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Reto de Julio 2020

Título: Línea de Vida.

—Violeta, deja ese celular y vamos al patio — ordena una voz familiar.

La ignoro y sigo leyendo. O al menos eso intento, ya que mi celular desaparece mágicamente de mis manos. Levanto la vista rápidamente para encontrarme con unos ojos color chocolate que me observan divertidos.

—Oye, devuelve mi celular — exijo.

Él chico levanta las manos para que vea que están vacías, sonríe inocente mientras se encoje de hombros.

—No sé de que hablas, no tengo tu celular — confiesa aparentando una sinceridad que me hace querer creerle.

—Eres el único que está aquí — puntualizo señalando el salón de clases —. ¿O acaso quieres que crea que desapareció mágicamente?

—Todo es posible en esta vida — contesta sonriendo.

Me levanto de la silla molesta, él retrocede un paso intentando sostener su sonrisa.

—Más te vale devolverme el celular, Max — advierto suavemente.

—Te lo daré... — confiesa — ¡Si logras atraparme!

Lo veo sacar mi celular del bolsillo trasero de su pantalón y salir corriendo del aula a toda velocidad. Suspiro viendo como se aleja. Ni crea que voy a perseguirlo, algún día debe volver.

Oigan, creo que no me he presentado correctamente. Mi nombre es Violeta, el loco roba celulares es mi mejor amigo Max, y el aparato que lleva entre sus manos es mi amado celular, mi única conexión con el universo naranja llamado wattpad.

—Hola Vi — me saluda Cristina entrando al salón.

Cristina es mi amiga desde que entré a la preparatoria. Resulta que no encontraba mi salón el primer día de clases, y se me ocurrió la brillante idea de preguntarle a ella. ¿Que descubrí? Que asistiríamos al mismo salón, y que tampoco tenia idea de donde estaba. Por suerte Max nos encontró antes de que la campana sonara.

—¿Sabías que el 30 de Julio es el día internacional de la amistad? — pregunta muy emocionada.

—No tenia idea de que eso existiera. Según yo, el día del amor y la amistad es el 14 de febrero.

—Pero este es el día internacional de la amistad. Deberíamos celebrarlo, ¿no crees? — propone sacando el celular de su bolso.

—Podría ser — menciono distraídamente —. ¿Tienes instalado wattpad? — cambio de tema, viendo su celular como si fuera la última coca-cola en el desierto.

—Claro — menciona sin verme.

—¿Me lo prestas? — suplico —. Fui víctima de un robo, y quiero terminar el capítulo donde me quedé.

—¿Te robaron el celular? — cuestiona un tanto alterada.

—Max se lo llevó — confieso volteando hacia la ventana. Ni señas del ladrón.

Cristina me pasa su celular con la aplicación abierta. Escribo en el buscador el nombre de uno de mis libros favoritos, Línea de Vida. Las opciones se despliegan ante mi. ¿Pero cuantas historias pueden llamarse así?

Mejor opto por escribir el nombre del autor, uno de mis favoritos en la plataforma, Hidden-Diamond. La historia aparece en seguida.

—Al fin voy a terminarte — le digo al capítulo por donde iba.

Cristina se ríe de mi declaración y se acomoda a mi lado para leer conmigo.

Me tiro en mi cama después de un largo día de clases. Enciendo el ventilador para que refresque el ambiente. Al ser verano en uno de los estados más calientes de México, bueno, la temperatura es un poco alta.

Abro wattpad en mi recién recuperado celular. No hay muchas notificaciones, algunas actualizaciones de historias, alguien que respondió a uno de mis comentarios, mensajes de personas a las que sigo, lo normal de wattpad.

Ingreso al último capítulo que se ha publicado de Línea de Vida. Al leerlo en otro dispositivo no pude votar ni comentar, pero ahora puedo hacerlo. Realmente me gusta pensar que mi autor favorito conoce mi existencia, y que tal vez, se alegra de que lo leo.

Hermoso capítulo. Espero que Arturo pueda darse cuenta de la verdad que lo rodea :)

Escribo al final del capítulo y le doy enviar. Una notificación hace que me asuste y casi me caiga de la cama.

Hidden-Diamond actualizó Línea de Vida - Capítulo 10

Si acaba de actualizar, significa que está en línea y... Otra notificación logra paralizar mi corazón

Ya veremos que pasa con él ;)

—¡Me respondió! — chillo de emoción sosteniendo el celular con fuerza.

Esta bien, tal vez estoy exagerando. Puede que no sea uno de los autores más famosos en wattpad, que no tenga millones de seguidores ni vistas, pero sus historias realmente son maravillosas y atrapantes. Además me emociona que me conteste tan rápido.

Respiro lentamente para calmar mis emociones y me acomodo para comenzar la lectura del nuevo capítulo, no sin antes comentar, soy la primera en llegar. Hay una chica que siempre me gana, pero esta vez no fue así.

