〘CHAPTER ONE 〙
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Desde la aparición de los superhéroes la sociedad es constantemente atacada por los villanos; personajes que solo aparecían en las historietas de ficción. Seres que alimentan su felicidad y satisfacción a través del dolor ajeno, personas dolidas con el mundo que buscan venganza, humanos moldeados por la misma sociedad.

Malena no es una villana, pero tampoco un superhéroe.

—¡Suelta la bolsa y tenga las manos donde las pueda ver!

La luz de la linterna la cegó por unos instantes, no hizo falta mirar al interrogante, sabía perfectamente que se trataba de un oficial de policía.

Soltó un suspiro y levantó ambas manos, el morral caía de su honbro en dirección al suelo mientras que ella estaba de pie en la pared, bajó con lentitud y fue acercándose al hombre uniformado. Con un arma apuntando en su dirección.

—Vamos amigo, no es necesario recurrir a eso— dijo nerviosa— Mira, ya dejo esto aquí ¿Vale?— se quitó el bolso y lo apoyó en el suelo, sonrió bajo la máscara— ¿Vez? Y si eso era todo, yo ya me voy— asintió mientras se alejaba en un intento de verse amigable.

Pero el sonido del seguro del arma siendo quitado la detuvo.

—¡Las manos donde las pueda ver ladrona!

De la nada un escalofrío recorrió su columna. Levantó la mirada clavandola al final del callejón sin hacer un movimiento bruto y allí lo vio. Con su porte imponente y silencio mortífero, la persona por la cual estaba haciendo todo esto.

Su padre.

Quien seguramente estaba presente para asegurarse de que terminara con su trabajo de una vez por todas.

Volvió a mirar al policía a sus espaldas, tal vez fue por su perfecta visión, pero el brillo de un reluciente anillo puesto en el dedo anular de la mano izquierda le hizo dudar de sus acciones, el arma que tenía temblaba por su agarre, era más que obvio que estaba asustado.

Ese hombre tiene alguien que lo espere en casa.

Se sintió incrédula por lo que estaba por hacer.

No fueron siquiera tres segundos, pero la telaraña que había lanzado hacia el bolso lo atrajo a sus brazos y cuando menos se lo esperó el sonido del disparo resonó por todo el lugar dejándola con un agujero atravesandola en el abdomen.

Bien, eso no salió como esperaba.

La sirena de las patrullas no tardó en escucharse y una ambulancia ya estaba haciéndole un chequeo al valiente oficial que estuvo frente a la misma araña callejera que mandó al hospital a más de un policía.

Soltó un quejido cuando tocó con la punta de los dedos el lugar de la sangre salía y teñia su traje blanco de rojo. Desde la cima del edificio podía ver como los colegas del oficial le hacían compañía para reconfortarlo después de exponerse al peligro.

Tenía unos buenos amigos.

—Te tardaste— la voz gruesa y grave de su progenitor la hizo suspirar fastidiada.

—Pa— murmuró cubriendo la herida aun cuando era inútil hacerlo, no quería que la viera así.

Así de débil.

Sin decir una palabra por el estado de su única hija, el hombre le arrebató el morral de su torso haciéndo que ella soltara un chillido de dolor por la brusquedad. Siguió sin inmutarse y abrió el objeto para ver el contenido que resguardaba.

—Solo dos baterías, te pedí un mínimo de seis— la fulminó con la mirada.

Malena trago en seco.

—Lo siento... los super llegaron y-

—La próxima vez haz bien tu trabajo— le dio la espalda dispuesto a irse— Más te vale conseguirme las otras baterías antes de que la semana acabe.

Rodando los ojos la muchacha comenzó a caminar en dirección opuesta.

—Sí padre, lo que tu digas.

—María— aquel llamado la hizo detenerse, podía sentir la pesada mirada del viejo sobre ella— Sí vuelves a dejar testigos yo mismo me encargaré de hacer que desaparezcan, y de ti.

Arrugó el entrecejo y cubriendo la herida con telaraña saltó del edificio con el corazón martillando a mil.

No podía evitarlo, pero sus instintos le aseguran la gran amenaza que su propio padre representa.

—¿Esa araña otra vez?— gruñó Robin con los brazos cruzados dejándose caer en el sofá.

—No, el Doctor Rivera solo a hecho apariciones a la distancia en las últimas dos operaciones de la Señorita Araña— mencionó Batman siendo proyectado en pantalla— Ya hice unos análisis de la sangre que fue encontrada en el último lugar que fue vista y herida por un oficial de policía, y sólo confirmé mis sospechas.

Las fotografías de una chica y un hombre de porte intimidante fueron vistas por el equipo de jovenes aprendices. Varios se miraron entre si.

—¿Comparten el mismo apellido?— preguntó Señorita Marciana al leer los nombres en la información que Batman les proporcionó.

—¡Son familia!— señaló Wally.

Superboy seguía sin comprender del todo la situación, no conocía a ninguno de los dos.

—¿Quiénes son?— alzó una ceja el Kryptoniano.

—El Doctor Araña; un científico desesperado que demostró que el humano puede evolucionar a su manera. Así que probó sobre si mismo, ya ven el resultado— de inmediato, Robin comenzó a hablar según lo que recordaba de la información que recolectó en las veces que ayudó a Batman a enfrentarlo. Un video del villano haciendo uso de sus habilidades se reprodujo— Tal parece que su hija sigue sus mismos pasos.

—De tal palo tal astilla—  dijo Aqualad.

—Cortados de la misma tijera, que te digo. La locura es hereditaria— Chico Flash no tardó en hacer uno de sus comentarios.

Artemisa rodó los ojos.

—Sí nos muestra esto es por que algo debemos hacer ¿No?— interrogó.

—Por supuesto, encontré el lugar de residencia de la hija del Doctor Araña. La misión es de captura. Ya les enviaré las coordenadas.

– ↻d a t o  c u r i o s o ;

DAVID ÁNGEL RIVERA
@; interpretado por
miguel o'hara

❛Es un científico retirado que se unió a una banda criminal para obtener los recursos necesarios para sus experimentos❜

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