asustado un poco- espero que sean suficientes, pero si necesitas más no dudes en decírmelo- le dijo dejando una gran cantidad de toallas de varios tamaños
-No, son más que suficientes, gracias- le contesto Aioria con una gota en la cabeza.
-Bueno, entonces te dejo para que te puedas refrescar. Si necesitas algo, estoy a dos puertas a la izquierda- le dijo amablemente cerrando la puerta detrás de sí.
-Son muchas toallas- pensó Aioria viendo la pila de tollas- con una me bastaba, pero no le pude decir que no- suspiro y luego sonrió. Ahora sabía de donde venía la ternura y capacidad de persuasión de su pareja.
Tomo la pila de toallas, busco la que mejor le funcionara y dejo el resto en una esquina de la cama. Abrió su mochila y saco todos sus artículos de limpieza: jabón, shampoo, su rastrillo, etc. Entro al baño y acomodo todo para poder tomar un baño.
Abrió la llave del agua y mientras el agua caliente salía se empezó a desvestirse, pero cuando estaba por quitarse los pantalones noto que el agua seguía igual de fría, cosa que le pareció raro porque ya llevaba unos minutos abierta. Cerró la llave y la volvió abrir varias veces, pero nada.
-Aioria- le llamo Ángelo abrazándolo por la espalada y poniendo sus manos en el pecho del castaño.
En respuesta, Aioria se turbo.
-Ángelo, no me asustes así y quítame las manos de encima - le grito mientras se cubría los pectorales- están heledas- comento temblando un poco.
-Lo siento, es que lave los platos al ultimo- se disculpó Ángelo con una sonrisa nerviosa.
-No importa- le contesto a punto de abrir otra vez la llave pero...
-Espera Aioria, estas llaves tienen su truco- le interrumpió el de cabello azul y con un movimiento aparto a su pareja. Giro la llave hasta no poder mas y luego abrió un poco la otra- Listo, ya esta a buena temperatura-
-Por fin-
-Perdona, olvide decirte lo de la llaves- el peliazul se rasco la nuca apenado- pero el viejo de mi padre no me deja ni pensar- le explico mientras que quitaba los pantalones.
-Oye, espera tu turno-
-¿De qué hablas? Nos vamos a bañar juntos- le dijo acercándose y abriéndole los pantalones al otro- y no quiero discusiones ¿quedo claro?-
No hubo necesidad de palabras, ambos se terminaron de quitar la ropa y entraron. Ya era común que tomaran baños juntos, así de compenetrados estaban.
-Cuanto extrañaba esto- comento Ángelo abrazando nuevamente a su pareja por la espalda y darle un par de besos en el cuello.
-Ni creas que lo haremos aquí- le contesto cortante el castaño.
-Por favor Aioria, no iba a pedirte hacerlo aquí, no hay espacio- se recargo en el hombro del chico.
-Muy bien-
-Lo haremos en la cama, como es debido- comento apretando esos hermosos pectorales que tanto le encantaban.
Por mas que Aioria dijo que no era correcto hacerlo porque estaban en casa de su padre, Ángelo termino ganando, pues apenas se habían secado cuando el moreno lo tomo de la cintura y lo beso. Le acaricio el trasero y lo hizo caer en la cama antes de otra sesión de caricias y sugerentes.
-Ángelo...no debemos...nos oirán- susurro el castaño tratando de no gemir.
-Tranquilo-
Ángelo le dio un beso y se inclinó hacia la pared de la cabecera. Se estiro y con un brazo golpeo la pared, solo que el sonido que hizo era de algo suave, como si golpeara cartón o algo parecido.
-Las paredes están cubiertas de esponjas anti-sonidos, nadie puede escuchar nada afuera de esta habitación- le explico con una sonrisa divertida- así que no me niegues el poder escucharte gemir gatito- le dijo pasando un dedo por los labios de su novio.
-Pero...-Aioria no podía decir nada, quería hacerlo pero no podría con la vergüenza si lo llegaban a escuchar-¿es verdad lo que dices?-
-Creeme, cuando tocaba la guitarra, podía pasar horas y nadie se daba cuenta de que tocaba con la bocina a muy alto nivel- le conto haciendo círculos en el pecho del castaño.
-¿Tocabas la guitarra eléctrica?- Aioria se enderezo de súbito, sorprendido por lo que escucho.
-Si, cuando tenía 13 me compre una guitarra con su bocina, y para evitar que mi viejo se pusiera loco, compre la esponja y cubrí las paredes con ella-
-¿Algún día podrías mostrarme como tocas?- le pregunto emocionado.
-Te propongo algo, si esta noche me dejas tomar el rol de activo- pasado mañana interpreto solo para ti?-
-¿Pero cómo?-
-Para mi buena suerte, no han movido mi guitarra de su lugar desde que me fui-
-¿En serio, donde esta?-
-Justo detrás de mí- le señalo con la cabeza
-No la había visto- pensó al ver la funda de guitarra encima de la caja de la bocina.
-Entonces ¿Qué dices? ¿tenemos un trato leoncito?- le pregunto masajeando el pecho de Aioria.
