Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAP 16●

On your marks

Rosse Leviett

– Espera, espera, a ver si entiendo –  Justin daba vueltas de un lado a otro gesticulando con sus manos mientras intentaba comprender algo que ni yo misma sabía – ¿Estás diciéndome que escuchaste a Reece hablar por teléfono con Henrick?

– No sé si es tu Henrick , lo que si se es que mencionó  ese nombre . Además no es como si yo pudiese estar segura , solo escuché una parte de la conversión.

Justin me observo con cara de pasmado y yo solo me encogí de hombros. No sabía si hablábamos de la misma persona pero estaba segura de que tenían una conexión, las personas no aparecen de la nada ...o sí?

– Es imposible que sea mi Henrick. Recién llego ayer, no pueden conocerse.

–¿Si sabes que no es adecuado que lo llames tuyo cuando ni siquiera son "amigos"?

– Si claro, no me digas – una nota de sarcasmo salió de sus labios – Céntrate y dime de qué hablaban o que escuchaste.

– Bueno al parecer Reece quiere que Henrick regrese a Alemania y se aleje de una persona. No estoy muy segura pero ellos deben conocerse bien, el hizo énfasis en que no lo necesitaba en absoluto aquí –  Justin me observaba inquieto – ¿Crees que puedas averiguar algo? Por pequeño que sea, no importa.

– No lo sé Rosse no tenemos esa confianza pero te lo haré saber, no es como si él se fuese a ir mañana – El pequeño murmullo de Justin no pasó desapercibido.

–¿A qué te refieres? No sabes cuánto tiempo el va estar aquí, puede irse apenas yo cruce esa puerta.

–No lo hará.

Me quedé pensativa buscando mas pistas que los unan.

–Jay tatuajes ¿Viste si tenía uno ? Recuerdo que cuando no los topamos en esa habitación ví un destello de uno similar al de Reece.

– Rose en serio, ayer para esa hora ya estaba lo suficientemente alcohólico como para recordar y no es como si precisamente pudiese desviar mi atención a otras cosas cuando estamos cogiendo , puede que lo imaginaras.

–¡No fueron imaginaciones mías Justin! – exclamé alterada.

– Ok ok a ver ¿como es el tatuaje que viste ?

–Un cuervo con una flor en el pico, si mal no recuerdo ambos lo tienen en el mismo lado solo que el de Reece es blanco.

–¿Acabas de decir tatuajes combinados? ¿Insinuas que son pareja?

– Ay para con esos celos. Reece es lo más ingay que existe, solo míralo.

– Vale , intentaré ver qué puedo conseguir.

Bueno eso estaba muy bien para mí, no podía simplemente dejar las cosas sueltas. Mi cabeza ya era un desastre de por sí y ahora no podía haber otro problema más. Iba a morir de estrés.

Suspirando pesadamente me recosté en los desgastados cojines y comencé a masajear mis sentidos.

- La cabeza me duele como mil demonios siento que puedo morir.

– Ja ¿crees puedes tomarte dos botellas de vodka sin respirar y salir ilesa? ¿Está loca?

– ¿¡Dos qué!?

–Botellas cariño. Me pareció extraño que estuviese de acuerdo con nadar semidesnuda en la piscina, gracias el cielo Reece estaba ahí.

– ¿¡Yo hice que cosa!? – Rápidamente me incorporé y mire a mi mejor amigo con los ojos como platos.

– No, no, a mí no me estés mirando así que tú solita quisiste beberte eso.

– Arrgg, a veces me cuestionó que hice yo para marecer un amigo como tú.

–Me amas Rosse , admítelo – me sonrió.

– Sabes que , voy a llamar a las gemelas porque tú no sirves para hablar tranquilamente – le respondí mientras le tiraba su cojín favorito.

–Creo que lo vas a tener difícil, estan en vuelo a Grecia en estos momentos.

– ¿Como es posible que ocurran tantas cosas en solo unas horas?

Justin se recostó a mi lado y mantuvimos un pequeño silencio, no es como si Justin fuese un niño que no tuviese problema y estaba segura de que los tenía pero no me hablaba de ellos. Así que decidí callarme y no contarle lo sucedido en el despacho.

