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12.

don't wanna let you down
but i am hell-bound

Primera cita.

¿A qué edad se tiene una primera cita?

Según sus padres, ambos tuvieron su primera cita a los dieciséis y diecisiete años respectivamente. Heeseung había ganado un partido de basketball con su equipo de la escuela y por ende Jake debía cumplir con su parte de la promesa. Regalarle a Lee su primera cita.

Su mejor amigo Beomgyu había tenido su primera cita a los catorce, con un chico que se aprovechaba de él y al final resultó ser un patán que simplemente estaba cumpliendo una apuesta. Choi no lo dejó salirse con la suya y al descubrirlo, le robó la billetera al tipo.

Por otro lado estaba él, quién tendría su primera cita a sus ya veinte años de edad.

¿Pero se avergonazaba de eso? Por supuesto que no. Porque era nada más ni nada menos que Yang Jungwon la persona con la que saldría.

Había estado esperando por ese momento durante mucho, mucho tiempo. No había salido con nadie más en todos esos años, nunca se interesó en nadie más incluso, por lo que no se avergonzaba en lo absoluto. Ni-ki se sentía bien sabiendo que había estado reservado exclusivamente para Jungwon.

—No.

—¿Qué tal este?

—No.

—¿Y este?

—Tampoco.

Jake soltó un suspiro y bajó los conjuntos que él mismo había creado. Su mocoso era más difícil de complacer de lo que creía.

—Tú sabes... estudié durante cuatro años arquitectura y diseños de interiores. Aprendí a dibujar y hasta hacer grafitis. Gané varios concursos de ciencias. Tomé cursos de cocina. Fuí bueno en el fútbol y hasta fuí presidente en el club de lenguas durante la primaria. ¿Cómo me convierte todo eso en alguien relativamente bueno en moda? Si no te gusta nada de lo que te muestro, deberías bajar un poco tus estándares.— se quejó regresando la ropa en el armario de su hijo.

—¿Acaso tú no te tardas horas viendo qué ropa usar antes de salir con papá?— se burló.

—¿Por qué? Si al final me la terminará quitando.

—¡Asco!— Jake rió —Cómo sea, esfuérzate un poco más. No quiero asustar de alguna forma a Jungwon con lo que use. Creerá que quiero llamar la atención y eso es lo que menos quiero.

—Hmm, ¿me recuerdas qué es lo que tienes planeado hacer?— preguntó viendo entre la ropa.

—Lo llevaré al parque Willow's a unas horas de aquí. Tendremos un picnic, ordené todas sus comidas favoritas y pienso regalarle el collar que me diste.— explicó.

Jake asintió mientras escuchaba y sonrió grande en cuánto encontró una chaqueta denim que definitivamente quedaría para la ocasión. Salió del armario (lol) y le mostró un nuevo conjunto a su hijo.

—No acepto un no cómo respuesta— dijo antes de lanzarlo contra la cama —No es muy llamativo, ni muy infantil. Pega bien para una cita al aire libre y estoy segurísimo que Jungwon se sentirá cómodo contigo si te ve usando eso.

Ni-ki estudió con la mirada la ropa y terminó asintiendo con su cabeza —Gracias, supongo.

—¿Supones?— dijo indignado.

—Estoy nervioso. No quiero arruinarlo.— tocó su pecho con una de sus manos justo dónde se situaba su corazón y vió nuevamente a su mamá —Yo... creo que voy a morir en cualquier momento.

—No seas exagerado, hijo, disfrutarás este día más que cualquier otro, créeme— le pegó palmaditas en la espalda —Sólo sé tu mismo y déjate llevar.

—¿Y si la cago?

—Eres un Lee, por supuesto que lo harás— Ni-ki suspiró con decepción —¡Pero! Eso no significa que la cita será un fracaso. Si cometes cualquier error, estoy seguro de que será tan tierno que Jungwon querrá besarte toda la cara.

Ni-ki volvió a hundirse en sus pensamientos. Jake aprovechó para abrazar a su hijo y darle confianza, susurrando palabras cómo « lo harás bien » cerca de su oído mientras este parecía querer llorar en cualquier momento.