Nos encontramos en casa de Max planeando lo que haremos el 30 de Julio. O bueno, intentándolo, ya que los tres nos encontramos centrados en el celular más que en otra cosa.

Cristina y yo estamos en un sofá, Max se encuentra frente a nosotras, sentado en el piso recostado sobre otro sofá.

—¡Ay No! ¡Daimen, tú no! — llora mi amiga a mi lado —. ¡Él no puede morir Violeta! — se queja zarandeandome por los hombros.

Hablando de personas dramáticas amantes de chicos literarios.

—No va a morir — digo para consolarla. Como si supiera lo que piensa la autora.

—Seguramente morirá — comenta Max como algo sin importancia, navegando en su celular.

—¿Cómo puedes decir eso? — cuestiona Cristina al borde de las lágrimas.

—Vale, lo siento — se disculpa mi amigo —. Ya verás que el fulano seguirá vivo y muy feliz — completa viéndola con una sonrisa.

Cristina se seca las lágrimas que se juntaron en sus ojos, calmándose un poco.

—Igual puede que muera, suena a la clase de personajes que los autores matan.

—Pues mi autor favorito si que mata — menciono distraídamente.

—¿Por qué lo dices? — pregunta Cris.

—Porque la historia se basa en la muerte y reencarnación del protagonista — explico.

—Cambiando de tema. ¿Qué vamos a hacer el 30? — pregunta Max.

Una notificación llega al momento desviando la atención de mi amigo.

—¡Paren el mundo! — grito dando un pequeño bote en el sillón —. Es un mensaje privado de Hidden — chillo como fan obsesionada.

—¿En serio? — inquiere Cristina deslizándose junto a mí para ver mejor.

—Hola Violeta — comienzo a leer — Me gustaría agradecerte por votar y comentar en Línea de Vida, tu apoyo es muy importante para mí. Y como muestra de ello, me gustaría invitarte a pasar un día conmigo para celebrar el día internacional de la amistad.

La emoción tiñe mi voz a medida que leo el mensaje.

—¡No lo puedo creer! ¡Mi autor favorito me está invitando a salir!

Cristina y yo gritamos emocionadas.

—¡Tu autor favorito te está invitando a pasar un día con él! ¡Puedes empezar un romance como en los libros! — chilla mi amiga.

Volvemos a gritar agarradas de las manos, rebotando en el sofá.

—¿No se les hace extraño? — pregunta Max ajeno a nuestro festejo —. Creo que deberían dejar de leer tanto wattpad.

Poco a poco nos vamos calmando. Releo el mensaje buscando algún indicio de que sea una broma.

—El aguafiestas tiene razón — coincide Cris —. ¿Cómo es que conoce tu nombre? — pregunta con sospecha.

—Porque mi usuario es Violet125. Además puse mi nombre, Violeta Campos — contesto.

—¿Y cómo se supone que te reúnas con él? ¿Acaso vive por aquí? — vuelve a cuestionar.

—Pues... Eso es...

La verdad no sé como contestar a eso. Si bien en su perfil muestra que es de México, no específica de donde exactamente.

—¿Y qué pasa con lo demás? — interviene Max —. ¿Sabes su nombre, su edad, si es chico o chica?

—Yo digo que es un chico — opina Cristina.

—Bueno, en eso tiene razón — concedo mientras reviso su perfil, tal vez encuentre algo que no haya visto antes.

Una nueva notificación llega, haciendo que mi corazón se acelere nuevamente.

—Tal vez estás pensando que esto es una broma, que puedo ser un secuestrador, un asesino, un roba órganos o algo así, pero debo decir que soy un chico completamente normal — leo nuevamente, emocionándome con cada palabra —. He visto en tu perfil que vives en Tabasco, ¡yo también vivo allí! Y se me ocurrió la idea de conocer a una de mis lectoras en persona. Claro, solamente si tu gustas. Vivo en la ciudad de Villahermosa, ¿te queda cerca? Espero y pienses mi propuesta. Te mando un abrazo, y nuevamente gracias por tu apoyo en mi obra.

—¡Vive aquí! ¡Vive aquí! — festeja Cris, creo que hasta más emocionada que yo.

—Es un chico, vive por aquí, y no parece ser un secuestrador — digo, intentando contener la emoción

—¿Qué sus papás no les enseñaron a no confiar en los extraños? — pregunta Max, un poco paranoico.

—¡Contestale! ¡Contestale! — ordena Cris ignorando por completo a nuestro amigo.

Max resopla y regresa su vista al celular.

—Esto es muy surreal — comento —Max tiene razón, no puedo aceptar solo porque es mi autor favorito en wattpad, eso sería muy irresponsable.

Veo como mi amigo sonríe ante mis palabras sin dejar de ver su dispositivo.

