Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌻 ESPECIAL 🌻


Eva

Alessandro Toscano me dijo una vez que nunca podemos estar en completo bienestar, que siempre la vida busca alguna forma de ponernos en la cuerda floja y hacernos vivir situaciones de mierda. Que se trata de un círculo vicioso, resuelves una de esas situaciones y siguen apareciendo otras, hasta que llegue el día de tu muerte. No descansamos, solo disfrutamos de los breves momentos de felicidad hasta que la vida vuelva a lanzarnos otra piedra al camino.

Yo creí haber superado todas las piedras, pero resulta que habían más. Unas que me lastimaron más que las anteriores, porque podemos seguir luchando mientras exista esperanza, pero no cuando la vida nos destruye una ilusión.

—Eva —la doctora Kenia vuelve a llamarme.

Mantengo mi mirada fija en la pared frente a mi con el cuerpo tenso y el corazón latiéndome acelerado. Las manos me tiemblan y aunque se que debo responder el llamado de la doctora me siento incapaz de expresar palabra alguna.

Había perdido todas las esperanzas. Ambos lo habíamos hecho. Después de todo lo que pasó me hice cientos de exámenes. Los doctores habían dicho claramente que no podía quedar embarazada, que mis probabilidades eran mínimas y la mejor opción para Kylliam y para mi era adoptar un bebé. Incluso ya nos habíamos fijado en un pequeño de la casa hogar.

¿Qué estaba pasando ahora?

—Eva —insiste la doctora. Dejo de mirar la pared y la observo.

Mis ojos comienzan a humedecerse y ella me mira con una sonrisa porque entiende toda la emoción que estoy sintiendo en estos momentos.

—¿Puede repetirlo, por favor? —le pido con voz ronca.

—Estás embarazada —hace lo que le pido y toma mis manos por encima de la mesa dándoles un ligero apretón—. Para mi también es una sorpresa, pero lo estás.

—¿Por eso me he desmayado esta mañana? —cuestiono.

Sigo sin creer en sus palabras. Fueron tantas negativas durante todo este tiempo en el que el rey ególatra y yo intentamos retomar nuestra relación y planear un futuro juntos, esta vez sin miedos, que me es imposible pensar que si hay alguien creciendo dentro de mi.

—Si, han sido síntomas del embarazo. Es normal que ocurra debido a que no estás alimentándote bien —me explica amablemente—. ¿Me dijiste que también estabas teniendo náuseas?

—Si —respondo—. Desde hace unos días, pero creí que era debido al estrés.

—Pues no.

Miro alrededor de la pequeña oficina. Las paredes azul cielo, el escritorio de la doctora y la camilla donde hace unos minutos me ha examinado. Luego miro mis manos que aún sostiene la doctora.

No todo pueden ser tristezas, corredora. Algún día la vida nos va a dar un regalo.

Recuerdo las palabras de Kylliam y me levanto de inmediato, la doctora me mira con preocupación mientras agarro el bolso y me encamino a la puerta.

—Majestad —me llama—. Aún no hemos terminado.

—Kylliam —es todo lo que le digo mientras salgo y cierro la puerta detrás de mi.

Afuera unos de los choferes y mi guardaespaldas me esperan. Subo al auto deprisa y les pido que me lleven lo más rápido posible al palacio. Lo hacen, en veinte minutos el auto se detiene en las puertas y veo a Devian conversar con el señor Madoll.

—Buenas tardes  —los saludo con cordialidad.

—Mejestad —dicen ambos al mismo tiempo y llevo mi mirada a Devian.

—¿Dónde está, Kylliam?

—Despidiendo al senado —me responde y sonrío.

Finalmente lo han logrado.

—Gracias por su ayuda, señor Madoll.

El señor de unos sesenta años me sonríe y yo me alejo de ellos adentrándome en el palacio. Recorro el inmenso pasillo con rapidez hasta la sala de reuniones. La puerta está abierta y puedo notar la espalda de mi esposo mientras conversa con algunos de los ahora antiguos miembros del senado de Kestria.

—Amor —lo llamo y él se gira al instante con el rostro preocupado.

Debo verme desastrosa después de haber corrido por todo el pasillo como una loca. Se aleja de los caballeros y se acerca a mi de inmediato rodeándome con sus brazos por la cintura. Sus ojos verdes me revisan de pies a cabeza con velocidad y lleva su mano izquierda  mi rostro.

—Eva ¿Por qué pareces que has corrido un maratón? —me pregunta con el rostro lleno de confusión—. ¿No fuiste a ver a tu doctora?

Asiento y tomo una profunda respiración. Saco el ramo de flores amarillas que ocultaba en mi espalda y por el que hice que mi chofer se detuviese a mitad del camino.

—Feliz veintiuno de septiembre, rey del ego.

El rostro de Kylliam se ilumina con una sonrisa y deposita un suave beso en mis labios.

—Gracias, amor mío —me susurra—. Mi regalo te lo doy esta noche.

Una risita se escapa de mis labios.

—¿Recuerdas lo que me dijiste anoche? —le pregunto.

—¿Qué eres y serás siempre el amor de mi vida?

Ruedo los ojos porque eso no fue lo que hablamos y él suelta una carcajada. Se acerca a mi oído lentamente.

—¿Qué te veías malditamente exquisita esperando por mi desnuda en la cama? —me susurra y un escalofrío me recorre la espalda.

Le doy un golpe en el brazo provocando que vuelva a reír.

—Rebusca entre las flores.

