Cuidando a un asesino enamorado (parte final)
El amanecer de un nuevo día anunciaba a nuestros protagonistas que ya solo tenían unas horas para llegar a la corte. Lamentablemente para Seiya, él era el único que parecía padecer por esa presión, ya que Ángelo cantaba canciones religiosas en italiano con las monjas. Al principio quedo en shock al ver al mayor actuar tan respetoso y amable con las religiosas, más cuando empezó a seguir los cantos de regocijo de las monjas, sobre todo cuando se mostró feliz y disfrutando de ese momento. Sin embargo, ahora solo sentía cierta incomodidad por la escena, más que nada porque era demasiado irónica la situación. Un asesino siendo querido por mujeres al servicio de la fe, no podía ser más bizarro eso.
Pese a tener cierta empatía por la situación del esposo de Death, seguía sin poder confiar del todo en el peliazul, después de todo seguía siendo un criminal.
Para suerte del castaño, ya estaban en la entrada de la ciudad por lo que estaban cerca de su casa para descansar unas horas antes de llegar a la corte.
-Addio* hermanas, que Dios las proteja en su viaja- se despidió el mayor al bajar el auto y ver como la camioneta se alejaba.
-Creo que les caíste bien a las monjas, a diferencia de mí- comento Seiya quien esperaba a que Death bajara y se despidiera de sus amigas.
-Bueno, yo me crie en un convento rodeado de varias así que es lógico que conecte bien con ellas- le respondió el mayor con una pequeña sonrisa, a pesar del paso de los años, aún tenía en su memoria las canciones que le enseñaron en el orfanato, y lo más curioso es que aun disfrutaba cantarlas.
-¡¿Estuviste en un convento?!- exclamo Seiya- ¿pues qué clase de padres tuviste?- comento con una cara de espanto. Para él no había nada peor que ser castigado por monjas, pues eran muy estrictas y gruñonas.
-De los que abandonan a su hijo bebé en un basurero para morir- respondió Ángelo haciendo un ademan con la mano- una monja me encontró en un bote de basura a unos metros del convento donde crecí, fueron ellas quienes me criaron hasta que me escapé a los 16- le resumió al ver la cara que el pony le había hecho. Mostraba tanta franqueza en su asombro que opto por decirle la verdad.
-Así que tú también eres huérfano- comento el menor, sorprendiendo ahora al italiano- será mejor irnos para que descanses un rato- cambio de tema al recordar que alguien podría verlos y comenzó a caminar.
En la casa privada de Seiya
-Arriba hay una ducha y también hay un botiquín para que cambies tu vendaje, báñate en lo que hago de comer- le indico mientras el mayor observaba el lugar con asombro.
-Nada mal pony- comento Ángelo mirando la decoración del lugar.
-Ve y haz lo que te digo- le grito Seiya de forma infantil.
-Ya voy mamá- le contesto el otro burlándose, pero dirigiéndose a donde el menor le indico.
Seiya entonces aprovecho para ir a la cocina, llamar a Shiryu y avisarle que ya estaban en la ciudad. Hubo una pequeña discusión entre ambos, con el pelinegro regañando al castaño porque se habían retrasado, mientras que este último trato de justificar su retraso y sacando a colación la traición de dragón hacia su persona. Al final, la conversación termino con un Shiryu agotado de ese tema y pidiéndole al otro que no llegaran tarde porque había mucho en juego.
-Vaya, eso oyó feo ¿todo está bien?- pregunto el peliazul entrando a la cocina mientras terminaba de cerrar la camisa que tomo "prestada" del armario de Seiya.
-Yo...¡oye que haces con esa ropa!- le dijo al ver que había agarrado un traje sin siquiera preguntarle.
-Pues necesitaba ropa presentable para ir a la corte y esta fue la que mejor me quedo- le contesto el peliazul sorprendido por encontrar algo en talla grande. De hecho, era tan grande que le quedaba holgado de la camisa y el saco, menos mal el pantalón no se arrastraba.
-Como sea, ahora preparo algo de comer- dijo Seiya cediendo, ya había aprendido a no desgastarse discutiendo con Ángelo.
-La verdad no creí que tu ropa me quedara, me sorprendí mucho ver que esta era mucho más grande a tu tamañito- le comento el mayor sin salir de su asombro, no por nada le ganaba bastante estatura al castaño.