Aioria suspiro, miro a su novio y dijo:
-Tienes suerte de que te haya extrañado tanto- le respondió con esa sonrisa tan encantadora que volvían loco a Ángelo.
Se besaron y Ángelo aprovecho para volver a recostar a Aioria. Por su parte, el castaño ya no puso mas resistencia y simplemente se dejo llevar por esas caricias que tanto le gustaban.
-Te amo Aioria-le susurro antes de besarle por toda la cara con devoción.
-Ángelo- dijo entre risas.
-Tú relájate, yo me hago cargo de todo-le dijo con un gruiño en el ojo.
A partir de ahí, Ángelo se dedico a complacer a su pareja con devoción y hasta cierto punto, necesidad. Le colmaba de besos, recorría cada centímetro de su piel con caricias y no se alejaba de su novio en ningún momento.
Si la habitación era fría o no, Aioria no lo pudo comprobar esa noche, pues su temperatura de su cuerpo estaba ardiendo, especialmente cuando su Ángelo se tomo su tiempo en saborear y apretar su pecho. Esa era una de sus zonas más sensibles y su pareja sí que sabía cómo aprovechar esa sensibilidad para hacerlo tocar el cielo.
Después de un rato, Ángelo fue bajando hasta la entrepierna del castaño y con una tortuosa lentitud, lo fue acariciando con la boca sin rozar su pene.
-¿Lo quieres gatito?- le pregunto con una sonrisa ladina.
-Si- apenas pudo decir el de ojos verdes. Menos mal no hubo necesidad de decirle al peliazul lo que deseaba, pues las palabras sobraban entre ellos dos, ya se conocían muy bien.
-Dame un minuto- le pidió el moreno y de un salto se acercó a la mochila y de un bolsillo interior saco un par de condones y un pequeño tubo de lubricante. Uno era un condón normal, pero el otro era uno especial para para el sexo oral.
En un movimiento rápido le coloco el especial a su novio y el otro así mismo.
-¿Listo?- le pregunto sin perder su sonrisa.
-Aja-
-Es muy pronto para quedarte sin palabras mi amor- rio un poco mientras bajaba nuevamente hasta la cintura de su pareja
El moreno solo gruño, aunque ese sonido cambio en el preciso momento que Ángelo lo había lamido. La cara del castaño no tenía precio cuando eso pasaba.
Con una gran sonrisa en el rostro, metió el miembro de su gatito y comenzó a saborearlo.
-Oh Ángelo-
-Si, se que soy genial- por un momento se detuvo el moreno para elevar un poco su ego.
Cuando Aioria sentía que estaba por llegar al orgasmo, Ángelo detuvo su labor, cosa que hizo gruñir al castaño.
-No te enojes gatito, ya viene el plato principal- le comento el peliazul abriendo el lubricante y vertiendo bastante en sus dedos.
Bajo su mano lubricada hasta su entrada y lo empezó a preparar, primero un dedo, luego 2 en un movimiento de tijeras y finalmente tres. Mientras lo dilataba, se inclino para besarlo con desespero.
Aioria respondió acariciando su espalda y apretar esos fuertes brazos que tanto le gustaban.
-Ya estas listo- le susurro el peliazul terminado el apasionado beso.
Aioria sonrió e intento voltearse, pero la mano del moreno no lo dejo.
-Quiero verte- le susurro con una caricia en la cara.
Solo basto eso para Aioria levantara las piernas y dejara que Ángelo se acomodara entre ellas. Ya en una posición cómoda para los dos, el moreno levanto las piernas de su pareja y las puso sobre sus hombros para poder penetrarlo sin dificultad.
-Te amo Aioria- dijo en el momento que entraba por completo- eres mi vida- con esas palabras empezó a embestir a su pareja con mucho cuidado y de forma lenta. No tenía prisa de sentir a su amado.
El tiempo se detuvo para ambos y sentían que sus corazones latían al mismo ritmo. Sus cuerpos parecían fundirse y en todo ese rato y Ángelo no paraba de emitir palabras de amor hacía su querido Aioria, cosa que de hecho sorprendió al castaño, no porque fuera algo extraño, ya que Ángelo solía ser muy cariñoso, especialmente en la cama, pero había algo diferente y el castaño no podía explicarse por qué.
De cualquier modo, no le tomo mucha importancia y siguió disfrutando de esa excelente, y muy romántica, noche de pasión con su querido cangrejo.
-Á Ángelo, me vengo- le comunico el castaño a punto de desfallecer.
-Yo igual- le respondió con toda la cara roja.
El orgasmo llegó y ambos se besaron para disfrutar ese momento casi idílico para ambos.
-Si que extrañaba esto- comento Aioria mientras regulaba su respiración.
-Yo igual- Ángelo le abrazo, sin querer separarse de su novio ni por un instante.
-¿Seguro que no nos habrán oído?- le pregunto volviendo a poner los pies en la tierra.
-No lo harán, aunque si lo hicieran, poco me importa- le contestó saliendo de Aioria y acomodándose sin querer alejarse de su amado.
