Me quedo de pie mientras veo como Kylliam saca una pistola de la parte trasera de su pantalón y comienza a disparar en contra de los tres hombres, los sonidos de los disparos hacen que el corazón se me acelere. Sé que debo obedecer a Kylliam, que debo correr, pero mis piernas simplemente no reaccionan a las órdenes de mi cerebro.

—¡Eva! —me grita sin dejar de disparar—. ¡¿Qué haces ahí parada?! ¡Corre!

Lo miro correr hasta ubicarse detrás de un foco de luz y cubrirse de los disparos mientras a cada rato sale y ataca , también lo veo gritarme con frustración pero ya ni siquiera sé lo que me dice. Todo lo que siento es un zumbido horrible en mis oídos y siento como voy perdiendo poco a poco la fuerza. Los disparos se comienzan a escuchar lejanos y la vista se me comienza a tornar borrosa.

Justo cuando pienso que voy a caer siento unos brazos apretarme y agarrarme por los hombros, para luego ver la mirada preocupada de Kylliam frente a mí.

—Vamos a salir de esto juntos —me dice y luego siento como me levanta en brazos y comienza a correr conmigo a cuestas. Cierro los ojos y caigo en una profunda oscuridad.

(...)

—Eva —la voz de Kylliam se va escuchando cada vez más cercana mientras siento sus manos tocarme el rostro—. Vamos abre los ojos.
Siento una superficie dura debajo y me remuevo un poco sintiendo un cuerpo en mi espalda.

—Eso es, despierta —abro mis ojos lentamente y al instante llevo mis manos a la cabeza debido al dolor.

—¿Cómo te sientes? —me pregunta.

Y todo me llega en bucle, los hombres, los disparos, Kylliam. Me giro al instante y comienzo a examinar todo a nuestro alrededor. Estamos en un callejón, ambos sentados en el suelo y yo de espaldas a él, recostada de su cuerpo.

—¡Tenemos que salir de aquí! —me pongo de pie presa de pánico al instante y él se levanta rápidamente.

Las manos comienzan a temblarme y siento como poco a poco se me hace más pesado respirar. Siento debilidad y me recuesto de la pared del edificio sintiendo que me asfixio pero con la idea fija de que estamos en peligro.

—Ky… ¡Vamo…! —comienzo a toser desperadamente y lo tomo por la mano para irnos pero él me detiene.

—Tienes que calmarte Eva —sus manos van a mi rostro y me aprisiona contra la pared, eso en vez de ayudarme me altera más.

¡¿Qué no entiende que tenemos que huir?!

—¡No! —la voz se me corta y las lágrimas comienzan a desceder por mi rostro.

¡¿Qué rayos me pasa?!

—Mírame —comienzo a negar—Eva, tienes un ataque de pánico.

—¡No! ¡No! —comienzo a desesperarme.

—Estamos fuera de peligro, no nos pasará nada —su voz suena calmada mientras lleva mi rostro al frente para que lo mire—. Respira conmigo.

Asiento sin dejar de llorar y respiro mientras él cuenta.

—Cuatro…eso es corredora —sonríe pero sigo sintiéndome mal.

—Esto… no funciona —le digo entrecortadamente.

—Tienes que calmarte —niego, porque lo único que quiero es salir corriendo—. Eva, por favor.

—Kylliam…—susurro con el corazón latiéndome a mil por horas.

—Por favor, necesito que respires con…

—Estoy enamorada de ti.

Sus manos sueltan mi rostro y se queda quieto sin apartar su mirada de mi, con sus brazos acorralándome y sosteniendo la pistola por encima de mi cabeza, mientras yo intento poco a poco recomponer mi respiración. Comienzo a contar mentalmente y a pensar en mi casa, mis padres, Angie y en que pronto estaré junto a ellos. Para cuando mi respiración está más pausada Kylliam sigue frente a mi, sin decir palabra y lo miro divertida.