-Es que no era mía, bueno si, pero no del todo- le dijo el castaño tratando de explicarse- era un regalo para...alguien- le comento sin muchas ganas de decir para quien era.
-¿Alguien especial?- pregunto Ángelo en un tono divertido.
-No en el sentido que crees- de inmediato le aclaro Seiya- era un regalo para mi padre adoptivo, si no lo puse en una caja fue porque no quería que se arrugara. Me costó mucho como para que se impregnara de humedad en un espacio tan pequeño- le conto poniendo una sopa instantánea en agua caliente.
-Ya decía yo, era muy grande incluso para la lagartija- comento doblando las mangas de la camisa.
-¡Que no soy gay!- volvió a exclamar el menor sacudiendo la cuchara que sostenía.
-Los amigos también se regalan obsequios, genio- aclaro Ángelo disfrutando las caras que ponía Seiya.
-Tampoco es mi amigo- cambio su semblante por uno más serio- ninguno de ellos es mi amigo, ya no- comento recordando a su equipo.
-¿Qué paso? ¿Por qué dices que te traicionaron?- pregunto Death mientras veía la sopa instantánea sin mucho apetito.
Seiya, sin muchos ánimos, le conto la historia con lujo de detalles, explicando como ese fracaso lo arruino y como es que todavía sus examigos tenían el descaro de seguir buscándolo y "tratar de ayudarlo", cosa que se le hacía hipócrita de parte de todos ellos. Para su sorpresa, Ángelo solo se carcajeo como un demente tras hacerle unos gestos sumamente raros.
-¿Qué te hace tanta gracia?- pregunto Seiya muy ofendido.
-Es que...es que es tan divertido- dijo el mayor entre risas- pobres de tus amigos, mira que aguantar esa actitud tuya de idiota pese a no tener ninguna obligación contigo- siguió riendo mientras el castaño solo lo miraba confundido- ¿no lo entiendes verdad? Ellos no hicieron nada, yo fui quien mato a ese infeliz de traje elegante- le dijo con una sonrisa tan mordaz que le helo la sangre al pobre muchaco.
-¿Tu lo mataste?- pregunto el menor con un nudo en la garganta y una punzada en la espalda.
-En realidad fue pura suerte- le empezó a contar sin prestar atención en la expresión del otro- acababa de terminar un trabajo cuando vi tu operativo. El rostro de ese tipo se me hizo conocido y recordé que ofrecían una muy buena recompensa por su cabeza, así que aproveche la oportunidad y con lo que cobre le compre un bonito regalo de aniversario a Aioria. Debiste ver su cara cuando vio que en realidad page por su regalo en vez de solo robarlo jaja- le dijo codeándolo a modo de gesto amistoso, solo que Seiya no respondía. Había recibido una bomba con eso, tanto resentimiento y odio hacia sus amigos, todo por nada. Tantas veces le dijeron que eran inocentes y él nunca les creyó por orgullo. Ahora se sentía como el tipo más miserable del planeta por su terrible error.
-No te pongas así pony, si en verdad son tus amigos te perdonaran, solo tienes que disculparte- le dijo Death dándole una palmadita en la espalda.
-No creo poder hacerlo- murmuro antes de servir la sopa.
-Oye, deberías tomar un baño, te hará bien- le dijo logrando escuchar lo que murmuro.
-Creo que si lo hare- medio contesto el castaño todavía sin despabilar por completo- ¿no vas a huir como la ultima vez, verdad?- le pregunto mirándolo a los ojos. En respuesta el otro negó con la cabeza mientras comía su sopa por lo que acepto la idea y en cuanto acabo de comer, se subió al segundo piso para refrescarse.
-En verdad lo siento chico- comento el peliazul en cuanto escucho el sonido de la puerta cerrarse. Antes de ir a la corte, había una cosa que debía hacer a como diera lugar. Aprovechando ese pequeño lapso de libertad, Ángelo memorizo un mapa de la ciudad que estaba en la pared y salió de esa casa con un par de armas escondidas
Seiya solo tardo cinco minutos en bañarse y vestirse por lo que noto rápidamente la ausencia del mayor en el edificio.
-No otra vez- grito con una gran mueca de fastidio. ¿Cómo podía caer otra vez en ese truco?