—No estoy seguro de que lo hagas pero, ¿recuerdas que fue lo primero que me dijiste cuándo nos reencontramos?— preguntó separándose un poco, viendo ligeramente hacia arriba para mirarlo directamente a los ojos. Ni-ki negó —Fue... la primer cosa que me dijiste en toda tu vida, en realidad.— soltó una risa.

El menor ladeó un poco su cabeza y su memoria comenzó a trabajar, aunque la verdad es que no recordaba mucho de ese día más que la felicidad extrema que sintió al lanzarse a los brazos de Jake.

—Dijiste: "¿Quién es usted? ¿Por qué le grita a Jungwon?"— dijo con una sonrisa.

Ni-ki entonces lo recordó. Fue cuándo estaban en el elevador y Jake le reclamaba a Jungwon por algo de una ventana rota en el hospital. El mismo día que conoció a Jungwon fue el mismo día que conoció a su mamá.

—Y yo te respondí: "¿A tí qué cuernos te importa?"— soltó una risa —Desde el primer momento en el que te conocí, fuiste el más grande defensor de Jungwon. Ni siquiera tienes competencia. Y me siento... realmente orgulloso de tener a un hijo cómo tú.

Los ojos de Ni-ki comenzaron a picar. Se sostuvo fuerte de la cintura de Jake y tragó duro, haciendo su mayor esfuerzo por no romperse.

—Ni-ki, eres... increíble. Eres tan fuerte y audaz... lograste cosas asombrosas a lo largo de tuvida y has soportado tanto. Lograste salvar a Heeseung, a mí..., lograste encontrarme y lograste unirnos de nuevo. Lograste contar tu historia al tribunal aún siendo realmente duro...— lo miró con admiración —¿El éxito en ascenso que tiene Given? Eso lo lograste tú. Lograste incluso hacerlo sonreír, hacer feliz a Jungwon y sacarlo de su casa— contó con una gran sonrisa y una pequeña lágrima escapó de uno de sus ojos deslizándose por su mejilla —Dios, eres igual a tu padre...

Ni-ki se volvió a pegar al hombro de Jake y comenzó a respirar con rapidez, tratando de calmarse. El mayor soltó una pequeña risa y acarició su cabello.

—Gracias...— susurró cerrando sus ojos —Gracias, gracias, gracias... por todo, mamá.

—Eres el orgullo de mamá, recuérdalo.— dijo contra su oído.

Y Ni-ki volvió a llorar.

—No, no y no.— a diferencia de Riki, Jungwon era quién armaba sus propios atuendos que usaría más tarde, pero a Haewon no parecía agradarle ninguno realmente. La chica soltó un largo suspiro —¡Ohhh, vamos! ¡Debes tener algo usable por aquí!— revisó el armario de Yang pasando una por una cada camiseta que veía guindada con una mueca de desaprobación en la cara.

—¿Cuál es el problema con este?— preguntó algo confundido. A él le gustaba.

—Es deprimente— dijo sin voltearse —Sé que te gusta el estilo emo, pero es tu primera cita con tu novio y además será un picnic. No vayas a espantarlo.

Jungwon suspiró —A Ni-ki no le importa cómo me visto...

—Qué suerte tienes entonces,— contestó sin prestarle atención del todo —¡Ajá! Pruébate esto.— le pasó una camisa de botones de color amarillo pastel.

Jungwon la tomó y se la quedó viendo con una mueca en su rostro —No es mi estilo...

—Es linda.

—Sigue sin ser mi estilo.

—Sólo pruébatela, ¿de acuerdo?— dijo cansada.

Jungwon volvió a suspirar y comenzó a desabotonarse la camisa que traía puesta. Antes de pudiera quitársela del todo, la puerta de su habitación se abrió dejando ver a Sullyoon quién traía una bolsa de compras consigo.

—¡Llegué!— anunció cerrando la puerta tras de sí. Se acercó a Yang y tiró la bolsa a la cama —Anda, ponte eso.

—¿Qué-

—¿Creíste que te dejaría irte a tu primera cita con él, viéndote así? ¿Sabiendo lo depresivo que eres?

—En serio, ¿qué pecado cometí en mi vida pasada para tenerlas a ustedes dos de amigas?