–¿No crees que tu vida se está llendo a la mierda Rosse? – Justin rompió el silencio con la pregunta que más me atormentaba.

–Se puede decir que si.

– Se supone que la vida es un ciclo cambiante de etapas pero no creo que hayas tenido ningún cierre en específico.

–¿Eso crees? – solté un pequeño gemido.

– Te traicionó tu mejor amiga y tu novio, tu madre te trajo un extraño a vivir en la casa, aparecen personas constantemente. Estoy algo preocupado por tí.

– Estoy bien, es algo movido pero estoy bien – sus grandes manos acariciando mis cabellos me hicieron acordarme de los abrazos que me daba mi padre.

Justin siguió pasando sus manos por mi cabello e instantáneamente mis ojos comenzaron a cerrarse. A los lejos escuché el pequeño consuelo de mi mejor amigo mientras besaba mi frente.

– No dejare que te pase nada, no es...

(...)

No recordaba que mi habitación fuese tan calurosa o que mi edredón pesase tanto. Me moví incómoda en la cama mientras buscaba mi zona de confort cuando de repente unas manos me halaron de nuevo hacia el calor. Volví a rodar sobre mi misma mientras otras manos abrazaban mis caderas , para toparme con otra pared más, que demonios estaba pasando aquí.

Lentamente abrí los ojos para encontrarme con la vista de una pared de músculos literalmente.

-¿Te interesa lo que ves? –El leve susurro con acento alemán me hizo estremecerme.

– No tengo idea de que hablas, pero en cambio tengo dudas de el por qué me abrazas tan posesivamente – dije apartándome de él pero chocando a mis espaldas.

– Pequeña es tú culpa. Tu me hiciste cubrirte así.

– ¿Yo? ¿Estás loco? Ni siquiera se quién eres para tomarte esas libertades – fruncí el ceño.

– Quizás si estoy loco, pero verte llorar desconsoladamente en sueños me partió el corazón – me tensé y toque una de mis mejillas, estaba húmeda.

– Vaya , y yo que  pensaba que era común de alemanes no tener.

– No seas perjuciosa – sonrió.

– ¿Podrías soltarme?

– Tendrás problema con eso – Henrick señaló con su barbilla en la dirección opuesta a la que me encontraba, me gire lentamente en mi posición para ver el rostro de Jay.

Se encontraba dormido profundamente pero me mantenía sujeta de las caderas como si fuese su posesión más preciada. En efecto, me encontraba en una cárcel de carne.

– Oye Justin suéltame – por más que se lo decía no me hacía caso , agarré su mano e intente moverla pero me apretó aún más haciéndome jadear del dolor.

– Justin suéltala. Oye Justin. –  Henrick por su lado continuaba llamándolo pero mi mejor amigo no respondía.

Gruesas lágrimas comenzaron a escurrir de mis ojos y los nervios me estaban matando. Agarré su mano y clave mis pequeñas uñas en ella pero Jay no respondía.

Incluso ni las palabras de Henrick lo hacían reaccionar, este por su parte ni siquiera podía intentar quitar su mano porque su agarre siempre se hacía más fuerte.

Mi débil estabilidad emocional, mezclada con el cansancio me hicieron llegar a mi límite.

–¡¡¡Justin, que me sultes de una buena vez!!!! – solté un grito con todas mis fuerzas que hizo que hasta Henrick saltará en su sitio. Justin lentamente comenzó a salir de su trance y a soltarme.

– ¿Rosse?

En cuanto sus manos dejaron mi cuerpo, salte instantáneamente de la cama, me puse mis zapatos y agarre mis cosas que descansaban en el escritorio de Jay.

– Rosse espera ¿que te pasa? – sus ojos me miraron con confusión. Comenzó a levantarse de la cama y yo me encogí en mi sitio.

– Yo...ya me...tengo que...ir. Hasta luego.

Mi mirada se dirigió hacia Henrick que me observaba temeroso de mí reacción. Asentí en su dirección y salí disparada de la habitación. Ni siquiera fui capaz de responder el adiós de la mamá de Justin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro