El viaje hasta el aeropuerto fue tranquilo. Habían encendido la radio, pero cuando las noticias interrumpieron con más rumores sobre el accidente aéreo, Camus la apagó inmediatamente.

Shura dejó escapar un suspiro pesado y se tomó el puente de su nariz. Iba a ser un largo día.

Llegaron al aeropuerto en una pieza, Camus los llevó hasta la terminal correspondiente, ayudándolos a cargar las maletas.

-Llámame cuando sepas los detalles del viaje de regreso.

Le dijo a Kanon, puesto que Shura le estaba dando la espalda.

-Así lo haré

Kanon dio una palmada en la espalda de Camus y tomó su bolso.

-Maneja con cuidado, Cam...

Le dijo mientras él y Shura entraban al aeropuerto, asegurándose que sus lentes de sol estuvieran en su lugar.

La compañía aérea era un centro muy concurrido, pero ellos no esperaban demasiados problemas, ya que las personas sin boletos no tenían permitido estar en las puertas. Así que sólo tendrían que pasar por el perímetro de seguridad.

Shura se paró ante el primer puesto que halló para comprar café, aún tenían una hora que esperar en la terminal antes de abordar.

Kanon fue en busca de un libro de bolsillos a las repisas mientras el español pagaba por su desayuno.

Mirando su reloj, Shura decidió buscar algún buen libro de literatura también. Si la lectura fallaba, él podía empezar algún boceto, aunque no esperaba estar inspirado en ese viaje.

Recorría los libros en los escaparates.

-Lo leí... aburrido... absurdo... de ningún modo!

Su cabeza recordando cada título. Hubiese sido más fácil buscar una revista de Arte, se dijo, apoyándose sobre los estantes.

Lo primero que vio frente suyo al levantar la vista, fue una foto de página completa de Aioria en la portada de una revista de deportes. ¡AIORIA LEONI DESAPARECIDO! declaraba.

Era una de sus fotos favoritas de Aioria.

Esa mirada siempre hechizante a sus ojos, sus rizos peinados al viento (como solía decirle), la elegancia para portar su traje, la postura relajada... todo de esa foto lo mostraba lleno de vida y era la combinación perfecta que atraía a sus seguidores y lo tenía a él a sus pies.

Shura sintió las lágrimas picar sus ojos antes que cayeran sobre los vidrios de sus lentes de sol.

'Oh Dios, esto no va a funcionar... ¡no lograré llegar a destino y estaré vomitando antes de subir al avión!'

Se reprendió a sí mismo, su cabeza aún colgando hacia abajo...

Tomó una de las revistas de la vitrina y pagó por ella rápidamente.

-Kanon

Su voz parecía neutral cuando le habló a su amigo

Kanon levantó la cabeza cuando escuchó el tono apático y vio la revista bajo el brazo del español

-Dios... no...

-Nos podemos ir?- Shura acentuó sus palabras para no sonar agónicas...

-Por aquí- dijo el gemelo y comenzó a caminar directamente hacia el mostrador de registros y pagando por el libro que había descubierto.

Hicieron todo el camino, pasaron por seguridad sin ser molestados. Si alguien los reconoció, no dijeron nada. El anonimato de los famosos a veces era una bendición...

El aeropuerto estaba relativamente vacío a esa hora de la mañana, unos pocos hombres de negocio, un par de jóvenes, la infaltable madre con su pequeño hijo y una mujer en silla de ruedas.

El tiempo pasaba tan lento que Shura creía que hasta le crecería el vello facial...

Después de lo que pareció ser una eternidad, anunciaron su vuelo.

-Pronto estaremos abordando, amigo

Kanon miró a Shura y le dio un intento de sonrisa.

El español sólo asintió.

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En cuanto la azafata tomó sus boletos, Shura se dirigió a su asiento en Primera clase.

Abrió la revista y buscó el artículo sobre Aioria, tratando de mantener sus sentimientos a raya. Algo que por el momento creía casi imposible...

El artículo no daba mayores detalles, nada que él no supiera.

