Habían tenido una noche de copas entre amigos, Camus ya se había retirado porque debía trabajar al día siguiente y estaba cansado. Era un solitario...

Saga y su pareja Mu eran los anfitriones, Kanon y Shaka estaban casados desde hacía un año, Afrodita y Angelo eran novios y tanto Aldebaran como Milo eran los solteros del grupo.

Reían mientras jugaban cartas, recordando historias de sus años de estudiantes, cuando Saga encendió el televisor para buscar un canal de música.

El noticiero estaba acabando pero una noticia de último momento rompió el clima alegre del lugar...

El avión de aerolíneas griegas que había partido desde España esa noche, había sufrido una falla técnica, según se creía, y tras maniobras de emergencia en las que se comunicaron a la torre de control pidiendo auxilio, había caído al mar. No podían asegurarlo pero se suponía que no había sobrevivientes...

-Muchachos... ¿Ese no era el avión que debía tomar Aioria anoche?

Un nudo se formó en la garganta de todos y sin siquiera pensar un segundo, Kanon tomó su celular y marcó el número de Camus.

A la primera llamada atendió

-Cam... ¿has visto las noticias? ¿Crees que él las haya visto también?

-Voy saliendo para su casa, no sé cómo lo tomará pero debo estar allí con él cuando lo sepa...

-Nos encontramos en su casa, no te dejaremos solo en un momento así...

-Gracias amigos...

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Dormitaba... soñaba con esos hermosos rizos rubios enredándose entre sus dedos, su mirada llena de amor y deseo, sus labios que se abrían para él, dándole espacio a su lengua para hacer a su antojo...

Sus manos se colaban bajo la camisa blanca que contrastaba tanto con su piel tostada, sus dedos delineando los marcados músculos de su abdomen... todo de Aioria era apetecible y él se sentía en los elíseos cada vez que lo tenía en sus brazos...

Jamás se cansaría de poseerlo, era su tesoro, sólo suyo, su amado desde hacía tres años, cuando el más joven acababa recién sus estudios secundarios y se fueron a vivir juntos, sin importar lo que los demás pensaran...

Años atrás...

Todo había comenzado con cruces coquetos en las rampas del colegio cuando Aioria sólo tenía quince años y él estaba a punto de egresar para ir a la Academia de arte...

Aioria sólo sonreía nervioso pero jamás bajaba su mirada, le daba batalla a la suya, no tan inocente pero sí enamorada...

Debió resignarse a dejar pasar el tiempo porque era sólo un adolescente y no sería correcto; aún así, siempre lo invitaba a tomar helados o lo sacaba a bailar en los bares que ambos frecuentaban...

El día de su graduación, ya no se podía aguantar más, lo amaba, lo deseaba y verlo parado allí, recibiendo su diploma con un traje blanco inmaculado, resaltando el bronceado de su piel, no ayudaba.

Tras ser felicitado por su familia, todos se irían a festejar y el recién graduado se despidió de ellos.

Aioria miró a todos lados hasta verlo junto a su auto, con una botella de champagne y dos copas, sonriéndole coqueto.

Corrió a su lado y lo abrazó, sus labios se unieron torpemente, un beso necesitado...

-Ya no tienes que esperar más, ya me gradué como querías...

-La espera valió la pena, te superas cada día en tu belleza...

El cumplido sacó un fuerte sonrojo en el menor.

Subieron al auto riendo, el destino era su departamento, su taller, donde al entrar y trabar la puerta, entre risas, besos y cosquillas, lo fue desnudando...

Su aliento entrecortado ante la belleza juvenil del griego, sus manos acariciaron todo de él y luego se hundieron en chocolate derretido para dar los primeros trazos sobre el lienzo humano...

Aioria fue el mejor modelo que jamás pudo desear, puesto que al cabo de media hora, era una estatua viviente cubierta de chocolate y dulces de variados sabores...

Lo fotografió, lo filmó y luego su boca fue la encargada de quitar el empaste de ese manjar de dioses que era el cuerpo de su adoración...

