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O1. father of the year award


capítulo O1
cobra kai
𝐀𝐍𝐓𝐈 - 𝐇𝐄𝐑𝐎 ❛ temporada 01 ❜

━━O1. father of the year award ・━━






HARLEY ESCUCHO LA PUERTA Y LUEGO UN RUIDO SORDO EN LA SALA. Sabia perfectamente de quien se trataba y aquello la puso de mal humor. Se tomo el puente de la nariz y soltó un gruñido cargado en frustración antes de levantarse de cama, estaba harta de aquella situación.

──01:45 de la madrugada de un lunes──murmuro para sí misma mientras veía la hora en su celular y caminaba hacia la pequeña sala de su hogar──. Gracias por esto, Johnny.

Miro fugazmente la puerta abierta y que aun mantenía las llaves puestas, y luego, a su padre. Este estaba tirado en medio del pasillo que conectaba la sala con la diminuta cocina del lugar, boca abajo y soltando sonoros ronquidos. A Harley ya no le causaba ni una pisca de lastima verlo tirado de esa forma, es más, verlo así le daban ganas de lanzarle un jarrón de agua fría y ver si así lograba que este despertara.

Johnny Lawrence, señoras y señores, el padre del año.

La rubia sabía que su progenitor había estado bebiendo no solo por el olor a alcohol que emanaba por el cuerpo de su padre, ni por la botella de cerveza que aun mantenía intacta en una de sus manos, sino porque era algo más habitual de lo que quería asumir. Lamentablemente, las actitudes de su padre iban en decadencia más y más, y ya poco le importaba si arrastraba a su hija consigo.

Harley paso por encima de él y cerro la puerta de un golpe, no había caso que se desgatara intentando despertar a Johnny y mucho menos, tratar de levantarlo. Así que, hizo lo mismo que las veces anteriores y se dirigió a su habitación en busca de un par de mantas y una almohada.

──Debería dejar que te mueras de frío o te ahogues con tu propio vomito ── murmuró enfadada mientras giraba el cuerpo de su padre y lo acomodaba de lado. Puso la almohada bajo su cabeza y luego le quito los zapatos──. Arruinas mi horario de sueños y ni siquiera te interesa, idiota.

Tendió el par de mantas sobre él y le echo un último vistazo antes de volver acostarse.















Harley despertó de golpe al no escuchar su alarma que solía dar inicio sus mañanas, se apresuró a buscar su teléfono entre las mantas y soltó un suspiro al ver que aún era bastante temprano y que su alarma sonaría en una hora más. Se levanto de la cama sin ánimos y casi arrastrando las pies, tomó la ropa que había dejado sobre su cómoda y se dirigió al baño por una ducha bien fría, aunque el agua caliente tampoco era algo que pudieran costear.

Camino hacia la cocina mientras se quitaba la toalla húmeda del cabello y revisó el refrigerador con una mueca. No había mucho por escoger, más que una caja de leche de soya a medio tomar, unas cuantas latas de cerveza, un embutido que estaba segura de que ya había vencido y mermelada. Un suspiro resignado abandonó sus labios, definitivamente tenía que ir a la tienda por más cosas o morirían de hambre.

Tomo un bowl y se hizo el mismo desayuno de siempre, cereal y leche de soya y un par de tostadas con mermelada. No era lo más nutritivo, pero era lo suficiente para quitarle el hambre matutina. Se tiro el sillón y encendió el viejo televisor de la sala. Volver al futuro se proyectaba en el televisor y a Harley se le subió un poco el ánimo.

Llevaba al menos un cuarto de la película cuando oyó los pasos de su padre. Johnny apareció en la sala ya vestido y con una mirada cansada, en su rostro se reflejaba claramente la resaca que llevaba encima. Johnny miró fugazmente a su hija y luego soltó un gruñido, sabia perfectamente que estaba molesta.

──¿No queda café? ──preguntó mientras abría el refrigerador y miraba de costado hacia Harley──. Leche de soya ¿Qué basura es esta?

La rubia rodó los ojos y le proporcionó el último bocado a su tostada, se levantó del sillón y fue hacia el lavaplatos pasando a un lado de su padre. Lo miro mientras este se dedicaba a cocinar ese embutido con mal aspecto y arrugó el ceño, Johnny tenía peores hábitos alimenticios que ella. Se acercó a la cafetera y la puso a calentar con el ultimo resto de café que quedaba, Harley podía estar muy molesta, pero siempre se encargaba de darle una taza de café bien cargada a su padre.

──Ten── dijo ella mientras le acercaba la taza humeante de café y le quitaba la botella de cerveza que Johnny estaba a punto de tomar con brusquedad──. ¿No tuviste suficiente anoche?

