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👑 Capítulo 25👑

La noche había caído y Leonard no había vuelto a aparecer frente a nosotras. Los golpes en mi cara comenzaban a doler por el frío y Angie se había quedado dormida entre lágrimas desde hace una hora. Comencé a mirar detalladamente en el lugar con la esperanza de encontrar algo que nos sirviera para escapar, pero era inútil. Estábamos en manos del psicópata de mi primo y eso me daba bastante miedo.

Quise intentar dormir, pero la posición y el roce de las sogas en mis manos no me dejaban. Mi hermana seguía dormitando tranquilamente y eso me daba algo de tranquilidad porque no había dejado de llorar. Estaba comenzando a perder las esperanzas, ni siquiera sabía que quería Leonard con todo esto.

De repente sentí voces lejanas y algunos pasos acercarse, cerré mis ojos haciéndome la dormida cuando la voz de Leonard se escuchó.

—¿Trajiste lo que te pedí?

—Aquí tienes —el corazón me dio un brinco cuando percibí la voz ronca de Jared—. Déjala ir.

—Puedes ir por ella —escucho que le responde Leonard y no puedo explicar la tensión que libera mi cuerpo y abro mis ojos rápidamente encontrándome con el rostro de Jared que me sonríe con alivio.

—¡Mira primita! —la voz de Leonard hace eco por todo el establo y los pelos se me ponen de punta—. ¡Tenemos visita! Su real majestad vino a salvarte.

Mi mirada se encuentra con la de Jared y una lágrima rueda por mi mejilla, saldremos de aquí. Pero mis alertas se disparan cuando dos de los hombres que acompañan a Leonard se acercan a él por su espalda.

—¡Jared, no…! —no termine de gritarle cuando uno de ellos lo golpe por la espalda con una tabla y el cae arrodillado en el piso soltando un gemido de dolor.

Angie se despierta sobre saltada y se remueve inquieta al regresar a la realidad.

—¡Joder Leonard, para ya! —grito mientras la garganta me arde y los hombres continúan golpeando a Jared.

—¡¿Qué está pasando?! —me pregunta mi hermana que se encuentra de espaldas mientras yo que estoy frente a ella observo como detienen la golpiza y toman a Jared por los brazos.

Se acercan hasta donde nos encontramos nosotras y otro hombre aparece con una silla igual a la mía y lo lanzan. Mi mirada va hacia su rostro cubierto de sangre y veo como hace una mueca antes de que comiencen a atarlo a la silla.

—¡Al fin la parejita reunida! —celebra Leonard riendo—. Lo siento majestad pero la tentación me pudo, ahora puedo pedir más dinero por la vida de ambos —nos señala con la pistola.

—Estás mal de la cabeza —le dice Jared—. Yo no soy nadie, mi hermano es el heredero al trono. ¿Crees que van a darte mucho por mi?

Leonard le da un puñetazo en el rostro y lo agarra por el cuello, intento gritarle pero uno de sus cómplices nos cubre la boca a mi hermana y a mi.

—No te hagas el valiente —le susurra a Jared—. No eres más que un príncipe defectuoso.

Se aleja de él y camina hasta mi, le hace un seña al hombre que quita su mano de mi boca. Se inclina para estar a mi altura y me sonríe.

—¿Estás cómoda? —me pregunta.

La sangre me hierve por dentro y quisiera estar suelta para saltarle encima y enseñarle lo cómodo que iba a estar cuando le propiciara unos buenos golpes. Él se ríe de mi mirada llena de odio y toma una botella de agua que le ofrecen y la pega a mis labios.

—Bebe —me dice—. Muerta no vales ni un peso, necesito el dinero que van a pagar por tu rescate.

—Mi familia no tiene dinero —le digo alejando mi cara de la botella de agua.

—Que equivocada estás, hay muchas cosas que no sabes primita, pero yo te las contaré todas.

Lo miro confundida.

