Las mejores amigas también mienten

Rosse Leviett

Terminaron los primeros y fastidiosos tres turnos de la mañana, le daba gracias a el dios todo poderosísimo porque eran los turnos más pesados de el día. Logré entender casi todo y lo que no, mi querido amigo intentaba explicármelo, ya saben...intentaba.

—Bueno, listo, ya estamos en el almuerzo. Vienes conmigo a buscar a buscar a mi novio o te quedas aquí hablando con estas "criaturitas" – le pregunto con una de mis cejas arqueada, aunque ya se la respuesta.

—¿Y verte besuqueando a esa cosa? No gracias , prefiero mantener mi desayuno donde está –Me mira asqueado mientras sostiene su estómago con ambas manos.

—Sinceramente a veces me cuestiono como llevamos tantos años de amistad. Eres tan antipático que das repelús.

—Será porque soy un amor, doy buenos consejos, te consigo comida, te levanto en las mañanas, te traigo a la escuela...

—Ya, cállate, ya entendí.—lo interrumpo.

— Eres tan perceptiva — me observa burlón —Además sólo soy antipático con ese imbécil.

Me besa ambas mejillas y se va por el pasillo a quien sabe donde antes de que puede protestar.

Dejando de lado a mi mejor amigo y sus locuras, giro sobre mis talones y sigo la dirección opuesta en la que se fue él. Subo las escaleras de a dos hasta llegar a los salones de 3er año y me asomó en el salón de Marcos con la esperanza de verlo pero ni pista de él.

–Hey Mat – llamo a uno de sus amigos que me sonríe y se acerca – ¿Sabes dónde está Marcos ?

– Salimos hace unos minutos de la cancha , y cuando regresábamos me dijo que debía pasar por los laboratorios para realizar unas consultas.

Frunzo el señor con su respuesta, si dos palabras no podían estar juntas en una oración eran Marcos y estudiar.

Le agradecí  y me encaminé en su busca.  Bajé las escaleras que llevaban a los laboratorios retorciéndome los dedos por la emoción y los nervios que me da volver a verle .

Durante estos dos meses había trabajado en hacer  a un lado mis inseguridades , quería dar otro paso en nuestra relación , quería dar El paso.

Mi primera parada fue el salón de Física dónde reinaba el silencio la segunda parada biología, lo mismo; pero dicen que la tercera va la vencida.

El  salón de Química fue el tercero, el más alejado de todos y el menos visitado por el alumnado , dudé que Marcos estuviese allí y di la vuelta pero unos sonidos llamaron mi atención.

Gemidos

Eran a penas audibles pero aún así los escuchaba , me acerqué lentamente con el corazón palpitando tan fuerte que podía sentirlo en la garganta.

En el mejor de los casos detrás de la puerta se encontraría una pareja cualquiera teniendo sexo , yo me disculparía alegando que dejé algo en el salón y me iría.

En el peor... Pues realmente no quiero ni pensarlo.

Paso mis sudadas manos por mis jeans y suavemente agarro la manija de la puerta abriéndola tan lentamente que era tortuoso.

Pero para mi sorpresa o tal vez no , conocía perfectamente ese cabello castaño . Era él  , pero lo peor era que la conocía a ella más que a nadie.

Sus tacones se enterraban en sus glúteos mientras él empujaba hacia ella con fuerza para penetrarla .

Mis sentidos se apagaron por completo , no me podía mover , incluso podría asegurar que no estaba respirando.

Desearía que mis ojos me engañaran. Desearía que el tatuaje que consiguió de regalo en una feria y que yo escogí no estuviese justo en su tobillo. Pero lo estaba, era real, mi mejor amiga se estaba tirando a mi novio.

Lágrimas de impotencia se deslizaban  por mis mejillas, mientras la imagen se me quedaba grabada a fuego en las retinas.

—No, no...esto...no – mis palabras salían entrecortadas como breves susurros ahogados .

Di un paso atrás pero un sonido seco se escuchó cuando golpeé con la parte trasera de mi pie la puerta.

Marcos volteó el rostro hacia mi dirección parando el movimiento de sus caderas sobre ella.Su mirada se congeló  y luego se tornó en el más profundo pánico.

Rápidamente se quitó de entre sus piernas como si quemara y comenzó a intentar subir sus pantalones

La que fue mi mejor amiga y la mujer en la que más confíe en este mundo, me observaba con la ropa echa tirones , se incorporó de forma rápida y sus ojos se nublaron.

Falsa , mil veces falsa.

—Rosse esto no es lo que crees, te juro que...

No tengo idea de en qué momento caminé hacia ella pero lo siguiente que escuche fue el estruendo de mi mano en su mejilla.

-—¿Estas hablando en serio? – mi voz sonaba calmada , todo lo contrario a la tormenta que tenía dentro – ¿ Te encuentro enrollada con mi novio y eso es lo primero que se te viene a la mente "esto no es lo que piensas" ? venga Hanni – sonreí – que cliché.