—¡Pruébate la maldita ropa!— se quejaron al unísono.

Jungwon abrió la bolsa de compras y se encontró con una bonita camisa blanca, unos pantalones negros de tela y una chaqueta azulada perfecta para la ocasión. No era muy alegre ni muy depresivo. Definitivamente era perfecto.

—Ya veo por qué dicen que las mujeres tienen mejor ojo para la ropa.— murmuró tomando la chaqueta entre sus manos.

Sullyoon sonrió —Me alegra que te guste.

Yang tomó una larga y profunda respiración para posteriormente soltar un suspiro. Estaba nervioso y emocionado a la vez. Una tímida sonrisa se formó en sus labios al imaginar su pronta cita con su novio.

Su novio...

Aún se sentía irreal.

Caminaban uno al lado del otro. Ni-ki sosteniendo una linda canasta y Jungwon apretando el agarre en su bolso debido a los nervios. Se suponía que ya no eran más unos adolescentes enamorados, pero les resultaba imposible mantener la calma en un momento así.

—Creo que sería bueno detenernos aquí— dijo el menor parándose en una pequeña sombra junto a un árbol. Yang asintió y sacó la manta para estirarla contra el césped.

Ni-ki soltó una risa al ver como Jungwon se sentaba contra la manta cuando el viento comenzó a soplar en su dirección, evitando que saliera volando.

—¿Qué pasa?— preguntó desconcertado.

—Nada— contestó —Solamente eres demasiado tierno para ser real.

Jungwon volvió a agachar la cabeza tímido y Lee aprovechó para sentarse a su lado y apretar una de sus mejillas. Ambos comenzaron a sacar todas las cosas de la canasta, y los ojos de Yang comenzaron a brillar en cuánto divisó un pequeño pote con empanadas argentinas. Sus favoritas.

Sonrió grandemente hacia Riki, quién también sonrió al notarlo tan feliz.

—Come todo lo que quieras.

En pocos minutos ambos se encontraban comiendo toda la comida que había llevado el menor. Por suerte el parque estaba vacío, aunque a los lejos ellos podían divisar a un grupo de personas jugando con lo que parecía ser un frisbee.

—Terminaste la universidad, ¿no es así?— preguntó Ni-ki de repente. Jungwon asintió aún con la boca llena —¿Qué estudiaste?

—Administración— contestó y rió al ver cómo el menor ladeaba su cabeza —Lo sé, apesto para eso. Literalmente jodí el refugio... pero sí, se supone que a eso me dedico— se encogió de hombros.

—¿La pasaste bien ahí? Quiero decir... ¿hubo alguien que te hiciera daño?

Jungwon dejó de masticar y alzó una de sus cejas.
—¿Por qué asumirías algo así?

—No estoy asumiendo, sólo pregunto— se apresuró a decir.

—Mhm, pues no hubo nadie que se interesara en mí, en realidad. Siento que todos estuvieron siempre en sus propios asuntos— volvió a encogerse de hombros.

Ambos quedaron en silencio por algunos segundos. Ni-ki volvió a impacientarse, así que se apresuró a hablar nuevamente.

—¿Te está gustando esto?

El mayor de ambos se le quedó mirando con sorpresa antes de comenzar a reír dejando desconcertado esta vez a Riki.

—¿Qué pasa...?

Jungwon se tocó el estómago al sentir cómo este dolía debido a las risas.

—Ay, Dios... no es nada...— volvió a reír al ver la expresión de Ni-ki —... solamente eres demasiado tierno para ser real.— repitió sus palabras.

Ambos chicos se sonrieron ante eso y volvieron a reír. Ni-ki amaba ver todas las facciones de Yang cuándo lo hacía, las apreciaba cada una sin falta bajo la lejana luz del sol y le parecía hermoso. Demasiado hermoso.

Jungwon no era diferente. Le encantaba volver a ver la preciosa sonrisa cuadrada de Riki. Se miraba como un niño. Se divertía cómo uno, y eso le fascinaba. Una imagen digna de capturar.

