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👑 Capítulo 28👑


Es increíble lo rápido que pasa el tiempo estando dentro de las paredes de una habitación de hospital.  Dos semanas transcurrieron rápidamente y con ellas mi período de estadía en este sitio. Quitaron mi yeso y me dieron el alta. Alfred me ofreció ir a casa durante el tiempo que durara mi rehabilitación —los médicos me habían orientado varios ejercicios y fisioterapia para poder caminar poco a poco—, debía permanecer en Seattle, así que decidí aceptar su propuesta.

Los primeros días fueron bastante incómodos y la tensión en la casa solo disminuía cuando mis amigos venían a visitarme o cuando estaba Angie. Mi madre, o mejor, Lara, ni siquiera me miraba, pasaba por mi lado como si no existiese y me dolía su rechazo, aunque yo no tuviese la culpa de nada. Alfred intentaba todo el tiempo que me sintiese cómoda pero era algo imposible dada las circunstancias. Mi hermana había comenzado terapia y según ella estaba bastante bien, aunque yo seguía notando actitudes raras en su forma de actuar. Kylliam estaba prácticamente todo el día junto a mi, venía temprano en la mañana y se marchaba en las noches. Él junto a los demás se habían hospedados en un pequeño hotel que quedaba cerca de casa.

Para la tercera semana podía caminar perfectamente sin la necesidad de usar muletas. Adele, Dalton y Thomas habían regresado a Nardinkath porque había comenzado la etapa de exámenes finales para luego salir de vacaciones. Jared, Kylliam y Kayla permanecían aquí. Y justo ahora estábamos junto a Angie viendo una de sus novelas en la sala de casa.

—No entiendo nada —bufa Kayla y todos reímos.

Kylliam y yo estamos en el sofá, él sentado y yo acostada con mi cabeza en su regazo. Mi hermana está sentada en uno de los sillones con un tarro de helado en sus manos y a su lado Kayla, ambas han creado una bonita amistad, tienen la misma edad y han logrado congeniar muy bien, Jared está frente a ellas y a mi lado, en el otro sillón con un tarro de palomitas.

—Ese es el empresario millonario —señala al actor rubio que enfoca la pantalla—. La chica es la que lo saca de quicio y hace que se él se enamore de ella.

—Me suena la historia —comenta Kylliam y baja su mirada hacia mi.

—No eres ningún magnate millonario —bufo.

—Pero soy un rey y es mejor —me saca la lengua y extiendo mi brazo hasta el tarro de palomitas de Jared, tomo un puño y se las lanzo al rostro.

—Vas a pagar por eso —me dice riendo.

Continuamos en silencio viendo la televisión hasta que la alarma de mi celular suena y me pongo de pie ya que es hora de mis medicinas. Los chicos siguen en lo suyo mientras yo voy hasta la cocina y agarro el pequeño pomo de mis pastillas, pero para mí sopresa, cuando lo abro se han terminado. Suelto un bufido porque lo había olvidado y regreso a la sala.

—Tengo que ir a la farmacia —anuncio—. Se me han terminado las pastillas.

—Yo voy por ellas —dice Jared y se pone de pie—. Tengo que comprar las mías también.

Hay un pequeño momento incómodo en lo que todos asimilamos que está tomando medicinas y luego asiento regresando al sofá con Kylliam.

—Usa mi coche —Kylliam le lanza unas llaves y él las recibe.

—¿Puedo acompañarte? —pregunta Kayla—. Necesito comprar algo.

—¿Que necesitas comprar en una farmacia? —le cuestiona su hermano y yo lo miro con molestia.

Ya hemos hablado de esto, del enamoramiento de Kayla hacia Jared, pero él insiste en que solo es una niña y que se le pasará pronto.

—Cosas —responde ella con nerviosismo.

—No es necesario que me acompañes Kay —le dice Jared con dulzura y ella frunce el ceño.

—No me llamabas así desde hace tiempo —le dice y él se enconge de hombros—. En serio necesito ir.

—Entonces vamos pequeña —Jared se dispone a caminar esperando que ella lo siga pero Kayla solo suelta un bufido de enojo, se pone de pie y se marcha hacia la cocina.

—¿Qué... qué hice? —Jared nos mira confundido.

Kylliam se pone de pie para ir tras ella pero lo detengo, ganándome una mirada de advertencia de su parte.

—Voy a hablar con ella —me pongo de pie—. Deja de ser un dolor en el trasero Kylliam, tiene diecisiete no ocho.

Jared se marcha hacia la farmacia y yo voy hasta la cocina donde me encuentro a Kayla sollozando. Me acerco con cuidado y ella seca sus lágrimas en cuanto me ve.