Su mano sujetaba su mejilla colorada , sollozos se escapaban de sus labios y yo no podía mirarla , donde quiera que posaba mis ojos encontraba la palabra TRAICIÓN en letras mayúsculas.

–Estuve todas las vacaciones preocupada porque te estabas alejando – engranajes se movieron en mi cabeza conectando todo ¿Hace cuanto tiempo me engañan ? Un mes , dos ¿un año ? – pensé que yo era el problema, pero no  , tú lo eras.

— ¡Si esto sucede es tu culpa! – me grita –  estábamos pasando por un mal momento en nuestra amistad  y tu no le diste lo que el necesitaba – señala a Marcos – si no hubieses sido una mojigata con él esto no habría pasado.

Una risa seca salió de mi garganta , estaba a punto de derrumbarme pero no les daría el privilegio de hacerlo frente a ellos.

—Fuiste mi amiga de la infancia, joder confíe en ti .... ¡Ciegamente  joder! — le grito — Olvida todos los putos años de amistad que tuvimos, cada momento, cada secreto, olvídalo todo Hanni porque tú solita lo echaste a perder.

Dirigí mi vista hacia Marcos y la imagen de él suplicando con la mirada me asqueó a niveles alarmantes.

—Nena, perdona si. No volverá a pasar —su voz sonaba  desesperada.

—No mereces siquiera respirar el mismo aire que yo .Púdrete –Ni siquiera enfoqué  y salí el salón   sosteniendo los pedazos de mi corazón .

Gruesas lágrimas que no había dejado escapar antes empezaron a  escaparse de mis ojos y entré en el baño metiéndome en uno de los cubículos.

Sus palabras ardían, en mi mente sólo se reproducían todas las risas, las lágrimas y momentos juntos. Todo hecho mierda por un polvo, genial.

Dolía y quemaba como el infierno pero no podía flaquear. No cuando ella disfrutaba mientras yo me preocupaba . No cuando mi "dulce novio" me veía la cara de idiota. No cuando ya no podría mirar a Justin porque él me lo dijo un millón de veces.

Los sollozos cesaron y por fin pude respirar normalmente sin echar a llorar nuevamente. No tenía idea de que tiempo llevaba encerrada , tal vez una hora ¿Dos?

Me levanté y limpie mis lágrimas, la ira se apoderó de mi haciéndome temblar. No iba a sufrir por la leche derramada (irónico)

Salí del cubículo  para refrescar un poco mi rostro en el lavabo antes de salir al pasillo y dos cabellera rubias se atravesaron en mi visión.

Las tres nos observamos con verdadera curiosidad, mientras yo tenía dos copias de Marilyn Monroe ellas debían ver a una no muy alejada de  la Llorona. No estaba en mi mejor momento con los ojos rojos inyectados en sangre de tanto llorar y cara de asesina serial.

—¿Estás bien? ¿Te pasó algo malo? — habló una de ellas.

Por mi cabeza pasó el hecho de ignorarlas y marcharme , pero realmente necesitaba desahogarme y no hay nada mejor que contarle tus problemas a un desconocido.

—Supongo que si, los cachos ya se me deben ver. Díganme si es así, procederé a ponerles bisagras —forcé una sonrisa.

—Nosotras no vemos nada de cachos, pero un corazón roto si. ¿No es así, Nashely? —no se si no pillaron el ambiente o sólo son amigables.

—Correcto, Ashley— musito la otra.

—Comprendemos que no quieras hablar sobre ello pero no estas en condiciones de quedarte a un acto escolar. Mejor vas a casa y comes helado, a ver si te recuperas , eso siempre funciona

No hallaba fallas en esa lógica, ahora mismo helado sonaba a drogas y de las fuertes.

—Haré eso...mierda — caí en que Jay no me iba a consolar, ni amarrada lo llamaría —Tendré que comerlo sola –Murmure para mi misma pero las mini rubias se miraron entre sí, como si tuvieran transmisión de pensamiento.

—Si no te molesta nosotras podríamos comerlo contigo – hizo una mueca – Lo cierto es que llegamos hace poco y no nos vendría mal. Soportarnos entre nosotras se vuelve cada día más difícil –Se miraron con complicidad entre sí.

— Ummm.... por mi no hay problema. Sólo tenemos que pasarnos por un supermercado y listo – sonreí esta vez más animada.

—¿Tus padres estarán de acuerdo con esto? Podríamos ser asesinas seriales— La que suponía que era Nashley habló.

— Mis padres no están en casa, pueden asesinarme a gusto – rompimos a reír.

Pasamos por el supermercado y tuvimos que conseguir un taxi para llevarlo todo. Quizás nos habíamos pasado, compramos helado para casi 10 relaciones fallidas más.