Me obedece y comienza a rebuscar entre el ramo de girasoles y veo la sorpresa en su rostro cuando saca las pequeñas medias de bebé.

—¿Eva? —me mira anonadado mientras sostiene las pequeñas mediecitas y el ramo, noto como sus manos tiemblan—. ¿Qué es esto?

—La vida finalmente nos ha dado nuestro regalo, rey de ego —le respondo y una lágrima rueda por mi mejilla.

—¿Vamos a ser papás? —cuestiona con ojos llorosos.

—Vamos a ser padres, amor.

El ramo y las medias caen al suelo cuando me toma por la cintura, me alza del suelo y me hace girar.

—¡Hoy es el mejor día de toda la historia! —grita atrayendo las miradas de todos.

Me río mientras las lágrimas caen por mis mejillas y Kylliam sigue dándome vueltas. Mi corazón salta de emoción al verlo tan feliz. Es increíble la sensación de plenitud que se apodera de mi pecho mientras el vuelve a depositarme en el suelo y sus brazos me envuelven y me pegan a su cuerpo.

—Te lo dije, corredora —me susurra—. La vida no podía ser tan mierda con nosotros.

—Vamos a tener un pequeño angelito —le digo mientras intento controlar el llanto.

—O pequeña —añaden—. ¡Oyeron eso! —les grita a los del senado que aún continúan recogiendo sus cosas—. ¡Voy a tener un hijo!

Devian que viene entrando por la puerta abre los ojos llenos de sorpresa y de inmediato de acerca a nosotros. Me abraza y hace lo mismo con Kylliam. Noto como sus ojos se humedecen.

—¡Felicidades! —exclama emocionado—. No saben como me alegra saber esto.

—¡Lo ves! —le dice Kylliam desbordando emoción—. Las cosas comienzan a ponerse en su lugar.

—Ella no va a regresar —nos dice y puedo ver la tristeza en su mirada.

—Lo hará —le digo—. Tiene que volver a casa.


Tres meses después

—Dios, Kylliam puedo bajar una escalera perfectamente —le digo enojada mientras el me carga en brazos.

—¿No vez lo enorme que estás? —me dice riendo—. No pienso arriesgarme.

Ruedo los ojos mientras nos adentramos en el hospital seguidos por Kayla que carga en brazos a la pequeña Dellie. Hoy finalmente sabremos el sexo del bebé y Kylliam no me ha dejado dormir bien anoche. Encendió la luz para ponerse a buscar nombres para los distintos sexos.
Estos tres meses ha sido un grano en el trasero, todo el tiempo encima de mí revisando que como que hago. No me deja subir a la segunda planta de la casa e hizo que Devian nos ayudara a construir una habitación en la planta baja. No me deja ir ni siquiera al mercado y me ha trocado atender los asuntos de la Academia desde casa.

—¿Jared se puso tan intenso? —le pregunto a Kayla que nos observa riendo.

—No tanto como mi hermano —me responde—, pero si, algo.

Ella se despide cuando llegamos a la puerta de la consulta d la ginecóloga y se va a la consulta con el pediatra. Finalmente Kylliam me baja y abrimos la puerta. La doctora Kenia nos observa con una sonrisa cordial y nos saluda a ambos con un apretón de manos.

—Bienvenidos.

Ambos asentimos y Kylliam comienza a ponerse intranquilo y yo río.

—Doctora, antes de que me revise, podemos por favor hacer el ultrasonido, tenemos aun padre ansioso aquí.

Kenia suelta una carcajada y abre la puerta de la pequeña habitación donde se encuentra la camilla y la máquina de ultrasonidos. Me acuesto en la camilla y Kylliam se posiciona a mi lado. Subo el vestido y cubro mi parte baja con una sábana dejando solo a la vista mi enorme embarazo. Kenia vierte un gel, enciende la máquina y comienza esparcirlo por mi abdomen con el aparatito que lleva la imagen a la pantalla.

—Bien, vamos a ver —dice ella manteniendo la vista en la pantalla—. ¡Oh, cielos!

La doctora llena su rostro de sorpresa y por supuesto que Kylliam se pone en modo intenso.

—Doctora —la llama—. ¿Pasa algo? ¿Todo está bien?

Kenia suelta una carcajada y él y yo nos miramos perdidos.

—No es solo un bebé —nos comenta y yo me quedo en shock—. Son mellizos, van a tener dos hermosos bebés.

—¿Dos? —cuestiono con sorpresa.

Kylliam a mi lado se queda quieto mirando la pantalla.

—Así es, el otro pequeño ha sabido ocultarse bien durante este tiempo. Son dos niños varones, muchas felicidades.

—Corredora —me llama Kylliam.

—Son dos regalos, rey del ego —le digo mientras ambos dejamos que las lágrimas finalmente se liberen.









Voy a ser abuela😭
Ok no jsjsjsjs

Hola amoressssss
Aquí les dejo mis flores amarillas 🌻 en forma de especial de Eva y Kylliam. Espero les haya gustado y estén tan emocionadas como yo.

¡Se nos sigue agrandando la familia!
Alguien está llorando, pero no voy a decir quién soy.

Feliz 29 de septiembre.

Las amo muchote
Gracias por todo el amor que le dan a mis libritos. Aún me queda mucho por aprender y mejorar pero me alegra mucho saber que las tengo a ustedes acompañándome en este camino.

Nos leemos pronto en Antes Muerta que Plebeya y Juego de Tres.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro