👑 Capítulo 24👑
Mis ojos se abren debido al incesante sonido de mi móvil. Mi cuerpo se encuentra sumido en una nube de calor y sonrío cuando siento el brazo de Kylliam rodearme la cintura, llevo la vista a mi lado y lo observo dormir tranquilamente. Parece una persona tranquila y no un príncipe idiota capaz de hacerme enloquecer en una noche. Acaricio su espalda con mis dedos y suelto un suspiro recordando todo lo que me hizo sentir anoche. Mi celular vuelve a sonar y a regañadientes me alejo de la cama para contestar. El número de Angie ilumina la pantalla y contesto.
—Acabas de interrumpir mi sueño —digo riendo pero me estremezco al escuchar su llanto.
—¡Eva! ¡Por favor! ¡Sácame de aquí! —grita.
Cubro mi cuerpo con una bata y salgo rápidamente hacia el balcón para evitar despertar a Kylliam.
—¿Angie? —pregunto confundida y preocupada—.¿Qué está pasando?
—Angie ya no está querida prima —la voz de Leonard hace que me tense de pies a cabeza.
—¡¿Dónde está Angie?! —le pregunto llena de impotencia.
—Cálmate, ella está bien, pero no lo estará si no regresas a Seatle y vienes por ella.
—¡¿Qué carajos quieres?!
Él suelta una risa que hace que se me encienda la sangre y me den ganas de ahorcarlo.
—Quiero que vengas prima, tenemos asuntos que resolver tú y yo.
—No estoy en Seattle —le digo.
—Lo sé, mis amigos te hicieron una visita a ayer —las manos me tiemblan—. Tu avión sale en una hora, Eva.
—¿Por qué haces esto?
—Destruiste mi vida, solo te devuelvo el favor. Que nadie venga por ti Eva, encárgate de eso, no quiero entrometidos.
Sé que se refiere a Kylliam.
—Está bien —le digo y él se ríe—. Si le tocas un pelo a mi hermana te mato.
—Nos vemos pronto —dice y termina la llamada.
Tomo un respiración profunda y me llevo las manos a la cabeza llena de impotencia.
¡¿Cómo carajos resuelvo toda esta mierda?!
Entro en la habitación en silencio, le paso un mensaje Adele preguntando donde está y me responde que salieron a dar un paseo y regresarán más tarde, es el momento perfecto.
Ignoro a Kylliam que duerme en la cama porque se que si lo miro seré incapaz de irme y terminaré llorando en sus brazos y él se meterá en este asunto. Leonard dijo que debía evitar entrometidos, no quiero que dañe a Angie. Agarro toda mi ropa y la meto rápidamente en la maleta. Me pongo unos jeans con una sudadera y trenzo mi cabello. Agarro un papel y una pluma y escribo una carta para Kylliam mientras las lágrimas comienzan a caer por mi rostro. Le miento, no sé cuántas mentiras dejo plasmadas en ese papel, pero es la única forma de evitar que vaya detrás de mí, romper su corazón.
Abro la puerta con cuidado y me marcho hacia el aeropuerto. En el camino recibo un mensaje de Leonard con los datos de mi billete de avión y una foto de Angie atada a una silla llorando. Me desespero cuando la veo así y hasta termino por hablarme la mal a la aeromoza cuando una vez en el avión me cambia de asiento dos veces.
En cuanto pongo mis pies fuera del aeropuerto un mensaje de Leonard llega desde el celular de Angie avisando que había un auto azul esperándome en el parqueo. Respiro profundamente llenándome de valor y camino hasta allí.
En el auto un hombre vestido completamente de negro y con gafas de sol abre la puerta trasera y entro. Estoy muerta de miedo y la sensación de no saber hacía donde voy o que rayos va a pasar no ayuda mucho para calmarme.
El auto estuvo transitando alrededor de una hora y media, nos alejamos de la ciudad y entramos a una zona de fincas con territorios extensos a la que nunca había ido. Permanezco en silencio mirando cada detalle del camino porque algo me dice que cualquier información puede servirme de ayuda en algún momento. Se detiene frente a un enorme establo, a nuestro alrededor solo hay árboles y plantaciones, ni una sola persona.
—Puede bajar —me dice el chofer y asiento nerviosamente—. La están esperando dentro.
Abro la puerta del auto con manos temblorosas y respiro profundamente mietras camino hasta la enorme puerta del establo. La empujo con delicadeza y emite un sonido molesto. El sitio está lleno de diversas caja y miro hacia las enormes ventanas por donde entran los rayos del sol.
—¡Eva! —el grito de Angie llama mi atención y cuando miro al frente mi hermana se encuentra atada en una silla mientras las lágrimas bajan por sus mejillas.
No dudo en correr hasta ella, y me arrodillo para empezar a desatarla mientras mi cuerpo se sacude por los nervios y el miedo.
—¡Quiero salir de aquí! —suplica mi hermana entre lágrimas y el corazón se me rompe.
—Lo haremos, lo prometo —le digo mientras sigo desatando las sogas de sus piernas pero suelto un grito de dolor cuando alguien me agarra por el cabello y me arrastra lejos de mi hermana.
—Que bueno que has llegado —la voz de Leonard llega a mis oídos mientras su agarre en mi cabello se mantiene y me tira de un empujón sobre una silla.
—¡Suéltame! —le grito y comienzo a forcejear para alejarme—. ¡Estás totalemente loco!
Su puño impacta contra mi rostro y suelto un gemido de dolor y al instante siento la sangre bajar desde mi ceja.
—Veo que eres rebelde —se ríe—. Menos mal que sé controlarte.
—¡¿Qué carajos quieres de nosotras?! —le grito.
Dos hombres se acercan y comienzan a atarme a la silla y por mucho que me remuevo logran inmovilizarme.
—De ella no quiero nada —señala a Angie—. Solo fue un señuelo para traerte, pero tú, me debes mucho, voy a hacerte pagar por destruir la vida de mi abuela.
—¡Tu abuela era una persona de mierda! —le grito enfurcida y otra vez su puño llega a mi cara, el dolor hace que las lágrimas caigan por mis ojos.
—A este paso, vas a hacer que arruine tu belleza, querida prima —su risa de psicópata me pone de los nervios y lo escupo.
Pero me pongo en alerta cuando saca una pistola de su bolsillo y la pone en mi cien.
—¡No te atrevas a hacerle nada! —le grita Angie presa del pánico.
Leonard me mira y me lleno del miedo más grande que he podido tener cuando no veo ninguna expresión en su rostro que no sea odio hacia mi, me da un beso en frente que me provoca asco y clava su mirada sobre la mía.
—Compórtate —aumenta la presión de la pistola—. No quiero seguir golpeándote, más tarde tendremos visitas, debes estar presentable.
Se aleja caminando y lleva su mirada a Angie.
—Estoy evitando dañarte pequeña —le dice, su trato hacia ella cambia totalmente—. Pero no vuelvas a gritarme o vas a recibir el mismo trato que la perra de tu hermana.
Se aleja y desaparece entre las cajas dejándonos totalmente solas, Angie me da una mirada de tristeza mientras las lágrimas comienzan a caer por mi rostro y solo me queda rezar para que podamos salir de esta sanas y salvas.
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