—Es cierto — me apoya Cris —. ¿Pero y si sí es tu autor favorito, un chico común y corriente que muere por pasar un día contigo sin ninguna mala intención de por medio? ¿Deaperdiciaras esta oportunidad y te resignaras a leer sus obras como lectora fantasma por vergüenza de que vea tus votos y comentarios y recuerde que lo dejaste plantado, o peor, que jamás contestaste su mensaje?

Cristina toma aire después de soltar semejante monólogo que solo hace que me cuestione más posibilidades.

—Cristina eres una mala influencia — la reprende Max viéndola seriamente.

Me masajeo la cabeza intentando encontrar una buena solución. Leo nuevamente los mensajes de Hidden. Suspiro y comienzo a escribir.

Hola Hidden, tus historias son maravillosas, en especial Línea de Vida. ¿En serio me estás invitando a pasar un día contigo? Wow, ¡no lo puedo creer! Yo también soy de la ciudad de Villahermosa.

Envío el mensaje bajo la atenta mirada de Cristina. No dice nada ni hace ningún sonido, pero sus ojos reflejan la ansiedad y emoción que esto le produce. ¿Quién no estaría feliz si su autor favorito le envía un mensaje así?

Espero pacientemente a que me conteste, algo, cualquier cosa. Pero nada sucede.

—Deberíamos armar un plan para que te reúnas con tu escritor misterioso — propone Cristina.

—¿Qué planeas?  — pregunto. Sé que si esta sugiriendo hacer un plan, es porque una loca idea está rondando en su mente.

—¿Por qué crees que tengo un plan? — contra pregunta ofendida, pero luego sonríe y continúa —. Bien, para prevenir que te encuentres con un pedófilo secuestrador asesino de niñas buenas, lo que haremos será lo siguiente — se coloca de pié para ilustrar su punto.

—Algo me dice que no voy a querer ser parte de esto — murmura Max, pero es ignorado como las otras veces.

—Bien. Tú iras a tu encuentro con EM, escritor misterioso, mientras que Max y yo nos ocultamos en el ambiente, fingiendo ser personas normales que están por ahí. Para que nuestro plan funcione debe ser un lugar público. Cuando EM aparezca en escena, nosotros estaremos de cerca vigilando, y a la más mínima sospecha de algo peligroso... ¡Bam! Le caemos encima, literalmente.

—Vaya, que buen plan — felicito a mi amiga, quien hace reverencias a un publico inexistente.

—Mejor no vayas a ningún lado, así nos evitamos problemas — dice Max.

Y mientras mis amigos se enfrascan en una discusión sobre los pro y los contras que puede tener dicha reunión, yo me doy cuenta de que tengo un nuevo mensaje.

Sé que debe parecer surreal, pero hablo en serio. ¿Conoces el parque Tomás Garrido? Podemos vernos ahí si gustas. ¿Puedes el 30 a las 5 de la tarde? Si no, dime a que hora estás disponible. Si quieres puedes llevar algún amigo, después de todo es el día de la amistad.

Claro que conozco el parque, y la hora me parece perfecta. Entonces... Si no te molesta, llevaré a mis amigos. ¡Estoy tan emocionada de conocerte! Nos vemos ese día.

Envío el mensaje y me salgo de la aplicación sin esperar que me conteste.

—Muy bien, ya lo decidí — Mis amigos voltean a verme expectantes — Iré a conocer a EM, y ustedes irán conmigo como apoyo.

Cristina sonríe sinceramente, dando saltitos de felicidad. Por otro lado, Max rueda los ojos, regresando su atención al celular.

¡Ya quiero que llegue el 30 de Julio!

—Faltan 5 minutos para las 5 de la tarde — avisa Cristina desesperada.

Releo el último mensaje que Hidden me envió.

Vestiré una playera azúl, con jeans y convers. También llevaré un libro en mis manos.

—Que poca información te dio ese tipo — menciona mi amiga metiendo la cabeza entre mi celular y yo — Aunque tú tampoco dices mucho que digamos. Iré con una blusa de flores, un pantalón de mezclilla, y tendré el celular en la mano — lee mi mensaje — ¿Sabes cuántas adolescente andan en el parque con el celular en la mano? — me reclama.

—No podía decir lo del libro, parecería copia — me defiendo viendo hacia los lados.

—Bueno, pudiste decir, tendré una rosa roja en el cabello.

—No es muy original — contesto.

—¿Y dónde está Max? Se supone que es tu mejor amigo, debería estar aquí cuidándote y apoyándote — expone buscando entre la multitud.

—Tal vez se le hizo tarde, o no quiere venir. Al aparecer esta idea no es de su agrado, no lo culparía por quedarse al margen.

—¡Oye, ahí está el amor de tu vida! — chilla de repente, señalando sin discreción hacia mi derecha.