Johnny suspiró y cerró los ojos un momento, luego agacho la cabeza y se sentó en la mesa a comer en silencio. Sabía que sus hija tenia todas las intenciones de sonar mordaz y no tenía intención de discutir con su hija tan temprano y menos cuando se merecía todas las cosas que ella pudiera decirle.


























La chica sonrió al teléfono al ver los videos que Demetri solía enviarle durante el día, la mayoría eran de animales y otros tantos de películas que a ella le gustaban. Ella le envió un par más sobre humor matemático que solo él podría encontrar gracioso y luego abrió el chat que tenía con su otro mejor amigo, Eli. No se habían visto durante las vacaciones de verano por culpa del trabajo y porque ellos se habían ido de vacaciones a otras zonas del país, pero estos recompensaban su ausencia con videos y mensajes de ánimo. Ya deseaba que el día terminara pronto para que sea mañana y poder verlos, el trio de oro ──como solían autodenominarse── se volviera a reunir. Aunque, las razones para ver a Demetri y Eli eran completamente distintas.

Harley llevaba bastante tiempo sintiendo cosas por uno de ellos, lo cual era algo que aún le costaba aceptar y que le daba más de un dolor de cabeza, pues consideraba bastante cliché aquella situación y era algo que solo prefería leer en los libros que solía vender y no algo que le sucediera a ella. La rubia sabía perfectamente que aquellos sentimientos hacia Eli no podían ser más que platónicos, pues no estaba dispuesta a perder la buena amistad y la confianza que había entre ambos y menos aún, poner a Demetri en medio de su lio amoroso. Prefería mil veces tragarse lo que sentía a perder aquello. Por lo mismo, leer los mensajes que Eli solía enviarle la hacían suspirar. Le respondió aquel te extraño con un yo igual y luego dejo el teléfono a un lado.

La librería en la que solía trabajar pocas veces estaba llena y la señora Dolores, la dueña del recinto parecía confiar plenamente en las capacidades de la chica para cuidar y atender bien el negocio, así que la dejaba sola y se iba con sus amigas al bingo. Harley aprovechaba esas instancias para avanzar en sus lecturas o simplemente reubicar los libros que algunos compradores desordenaban.

Ahora mismo tenia un par de hileras por organizar, sin embargo el sonido de la campanilla del lugar capturó su atención. Una melena rojiza apareció en la entrada, el rostro serio y familiar de aquella chica hizo que una mueca se formara en rostro de Harley.

──Bienvenida, Miller──saludó Harley mientras apilaba los libros en el carrito. La nombrada se cruzo de brazos y observo el lugar algo crispada──. ¿En qué te ayudo?

──Quizás yo debería ayudarte a ti, Lawrence──murmuró ella sin apartar la vista de las hileras de libros mientras fruncia el ceño──. ¿Sabias que los estantes están mal organizados? No están por tamaño, ni fecha y por lo veo, ni siquiera en orden alfabético. ¿Cómo puedes trabajar así?

Harley elevó las cejas con cierta sorpresa, a pesar de que era compañera de aquella chica desde primaria y que conocía de cerca su absoluta franqueza, le seguía anonadando aquella manera de decir las cosas y que ni siquiera parara a pensar en la forma en que lo hacía.

──Están organizados por género, para tu tranquilidad──gruñó Harley mientras sacudía su cabeza── Ahora, ¿necesitas algo más o eso fue a lo que viniste?

──Venia por estos libros── contestó la pelirroja mientras extendía su brazo y dejaba un trozo de papel en el mesón──. El idiota de las historietas de enfrente me dijo que posiblemente acá los encuentre.

──Tienes que darme unos días para buscarlos──dijo Harley mientras terminaba de leer la lista.

──¿Cuántos días? ¿Uno? ¿Dos? ──pregunto la pelirroja mientras observaba el reloj en su muñeca y luego a Harley, con una ceja alzada.

La de hebras sintió como uno de sus ojos comenzaba a temblar por culpa del estrés que toda aquella situación suponía para ella. Olvidaba lo intensa que podía llegar a ser esa pecosa de pelo rojo y su extraña necesidad de control.

──Dos días.

──Bien── asintió la chica Miller con una sonrisa fingida──. Nos vemos en la escuela, Lawrence. Que los idiotas de tus amigos se preparen este semestre, el primer lugar en Ciencias es mío este año.













