"De vuelta a casa"

Mis botas resuenan por el largo pasillo del aeropuerto mientras camino hacia la salida y arrastro mi maleta. Kestria me da la bienvenida y esta es la primera vez que siento que no es mi hogar al que regreso, sino a un sitio desconocido. Es increíble como pueden cambiar las cosas en un año. Un año y seis meses desde la boda de Kylliam y Eva, un año desde que me fui a Estados Unidos.

Las personas parecen reconocerme y me hacen una reverencia al pasar por mi lado, después de todo, sigo siendo la princesa de esta nación. Apresuro el paso cuando noto que algunos quieren acercarse y sonrío cuando llego a la salida y veo a un chico recargado a un auto negro. El inconfundible cuerpo de Devian se gira y me ve. Está muy cambiado, su cuerpo es más esbelto y no sé de dónde ha sacado tantos músculos.

—¿Qué te han dado de comer desde que me fui? —le pregunto cuando llego a su lado, una pequeña sonrisa quiere aparecer pero es Devian, las sonrisas no son lo suyo.

—Me alegra verte bien —es lo que me dice mientras abre la puerta del coche para que entre.

La familiaridad del auto me da una extraña sensación de tranquilidad y me sonrío a mi misma, un paso a la vez.

—¡Wao! Sigues siendo un cubo de hielo primo, algunas cosas nunca cambian.

—Tu hermano está ansioso por tu llegada —cierra mi puerta y luego entra al asiento del piloto—. Bueno, todos lo están. Por cierto, feliz cumpleaños.

Le doy mi sonrisa de boca cerrada porque mi cumpleaños no es algo que quiera celebrar. Se que Kylliam va a querer tirar el castillo por la ventana pero voy a dejar clara mi posición de que este solo sea un día como cualquier otro. Suficiente tengo conque el día de mi regreso sea justamente el de mi cumpleaños.

—¿Y que tal América? —me pregunta Devian mientras maneja y mantiene su mirada en la calle.

Siento un escalofrío recorrerme la columna vertebral e incluso creo que suspiro antes de responderle.

—No conocí mucho —Devian ahora me mira apenado—. Ya sabes, no podía.

—Lo siento.

Es lo último que dice y el auto se envuelve en un profundo silencio. Saco mi celular y le pasó unos mensajes a Angie para desearle suerte en su examen y avisarle de mi llegada a Kestria, espero que pueda venir en vacaciones, se ha convertido en una muy buena amiga y me gustaría tenerla cerca.

El trayecto al palacio es tranquilo, mi primo pone música en la radio del auto mientras me cuenta como han ido las cosas por aquí. Al parecer a la  parejita no le va tan mal como reyes y Eva abrió una academia de música para los niños de la ciudad.

—Está emocionada, todos los días se va para la academia, los niños la adoran —me comenta .

—Es imposible no adorar a Eva.

No tardamos mucho en atravesar la inmensa puerta que da paso al castillo y siento un poco de nervios por lo que pueda esperarme, después de todo antes de irme me encargué de ganarme el desprecio de muchos o eso creo. Cuando Devian detiene el auto en la entrada puedo ver a mi hermano con una sonrisa despampante en su rostro.

—Él no te odia —Devian parece escuchar mis pensamientos—. Extraña a su hermana.

Esas palabras hacen que sonría y abra la puerta rápidamemte ni siquiera logro salir del todo cuando los brazos de Kylliam me toman por la cintura y me envuelven en un abrazo que había necesitado desde hace un año.

—Bienvenida a casa, enana —me dice e intento contener las lágrimas.

—Perdóname —la palabra sale sola de mi boca y él me acaricia el pelo.

—No hay nada que perdonarte, Kayla.

Ambos nos separamos y la emoción en sus ojos me hace sonreír. Si, he vuelto a casa.

—¿Eva? —le pregunto.

—Tenía una actividad con los niños en la Academia —bufa—. Intenté que se quedara en casa, pero ya sabes cómo es, dijo que tú lo entenderías.