Sin decir más, tomo varias armas y corrió en busca de Ángelo.
Por un momento, mientras corría por las calles, creyó que no lo encontraría por ningún lado, pero afortunadamente para él, se topó a un sujeto de malas pintas desmayado y amarrado en un poste. Esa fue la pista clave para encontrar Death rápidamente, y aunque pudo alcanzarlo para gritarle otra vez, opto por vigilarlo de lejos y ver porque se había escapado otra vez. Para ese punto, entendía que Ángelo no actuaba sin razón, en la mayoría de los casos.
Por su parte, Ángelo, tras haberse encargado de un sucio carterista y quedarse con su dinero mal habido, caminaba por las calles tratando de no llamar la atención mientras miraba a cada puesto y cualquier objeto llamativo. Para el castaño era obvio que se trataba de una medida de espionaje, una forma de saber si uno era seguido por alguien sin verse sospechoso, aunque en todo ese rato noto que Death no estaba del todo alerta ya que en varias ocasiones tuvo que ser él quien se encargara de varios sicarios sin llamar la atención de nadie, ni del mismo peliazul.
Un rato más tarde, Ángelo finalmente se detuvo en una florería ambulante, y mientras pedía un gran ramo de girasoles, se probó unas gorras coloridas. Entre ellas, la que más le llamo la atención fue una de estampado marino, con la arena en la visera y el mar en el resto de la misma. Pago por ambas cosas con el dinero del ladrón y se encamino un poco mas aprisa en una dirección en concreto.
Para asombro de Seiya, Ángelo entro al edificio más alto de un convento, donde se posicionaba un reloj en su cima. Death no se detuvo hasta llegar al piso donde estaba el mecanismo del gran aparato. Con algo de dificultad, logro abrir la ventanilla donde estaban las manecillas y así poder quedar afuera del edificio, en una pequeña saliente para ser específicos. Fue en ese pequeño espacio donde puso el ramo de girasoles para luego mirar a un punto especifico del horizonte, con la esperanza de poder ver algo (o alguien) en concreto. Lamentablemente no pudo divisar lo que tanto ansiaba y al escuchar las campanadas del reloj, supo que ya no tenia tiempo para seguir ahí por lo que dejo su gorra junto a la flores y bajo del edificio con un semblante triste.
Al pie de la escalera Death vio a Seiya, quien lo esperaba recargado en una pared con un semblante muy serio.
-Sé lo que piensas y...lo siento- dijo Death rascándose la nuca por los nervios.
-¿Por qué venir aquí y sin decirme nada?- pregunto Seiya bastante tranquilo para sorpresa del mayor.
-Incluso si logro sacar a Aioria de prisión, pasara mucho antes de que pueda volver verlo, por eso quería darle un regalo- le confesó el peliazul mirando hacia arriba, hacia el reloj.
-Seguro que lo vera y lo va a apreciar mucho- le comento el castaño dándole un pequeño golpe en el hombro de forma amistosa para luego impulsarlo a seguir con la misión.
Lo que ninguno de los dos sabia es que Aioria no vio a Ángelo desde su celda debido a que estaba regresando de una reunión con dos agentes de la CIA.
Momentos antes en la prisión "Elisios"
-Ya les dije que no lo sé- hablo Aioria un tanto molesto con los dos agentes que lo habían mandado llamar desde hace media hora para preguntarle sobre su esposo.
-No finja, sabemos que él se comunicó ayer con usted por medio de un teléfono encriptado- le contesto de forma muy grosera el agente de apariencia mas vieja.
-No tengo porque responderles nada- dijo Aioria sin dejarse intimidar ni un poco.
-Eres un...- le grito el agente a punto de abalanzarse contra el castaño, siendo apenas detenido por su compañero más joven.
-Déjalo, que se atenga a las consecuencias de provocarme- le comento Aioria al agente joven con una sonrisa mordaz, cosa que hizo rabiar más al otro agente. El castaño no tenía miedo lo que ese sujeto pudiera hacerle porque ya estaba en la cárcel ¿Qué más le iba hacer ese inútil?