—¿Estás bien? —le pregunto.

—Si, yo, estoy en esos días —se levanta para volver a la sala pero la detengo.

—Puedes confiar en mi Kayla, estoy aquí para lo que necesites.

Puedo ver prácticamente cuando su pared se derrumba y se lanza a mis brazos mientras escucho como llora.

—Soy una tonta, él nunca va a fijarse en mi, solo piensa que soy una niña —sus lágrimas humedecen mis hombros y paso mi mano por su espalda.

—Tranquila, Jared tiene muchas cosas encima como para darse cuenta de lo que pasa a su alrededor.

—Yo... Sé que vas a pensar que soy joven y todas esas cosas, pero llevo años queriéndolo en secreto, creí que se iría, pero sigue ahí y todos los días empeora más.

—Te entiendo, y eso de la edad es absurdo, cualquiera puede enamorarse, no tienes que sentirte mal por tener sentimientos.

—Sé que Kylliam se lo imagina, pero él no va a dejar que me acerque a Jared, una vez él... —se detiene.

—Lo que hablemos no saldrá de aquí —le aseguro, ella se separa de mi.

—Yo viví un tiempo en la castillo con Jared y él perdió el control conmigo, Kylliam no quiere que eso pase de nuevo.

—Entiendo, pero no creo que Jared vuelva a perder el control.

—Lo sé, no sabes lo feliz que me hace ver que está logrando salir de eso y gracias a ti —toma mis manos—. Me daba celos cuando supe que le gustaba una chica, pero es normal, era una gran persona Eva.

—Yo no le gusté a Jared, le gustó la idea de tener a alguien capaz de ayudarlo a superar sus problemas, solo quería apoyo.

—Yo, quería dárselo, siempre quise ayudarlo, pero después de eso Kylliam me alejó de él.

—Lo hizo porque no quiere que nadie te dañe.

—A veces se pasa con la sobreprotección —se ríe.

—Trabajaremos juntas para corregir eso —le digo.

Un carraspeo nos hace girar hasta Kylliam que nos mira con seriedad. Tiene su celular en la mano.

—Demos irnos, necesito regresar a Kestria, ya.

—¿Todo en orden? —le pregunta Kayla.

—Para nada, todo está a punto de irse a la mierda.

La mirada del rey ególatra desprende bastante preocupación y sé que debo tomar una decisión, irme con él o quedarme aquí. Así que llamo a Alfred para tener la conversación que tanto he evadido en las últimas tres semanas. Jared regresa de la farmacia y decide que él también irá a Kestria porque necesita descansar, mi mirada se encuentra con la suya mientras Kylliam se aleja para recibir una llamada y me río, porque Jared estuvo buscando a alguien capaz de soportar su oscuridad, que lo ayudara a enfrentarla y estuvo esa persona estuve cerca de él todo el tiempo.

Alfred tarda media hora en llegar. Los chicos y Kayla fueron al hotel a recoger sus cosas y Kylliam está a la espera de mi llamada para venir a buscarme. Me marcho a Kestria, por un tiempo, porque mi mente lo necesita. Camino hasta la habitación de los que hasta hace poco consideraba mis padres biológicos y me encuentro con Alfred y Lara esperándome. Me sorprendo porque creí que ella me ignoraría como siempre y estaría feliz de que me alejara de su vida. Entro y cierro la puerta detrás de mi dejando a Angie en su mundo de novelas.
Me siento bastante nerviosa mientras camino hasta la cama y me siento en la orilla frente a ellos. Lara tiene los ojos rojos como si hubiese estado llorando y Alfred me da una sonrisa de boca cerrada.

—No sé cómo empezar con esto —les digo soltando un bufido y acto seguido una risa nerviosa—. Extraño los tiempos de antes cuando solo me tenía que preocupar por sus regaños cuando me expulsaban de alguna escuela.
Papá se ríe y a mi se me humedecen los ojos. Me acerco más a él y tomo sus manos.

—Eres el mejor padre que hubiese podido pedir —las lágrimas caen por mis ojos y veo a Lara llorar también—. Gracias por aceptarme en tu familia y convertirme en esta chica, sé que no es tu culpa todo lo que pasó y que solo eres un ángel que me cuido cuando mi verdadero padre se negó hacerlo, te amo papá, nunca vas a dejar de ser mi padre.

Él rompe en llanto y se lanza a cubrirme con sus brazos, acurruco mi cabeza en su cuello y siento una mano acariciar mi cabello, pero no es de él, es de Lara. Me separo de mi padre y al instante Lara se levanta y cae de rodillas frente a mi, mientras las lágrimas caen por sus mejillas.