—La entiendo.

—Pero venga, entremos —me empuja hacia el palacio—. Hoy es tu cumpleaños y tenemos muchas cosas que preparar para el baile.

—No quiero ningún tipo de celebración —mi hermano deja de caminar y se gira mirándome con confusión.

—¿Por qué no querrías un baile por tu cumpleaños?

—No tengo muchas ganas, llevo un año fuera, muchas cosas han cambiado y necesito adaptarme nuevamente antes de celebrar nada.

—No es nada, es tu cumpleaños.

—Pero...

—No está en discusión Kayla Wesh, ya he preparado todo, esta noche es el baile.

Bufo dándome por vencida y camino detrás de él hacía el palacio. En el pasillo todos los empleados nos esperan en una fila y se inclinan dándome la bienvenida a casa. Les doy mi mejor sonrisa y sigo a mi hermano que camina apresurado hacia su oficina. Una vez dentro cierra la puerta detrás de mi y sus ojos verdes me escanean.

—¿Cómo te encuentras?

Bueno, llegó la hora del interrogatorio.

—Estoy bien —le respondo.

Eso me gusta pensar.

—¿Estás segura? Si necesitas algo tu puedes...

—Estoy bien Kylliam —ruedo los ojos y él se ríe—. Solo me siento rara por todo el tiempo que estuve lejos.

—Entiendo. Tu doctora me dijo que debíamos de... Bueno... —se aclara la garganta con nervios—. Alejar todo tipo de...

—Si, es necesario —le aclaro—. Ya lo he superado pero existe el riesgo de que cualquier emoción fuerte me haga recaer.

Él asiente y camina hasta mi nuevamente para envolverme en un abrazo.

—No voy a dejar que pase de nuevo —deja un beso en la frente—. Somos una familia.

—¿Qué tal está mamá?

—Creo que estaba en Dubai —se ríe—. O en Islas Maldivas, no sé, cada vez que llama es un lugar distinto, ya no puedo seguirle el paso.

Suelto un carcajada llena de alegría.

—Me encanta que finalmente pueda disfrutar de la vida.

La puerta de la oficina se abre y una chica de cabello oscuro y ojos cafés me mira con una sonrisa en su rostro.

—¡Has llegado! —exclama Eva antes de lanzarse a mis brazos—. Le dije a este imbécil que ibas a estar más guapa —se gira hacia Kylliam—. Ya sabes, te toca ir a la inauguración del museo.

Kylliam bufa y luego se ríe antes de alejar a Eva de mi y pegarla a su cuerpo.

—Eso es trampa, corredora, era claro que mi hermana iba a regresar hermosa, es la sangre.

Eva empieza a fingir una tos.

—Tu ego crece con los años, me asfixias.

—Oigan, dejen de derrochar su amor frente a mi, por favor —bromeo pero ambos me miran preocupados y me tenso.

—Lo siento, no queríamos que tú...

—No me molesta que lo hagan, solo bromeo.

Ambos asienten y puedo notar la confusión en sus rostros, tomo una profunda respiración y decido salir de este momento incómodo.

—Voy a mi habitación, tengo que prepararme para el baile.

Kylliam sonríe satisfecho al escucharme y me despido de ambos caminando hacia la que solía ser mi habitación. Un calor reconfortante me abraza cuando estoy dentro y admiro mis cortinas azules, mi cama de sábanas de seda y la puerta que da a mi pequeña biblioteca, mi mente me juega una mala pasada lanzándome imágenes de una habitación de paredes blancas y totalmente fría, pero las borro rápidamente.

Estoy en casa nuevamente, no soy la Kayla de antes, pero tampoco la Kayla rota. No sé quién soy ahora pero voy a descubrirlo.

Hola amores
Perdón por la tardanza, me fui unos días a la playa pero estoy de vuelta.

Poco a poco iremos conociendo a Kayla y todas las cosas que vivió durante este año, así como lo vivido por Jared.

Espero les guste.

Nos leemos prontis