-Muy bien, creo yo que no empezamos bien con esta reunión señor Aioria- hablo el más joven de los agentes para calmar la tensión un poco- no estamos aquí para arrestar a su esposo, por el contrario, hace poco hizo un trato con nuestro superiores para testificar contra un criminal político a cambio de su libertad- le comenzó a explicar la situación con la esperanza de que eso derribara un poco las murallas del castaño y así se decidiera en ayudarlos- lamentablemente unos enviados del acusado saboteo la ruta que tomaron los agentes a cargo del señor Di Cáncer, el escudaron completo fue asesinado y su esposo está perdido. Si venimos con usted es para poder ayudarlo, no por otra razón- termino de hablar un poco preocupado porque Aioria no mostraba expresión alguna.
-De eso se trataba- pensó el castaño al recordar la conversación que tuvo con su marido.
-Bien, admito que tienen razón en que Ángelo me hablo, creí que era mi abogado, pero era él- confeso el castaño- no hablamos mucho y se cortó la llamada antes de que pudiera decirme algo importante, lo único que me dijo es que me sacaría de aquí...ahora entiendo a lo que se refería- dijo con un tono triste y culpable. Todo este tiempo su esposo trato de sacarlo de ahí de forma legal y él nada más le había dicho palabras hirientes.
-Por favor señor Aioria, tiene que decirnos cualquier detalle por más mínimo que sea, créame que estamos preocupados por el bienestar de su esposo- le pidió el agente joven.
Ante esas palabras, Aioria simplemente empezó a temblar, pero porque estuviera asustado o molesto, sino porque comenzó a reír, cosa que confundió a ambos hombres. Esa respuesta era la mas extraña que hubieran visto
-¿Cómo se atreve?- le dijo el agente más viejo con suma indignación.
-Lo siento, lo siento pero es que...es demasiado gracioso- respondió Aioria tratando de calmar ese pequeño ataque de risa- en serio, lamento eso pero...es que es tan gracioso que piensen que mi marido necesita ayuda- tras decir esas palabras, su expresión regreso a ser tosca e intimidante- En este mundo no existe hombre más peligroso que mi esposo. Si hay alguien por quien debería sentirme mal, es por esos pobres infelices que de seguro no saben a quién cazan. Mi Ángelo es la muerte misma, nadie es capaz de tocarlo, pero acabara con todo lo que se le cruce en el camino de ser necesario. Es una fuerza imparable que no se detendrá hasta obtener lo que desea. ¿Cómo creen que termine casado en él? Así que, si no tienen algo más que decir, voy a volver a mi celda- con esas últimas palabras Aioria dio por terminada la reunión, pese a las quejas de los agentes, y regreso a su celda sin siquiera responderles. No valía la pena explicarles porque Ángelo estaba bien en donde quiera que estuviese.
Aun así, no pudo evitar sentirse preocupado por un rato por el bienestar de su pareja al recordar el quejido que le escucho emitir ayer, más hubo algo que interrumpió esa horrible sensación y es que cuando vio ese horrible reloj le pareció ver algo extraño. Tuvo que entrecerrar los ojos para verlo con detenimiento, pero ahí estaba, un ramo de girasoles y un gorro con estampado de playa. Fue cuando lo supo, de algún modo su Ángelo le había dejado ese bonito regalo por lo que solo pudo sonreír como un bobo enamorado, esa era la prueba que necesitaba para saber que todo estaría, que su esposo se saldría con la suya, como siempre.
De regreso con Ángelo y Seiya
Ambos estaban escondidos mientras el mayor intentaba robar un auto para llegar a la corte. Lamentablemente para ellos varios sicarios les siguieron y empezó una nueva serie de persecuciones y matanzas. Seiya le ordeno a Ángelo irse mientras él los distraía.
Death sin mucho ánimo de eso, hizo caso a las órdenes del menor. Con unos golpes y tiros tuvo el camino libre, al menos hasta que unas camionetas lo intentaron volcar. El mayor los esquivaba con cierta dificultad hasta que Seiya, que logro matar a unos sicarios motociclistas, logro respaldar al peliazul en una motocicleta. Al menos hasta que ambos tuvieron que saltar de sus vehículos para deshacerse de una barricada. Fue por eso que tuvieron que tomar un camión que estaba estacionado por ahí.
Para suerte de ambos, ese auto pudo soportar las balas que les lanzaban mientras ellos devolvían el fuego. En un intento de detenerlos, uno de los sicarios le disparo a la caja donde estaba el líquido de los frenos. Lo malo para ellos es que Ángelo supo maniobrar en las calles hasta chocar con las barras de seguridad que estaba enfrente de la corte.
Casi los arrestan por considerarlos partidarios del dictador, pero gracias a una vieja placa que Seiya tenia de su vieja unidad los dejaron pasar, no sin antes hacer que ambos dejaran sus armas en la entrada.
-¿Cómo me veo?- pregunto Ángelo antes de cruzar la puerta al juzgado.
-Terrible- comento Seiya con honestidad, ambos estaban llenos de tierra, plomo y algo de sangre ajena.
-Gracias- le dijo el mayor antes de abrir las puestas sorprendiendo a todos los presentes- lamento la tardanza, pero tuve unos problemas de camino aquí- les anuncio a todos como si hubiera llegado a una reunión de amigos de la escuela- por cierto, gracias por la hermosa comitiva que enviaste por mí- saludo al dictador quien evidentemente no estaba nada feliz de verlo.
-Orden, orden- grito el juez principal para callar todos los cuchicheos de la sala- señor Ángelo por favor tome asiento mientras hablo con los abogados-
Mientras los abogados hablaban, Ángelo vio a Seiya sentarse cerca de Shiryu, pero manteniendo cierta distancia.
-Se tomará la declaración del señor Ángelo Di Cáncer- anuncio el juez.
-¿Jura decir la verdad y nada más que la verdad?- pregunto un oficial con una biblia en la mano.
-Lo juro- contesto poniendo la mano en el libro.
-Muy bien señor Di Cáncer, para empezar, nos puede confirmar que ese es su nombre real- pregunto a modo de prueba para ver si ese testimonio tenía validez.
-No- la respuesta del peliazul exalto a todos de tal forma que tuvieron que ser callados por los gritos del juez- mi apellido originalmente era Alligieri, ese apellido me fue dado por las hermanas del convento en donde me crie, pero me lo cambiaron legalmente cuando falleció una de ellas, pensaron que de esa forma su apellido no se vería perdido luego de que la asesinaran...aunque eso vino más bien por una creencia de la orden religiosa a la que pertenecían- aclaro antes de que tan siquiera le pidieran explicarse.
Esas palabras hicieron que Seiya pensara si fue esa la razón por la que Ángelo empezaría a matar. Después de todo, si no significara nada ese apellido, no tendría sentido haberlo conservarlo por tantos años, sobre todo si tomaba en cuenta que el casarse podía tomar el apellido de su esposo.
-Lamento eso señor Ángelo- comento el juez antes de pedir su testimonio.
-¿Cómo conoció al acusado?- pregunto el juez señalando al dictador.
-Estaba terminado un trabajo cuando un par de sus hombres me buscaron y me pidieron que me reunieran con él-
-¿Para qué lo busco?-
-Quería que me deshiciera de un grupo que parecía causarle problemas-
-¿Acepto?-
-No cuando me enteré de que ese grupo problemático no eran mas que unos universitarios que no eran ninguna amenaza para nadie y menos cuando supe que él mando destruir el pueblo de donde venían-
-Objeción- hablo el abogado del dictador.
-¿Tiene pruebas de eso?- pregunto el juez tras omitir la última frase de Death.
-De hecho, si- comento para terror del dictador y de su abogado- el muy idiota ni noto cuando tome las fotos y no se la di a la CIA porque era información muy valiosa ¿puedo? - le pidió permiso al jurado para darle indicaciones al experto cibernético que tenia a lado. Ya con el permiso, instruyo al chico para meterse en la pagina donde estaban dichas fotos.
-Requiere contraseña- dijo el muchacho
-Mi error- contesto rodando los ojos por olvidar ese pequeño detalle- escriba Escrifnof es un idiota, todo junto y con mayúsculas en cada palabra- le puntualizo antes de que la pantalla mostrara al acusado ordenando a varios hombres, la tortura y muerte de hombres, mujeres, ancianos y niños.
Shiyu solo sonrió satisfecho, con eso no habría duda de que el dictador seria encarcelado por muchos años.
Seiya y Ángelo intercambiaron miradas con una sonrisa de victoria.
Lo que nadie vio, excepto dragón, es que el topo del dictador dio un aviso para sacar a su jefe de forma menos convencional. De pronto, un tráiler blindado choco contra el edifico y una gran explosión causó un gran caos que el dictador aprovecho para robar un arma y huir por el techo.