El día había pasado bastante rápido y ya había anochecido. Johnny había pasado por ella una vez que se despidió de a la señora Dolores y esta le pagara su sueldo ──cuya cifra siempre iba en aumento── y le deseaba buena suerte para su primer día de clases. Harley le agradaba mucho conversar con ella y le tenía un cariño especial a su jefa. Era una mujer franca, divertida y con quien solía conversar de los libros que mantenía en su local o sobre los chismes que solio enterarse en su grupo de amigas del Bingo. Sin embargo, detestaba que esta siempre estuviera buscando excusas para darle más dinero del que merecía por su trabajo, a veces era por su educación y otras tantas, porque consideraba que estaba muy flacucha para su edad. Harley presentía que lo hacía porque era consciente de que no tenía la mejor situación económica y que de verdad necesitaba el dinero, pero eso no quitaba que se sintiera un poco mal por recibirlo cuando la tienda no iba muy bien y que la señora Dolores ya era bastante mayor como para sustentarse por sí sola.

La rubia sacudió su cabeza y decidió no seguir pensado en aquello. Caminó por la tienda buscando lo necesario para subsistir un mes más, pues había ahorrado lo suficiente para comprar varias cosas y darse el lujo de su preciada leche de soya y los embutidos asquerosos de su padre. Tenía el canastito lleno y eso la ponía feliz. Fue hasta la máquina dispensadora y tomó un pack de las cervezas favoritas de su padre con cierta inseguridad y algunas latas de Coca-Cola. No es que quisiese seguir fomentando el vicio de Johnny, pero prefería mil veces que su padre bebiera en casa a que se meta en algún problema grave──más de los que ha tenido── y le suceda algo.

Cuando llegó a la caja reparó en su padre discutiendo con el vendedor y rodó los ojos, al lado de él estaba aquel chico que se había mudado junto a su familia hacia poco a los departamentos, era más o menos de su edad y tenía un aspecto simpático, sin embargo, no habían tenido la oportunidad de cruzar palabras.

──Esto y dos rebanadas de pizza, por favor──dijo ella mientras depositaba el canastillo en el mesón. El dueño del lugar le dio una sonrisa amable y luego cambio el gesto a uno molesto cuando miro a Johnny. Este les entregó el pedazo de pizza y Johnny le lanzó un billete y salió de la tienda protestando.

Harley soltó un gruñido y se cubrió un poco el rostro, avergonzada.

──lo siento, es un idiota──su español no era fluido y tampoco el mejor, pero supuso que lo que dijo se había entendido porque el chico a su lado se carcajeó y el vendedor igual.

──Permíteme ayudarte──dijo el chico mientras el vendedor le cobraba el remedio que llevaba y depositaba las bolsas con lo que Harley había comprado.

──Está bien, puedo sola.

Harley salió de la tienda cargada con las bolsas y se fue directamente al auto de su padre, dejó las cosas en los asientos traseros y luego se apoyó en el capo de este mientras bebía su lata de Coca-Cola y comía el pedazo de pizza con tranquilidad mientras veía como Johnny discutía con una mujer sin hogar a un par de metras de ella.

El sonido de la música y el auto que se estacionó a unos metros de donde estaba ella, la distrajo. De este descendieron unos chicos que conocía bastante bien y penas los vio, revoleo los ojos, eran de su secundaria y unos idiotas monumentales que se metían con Demitri, Eli y ella cada vez que podían. Soltó un bufido cuando estos pasaron por su lado, la mayoría eran niños ricos que se comportaban de manera pedante y matona, solo por el hecho de que nadie les decía nada y se creían dueños del mundo, Harley los detestaba y más aún, al cabecilla de todo, Kyler.

La puerta de la tienda se abrió nuevamente y por ahí salieron los mismos chicos que hace un momento habían entrado, algunos gritaban molestos y entre ellos estaba su vecino del cual no recordaba el nombre. Uno de ellos lo empujo y este cayó al suelo, empezaron a gritarle insultos y luego miró como uno de ellos le tiraba el remedio que el chico había comprado hace unos momentos atrás.

Harley termino su pizza y dejó la lata de Coca-Cola sobre el capo del auto, se cruzó de brazos algo nerviosa y miro a Johnny, quien estaba sentado cercade ellos y observaba con interés la situación, el rubio dirigió su mirada hacia su hija mientras elevaba una ceja y se encogió de hombros ante la incredulidad de esta. La chica desenganchó un chasquido al ver como golpeaban a su vecino una vez más y como Kyler lo tomaba del cuello de la camisa y lo lanzaba hacia donde ella se encontraba.

──¡Pero si es la rarita de la secundaria! ──exclamo uno de ellos, llamando la atención del resto del grupito. Harley se tensó y los miró con enojo──. ¿Y dónde están los bichos raros de tus amigos?