Lentamente fue llevando con timidez su mano hacia la del menor, quién al sentir el mínimo choque entre sus palmas, se apresuró a tomar la pequeña mano contraria, dándole seguridad.

Jungwon miró sus manos entrelazadas, y honestamente por un sólo momento todo se sintió bien. Todo estaba bien. Nada más tomaba importancia cuando estaba al lado de Ni-ki,
eso ya lo sabía. Pero amaba esa maravillosa sensación.

Minutos más tarde, una voz a espaldas de Ni-ki hizo que el mayor levantara su cabeza.

—¿Jungwon? ¿Eres tú?

Cuándo Yang miró Taehyun sintió que toda la diversión y comodidad de hace un rato desapareció en un chasquido de dedos. Lo miró con clara duda, no esperando verlo ahí.

—¿Taehyun...?

Pero Kang estaba ocupado viendo hacia Ni-ki, y luego a sus manos entrelazadas. Decir que el chico estaba molesto era decir poco. La mirada que tenía clavada en sus manos era tan intensa que hizo a Yang separarse en un instante.

—¿Estás en una cita?— preguntó nada feliz, viéndolo ahora hacia él.

—Ahm... yo...

—¿Se te perdió algo?— preguntó Riki con una sorprendente tranquilidad, llevando una fresa hacia su boca.

—Honestamente no debería sorprenderme,— dijo con rencor, dirigiéndole una mirada de pocos amigos a Lee —siempre fuiste bueno en convertir todo un asunto tuyo.

Ni-ki ladeó su cabeza —Disculpa, ¿nos conocemos?

Y Kang soltó una pequeña risa —Resultaste ser más mierda de lo que creí.

Jungwon se apresuró a intervenir antes de que las cosas se salieran de control. —Ahm... si no necesitas nada, Tae, lo mejor sería que te fueras-

—Creí que no estabas listo para una relación— le reclamó —Y me tuviste cómo idiota persiguiéndote durante tres años para al final irte con este imbecil arrogante y egocéntrico. ¿Crees que es justo?

—No, Taehyun, no es así. Es-... te dejé las cosas claras desde el principio. Ambos lo acordamos, recuérdalo. Tú prometiste no intentar nada más y forzarme. Dijiste que estabas bien con eso...— habló con voz desesperada. Dios, no podía creer que estuvieran haciendo eso frente a su novio.

—Y tú dijiste, que no querías saber nada más sobre el amor— recordó —Esto no parece ser "nada."

Jungwon frunció el ceño —¿Estás hablando en serio, Taehyun? ¿Vas a reclarmarme por algo en lo que claramente no tienes ningún derecho?

Pronto se escuchó una pequeña risa salir de los labios de Riki, quién aplaudió una sola vez desde su lugar y echó su cabeza hacia atrás cómo si acabara de descubrir algo.

—Ahhh... ya lo recuerdo.— dijo —Taehyun, el niño celoso y malo para perder de la pista de skate... ¿cómo no te reconocí antes?— sonrió en grande, viendo como el contrario contenía la furia —Sigues siendo igual de fastidioso.

—Ni-ki...

—¿Qué hay de tí? Veo que no has cambiado nada desde entonces— respondió —Sigue siendo un mocoso mimado que nunca tendrá de qué preocuparse porque lo tienes absolutamente todo, ¿no es así?— se fue acercando cada vez más.

Ni-ki sólo podía verlo con una sonrisa. Nada de lo que dijera sobre el le afectaría en lo absoluto.

—No me sorprende que seas igual a él— dijo Taehyun, y la sonrisa del menor tambaleó al darse cuenta de quién estaba hablando —¿Qué harás después? ¿Te entrometerás en un matrimonio cómo toda una zorra? ¿Tal cómo lo hizo tu mamá?

Y Jungwon solo pudo quedarse sentado viendo cómo el menor se levantaba en un segundo y estrellaba a Kang contra el árbol, tomándolo fuerte del cuello de su camiseta.

—¿Qué acabas de decir?— preguntó entre dientes. Kang sonrió y soltó una risa que retumbó los oídos de Riki.

—¿Qué? ¿Te molestó que dijera que tu mamá es una zorra?— volvió a reír —¿Crees que tienes seis o algo así? Ya no eres un niño, Lee.