Ángelo decidió seguirlo mientras Seiya seguía a su amigo para ayudarlo con el infiltrado.
Ambos lograron su objetivo, el castaño salvo a su amigo del topo y el peliazul término matando al dictador aventándolo desde el techo del edificio, donde pensaba huir en helicóptero.
-Gracias Seiya- le dijo el pelinegro al ver que el castaño evito que el topo lo matara de un disparo.
-No, yo...yo te debo una disculpa por lo de...todo el asunto de mi misión fallida, me equivoque y...no espero que me perdones por todas las cosas horribles que hice...yo- decía el castaño con dificultad, pues sabia que se lo debía. Lo que no imagino, fue que Shiryu, no solo lo perdonara, sino que además se mostro feliz por recuperar su amistad perdida.
-Alguien puede arrestarme ¿Qué necesito hacer para que me esposen?- llego Ángelo gritando para que notaran su presencia- ¿todavía está en pie el trato?- pregunto al ver a la mujer de cabello lila, quien le confirmo agradeciéndole su ayuda.
De igual forma, Shiryu le dio aseguro a DeathMask que Aioria saldría lo antes posible de prisión.
-Supongo que es todo- comento Seiya mientras acompañaba al mayor hasta la salida, donde se lo llevarían de regreso a prisión.
-Sí, veo que te arreglaste con dragón- dijo Ángelo feliz por el otro, ya que logro ver como se disculpaba con su amigo y este le respondía de buena forma.
-Todavía tengo mucho trabajo pendiente, pero...gracias por todo Ángelo- le dijo el castaño ofreciéndole la mano. Death correspondió el gesto y se perdió entre la gente una vez se despidió del muchacho.
Cuatro meses después...en alguna parte de México
Sonidos de radio: Noticia de ultima hora, se ha confirmado el escape de prisión del criminal Ángelo Di Cranco, hasta el momento su paradero es desconocido y se le pide a la gente que tengan extremo cuidado con él, pues es alguien sumamente peligroso.
Mientras las radios y televisiones del exterior emitían la noticia, dentro de un pequeño bar-restaurante medio destruido, había una pareja de hombres que bailaba lentamente al compas de "Love of my life" de Queen mientras en el piso había varios tipos golpeados en el piso. Para la pareja, el mundo fuera de ellos dos no existía esa noche, simplemente disfrutaban que por fin estaban juntos.
-Eres increíble- susurro el castaño con una gran sonrisa- recordaste nuestro aniversario- comento lleno de gozo- y escapaste de prisión solo para venir a celebrarlo conmigo-
-Por supuesto que si- le contesto el peliazul con una sonrisa mientras le acariciaba el rostro a su pareja- ya te lo había dicho antes y te lo repito ahora, si yo soy un girasol entonces tu eres mi sol y mi vida no tiene sentido si no estas en ella- le contesto juntando sus frentes mientras disfrutaba del calor de su esposo.
-Te amo Ángelo- soltó el más alto con un ligero sonrojo en el rostro.
-Y yo a ti Aioria- le correspondió Ángelo con una pequeña sonrisa en la cara antes de besarlo como no había podido en todos esos meses.
-Por cierto, adore tu detalle del reloj...lamento haber sido tan malo, yo...- trato de hablar el mas alto, solo que los labios de su pareja no se lo permitieron. DeathMask no necesitaba escuchar esa disculpa, le bastaba con saber que su amado si pudo ver su regalo especial, que además le gustara, eran puntos adicionales.
Fin
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Hola lectores, aquí la autora de regreso y con el capitulo final de esta mini historia. Espero que les haya gustado.
Ya estoy 3 semanas de vacaciones y espero traerles un par de nuevas historias, antes de regresar a clases porque todavía no acabo el semestre. Por ahora lo que sigue son las fichas de personajes que tanto les debía, solo necesito encontrar imágenes para ciertos personajes, pero se los traigo en las próximas 24 horas.
Aclaraciones:
1.- Adio es italiano y significa adiós (no me digas)
Por ahora que es todo, si he olvidado algo o tienen alguna pregunta, por favor no duden en comentarla y con gusto les responderé con mucho gusto.
No olviden votar y comentar para saber si les gustan mis historias.
Nos vemos con las fichas, hasta entonces
Bye
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