capítulo 2
"El eco del orgullo"
Lucifer permanecía en su trono en el corazón del Anillo del Orgullo, un reino donde el fuego y el acero se entrelazaban, reflejando el poder y la grandeza de su gobernante. Los demonios a su alrededor se inclinaban en silenciosa reverencia, temerosos incluso de respirar demasiado alto en su presencia. Pero a él, ese miedo le resultaba tedioso. Era natural. Predecible. Lo que realmente le mantenía inquieto era algo mucho más personal.
Lucifer (mirando el horizonte infernal, con una leve sonrisa de autosuficiencia):
"El orgullo... mi esencia, mi fuerza, la chispa que me liberó de las cadenas del Cielo. No soy como ellos. No soy uno de esos seres divinos conformistas, que viven bajo las reglas de un tirano. Yo forjo mi propio destino."
La sombra de una duda pasaba por su mente, pero no la dejaba asentarse. Sabía que Charlie ahora conocía la verdad, pero no tenía miedo. Su hija tenía su sangre, su fuego, su orgullo. Ella entendería su lugar en el gran esquema del Infierno. Con el tiempo, su rebeldía se extinguiría, y ella se pondría de su lado, como siempre lo había hecho.
Lucifer (con una risa fría y altiva):
"¿Rebelarse contra su destino? Qué dulce ironía. Yo, el príncipe de la rebelión, el maestro del desafío, ahora me enfrento a mi hija, que cree que puede escapar de lo que es. Pero, al igual que todos los que intentan desafiarme, descubrirá que el destino no es algo que pueda ser evitado. Y su destino... está entrelazado con el mío."
Se levantó lentamente de su trono, su imponente figura proyectando una sombra que parecía abarcar todo el salón. Su reflejo en los espejos oscuros de la sala mostraba a un ser perfecto en su imperfección, un ángel caído que había tomado su debilidad y la había convertido en una fuente inagotable de poder.
Lucifer (mirándose con admiración, su voz resonando en el vacío):
"El Cielo me temió porque vieron lo que soy capaz de lograr. Mi orgullo fue la chispa que encendió una guerra celestial, y ahora, mi hija... mi legado, será la llama que mantenga vivo el Infierno. ¿Qué podrían entender esos simples mortales y ángeles sobre lo que he sacrificado para alcanzar este poder?"
(Pausa, su rostro se endurece)
"Ella, también, aprenderá lo que significa gobernar. Aprenderá que el poder absoluto requiere sacrificios absolutos. Y cuando lo haga, volverá a mí. Después de todo, no hay mayor verdad que el poder que yace en nuestro linaje."
En el cielo
Mientras Lucifer contemplaba su propio reflejo, los arcángeles estaban reunidos en la sala celestial. Sus expresiones eran solemnes, conscientes de la agitación que se avecinaba. Los ecos de la rebelión de Lucifer aún resonaban en sus mentes, y ahora, su hija amenazaba con hacer tambalear una vez más el equilibrio entre el Cielo y el Infierno.
Michael (con una mirada severa, sus alas doradas reflejando la luz celestial):
"El orgullo de Lucifer ha sido su perdición... y ahora su hija lleva esa misma marca. El momento de la confrontación ha llegado. No podemos permitir que su arrogancia consuma aún más de la creación."
Gabriel (suavemente, pero con una firmeza indiscutible):
"Charlie no es como su padre, Michael. Aún hay bondad en ella, aún hay esperanza. Pero si seguimos permitiendo que el orgullo de Lucifer crezca, su influencia podría ser irreversible."
Adam, el primer hombre, estaba presente, observando en silencio. Su mirada era más dura que de costumbre, sus pensamientos ocupados por la historia que había vivido y el peso del orgullo que había presenciado en el Jardín del Edén. Sabía, más que nadie, lo que podía costar el orgullo desmedido.
Adam (en sus pensamientos, con una furia contenida):
"Lucifer... tu caída fue solo el comienzo. Tu maldito orgullo arrastró a tantos, y ahora... pretendes arrastrar a tu hija. definitivamente me das asco.
en el hazbin hotel Charlie había estado muy intranquila.
la conversación que tuvo con roo solo había avivado más la mecha de su ira y determinación .
Charlie tengo:que hablar con el líder de los ángeles.
vaggie:Charlie estas segura no creo que ellos estén felices de ayudarte sabiendo el propósito que tu padre quiere que tengas.
Charlie:a la mierda mi padre el cree que solo me quedaré de brazos cruzados.,pues no.
ángel dust:así se habla corazón valiente.
husk:te apoyaremos en esto.
sir pentious:si cuenta con nosotros.
Charlie:gracias chicos
dijo Charlie feliz.
en otro lugar.
[Escena: Un cuarto oscuro, apenas iluminado por el débil resplandor de una chimenea. El ambiente es pesado, cargado de una extraña energía. Alastor, normalmente elocuente y confiado, se encuentra sentado en una silla, cruzado de brazos, mirando a Roo, una figura siniestra y burlona. Roo se inclina sobre él, con una sonrisa torcida y los ojos brillando con una malicia inquietante.]
