00: Un día fuera de lo normal.

Todos en el pueblo conocen los secretos de los demás, es un lugar chico y la gente habla siempre de más, puedes ver a tus vecinos caminar tranquilamente en la calle de los barrios más finos que no lograrás captar cuando uno de ellos esté hablando a tus espaldas. Todo se conoce y todos nos conocemos, damos apenas unos simples pasos y ya cruzamos a centenares de personas hablando de tu persona, en fin, es solo otro día más en el pueblo.

Todo en él grita ¡Perfección! Pero no todo lo es, existe gente pesada, aquellos que todos sabemos con los que no tenemos que meternos. Si pensaron que los mafiosos solo existen en las películas, están muy equivocados, aunque solo se disfrazan de empresarios, o dueños de casinos, todos saben quiénes son. Pero como ya dije, somos demasiados perfectos como para meternos en donde no nos llaman.

Pero ¿Realmente son una amenaza? Claro que sí, ellos instalan su mercancía y exprimen cada lugar al que llegan, son asesinos experimentados, su manejo de armas es de los mejores del territorio y  el que decida enfrentarlos realmente es un imbécil ¿Quién arriesgaría su vida en atrapar a un Reynoso?

¿Yo? No, respuesta equivocada. Pero mí persona estará involucrada en este lío y ahora bien, la pregunta más esperada.

¿Quién soy?

Fácil. Un adolescente que vive en un pequeño pueblo situado en las afueras de Declan, en una pequeña pero acogedora casa sustentada por el trivial trabajo de mi padre, podría decirse que vivía pacíficamente hasta que un día todo se pudrió.

«Dicen que la calma viene después de la tormenta, pero está tormenta es demasiado grande y tiene un nombre: Anthon.»

—¿Quién eres?

—Suelen decirme Anthon. —dijo guiñándome el ojo y colocando su chaqueta en su hombro, de modo que quedo a la vista su tatuaje, el de una carta de poker con un corazón negro en el medio que solo significaba una cosa: peligro