Ni-ki levantó su puño y rápidamente lo chocó una y otra vez contra la cara del más bajo, ignorando la voz de Jungwon en el fondo rogándole porque se detuviera. Finalmente tuvo que tomarlo del brazo para que le hiciera caso. Jungwon lo miró con advertencia y Taehyun escupió un poco de sangre, con la misma sonrisa desgraciada en su rostro.

—Golpéame cuántas veces quieras... pero sigues siendo solo un maldito mocoso.— susurró.

Ni-ki lo fue soltando lentamente y miró a sus propios puños empapados de sangre. Algo se revolvió dentro de sí al notarlo. Estaba siendo él de nuevo. Estaba dejándose llevar por sus sentimientos de nuevo, perdiendo el control ante la mínima mención de algo especial en su vida.

—Manten sus nombres fuera tu puta boca, ¿me oíste?— amenazó contra su rostro, arrugando nuevamente el cuello de su camisa.

—¿Nombres? ¿Quién mencionó nombres?— volvió a sonreír.

Ni-ki lo empujó lejos y comenzó a caminar en dirección a la salida del parque, dejando atrás a Jungwon quién tuvo que recoger las cosas a la rápida y correr para seguirlo.

Cerró la puerta de su auto con brusquedad y se sentó en el asiento tratando de hacer que la furia se le pasase. Era frustrante. Había despedido a gran cantidad de empleados que se atevieron a hablar de Jake y aún así sobraban personas que lo trataban con desprecio.

Quería poder hacer algo para cambiar eso.
Quería darle una buena golpiza a todos.

Jungwon entró al auto también pero Riki no se atrevió a verlo. Mantuvo su vista fija en el suelo mientras su frente se reposaba contra el manubrio.

—Ya sé lo que vas a decir. Me vas a regañar por haber actuado tan imprudentemente y me recalcarás lo inmaduro que soy.— dijo desganado.

Lejos de lo que esperaba, sintió la mano de Jungwon acariciar su mejilla con cariño. Ni-ki cerró sus ojos y se permitió a sí mismo tranquilzarse y respirar lentamente.

—Te equivocas. Quiero agradecerte por hacer lo que yo habría hecho.

Ni-ki le dirigió una pequeña mirada —¿Qué?

Yang asintió —No podemos permitir que hable así de alguien así de importante para nosotros.— dijo con suavidad —Y cómo su hijo... creo que hiciste lo correcto.

—Creí que no eras fan de la violencia.

—No lo soy— negó —Pero soy fan del respeto. Especialmente del respeto a los donceles.

Ni-ki entonces recordó que más que cuidar a donceles que no tenían hogar, el trabajo de Jungwon era buscar igualdad para ellos en la sociedad. Quería que todos pudieran tener las mismas oportunidades que los "demás" hombres. Quería que pudieran ir a los baños sin ser vistos mal sólo por ser más delgados o de contextura más pequeña. Quería que dejaran de asumir cosas por solo ver el tamaño de sus cinturas. Quería que todos ellos tuvieran el derecho de poder negarse a las operaciones si estos así lo quisieran. Sin necesidad de ser empujados por sus padres o los mismos doctores a hacer algo que podría hasta acabar con sus vidas.

Quería al menos un poco de respeto.

—Pero aún así deberías tener más cuidado— siguió diciendo —Él es policía. Si quisera... las cosas habrían terminado peor para tí.

Ni-ki suspiró —Prometo no dejarme llevar de nuevo.

El mayor ensanchó una gran sonrisa y detuvo sus caricias en la mejilla del menor. Su mano fue bajando hasta tomar con delicadeza la contraria.

—Vamos a limpiar tus heridas, cabeza de pudín.— dijo con una sonrisa.

—¿Cabeza de pudín?— alzó una ceja —¿Es ese el primer apodo para tu novio?

Jungwon rió —Suena lindo, yo amo el pudín.

—Bien, entonces tu serás...— fingió pensarlo un poco.

—Won,— respondió —Me gustaba cuándo me llamabas así. Nunca dejé que alguien más lo hiciera.

—¿Won?— Jungwon asintió —No es muy... ¿seco?