-Ángelo-
-No tengo porque sentirme avergonzado por hacerle el amor mi pareja- respondió con una sonrisa y dándole un tierno beso en el hombro.
-Pero es casa de tu padre- le dijo el de ojos verdes un poco preocupado.
-¿Y? Yo estoy con el amor de mi vida, en mi cuarto, en mi cama- ahora Ángelo acariciaba el cabello de Aioria- cumpliendo mi más grande fantasía- pensó en voz alta.
-Ya decía yo que algo estabas planeando- dijo con una gota en la cabeza- ¿acaso quieres agregarme en una lista de quienes han pasado por tu cama?- le pregunto alzando una ceja.
-Al contrario, quería estrenarla contigo, nunca había podido compartirla con alguien-
-Claro- ironizo el castaño. Él sabía muy bien que su novio tuvo varias parejas y encuentros antes de que empezaran a salir pues el mismo Ángelo se lo había contado, por lo que le pareció un tanto ridículo que de pronto el peliazul hiciera esas bromas.
-Hablo en serio, los únicos que han estado en esta cama, han sido tú, mi mano y una larga lista de sueños húmedos- le confeso algo apenado pues le pareció que dijo algo muy infantil.
-¿Y todos tus novios y aventuras?- pregunto Aioria curioso por lo que le contaba.
-Eso fue después de que me fui aquí, cuando entré a la preparatoria- le explico el moreno con mucha naturalidad, aunque Aioria no pudo evitar sentirse triste, pues su novio debió separarse de su familia desde muy joven.
-¿Entonces nunca tuviste ninguna relación, de cualquier tipo, aquí? ¿Nunca te enamoraste de alguien de aquí?-
-Si lo hice, aquí tuve mi primer amor, mi primera novia, incluso fue con ella con quien tuve mi primera vez...pero, no los hicimos en este cuarto- le respondió con un tono mas serio, aunque a Aioria le pareció más melancólico y triste.
-Ángelo, no tienes que...-
-Mi padre os hubiera matado si es que se enteraba que había tenido sexo con alguien aquí- rio recordando como su padre siempre le recordaba qué si alguna vez quería acostarse con alguien, que no lo llevara a la casa porque su hogar no era un hotel y que ni se le ocurriera con querer meter a escondidas a alguien porque lo iba a sacar a patadas mientras él lo encerraría por todo un año.
-Eso explica mucho- comento Aioria al entender que era lo que su cangrejo pensaba. Lo que le excitaba el moreno no era haber tenido relaciones en su cama de juventud, sino el saber que acababa de romper una de las prohibiciones mas grandes de su padre. Lo mejor de todo es que aun así su padre los hubiera escuchado, él ya no podría decirle nada y menos el cumplir con su amenaza de años pasados, ya que si se atrevía a decirle una ola cosa a Aioria o a tocarle un cabello, él no tendría reparo alguno en golpearlo y largarse en ese mismo instante para no volver nunca.
Tal vez fuera su padre, pero Aioria era mucho mas importante en su vida y ni iba a perderlo sólo por el orgullo de un anciano tonto. Sin embargo, estaba seguro qué su padre no haría tal cosa, no porque fuera un buen hombre o algo por el estilo, sino porque su tío no se lo permitiría.
-Mejor vamos a dormir, que me muero de sueño- dijo Ángelo para cambiar de tema- mañana podemos seguir hablando, tal vez mientras afino la guitarra-
-Me parece bien- Aioria sonrío mientras se acostaba- buenas noches cangrejin-
Buenas noches gatito- le contesto Ángelo acurrucándose entre los brazos de su pareja- te amo- dijo antes de bostezar.
-Yo más- fue lo ultimo que dijo el castaño antes de caer dormido.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Y con eso terminamos este capitulo. Hola lectores, aquí la autora con un muy, pero atrasado nuevo capitulo. Antes que nada me disculpo porque se que no he subido nuevos capítulos en mucho tiempo, pero han pasado muchas cosas desde la ultima vez qué publique. Estoy literalmente a una materia de terminar mi carrera, un familiar mío falleció por este mugroso virus que nos ha mantenido encerrados a todos y creo que dicho encierro ya me esta afectando emocionalmente.
Pero dejando mis telarañas mentales, les dejo la continuación que prometí. El próximo capitulo ser un one-shot especial y ya luego seguiré con esta historia. Me tengo que dar un respiro porque en verdad me costo dos costillas y media el poder acabarla con una calidad decente y hasta eso siento que el lemon pudo ser mejor, pero perdí practica en estos meses por la escuela.
Hice el capitulo un poco mas largo para medio compensarles.
Aclaraciones:
1.- No investigue nada sobre la comida italiana, por ahora, así que pueden decidir que platillo hizo la familia para cenar.
2.- Creo que esto si es necesario decir, es que si existen condones espaciales para practicar el sexo oral y de hecho son recomendados para no contraer una enfermedad de transmisión sexual.
Bueno, creo que eso es todo, si tienen duda, queja o solo quiere comentar, siéntanse libres de hacerlo. Tampoco olviden su voto si les gusto.
Hasta la próxima.
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