—¡Perdóname hija, por favor! —me suplica y siento que el alma se me desgarra—. ¡Perdóname por se una mala madre, cuando tú solo has sido una hija tan perfecta! ¡Perdóname Eva!

La agarro por los brazos y la levanto del suelo mientras seco sus lágrimas con mis manos.

—¿Tú me consideras tu hija? —le pregunto con un hilo de voz y ella me envuelve en sus brazos.

—Eres mi pequeña, la pequeña niña que me dijo mamá desde el primer momento que me vió, aún sin conocerme —solloza—. ¡Cielos! He sido un monstruo contigo y no he sido capaz de mirarte a la cara durante estas semanas por la vergüenza,  lamento haberte dañado tanto pequeña, nunca podré perdonarme todo lo que te he hecho.

Me separo de sus brazos sientiendo ardor en mis ojos por las lágrimas y los miro a ambos. La familia perfecta está tan rota, no somos ni la huella de lo que éramos. Korra hizo trizas lo que tantos años les costó construir a mis padres.

—Yo... No creo que todo vuelva a la normalidad —respiro intentando calmar mi llanto—. Pero no voy a permitir que el odio domine mi vida, ni el rencor tampoco.

—Esa es una sabía decisión pequeña —me dice mi padre.

—Estás perdonada, Lara —le digo y ella me sonríe con dolor—. Pero es imposible que olvide lo que pasó, ni tú, ni yo, volveremos a ser la mismas. Voy a irme por un tiempo con mis amigos, necesito alejarme de todo lo que hizo daño, de los recuerdos de un pasado que no existe y no volverá jamás, adaptarme a lo que soy hoy y empezar de nuevo sin mentiras, ni trampas, ni amenazas.

—¿A dónde vas, hija? —me pregunta Alfred preocupado.

—A Kestria, con Kylliam, él es el rey —tomo una pausa porque esa es otra cosa para procesar y de la que tengo que hablar con Kylliam—. Estaré bien.

—¿Ese chico es tu novio? —Lara me mira confundida.

—Yo... —no tengo idea—. Estamos conociéndonos.

Ambos asienten y Alfred toma mis manos.

—Eres nuestra hija, Eva. Asi pasen mil años y mil desastres en nuestra familia, vas a seguir siéndolo y esta siempre será tu casa, puedes regresar cuando desees.

Asiento y ambos se acercan para envolverme en un abrazo que logra unir algunas piezas de rompecabezas de mi cabeza. Alfred besa mi frente y Lara solo acaricia mi cabello antes de que me levante y salga de la habitación para encontrarme a mi hermana en la puerta con ojos llorosos y abrazando a un peluche.

—¿Vas a irte? —me pregunta rompiendo en llanto y yo asiento antes de envolverla en mis brazos.

—Tranquila, voy a regresar y ya no podrás tener la habitación para ti sola —bromeo pero ella solo aumenta su llanto.

—Necesito pelear contigo cada mañana para poder vivir.

—Voy a extrañarte Angie —le digo dejando un beso en la corona de su cabeza.

—Yo también.

—Prométeme que vas a seguir yendo a terapia.

—Lo prometo —ella se separa y yo camino hasta la sala para avisarle a Kylliam que ya puede venir por mi.

Tarda solo veinte minutos en aparecer en la puerta. Toma mis maletas y sale primero mientras Angie vuelve a pegarse a mi llorando. Les digo adiós con la mano mientras cierro la puerta. Y seco mis lágrimas para llevantar la mirada hacia Kylliam y los demás pero también me encuentro rodeada de hombres vestidos de negro.

—¡¿Que cara...?!

—Son mis guardias de seguridad —me informa Kylliam.

Dios, no me siento lista para esto. Hay varios hombre bastante altos, armados y con auriculares en sus oídos pero el que más reslata entre todos es un chico más joven que los demás, de cabello rubio y ojos pardos —bastante guapo debo aceptar—, se mantiene firme como una estatua y no puedo evitar preguntar cuando me acerco a Kylliam para entrar al auto.

—¿Quién es el más joven? —le susurró.
—Devian —me responde—. Mi jefe de seguridad y mi primo.

No oculto la sorpresa en mi rostro.

—¿Tienes un primo?

—Dos —me responde—. Devian es el menor.

Asiento mientras entro al coche y detrás lo hace él, Kayla y Jared que traen cierta tensión. Devian entra en la parte delantera junto al conductor. Y entonces mi cabeza hace un click que me provoca bastante nerviosismo. Voy a ir a Kestria, al reino de Kylliam, voy a conocer a su familia.

Esto está yendo demasiado rápido y ni siquiera me ha pedido que sea su novia.

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