Roo (con voz seductora y malévola): "Oh, Alastor... Qué encantadora sorpresa verte tan inquieto. ¿Es que acaso la pequeña Charlie te tiene nervioso? ¿Preocupado por cómo jugará con su destino? (ríe suavemente) El anticristo, intentando escapar de lo inevitable... qué patético."
Alastor (con una sonrisa tensa): "Tú y yo sabemos que no es tan simple, Roo. Charlie no es como los demás... tiene una fuerza de voluntad que podría sorprendernos a todos. Y aunque su destino esté marcado, me pregunto... ¿qué haría si lograra cambiarlo?"
Roo (riéndose en voz baja, acercándose más): "¿Cambiarlo? (su tono es burlón) Oh, querido, tú deberías saber mejor que nadie que no hay escapatoria. El destino de Charlie está sellado, y cualquier intento de resistir... solo hará que su caída sea más espectacular."
Alastor (con un toque de nerviosismo, pero tratando de mantener la compostura): "Quizás... pero siempre he tenido curiosidad por aquellos que desafían lo imposible. Y Charlie... ella es diferente. Hay algo en ella que me intriga. No es solo su destino lo que está en juego... sino cómo enfrentará las sombras que la rodean."
Roo (ladeando la cabeza, fingiendo estar pensativa): "Mmm, sí... algo en ella te fascina, ¿no? Pero no olvides, Alastor, que su alma está destinada a ser consumida... y qué hermoso será cuando finalmente lo acepte. Ya sabes lo que pasa cuando los más puros caen." (Se ríe sádicamente) "La tragedia es... deliciosa."
Alastor (tratando de controlar su incomodidad): "Quizás... pero no deberías subestimarla. Si hay algo que he aprendido, es que los caminos más oscuros a menudo llevan a sorpresas inesperadas. Tal vez, solo tal vez, Charlie pueda encontrar una forma de redimirse... o de redefinir lo que significa ser el anticristo."
Roo (sarcásticamente, inclinándose aún más cerca): "¿Redimirse? (ríe, casi con placer) No seas ingenuo, querido Alastor. Esa esperanza tuya es casi adorable... pero recordemos algo importante. (Le susurra al oído) Yo tengo tu alma, y no hay nada que puedas hacer al respecto. ¿No te emociona ver cómo esta historia se desenvuelve? No puedes escapar de lo que te espera... al igual que Charlie no puede escapar del fuego que ya arde en su interior."
Alastor (respirando profundamente, su sonrisa ahora más forzada): "Ah, Roo... Siempre tan perspicaz. Pero no subestimes el poder de la incertidumbre. Incluso en el infierno, no todo está escrito en piedra. Charlie podría sorprendernos... Y si lo hace, estaré allí para verlo."
Roo (con una sonrisa torcida, disfrutando de su control): "Oh, lo sé, Alastor. Y lo mejor de todo es que, pase lo que pase... estarás atrapado, conmigo, hasta el final. La verdadera pregunta es... ¿cuánto disfrutarás del espectáculo antes de que también te consuma?"
[La escena retoma su intensidad. El aire en el cuarto oscuro parece vibrar con la tensión creciente. Roo está más cerca de Alastor, casi como si saboreara cada palabra que está por decir, con una emoción oscura y sádica.]
Roo (con una sonrisa que apenas puede contener su entusiasmo): "Oh, Alastor... lo que más me emociona... (se relame los labios) es ver cómo la pequeña Charlie será consumida. Su bondad... su adorable esperanza... todo eso se marchitará y se derrumbará, y cuando finalmente ceda, será sublime. No hay mayor placer que ver a los 'puros' caer en las sombras que tanto intentan evitar."
Alastor (mirándola de reojo, intentando mantener la calma): "¿Así que eso es lo que esperas? Que su bondad se desmorone... que simplemente sucumba al destino que tú crees inevitable."
Roo (con un brillo malicioso en los ojos): "¡Exactamente! No hay nada más fascinante que ver cómo la resistencia se quiebra. Verás, Alastor... su luz será devorada. Y lo mejor de todo es que no sucederá de golpe. No... será lento, doloroso, y cada vez que intente aferrarse a su bondad, las tinieblas la consumirán un poco más. ¡Y yo estaré allí para saborearlo todo!"* (ríe con crueldad).
Alastor (nervioso pero también curioso): "La has subestimado antes, Roo. Tal vez la estés subestimando otra vez. Puede que haya más fuerza en su bondad de lo que crees."
Roo (más excitada, su voz cargada de una risa oscura): "¡Oh, pero eso es lo que hace esto tan delicioso! Cuanto más luche, más profunda será su caída. ¿No lo ves? Es inevitable. Y cuando llegue el momento, su luz se apagará, y solo quedará... el caos. Entonces, será mía."
Alastor (frunciendo el ceño, aunque no puede evitar su propia curiosidad): "¿Y qué harás cuando suceda? Cuando Charlie finalmente ceda a lo que tanto teme."
