Sombras del pasado

Charlie caminaba por los pasillos del Hazbin Hotel, su ánimo inusualmente sombrío. La atmósfera, normalmente vibrante y caótica, parecía más pesada de lo habitual. Algo no estaba bien, y lo sentía en lo profundo de su ser. Desde hacía semanas, había habido susurros entre los demonios, rumores que la inquietaban, pero que nadie se atrevía a mencionar en su presencia.

Decidida a entender lo que estaba pasando, Charlie comenzó a investigar. Preguntó sutilmente a los residentes, exploró rincones olvidados del hotel e incluso buscó en los archivos antiguos de su familia. Fue en esos documentos, escondidos bajo llave en una bóveda secreta, donde encontró algo que jamás imaginó.

Sus manos temblaban al leer una carta firmada por su padre, Lucifer. El contenido era desgarrador:

"Mi dulce Char char, lo que voy a revelarte no es fácil, pero es necesario. Desde el día en que naciste, tu destino fue sellado,. Eres la clave para mantener el equilibrio en el Infierno y llevarlo a la gloria, pero no de la manera que piensas. Tú no estás aquí para redimir las almas, como crees. Estás aquí para mantenerlas atrapadas, para asegurar que nadie escape de este lugar eterno., para que de esa manera el infierno tenga alguna probabilidad con el cielo. Tú eres.,el anticristo que atrae a las almas condenadas, y sin ti, el infierno colapsaría. Perdóname, pero esto fue decidido mucho antes de que nacieras se que te sentiras decepcionada,pero todo sera por tu bien,. pronto lo entenderás."

Charlie retrocedió, sintiendo que el aire se volvía espeso, casi irrespirable. Todo lo que había creído, todo por lo que había luchado, era una mentira. Ella, que siempre había soñado con la redención y la paz, no era más que una herramienta para mantener el sufrimiento eterno de las almas condenadas. Un ancla para el infierno.

Lágrimas llenaron sus ojos, pero no de tristeza., sino de ira. ¿Cómo podían haberle ocultado algo tan grande? ¿Cómo podían haberle mentido todos esos años?

Se derrumbó sobre el escritorio, sintiendo que su mundo se desmoronaba. El eco de su risa amarga resonó en la habitación vacía.

Alguien estaba en la puerta.

“Charlie…” La voz suave y melódica de Alastor rompió el silencio. “¿Qué sucede? Pareces… perturbada.”

Charlie levantó la mirada, su expresión endurecida por la rabia. "Alastor, ¿sabías de esto? ¿Sabías que todo lo que soy… es una mentira?"

Alastor sonrió, pero sus ojos brillaron con una frialdad que rara vez mostraba. “Ah, querida, en el Infierno, todo es una mentira. Y tú... bueno, nunca fuiste la excepción.”

Charlie sintió que su pecho se oprimía. La verdad era una sombra que la perseguiría por el resto de sus días, pero ahora, había algo más que ardía en su interior. No se rendiría. Si su destino era ser el ancla del Infierno, ella encontraría la manera de cambiarlo, aunque tuviera que desafiar a su propio padre.

Las llamas del Infierno no serían eternas si ella tenía algo que decir al respecto.

en el cielo.

la gran orden de los arcangeles estaban reunidos. pues sintieron una agitación en la creación.

será:el día a llegado

dijo la serafín mayor con una voz sería, pero que demostraba una gran preocupación.

Michael:finalmente la hija del architraidor se a enterado de su destino.

dijo el líder de los arcangeles y regente del cielo.

Gabriel:este es el momento donde las cosas cambiaran ,para bien o para mal.

adam. que estaba en la sala tenia una expresión seria.

adam mentalmente:lucifock  es el día, tarde o temprano tu gran orgullo te llevará a la condena., a ti y a la perra de tu esposa

pensó el primer hombre con una seriedad poco abitual en el.

en en anillo del orgullo.

Lucifer (en sus pensamientos, mientras contempla su reflejo en un espejo oscuro):

"Así que finalmente lo ha descubierto... mi dulce Char char. La verdad que tanto me esforcé en ocultar, pensando que aún no estaba lista para soportar el peso de su destino. El Anticristo... el ancla que sujeta a las almas a este lugar maldito. Una responsabilidad que pocos podrían comprender, menos aún aceptar."

(Pausa, su mirada se endurece)

"Pero ella es mi hija. Mi sangre. Mi orgullo. Sé que lo entenderá, aunque en este momento la verdad le resulte amarga. Su bondad es un brillo que se desvanecerá cuando comprenda el propósito mayor. En su corazón, ella sabe que este reino necesita orden... y ese orden lo trae el control. Un control que sólo ella puede mantener."

(Sonríe ligeramente, aunque con preocupación oculta)

"Está dolida ahora, eso es natural. Pero el tiempo cura... y el orgullo de ser lo que es la llevará de nuevo a mi lado. Siempre lo hace. Después de todo, ¿qué puede oponerse a su propio destino? Las almas que mantiene aquí... su poder... es parte de ella, tanto como lo es de mí."

(Se da la vuelta, alejándose del espejo)

"Pronto lo entenderá por completo. Mi dulce Char char... mi orgullo y mi mayor creación."

Charlie (con lágrimas en los ojos, sentada en el borde de su cama, con las manos temblorosas):

"¿Cómo pudo ocultármelo todo este tiempo, Vaggie? ¡Todo este maldito tiempo! ¿El Anticristo? ¿Yo? ¡Estoy anclando las almas al infierno! Todo lo que he intentado hacer... ha sido inútil."

Vaggie (se arrodilla frente a ella, tomando sus manos con fuerza, mirándola a los ojos con firmeza):

"No digas eso, Charlie. Nada de lo que has hecho es inútil. Tú no eres el monstruo que él quiere que seas. No importa lo que te hayan dicho, tú decides quién eres. No eres solo un nombre o una maldita profecía. ¡Tú eres Charlie!"

Charlie (respirando con dificultad, pero sin soltar las manos de Vaggie, la ira mezclada con dolor en su voz):

"Es que... todo este tiempo pensé que podía salvar a los demás, redimirlos. ¿Cómo voy a hacerlo si soy parte de este ciclo maldito? Soy lo que los mantiene aquí, lo que hace imposible que se vayan."

Vaggie (con voz suave pero determinada):

"Eso no cambia tu corazón. No cambia tus intenciones. Si hay alguien capaz de romper ese ciclo, eres tú. Y si para hacerlo tienes que enfrentarte a él... entonces lo harás. No estarás sola. Estoy contigo, Charlie, siempre lo he estado."

Charlie (mira a Vaggie, con los ojos llenos de dolor pero también de una renovada determinación):

"No puedo dejar que él siga controlándolo todo. No puedo seguir siendo parte de su juego. Si para salvar las almas de este lugar tengo que pelear contra él... lo haré. No importa si es mi padre. ¡Voy a lograr la redención de los pecadores, incluso si tengo que enfrentarme al mismo infierno!"

Vaggie (sonriendo con suavidad, acariciando el rostro de Charlie):

"Esa es la Charlie que conozco. Y voy a estar a tu lado, pase lo que pase."

Charlie (respira profundamente, limpiando sus lágrimas, con una mirada decidida):

*"No más mentiras. No más dudas. Si tengo que destruir lo que soy para salvarlos... lo haré. Soy Charlie, y no seré lo que mi padre quiere que sea."

Charlie se sentía feliz pues contaba con el apoyo de su novia y de sus amigos.

el la noche Charlie estaba dormida sin saber que era asechada.  por un oscuro ser.

Roo, la encarnación del mal, observa a Charlie desde las sombras con una sonrisa torcida, sus ojos brillando con malicia. Su voz, cargada de burla y curiosidad, resuena en el aire como un susurro venenoso.

Roo (con una risa baja y burlona):

"Oh, mira lo que tenemos aquí... la dulce Charlotte, luchando contra lo inevitable. El Anticristo... intentando redimir a los pecadores. Qué... delicioso."

Charlie (se da vuelta rápidamente, con los puños apretados, tratando de mantener la calma, pero la furia arde en su mirada):

"¿Quién eres? ¿Qué quieres?"

Roo (se desliza más cerca, su figura serpenteante danzando en la oscuridad):

"Oh, no seas tímida, pequeña. Soy todo lo que tu querido padre finge que no existe... soy el mal puro, la sombra que acecha detrás de cada decisión cruel, cada acto vil. Pero hoy... no estoy aquí para hablar de mí. Estoy aquí porque tú me intrigaste."

(Sonríe de manera maliciosa)

"El Anticristo... rebelándose contra su destino. ¿Sabes lo irónico que es eso? Es como si la oscuridad intentara volverse luz. ¿Realmente crees que puedes escapar de lo que eres? ¿Escapar de mí?"

Charlie (con una mirada desafiante, aunque el nerviosismo se nota en su voz):

"No soy tú. No soy mi destino. Y no me importa lo que digas, voy a salvar a las almas de este lugar, incluso si tengo que destruir todo lo que representa el mal en mí."

Roo (ríe a carcajadas, una risa que parece retumbar por todo el espacio):

"¡Oh, qué fascinante! Qué ingenuidad... o quizás, ¿valor? No estoy seguro de cuál de los dos, pero de cualquier manera es divertido."

(Se acerca más, inclinando su rostro hacia Charlie, sus ojos brillando de curiosidad oscura)

"¿Y si te dijera que, cuanto más luchas, más te acercas a mí? Porque, querida, no se puede combatir el mal sin entenderlo... sin tocarlo... sin dejarlo entrar. ¿No lo has sentido ya? Ese poquito de rabia... esa fuerza oscura en tus venas."

Charlie (apretando los dientes, tratando de ignorar las palabras de Roo):

"No voy a ceder. No te temo. Y no importa cuántas veces intenten detenerme, seguiré luchando. No soy el monstruo que ustedes quieren que sea."

Roo (sonríe lentamente, como un depredador acechando a su presa):

"Veremos... Charlotte. Veremos cuánto tiempo más puedes resistirte. Porque, en el fondo, sabes que no puedes escapar de tu naturaleza. Y ese, querida, será el momento en que nos volvamos uno."

(Se desvanece en la oscuridad, dejando solo un eco de su risa)

"Hasta entonces, pequeña Anticristo... estaré observando."

Charlie se despertó del sueño. esta sentía que había sido demasiado real para ser simplemente un sueño. esta recordó las palabras de roo y la ira inundó su ser.

Charlie:no voy a retroceder. es una promesa. fin.