—Vale, creí que tu reacció sería dife…

Sus labios me callaron.

Kylliam estaba besándome, sus labios eran un jodido paraíso del que no me creía capaz de alejarme a partir de este momento. La pistola cayó al piso y sus manos agarraron mi cabello mientras su lengua se abria paso dentro de mi boca provocando sensaciones en todas las partes de mi cuerpo. Era un beso lleno de deseo, como si hubiese estado esperando toda un vida por este momento, como si estuviese reclamando mis labios como suyos. Me estaba llevando al cielo, solo con un beso.

Su cuerpo se pegó al mío y un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Sus manos abandonaron mi cabello y bajaron hasta mi trasero para levantarme y hacer que enredara mis piernas alrededor de su cintura, mientras devoraba mi boca sin contemplación. Se separó de mis labios cuando ninguno de los dos podía resistir más la falta de aire y sus ojos me miraron con intensidad que fue capaz de reiniciarme la vida, quería ver esa mirada por el resto de mi vida.

—No hay manera en la que deje que te vayas de mi lado después de esto —me dice dejando un corto beso sobre mis labios.

—No quiero hacerlo —le digo y me sonríe.

El sonido de un clapson se escucha al otro lado de la calle y nos giramos para ver a Thomas junto a los guardaespaldas. Kylliam me deja en el suelo y su mano toma la mía, provocando cientos de emociones en mi interior. Caminamos hasta ellos y Thomas nos mira con preocupación.

—¿Están bien?

—Si —le responde Kylliam—. Solo necesitamos descansar.

Él asiente y montamos en el coche. Por el camino Kylliam mantiene su mano tomando la mía y se siente raro pero bien. Al llegar al hotel, ya el sol ha salido,  Adele y Dalton se encuentran en recepción esperándonos y prácticamente se lanzan a mis brazos.

—¡Joder! Creí que te habían hecho daño —Ade rompe en llanto y aprieto mi abrazo en ellos.

—Estoy bien.

Dalton me da una revisión de pies a cabeza y se detiene en mis pies hinchados por los zapatos.

—Te dejaremos la habitación para que puedas dormir tranquila —asiento agradecida y entonces siento una manos agarrarme por la cintura y dejar un beso en mi cabeza.

—Vamos, debes darte un baño antes de dormir —Kylliam vuelve a tomar mi mano y juntos entramos al elevador.

Estoy nerviosa, muy nerviosa porque no sé como debo de actuar con él ahora. El ambiente en el elevador es algo tenso porque ninguno pronuncia palabra y cuando las puertas se abren el pasillo, me acompaña hasta mi habitación.
Abro la puerta y entra detrás de mí. Soy bastante torpe mientras camino de un lado a otro sin saber que hacer hasta que decido quitarme los zapatos y cuando finalmente mis pies son libres me siento más relajada. Kylliam se sienta en uno de los sofás y yo entro al baño en un manojo de nervios. Lavo mi rostro y acomodo un poco el desastre que es mi cabello. Cuando salgo Kylliam está de pie, observándome y todo comienza a temblarme.

Se acerca hasta mi lentamente y acaricia mi rostro, primero mi frente, mis mejillas, mi nariz y de detiene en mi boca donde juguetea con mis labios. Cierro mis ojos porque su tacto tiene un efecto relajante en mi.

—¿Si te beso nuevamente pierde calidad? —me pregunta en un susurro y sonrío antes de unir mis labios con los suyos.

—Me encantas, Eva Toscano —me dice entre besos.

Entonces me permito olvidarme de todo y caer, olvido que ahora es un rey y que yo solo soy una chica, me olvido de lo que pasó hace unas hora y de el por qué esos hombres nos atacaron, me olvido de todo y solo me enfoco en Kylliam, en sus manos en mi cuerpo, en sus besos, en sus caricias y dejo que esta noche solo seamos él y yo.