Suposiciones, hipótesis, especulaciones... alguna información personal sobre Aioria. Pero la fotografía era la razón principal por la que Shura la había comprado y sintió su corazón oprimirse, mientras delineaba tiernamente con su dedo, el rostro en la imagen.

Por suerte el vuelo no tardó en despegar. Shura sentado del lado de la ventana, apoyada su cabeza contra el respaldar del asiento, intentaba pretender que escuchaba lo que la azafata decía, pero su cerebro no procesaba ninguna información y pronto la voz femenina se perdió en un sinfín de ruidos a su alrededor.

No había dormido bien la noche previa y el murmullo de los motores del avión una vez que estuvieron en el aire, fueron suficiente para ayudarlo a caer en un sueño profundo pero inquieto.

Kanon miraba a su amigo dormir, notando cómo fruncía el ceño cada tanto. Él sabía un poco por lo que Shura estaba pasando, había perdido seres muy queridos, pero nunca un gran amor...

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Shura estaba adormecido en el sofá. Oyó la puerta del frente abrirse y el suave sonido de la cerradura al cerrarse.

Los pasos resonaban suavemente en los pisos de mármol. Su piel se estremecía en anticipación al toque de su amado.

Sintió su presencia cerca del sofá y sonrió, aunque sus ojos permanecían cerrados.

La suave caricia de una piel bronceada recorrió su antebrazo.

Una voz dulce susurró su nombre...

Shura...

-¿Shura? Shura...

La voz se hizo más demandante

-¿Deseas beber algo?

La voz de Kanon penetró su confusión mental, arrebatando esa imagen de su corazón, antes que tuviera la oportunidad de abrir sus ojos y verlo realmente...

Shura saltó levemente en su asiento y giró para ver al gemelo. La azafata le sonreía desde su posición, para ella era sólo parte de su trabajo.

-¿Sólo un jugo por favor?

Volvió a recostarse en su asiento, frotando sus manos sobre su rostro. Sintió más que ver la mano de Kanon sobre su rodilla y apreciaba el sentimiento de calma y contención que su amigo le brindaba.

Sabía que sin Kanon, él nunca habría sido capaz de hacer ese viaje, y estaba seguro que el gemelo se había dado cuenta de ello.

Sus nervios estaban al límite desde el conocimiento de la noticia. Había mirado películas de crímenes y drama con Aioria...

Jamás pensó que algo así podía tocarlo tan de cerca.

El presentimiento lo golpeó en olas de náuseas. Cubrió sus ojos con las puntas de los dedos, el anuncio de un dolor de cabeza apretaba sus sienes e incrementaba la presión detrás de sus ojos.

La azafata le entregó su jugo y una bolsa de snacks en cuanto Shura se incorporó en su asiento.

Bebió suavemente el fresco y dulce jugo de manzana, apelando a sus papilas gustativas inmediatamente.  Aioria amaba el jugo de manzana.

Shura suspiró. Cada uno de sus pensamientos de algún modo lo llevaban a él.

¿Cómo se suponía que podría afrontar la posibilidad de...?

Una mano fuerte en su brazo lo sacó de sus reverberaciones.

-No busques respuestas hasta que sepas las preguntas, Shura...

Kanon dijo, tratando de disminuir el tormento de su amigo.

-Mi pregunta es: ¿Está vivo?

-Sí, bueno... esa es la pregunta para la cual buscamos una respuesta. Pero las otras que rondan tu cabeza son las que no podrán ser respondidas hasta que resolvamos la primera.

Un sollozo ahogado escapó de Shura. Volteó su rostro mirando hacia la ventana, a las nubes que veía a través de ella, las lágrimas cayendo sin remedio por sus mejillas.

¿Estaba Aioria aún con ellos, ligero en el aire como una pluma en la brisa?

'Dios, Shura, ¿podrías ser un poquito más realista y menos poético?'

Se retó a sí mismo. Recostó su cabeza sobre el sostén de su asiento y durmió ininterrumpidamente por el resto del viaje.