—Aún no es hora, disfruten de la noche tórtolos.

Camina hasta desaparecer y nos quedamos los tres nuevamente solos y en compañía del silencio. Solo escucho el llanto silencioso de mi hermana que solo empeora el estrés de esta situación. No me atrevo a mirara a Jared porque había dejado muy claro que me quería lejos de su vida, ni siquiera entiendo porque está aquí.

—Angie —la llamo y su rostro lleno de lágrimas me mira—. Intenta calmarte, que llores todo el tiempo no nos sacará de aquí.

—¡¿Tú como puedes estar tan tranquila?! —me grita con enojo—. ¡Ese idiota puede matarnos!

—Eva tiene razón —la voz de Jared provoca que gire mi rostro en su dirección—. Lo mejor es mantener la calma.

Mi hermana solo nos mira mala a ambos y baja la cabrza mientras continua llorando. Siento los quejidos por el dolor de Jared cada vez que intenta moverse y los músculos están empezando a dolerme por el frío.

—¿Te dule mucho? —escucho que me habla y asiento—. ¿No vas a hablarme?

La pregunta me llega como un puñal y lo miro bastante enojada.

—¡¿En serio me estás preguntando eso?! ¿Dónde quedó lo de no quiero volver a verte?

Él baja la cabeza y niega. Cuando sus ojos vuelven a los míos veo el arrepentimiento y un pequeño rastro del Jared que conocí.

—Lo siento —me dice—. Yo me cegué por el rencor y todo lo que hice fue culparte, me porté como una mierda Eva —hace una pausa y no puedo evitar mirarlo con ira—… yo…Cuando me enteré que estabas en peligro…

—Eso quiere decir que tenía que estar a punto de morir para que te dieras cuenta de que no fui la culpable de nada —él baja la cabeza.

—Perdóname, por favor, sé que las cosas no se van a arreglar por arte de magia, pero por lo menos no me alejes de ti Eva.

Me quedo callada porque lo que menos quiero en estos momentos es tener que tomar una decisión respecto a él o respecto a cualquier cosa, solo quiero salir de este lugar. Él se mantiene en silencio y lucho por cerrar los ojos y dormir pero mis intentos son en vano.
De un momento a otro escucho pasos corriendo por todo el lugar y el sonido de unos coches se escucha a lo lejos. Abro mis ojos y me encuentro con la miarada cautelosa de Jared.

—¿Qué está pasando? —pregunta mi hermana asustada.

—Pensé que tardaría más —suelta Jared y yo lo miro confundida— Kylliam —me responde leyendo la pregunta clara en mi rostro y no sé si sintió alivio o temor de que él esté aquí.

La puerta del establo se abre y se escucha un disparo al aire que provoca que mi hermana y yo soltemos un grito. Jared me llama y llevo mi mirada hasta él.

—Pase lo que pase, no lo hagas molestar —me pide y se que eso va a ser imposible.

—¡Me las vas a pagar hija de puta! —escucho la voz de Leonard y en segudos mi silla es empujada contra el suelo y me golpeo la nariz con el piso—. Resulta que no tuviste suficiente con un principito, tenías que meterte con los dos.

Jared me mira advirtiéndome que me quede callada y lo hago. Llevo mi mirada hacia atrás y observo como el cuerpo de Angie se sacude, está mal.

—¿Te cortó la lengua el gato? —me pregunta mi primo y sigo callada—. Yo sé como hacerte hablar.

Camina hasta donde está mi hermana y la agarra del pelo, para después sacar la pistola y apuntar a su cabeza. Angie pega un grito desgarrador y comienza a llorar desesperada.

—¡Suéltala, maldito loco! —le grito intentando ponerme de pie pero las sogas me lo impiden.

—Ya vienen por mi, primita —me dice—. Así que no pierdo nada si mato a alguno de ustedes —nos señala a cada uno con el arma.

—¿Y por qué vas por la más débil? ¿Me tienes miedo?