Escucho las risas del resto, sin embargo, Harley decidió ignorarlos y ayudar al pobre chico que estaba tirado frente a ella. Extendió su mano y lo ayudo a levantarse del suelo mientras su vecino soltaba algunos quejidos. Observo a su padre de reojo y notó que este ya se había levantado y caminaba hacia ellos.

──Solo ignora a este idiota──dijo ella mientras apuntaba con el pulgar al chico que la había insultado, con una mueca divertida──. Tantos esteroides le fundieron el poco cerebro que le quedaba.

──¿Qué dijiste, perra? ── cuestionó Kyler mientras se acercaba a ella de manera peligrosa.

──Lo que escuchaste──respondió Harley sin borrar la sonrisa burlona de su semblante──. ¿Será que los esteroides también te dañaron la audición o solo eres imbécil?

Kyler se relamió las labios y la miró con intensidad, mientras el grupito de atrás ahogaba las risas. Harley sabía que no debía provocar a imbéciles como él, pero no podía negar lo divertido que era.

──¡Hey, idiotas! ──la rubia observó el rostro molesto de su padre y supo inmediatamente que las cosas no terminarían bien──. Cuidado con mi auto y cuidado con lo que dices sobre mi hija.

Kyler lo miró confundido y luego soltó una risotada. Harley apretó los puños aguantando las inmensas ganas que tenia de hacerlo callar y patearle el trasero ese idiota.

──Vámonos, Johnny──dijo esta con cierto fastidio. Miró a su vecino y le hizo un gesto para que se fuera con ellos, estaba segura que si lo dejaba solo, probablemente le darían la paliza de su vida.

──¡Ya se quién es este sujeto! ──volvió a decir Kyler con burla──. Es el idiota que limpio la fosa séptica de mi casa. No sabía que era tu papá, rarita. Ahora todo tiene sentido, de un fracaso nace otro.

Eso fue motivo suficiente para que Johnny lo golpeara, pues el hombre podía permitir que se burlaran de él y dijeran lo que quisieran, pero su hija era territorio prohibido y no permitía que nadie la insulte y menos frente suyo. Harley Lawrence era una de las pocas cosas buenas que tenía en su vida.

──¡Johnny basta, no sigas! ──Harley intento acercarse, pero Kyler la empujó y luego fue tras Johnny. Este último se enfrentó cuerpo a cuerpo a él y al resto de sus amigos.

La chica soltó un gruñido y se tapó la cara con cierta frustración, divisó las luces de un carro la policía y escuchó la sirena. Johnny tenia del cuello a uno de ellos mientras los otros chicos soltaban quejidos en el suelo y a simple vista, las cosas no se veían muy bien, no para los ojos de la policía. Después de todo, Johnny era un adulto y estaba agrediendo a un menor de edad.


























Harley Lawrence desenganchó un suspiro mientras apoyaba su cabeza sobre el volante. Su vecino sujetaba las bolsas de papel que le pertenecían a su acompañante un tanto inquieta y apenado, pues consideraba que parte de lo que había pasado era su culpa y no sabía muy bien que hacer al respecto o que decir.

La rubia bajo del auto seguida por el chico, camino con cierto desgano hacia la puerta de su hogar y le hizo una señal para que este igual entrara, el chico miro el lugar con cierta curiosidad y Harley se ruborizo un poco, sobre todo porque sabía que el aspecto de su casa no era el mejor.

──Gracias──murmuró ella con cierta incomodidad mientras veía como aquel chico dejaba las bolsas sobre la mesa.

──De verdad siento mucho que hayan arrestado a tu padre por mi culpa──respondió él mientras se rascaba la nuca──. Soy Miguel, por si acaso. No nos habíamos presentado como corresponde.

──No te preocupes, Miguel──dijo la rubia mientras hacia una mueca──. Esos tipos son unos idiotas y Johnny debió mantenerse al margen. Una noche encerrado lo ayudará a pensar antes de actuar. Me llamo Harley, por cierto.

──¿Tu padre es una especie de ninja o algo así? ──preguntó Miguel con cierta emoción contenida, Harley soltó una carcajada divertida y negó efusivamente.

──Johnny Lawrence está lejos de ser un ninja y si le dices algo parecido, probablemente te de una paliza a ti también.

Miguel lejos deasustarse se rio junta ella, ambos se despidieron y cuando Harley se acostó y pensóen lo que había sucedido. Después de muchos años había visto esa chispa en supadre, una que pensaba que se había extinto hace mucho






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⋆ ── lizzie's note:
hola, arriesgándome a que esto sea un completo flop, les doy la bienvenida
al primer capitulo de ANTI-HERO.
¿Les gusto? cuéntenme.
No se olviden de dejar un voto y comentar
(no a los lectores fantasmas)
Nos vemos en el siguiente capítulo, xoxo.

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