Volteo siguiendo la ruta de su dedo. Un chico de camisa azúl rey, con jeans y tenis blancos, camina despreocupado por el parque, ignorando a la chica que brinca a mi lado.

—No es, no lleva un libro — digo, y el ánimo de mi amiga decae.

Nos sentamos en una banca cercana, mientras vemos a las personas pasar. Cristina observa detenidamente cualquier detalle que le parezca sospechoso. Por mi parte simplemente me dedico a agitar mi celular, como si de una bandera se tratase.

—Ok, ahora si estoy segura de que es el amor de tu vida — comenta viendo hacia un punto lejano —. No está tan guapo, pero se ve pasable.

—¿Qué cosas dices? — le reclamo mientras sigo su mirada.

—¡Ves, ves! Ese si tiene un libro.

Efectivamente, aquel chico tiene un libro en su mano, y lo observa como si fuera lo mejor del mundo (aunque lo es). Sin embargo, hay algo que no cuadra, y no son sus pantalones de mezclilla oscura, ni sus convers blancos.

—Su playera es verde — menciono entrecerrando los ojos para ver mejor. Está demasiado lejos.

—No es verde, es azúl — me contradice Cristina.

—Es verde azulado — finalizo regresando mi vista al frente.

Dejo de agitar el celular y lo reviso para ver si hay algún mensaje de mi autor favorito. Ninguno. El reloj marca las 5 en punto. Suspiro resignada.

—Amiga mía — menciona Cris lentamente, tomándome de los hombros para que la vea, aunque ella tiene los ojos clavados en algo detrás de mí.

—¿Qué sucede? — pregunto con cautela.

—Por favor no voltees — pide —. Detrás de ti se encuentra un chico, con playera indiscutiblemente azúl, con jeans, convers y sostiene un libro no tan grande.

Siento que mi corazón se acelera con la sola descripción. Escucho pasos que se acercan, para al final detenerse detrás de mí. Las ganas de voltear me invaden, pero las manos de Cristina me lo impide. Es fuerte cuando se lo propone.

—¿Tú eres Hidden Diamond? — pregunta con una expresión que no descifro.

—¿Por qué no dejas que Violeta voltee y lo descubra? — responde con otra pregunta, una voz muy familiar.

Me libro del agarre de Cristina para ponerme en pié y enfrentar a la persona detrás de mí.

—¿Max? — cuestiono incrédula.

—Hola — dice tímidamente.

—¿Eres Hid-Hidden Diamond? No, no puede ser — Me niego a aceptarlo.

—Tú ni siquiera tienes cuenta de wattpad — reclama Cristina.

—Creo que es muy claro que si tengo una cuenta — contesta él.

—¿Es enserio? — Sigo sin creer.

Veo como saca su teléfono y me enseña la aplicación, la abre y entra a los mensajes, la conversación que tuve con mi autor favorito aparece en la pantalla.

—Hackeaste la cuenta de Hidden Diamond — asegura Cristina.

—Claro que no, yo no sé hacer eso — se defiende.

—¿Entonces? — pregunto sin creerlo.

—No les conté por que estaba seguro de que ustedes iban a querer seguirme y estar pendiente de lo que hacía. Cuando inicié mi historia tuve miedo de lo que pudieran pensar, así que opté por mantenerlo en secreto. Pero un día Violeta llegó hablando sobre una fabulosa obra, que resultó ser la mía. Y bueno, creo que no fue tan difícil adivinar quien era mi amiga entre los demás lectores. Y cuando Cristina dijo que hoy era el día internacional de la amistad, decidí hacer esto, para no tener más secretos con ustedes. ¿No creen que es una bonita forma de celebrar la amistad?

Él sonríe, aunque un tanto apenado.

—¿Sabes como quiero celebrar la amistad? — pregunta Cristina con una mirada de pocos amigos.

Y sin previo aviso, le da a Max un golpe en el hombro.

—Eso es por ocultarnos tus oscuros secretos — confiesa.

—Creo que lo merezco — dice mi amigo masajeando la parte afectada.

—¿Y tú? — menciona viéndome seria —. ¿Ahora me vas a confesar que eres la escritora de Crónicas de Galedia?

—No, por supuesto que no, yo no he escrito nada — confieso elevando mis manos en signo de rendición.

—Si, ya lo sé. Ella es de España — explica sonriendo — Ahora denme un abrazo que es el día de la amistad.

Los tres nos fundimos en un abrazo grupal, hasta casi caernos al piso.

—Vamos por un helado, yo invito — ofrece Max.

—No voy a discutir contra eso — dice Cristina.

Y así nos alejamos hacia la heladería. Después de todo, ¿qué otra cosa puedo hacer en el día de la amistad? No hay nada mejor que pasarlo en compañía de mis amigos. Sin duda no hay nada más hermoso que la amistad.

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