(Este extra transcurre en París, luego de que Jared pierde el control y lastima a Eva)

Kylliam

No me detengo en recepción una vez dentro del hotel, el chico del turno me mira confundido y hace un intento por detenerme pero Thomas se acerca a él mientras yo continuo apresurado hacia la habitación de Jared. El elevador abre sus puertas y me siento enjaulado en las cuatro paredes porque la ira que cargo me está consumiendo por dentro.

Estoy molesto con Jared, pero también conmigo mismo, sabía que él no quería verla y las consecuencias que podría traer ese encuentro. Pero cuando la escuché decir que siempre había sido él, solo quise juntarlos para poder largarme lejos y sacármela de una vez por todas de la cabeza.

¡Maldita la hora en la que Eva Toscano se me metió bajo la piel!

Finalmente el elevador abre y acto seguido la puerta del penthouse del hotel. Lo primero que observo es a una chica de cabello color miel que me mira con amabilidad. Por supuesto que no la miro igual porque todo lo que quiero es descargar todo este enojo con Jared. De una esquina sale James y joder si no siento alegría cuando mis ojos ven lo recuperado que se encuentra.

—¡Kylliam! —exclama emocionado—. Creí que no vendrías hasta el próximo mes.

—Yo también —le digo.

Miro alrededor buscando a Jared, él parece notarlo.

—No viniste a verme a mi.

—¿Dónde está?

Él niega con la cabeza y ríe.

—Algunas cosas no cambian nunca. Está en la segunda habitación, por favor no dañen la propiedad del hotel.

Camino hacia el pasillo y luego me giro para mirarlo.

—Me alegra verte mejor, ya tendremos tiempo para ponernos al día.

Asiente y sigo mi camino. La puerta de la segunda habitación se encuentra abierta y cuando entro todo es un desastre, hay cientos de libros tirados por el suelo, una lámpara destrozada y el causante del desastre se encuentra de espaldas a mi mirando hacia fuera a través de la ventana.

—La cagaste enormemente Jared —le digo y se gira al instante.

—¿Volviste a tu rol de superhéroe? —me pregunta con sarcasmo.

—Por ella puedo ser hasta el mejor villano —me acerco hasta él —¿Qué carajos está pasándote?

Me da una mirada seria y me aparta de un empujón. Ha bebido pero no está borracho.

—Dije que no quería verla —hace una mueca de disgusto—¿Qué querías? ¿Qué la recibiera con flores después de lo que hizo?

Aprieto los puños intentando calmarme.

—La lastimaste —le advierto.

—Se lo buscó.

—¿Escuchas lo que estás diciendo? ¡¿Cómo te atreves a soltar eso?!

—Todavía no estoy sordo.

Estaba perdiendo la paciencia.

—Y en todas estas ¿A ti qué? Hasta donde sé nunca he te ha dado esperanzas, no entiendo que rol cumples en todo esto.

Comienzo a respirar pausadamente mientras él por lo visto sigue tratando de cavar su propia tumba.

—¿O es qué? —finge estar pensativo—. Ya entiendo, eres el príncipe de repuesto, como yo estoy roto pues te tiene a ti.

—Jared —doy un paso al frente y él se pasa mis advertencias por donde no le da el sol.

—Después de todo si va a resultar una interesada como sospeché aquella noche.

Mi puño impacta directo en su rostro y lo gira por acto reflejo. Cuando regresa su mirada veo la sangre caer por su nariz.

—Cállate la boca —le digo.

—¿Estás enamorado de ella?

Me quedo en silencio porque él ya sabe la respuesta a esa pregunta, nadie me conoce como Jared. Entonces es su puño el que impacta en mi rostro, me llevo una mano al labio y noto el líquido rojo.

—Juramos no volver a pelear por una chica —me dice.

—Por una que no valiera la pena, ella lo vale.

—Solo es una mentirosa más —mi puño vuelve a su rostro y al instante el suyo vuelve al mío, el dolor me recorre la mandíbula y muerdo mi propia lengua.

—Ella te gusta en serio —confirma—. ¿Tenemos una clase de maldición o algo así?

No le respondo porque me siento impotente, porque no sé que hacer con todo lo que está pasando y eso me frustra y me llena de ira.

—¡Puta mierda! —grito irritado.

—No quiero volver a verla —me dice—. No soy capaz de perdonarla, me duele, pero es lo que siento.

—¿La estás dejando ir? —le miro sin entenderlo.

¿Cómo puede rendirse tan fácil.

—Si.

—¿Sabes que me estás dejando el camino libre? —el asiente, parece totalmente decido.

—Si alguien puede hacerla feliz, eres tú —me dice.

—Jared…—intento advertirlo porque no hay manera en la que haya vuelta atrás y yo me aleje de ella después de esto.

—Es mi decisión final.

—Como luego te arrepientas, nuestra amistad o lo que sea que seamos ahora se va a la mierda ¿lo sabes?

—Hazla feliz.

Lo miro por unos segundos y acto seguido salgo de la habitación, paso por delante de James sin decir palabra e ignoro la cara de la chica cuando ve mi rostro. El elevador esta vez no se siente tan lento y cuando abre las puertas en el primer piso Thomas me estás esperando.

—¿Pero qué..? —le hago una seña para que no pregunte y voy directo hacia la salida.

Camino hasta una de la columnas porque necesito sacar toda esta ira que me está consumiendo por dentro. Impacto mi puño contra ella y aunque duele no me detengo mientras la golpeo una y otra vez y grito para sacar la frustración. Por Jared, por Eva, por esa maldita corona que cargo todos los días y que se me hace tan pesada. Thomas no se acerca porque sabe que necesito sacar todo, pero un guardia si lo hace, me toca por el hombro y para su desgracia se acaba convirtiendo en mi saco de boxeo.

Me giro y le doy un puñetazo en el ojo que me devuelve cuando se recompone y creo que logra hacerme una herida cerca de la ceja, cuando voy a pegarle nuevamente siento a Thomas agarrarme por la espalda y alejarme de allí con ayuda de mis guardias.

—¡Pero te has vuelto loco! —me grita Thomas dentro del carro—¡La golpiza era para Jared, no para una columna del hotel y mucho menos para un guardia!

—Me ha dejado el camino libre —le digo mientras miro el desastre que tengo por manos y comienzo a sentir un poco de dolor.

—¿Eso es bueno o malo? —me pregunta.

—Ambos.