Lo había tomado durante horas, una entrega llena de lujuria y pasión, hicieron el amor hasta el amanecer y los rayos del sol los encontró abrazados, en medio de un desastre de fluidos varios... la primera vez de las cientas que tendrían a partir de allí...

Se removía en la cama soñando con su amado león de ojos verdes...

El timbre de la puerta lo sobresaltó.

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Camus acababa de llegar a su hogar, un departamento pequeño donde vivía solo desde que su última relación sentimental había acabado...

Ella nunca entendería lo que sucedía dentro suyo, esos sentimientos que suprimía pero cada vez se le hacía más difícil de mantenerlos a raya.

Él amaba a un hombre prohibido, su mejor amigo, su hermano y peor aún, la pareja de su también amigo Aioria.

Se quitó el abrigo, puso la cafetera a calentar mientras encendía el televisor y de pronto, la noticia golpeó su mente...

El jarro se hubiera hecho trizas de no haber caído sobre la alfombra, pero Camus de eso ni se dio cuenta...

La tragedia del avión caído, ningún sobreviviente y los helicópteros y embarcaciones rodeando el lugar, daban un marco de película de terror.

¿Ese no era el avión en que viajaría Aioria?

Debió sostenerse con sus brazos en el sofá, eso no podía ser verdad, era sólo una mala coincidencia y en unas horas tendría el celular repleto de mensajes, fotos y bromas del castaño.

Sí, así sería... deseaba, necesitaba creerlo desde lo más profundo de su corazón...

Su celular vibró y atendió en cuanto sonó por primera vez...

No perdería un segundo, debía estar junto a su mejor amigo en ese momento y apoyarlo en todo cuanto pudiera...

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Al abrir la puerta, encontró a todos sus amigos allí, pero algo no cuadraba en lo que veía...

-Shura... - Camus estaba más serio de lo normal y su rostro mostraba algo parecido a la angustia...

-¿Has visto las noticias?- Kanon no hacía contacto visual...

-Sabes lo que opino de la tecnología, no la uso porque mata la imaginación; sólo se prende el televisor cuando Aioria juega a la PlayStation mientras yo pinto...

Todos entraron a la casa pero seguía sintiendo la incomodidad en todos los recién llegados...

-¿Me dirán lo que sucede?

Kanon tomó el control remoto y encendió la televisión donde los corresponsales daban en todos los idiomas detalles del accidente...

-¿Por qué vemos ésto?

-Dime Shura, no es el vuelo que debía tomar...

Sintió como su sangre dejaba de correr por sus venas pero se negaba a ver la realidad...

-Cam, ¿ qué quieres decir? Es totalmente ridículo lo que insinúas, si yo hablé con Aioria esta misma noche, justo antes que abordara el avi...

Sintió la bilis en su garganta y su cerebro dejó de funcionar, todo a su alrededor dejó de existir y la piadosa oscuridad lo envolvió.

Aioria...

Cayó inconsciente en los brazos del gemelo menor, quién lo llevó hasta su habitación y lo acostó en la cama.

En la sala de estar, el silencio era abrumador...

-Yo sabía que él no podría manejarlo- Afrodita suspiró, levantándose de su silla...

-Cielos Afrodita, ¿cómo creías que él podría afrontar esto?

Camus cuestionó a su amigo con un tono de voz elevado

Por Athena, ellos son muy unidos! No puedes esperar que Shura sólo diga 'Ok, podría estar muerto, yo seguiré adelante'.

Afrodita lo retó con la mirada

-Sabes que no quise decir eso, es decir, las palabras sólo se me salieron... ¡lo siento!

-Trata de ser consciente de lo que dices!

Ambos estaban listos para pelear pero Kanon los detuvo...

-Cálmense ambos... esto no ayuda en nada a Shura. Todos estamos sufriendo y el temperamento puede aflorar, pero ahora lo importante es Shura. Aioria era su vida...

La racionalidad y peso de sus palabras calaron hondo en todos los presentes, en sus corazones... Camus y Afrodita se miraron avergonzados y con una disculpa sin palabras, volvieron a sus asientos...

La verdadera pesadilla comenzaba.