Su risa resuena por todo el sitio y escucho maldecir a Jared cuando sabe que no hay manera en la que pueda permanecer callada a partir de ahora. Leonar se aleja de Angie y camina hasta pararse a mi lado. Estando en el suelo su figura impone bastante pero saco valor desde lo más profundo y mantengo mi mirada en sus ojos .

—¿Quieres morir tú? —me pregunta y pone su pie en mi frente—. Desde aquí arriba eres fácil de aplastar.

—¡Dejala en paz! —escucho a Jared gritar y retorcerse en su silla.

—Es muy fácil para ti desde ahí arriba —le digo y le muestro una sonrisa—. ¿Me tienes miedo Leonard? ¿Por qué no me sueltas y resolvemos esto de primo a primo?

Él vuelve a reír y se agacha para soltar las amarras de la silla, primero mis piernas y luego mis manos. Cuando solo falta la izquierda y la siento suficientemente floja le encesto un golpe en la nariz con mi frnete y él se aleja al instante por el dolor. Me suelto rápidamente y me pongo de pie. Corro hasta donde está mi hermana y comienzo a desatar las cuerdas de sus piernas.

—¡Eva! —escucho el grito de Jared y acto seguido las manos de Leonar de agarran del pelo poniéndome de pie y su puño impacta contra mi estómago haciendo que caiga al suelo.

—Eres una tramposa, Eva Toscano —me agarra por la sudadera y me levanta para luego repetir mi golpe y dañar mi nariz.

Me suelta y me alejo de él tambaleándome, los gritos de Angie y Jared se escuchan lejano cuando me acerco a él dispuesta a golpearlo pero recibo un puñetazo en mi rostro que provoca que caiga al suelo y sienta un zumbido en los oídos.

—¿Eva, estás bien? —Angie me grita preocupada y yo me levanto del suelo adolorida por los golpes y comienzo a toser sintiendo el sabor metálico de la sangre en mi boca.

—¿Quieres más, pequeña perra? —me agarra por el pelo y lo miro con rabia.

—Golpeas como una nena, primito —mi voz es débil y estoy a punto de perder el conocimiento pero este maldito no va a poder conmigo.

Las manos de Leonard sueltan mi cabello y pasa su brazo por mi cuello pegándome a su cuerpo cuando la puerta del establo se abre y varios hombres vestido de negro entran y rodena el lugar. Saca su pistola del bolsillo y la posa sobre mi cien. El corazón me late con desesperación mientras veo como las linternas apuntan hacia nosotros y escucho el llanto de mi hermana.

—Ves primita, te dije que tendríamos visitas —me susurra al oído—. Si yo me voy, te llevo conmigo.

—Suelte a la chica, está rodeado —escucho una voz masculina desconocida.

—Ella no se va de aquí —responde Leonard apretando su agarre en mi cuello.

—Suéltala si no quieres que acabe contigo —la piel me quema cuando esucho la voz de Kylliam y luego lo veo pararse al lado de Jared con una pistola apuntando hacia Leonard.

—Hola Rey Kylliam —le responde mi secuestrador riendo—. Ya veo que también caíste en las garras de esta arpía.

—Suéltala —le repite—. No suelo usar armas seguido Leonard, cuando lo hago disparo.

—¡Uy que miedo! —ríe mi primo—. ¿Escuchaste eso Eva?

Las lágrimas comienzan a descender por mi rostro y las heridas de los golpes me arden. Me siento cansada y solo quiero que esto acabe.

—Verán, majestades, policías, agentes del FBi —Leonard hace una pausa—, prima y Eva, yo no puedo irme de aquí sin soltar unas verdades antes.

—Suéltala de una vez —la voz de mi tío Alessandro hace que suspire con alivio porque nadie me da tanta seguridad como él. Las luces de las linternas sobre nosotros hacen que no pueda ver bien a mi alrededor así que no ditingo donde está.