Roo (con una sonrisa triunfal, susurrando con emoción): "La disfrutaré, por supuesto. Cada gramo de su desesperación, de su entrega. Y tú, Alastor, tú lo verás todo... atrapado en tu propio destino, observando cómo la 'redención' se convierte en su ruina." (se ríe suavemente) "Será glorioso. Su bondad... se desintegrará. Y cuando ocurra, nada podrá detener la oscuridad que emergerá de ella."
Alastor (en un tono más bajo, más para sí mismo): "Tal vez... pero incluso las sombras necesitan luz para existir."
Roo (con una sonrisa siniestra, excitada por lo que está por venir): "Oh, querido Alastor, eso es lo que hará este espectáculo tan grandioso. Ver cómo esa luz, su luz, es devorada hasta el último destello... (se ríe con una emoción sádica) Ese es el final que espero, y no puedo esperar para verlo."
[La oscuridad del cuarto parece volverse más densa. La energía que emana de Roo se intensifica, como si la idea que acaba de brotar en su mente le diera una especie de éxtasis. Alastor, aún nervioso, mira a Roo con una mezcla de curiosidad y recelo. Roo se aproxima aún más, sus ojos brillando con un brillo peligroso y emocionado.]
Roo (con una sonrisa amplia, casi jadeante de excitación): "Y lo que me emociona aún más, Alastor... (ríe con un toque de locura) es ese poder que Charlie lleva dentro de ella. ¡La hija del mismísimo Lucifer!" (se inclina, casi hipnotizada por sus propias palabras) "Parte ángel, parte demonio… una criatura que podría devastar todo a su paso si tan solo dejara de aferrarse a esa ridícula bondad."
Alastor (sus ojos brillando con curiosidad genuina): "Es cierto... ese poder está latente. Hay veces en las que hasta yo puedo sentirlo, como una tormenta esperando ser desatada. Si Charlie alguna vez lo aceptara... ¿qué tan destructiva podría ser?"
Roo (riéndose, casi deleitándose con la idea): "Oh, ¡sería devastadora! Incontrolable. Sería como un relámpago cayendo sobre el infierno mismo. Su parte angelical combinada con lo demoníaco... ese poder bruto es más de lo que cualquiera de nosotros podría manejar. Pero eso es lo mejor, ¿no crees? Una vez que ceda, una vez que abrace su verdadera naturaleza, su luz y oscuridad se unirán en algo inigualable." (ríe de nuevo, casi saboreando la anticipación).
Alastor (con una sonrisa torcida, su curiosidad superando su incomodidad): "Imaginarlo es... tentador. Ver lo que podría hacer si decidiera soltar todo control, si su parte celestial se fusionara con lo demoníaco. Ella podría... destruir a cualquiera que se le opusiera."
Roo (excitada, casi relamiéndose): "¡Exactamente! Podría consumir todo con su mera presencia. Su bondad, ese pequeño obstáculo, es lo único que la frena. Pero cuando la deje atrás, cuando abrace su verdadero ser... el poder que desatará será inimaginable. Y lo mejor de todo es que ella misma no se dará cuenta de lo sublime que será hasta que ya sea demasiado tarde."
Alastor (inclinándose hacia adelante, interesado): "Pero entonces, ¿cuál es el detonante? ¿Qué hará que Charlie abandone esa bondad? ¿El sufrimiento, la desesperación, o algo más profundo dentro de ella que ni siquiera comprende?"
Roo (su voz llena de excitación, casi temblando): "Todo. Cada fragmento de duda que crece en su interior. Cada traición, cada decepción... Y cuando finalmente llegue el momento en que no pueda más, cuando su bondad sea inútil frente a la oscuridad del mundo que la rodea... Entonces explotará. Y ese poder, ese poder puro... lo veremos desatarse como un cataclismo."
Alastor (sonriendo ligeramente, pero aún en una reflexión profunda): "Es una posibilidad que ni siquiera puedo prever del todo. Lo que me intriga es si Charlie podría controlar ese poder o si la consumiría por completo. Y si lo hiciera... ¿quién de nosotros quedaría en pie para verlo?"
Roo (riéndose con un tono sádico): "Oh, no se trata de quién quedará en pie, Alastor. Se trata de cuánto tiempo podremos deleitarnos con el espectáculo antes de que todo sea destruido. ¿No lo ves? Charlie es la chispa, y nosotros, los espectadores privilegiados... hasta que su poder nos consuma también." (le lanza una mirada lasciva) "Y no te olvides, tú y yo estamos atrapados en esto. No puedes escapar de lo que vendrá, igual que ella no puede escapar de su destino."
Alastor (con una sonrisa más tranquila, pero aún con esa curiosidad insaciable): "Quizás no... Pero mientras tanto, será fascinante ver cómo evoluciona. Ya no es solo su destino el que está en juego... sino el nuestro también."
Roo (con un brillo diabólico en los ojos): "Exacto. Y no hay nada más emocionante que eso... ver cómo todo se desmorona cuando el poder puro de un ángel caído finalmente se desata."
Charlie estaba frente a la embajada del cielo. sus ojos llenos de una voluntad y determinación sin límite., fin espero les haya gustado no olviden comentar y dejar like adiós.
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