—A mí me gusta.— se encogió de hombros.

—¿Qué tal Wonnie?

—Danielle me llama así.

—No puedo creer que mi propia hermana fuera más rápida que yo— suspiró otra vez —¿Estrellita?

—¿Estrellita?

Asintió totalmente serio —Sí, es muy tú.

—¿Por qué lo dices?

—Deberías ver cómo tus ojos brillan cuando estás conmigo.— dijo con una sonrisa.

—Estás presumiendo que sólo contigo pasa eso.— ambos soltaron pequeñas risas que resonaron por todo el espacio del auto. Se vieron fijamente, y volvían a reír en cuánto recordaban la ridícula situación en la que estaban metidos.

Estrellita y cabeza de pudín.
Juntos eran un perfecto desastre.

Se adentraron a la habitación del mayor. Ni-ki se dirigió a la puerta del baño para lavar sus heridas, pero Jungwon lo detuvo e insistió en que el se haría cargo y fue a buscar el botiquín de primeros auxilios.

Así fue cómo Ni-ki se terminó sentando en la cama de Yang, esperando pacientemente mientras se tomaba su mano derecha (la más afectada) con la izquierda. Hizo muecas de dolor cuándo sintió nuevamente el ardor en su piel. Sus nudillos estaban rotos y rápidamente volvieron a llenarse de sangre por hacer presión.

Rápidamente buscó una toalla para limpiarse, no sabía qué le estaba tomando tanto tiempo a su novio.

Visualizó una prenda tirada en el suelo, lucía cómo un suéter, así que sin pensarlo mucho lo tomó y comenzó a limpiar sus nudillos.

Algo cayó.

Por el movimiento, la prenda se sacudió y algo cayó de una de las bolsas. Algo que hizo a Ni-ki fruncir el ceño.

Era algo envuelto, así que lo recogió y comenzó a abrirlo meticulosamente y en silencio. Se deshizo del envoltorio y lo guardó en el bolsillo de su pantalón, y con manos temblorosas sostuvo la pequeña bolsa con algo dentro.

Heroina.

Ni-ki no sabía qué pensar en ese momento. No sabía cómo reaccionar y el dolor en su cuerpo pasó a segundo plano. Los temblores en sus manos no cesaron y al contrario, terminaron contagiando a todo su sistema por completo.

« ¿Desde cuándo...? » apenas pudo pensar.

Y la perilla de la puerta sonó.

En un movimiento rápido guardó la bolsa en el bolsillo interior de su chaqueta y empujó con sus pies el suéter por debajo de la cama, aún con su corazón latiendo a mil.

—Perdón, no recordaba dónde había dejado las toallas y me tardé al remojarlas en agua.— dijo Jungwon a sus espaldas junto a una pequeña risa.

Ni-ki se volteó y levantó con prisa —Descuida...— intentó sonreír.

Decidió sentarse en el otro extremo de la cama, cerca de Yang para mantenerlo lo más lejos posible de su suéter "escondido". Jungwon se arrodilló frente a él y comenzó a sacar las cosas del botiquín con paciencia. Lo curaba lenta y delicadamente, pero Ni-ki sólo podía pensar en lo que había visto minutos antes.

—Lamento haber arruinado la cita— murmuró Jungwon luego de mucho tiempo en silencio, sin alejar su vista de la mano que limpiaba con cariño.

—No fue tu culpa-...

—Lo estuve conociendo durante tres años pero nunca antes había dicho algo cómo eso — le interrumpió —Para mí, él era una muy buena persona... pero ahora sólo puedo pensar en que-...— hizo una pequeña pausa. Tragó duro y levantó finalmente la mirada, viendo directamente a los ojos de su novio —... en que las personas nunca son lo que creemos— dijo con voz suave —Crees conocer a alguien pero resulta que no es así. Y entonces te arrepientes.

Otros segundos más de puro silencio.

Su voz volvió a salir suave y rota cuándo dijo:
—No conocemos a nadie realmente.

Y Ni-ki ahora lo sabía bien.

sólo me queda mandarle fuerzas a los que decidieron leer este fic, porque las cosas se ponen peor 🫶🏻

Rin.

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