—¡Pero si el tío está aquí también! —se ríe—. Venga bajen las linternas —pide pero nadie hace caso.

Entonces quita la pistola de mi frente y apunta a mi pierna. Solo siento el sonido de la bala al salir y el dolor incontenible que provoca que me lance al suelo pero su agarre me lo impide. Suelto un grito cuando el dolor me destruye y las lágrimas ahora salen con más intensidad.

—¡Hijo de puta voy a matarte! —escucho la voz de Kylliam y siento que pierdo las fuerzas para sostenerme mientras que el dolor en la pierna aumenta cada segundo.

—¡No estoy bromeando! —grita Leonard—¡Bajen las linternas ahora!

Las luces cegadoras desaparecen y miro a mi alrededor. Jared ya no está atado a la silla, se encuentra al lado de Kylliam sosteniendo un arma, Tío Alessandro está en la otra esquina junto con mi padre y detrás de un grupo de policías veo a mi tía Sarah esposada. Angie sigue detrás de nosotros.

—Estoy orgulloso —suelta Leonard—. He logrado reunir a los hermanos Toscano.

—Suelta a Eva —le dice mi tío—. O voy a disparar.

—Tengamos paciencia por favor, primero vamos a poner las cartas sobre la mesa y que mi primita sepa de una vez por todas que toda su vida ha sido una vil mentira.

—¡Callate! —le grita mi papá.

—¿A…a qué te refires? —le pregunto entre lágrimas y con un hilo de voz porque la garganta de arde.

—¿Mami? —mi tía levanta la cabeza y lo oficiales la miran—. Dile a esos tipos que  te acerquen.

Los oficiales miran a un hombre que se encuentra al lado de mi tío el da un asentimiento con la cabeza. Uno de ellos acerca a Tía Sarah hasta donde estamos. Ella mira a su hijo y luego posa su mirada arrepentida sobre mi y dedusco que ella todo el tiempo supo que esto iba a pasar.

—Venga —la anima Leonard—. Cuéntale.

Ell lo mira suplicando para que él le diga que no lo haga, pero yo levanto mi brazo aunque duela y agarro su mentón atrayendo su mirada a la mía.

—Eva no… —escucho a mi padre y lo mando a callar levantando mi mano.
Se acabaron los malditos secretos y todo el maldito misterio, si voy a morir merezco hacerlo sabiendo todo.

—Lo siento —ella baja la cabeza y yo no puedo parar de llorar.

—Venga mami, dile la verdad a tu querida sobrina.

Mi tía me mira con dolor y no puedo explicar la decepción que comienza a invadirme, pero sobre todo el miedo, porque se que lo me diga ella, va a significar un antes un después en mi vida.

—Tú no eres hija de Alfred y mi hermana —suelta mi tía y sus palabras se me clavan como un puñal y suelto un quejido.

—¡Cállate! —escucho la voz de mi padre pero poco a poco todo se va sintiendo lejano.

—Eres adopatada Eva —continua mi tía y poco a poco la visón se me va volviendo borrosa.

—¿Quiénes son mis padres? —pregunto mientras siento mis ojos cerrarse.

—Alessandro, tu padre es Alessandro Toscano.

Mis ojos terminan cerrándose y siento un disparo a lo lejos. Tengo la sensación de caer al suelo y luego unos brazos recibirme, mi nariz siente un perfume, ese que me saca de quicio pero que también me da tanta seguridad. Entonces me permito dormir, porque sé que nada malo puede pasarme mientras me sostengan los brazos de Kylliam.







¡Wenis!

Paso rápido a decirles que tengo un grupito en WhatsApp con mis lectoras, para hacer dinámicas de la novela, platicar, a lo mejor les mando algún spoiler y por ahí pueden acosarme para que actualice jjjj. Si quieren entrar, pásenme un mensajito por privado y les mando el enlace con mucho amoll.

Wiii... ¿Les gustó el capítulo?


Lxs quiero!!!!

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