07.💊
Sus dedos se posaron sobre
el pequeño bultito que
sobresalía de la camiseta
blanca que llevaba el
gestante, mismo que
dormía a pierna suelta
sobre su nido, bastante
cansado.
El azabache observó su rostro demacrado por los cinco meses de embarazo y todas esas noches y madrugadas de llanto, acarició sutilmente sus mejillas coloradas y regordetas, haciendo
que algo dentro de él se
removiera enternecido por
lo bonito que el castañito se veía de esa forma.
Desde que conoció a
Seungmin pasaba admirando esa belleza tan única que tiene el castañito, sus defectos para él no son defectos, si no algo más a lo que amar. Verle ahora con cinco meses de embarazo era algo nuevo para Su Alfa, su pancita alzándose orgullosa en cualquiera
de sus camisetas, los
movimientos del niño en su interior cuando el menor duerme son algo que él se dedica a apreciar muchas veces.
Así que su mano alzó
finalmente toda la camiseta, una enorme sonrisa llena de ternura y amor se dibujó en su rostro, su lobo movió
la cola, muy contento. Y
él delineó una vez más el
bultito.
Era triste para ambos la
situación por la que estaban pasando, por un lado, está el Omega que piensa que su Alfa dejó de amarle y por otro está en Alfa que está a punto de perder su trabajo desde hace algunos meses y no hace más que preocuparse por todo.
Estar estresado es poco
comparado a lo que el
azabache vive día a día
desde que un nuevo
miembro llegó a casa.
Suspiró bajando la camiseta de su novio y dejó un pequeño beso antes, luego dejó otro en los labios entre abierto del menor, podría decirse que es el segundo que se dan desde que se enteraron del embarazo.
Con pasos pesados
salió de su habitación,
pasando lentamente por
el salón pudo darse el
lujo de observar lo que
su novio había hecho con
el departamento en estos
meses. Como bien había
pensado, el castaño quitó la mesita de centro, dejando todos los adornos y marcos en las estanterías más altas.
Por dónde quiera que
caminaba podía toparse
con cosas del Omega, ya
sean camisetas, chaquetas,
mantas y vasos, muchísimos vasos vacíos.
Y en la cocina él ya no
sabía qué hacer pues
el embarazado vive allí
prácticamente, los primeros meses fue fruta 24/7, ahora mismo le ha dado por comer chucherías como patatas de bolsa o directamente caramelos y dulces de distintos tamaños y sabores.
Desde que entra a casa puede percibir gustosamente ese rico y
pegajoso aroma que esparce su novio por la casa, uno a frutas, que es el que porta desde que se presentó y uno a leche, que es el que indica su estado de embarazo.
Sentándose en el sillón
pudo suspirar con
intranquilidad, pasando
Sus manos por su cabello
repetidas veces para
intentar de alguna forma
conseguir algo de paz. Es
verdad que Seungmin le sigue mucho cuando está en casa y puede sentir cuando se remueve en el colchón en busca de su aroma, pero el castañito no se atreve a acercarse más y mucho menos a exigirle atención.
Poco a poco esa dura y
cruel barrera que había
implantado para evitar
el contacto con su pareja
se ha ido desmoronando
por cosas tan simples
Como verle dormir con su
pancita alzada.
Tiene unas fuertes ganas de abrazarle y estrujarle entre sus brazos para que todo su aroma se implante en él de una vez, que se sepa que además de llevar un cachorrito en el vientre, tiene a alguien que se encarga de protegerlo.
Una vez más soltó un tosco suspiro, esta vez saliendo de casa para hablar tranquilamente con su mejor amigo sin llegar a molestar al menor de
castañas hebras.
Después de unos minutos
fuera de su hogar, sacó
su teléfono y presionó el
contacto guardado como
"Llamar en emergencias
Lix"
Unos segundos en espera y
la voz chillante del menor
le llegó a su tímpano
causándole un dolorcito.
—¿Qué deseas, desgraciado?— fueron
las primeras palabras
del Omega, cruzándose
de brazos y haciendo un
puchero molesto con el
mayor, era obvio que
después de tantos días
incomunicados y recibiendo únicamente llamadas desesperadas del Omega castaño, Su humor no era precisamente bueno.
—Hablar...—murmuró
decaído el pelinegro sintiendo un nudo formarse en su garganta que más adelante no le haría posible hablar, el menor suspiró viendo por dónde iban las Cosas.
—Cuéntame lo que tengas.
—dijo revisando una última vez la habitación donde su niño de tres años dormía tranquilamente junto a Hyunjin, ambos tirados en el colchón, muchas veces se preguntaba qué tenía su
hijo menor de él pues era
una copia del mayor.
—Es que... es sobre
Seungmin... habló bajito,
temiendo decir todo lo
que le pasaba realmente al
Omega—. Sé que todo esto
del embarazo tú lo sabes
mejor que nadie, pero para
nosotros es algo nuevo y
algo que nos está afectando en vez de ser lo contrario... Mira, he intentado darle su espacio y que esté cómodo Con lo que tiene en casa, incluso le dejó solo para no molestarlo..
—La estás cagando—dijo
firme y el mayor soltó un
bufido.— ¿No hablaste con
Hyunjin sobre lo que tienes que hacer?. un pequeño "no" salió del mayor, Felix rodó los ojos algo estresado.
—. No es gran cosa, pero te aseguro que tendrás a
Seungmin bastante contento luego de ello, ¿qué hace ahora?.
—.Dormir...
—.Son las siete de la tarde,
oh bueno, Seungmin está
cansado—relamió sus
labios pensando en lo que
podría hacer el azabache al llegar a casa
—. Prepara una botella de agua fría y algo que Seungmin coma mucho
últimamente, pueden ser
papitas o yogures, acuéstate a su lado y deja que te abrace, acércate a él carajo—masculló al final algo irritado.
—Pero..
—¿Quién fue el estúpido
que te dijo que tenías que darle espacio? A los
embarazados no se les da
espacio, Bang.
—¿Y si se enfada?
—El que te va a partir las
bolas seré yo si sigues con
esa actitud de mierda...
.
.
.
.
.
.
Que tal?
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