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👑 Capítulo 17👑

—Abre la puerta, por favor —le digo y él solo sonríe haciendo que me ponga muy nerviosa.

—¿Tienes miedo?

—Jamás —le respondo—. Pero tengo cosas que hacer.

—La abriré, pero solo cuando me digas que fue lo último que dijiste después de todo tu parloteo cuando llegaste.

—¿No lo escuchaste? —las piernas se me aflojan mientras él cambia de posición, me acorrala entre sus brazos, creo que le gusta tenerme así.

—No, perdí la concentración. —se ríe y lo miro enojada—. ¿Puedes repetirlo?

—Lo que se repite pierde calidad Kylliam Wesh —le digo riendo.

Se acerca un poco más, creo que en cualquier momento las piernas me van a fallar y voy a terminar en el piso.

—Entonces no puedo besarte ahora —dice mirándome a los ojos y el corazón amenaza por estallarme, su mirada va a mis labios y siento que el mundo me da vueltas.

—¿Qué?

—Si te beso ahora, me quedaré con ganas de volver hacerlo, entonces cuando se repita perderá calidad —me explica con una sonrisa pícara—. Mejor te beso en el momento preciso con toda la calidad que mereces, Eva Toscano.

Mi boca figura una O y me quedo sin palabras mientras el abre la puerta lentamente sin dejar de sonreír a costa mía.

—Ya veo que si puedo dejarte sin palabras, eso me gusta.

Me pongo en alerta cuando se acerca y deja un beso en mi mejilla que envía corrientes de calor por todo mi cuerpo.

—Que duermas bien, corredora.

Me pasa por el lado y se aleja tranquilamente, mientras yo soy un desastre de respiración y piernas temblorosas.

Kylliam seguía causando cosas locas en mi.

El día comienza cargadito de clases y preparativos para la recepción especial donde se hará el banquete con todas las familias. Los maestros y empleados de la escuela caminan de un lado a otro con decoraciones y documentos. He recibido un mensaje de Korra en la mañana pidiéndome reunirnos esta noche en su oficina, así que ya veré qué quiere Maléfica ahora.

Llevo tres horas de clases en las que no he podido concentrarme porque cada vez que intento atender Jared y Kylliam llegaban a mi mente. El primero debe estar enojado conmigo por todo lo que escuchó ayer, ni siquiera lo he visto en todo el día y no quiero que las cosas entre él y yo sé pongan tensas. El segundo ha estado ausente en todas las clases, no porque no asistió, ha llegado tarde y se ha sentado en el último asiento sin decir palabra, se pasó todo el tiempo mirando por la ventana como si sus pensamientos estuviesen en otro lado y por primera vez desde que lo conozco, su mirada parecía triste.

Cuando finalmente llega la hora del almuerzo me separo de Ade y Dal para buscar unos libros en mi habitación, ellos me esperan en el comedor. Camino por el pasillo de las habitaciones cuando escucho una chica llorando y al instante la reconocí, Angie estaba llorando.

Acelero mi paso hasta el final del pasillo, dónde terminan las habitaciones de esta ala, allí se encuentra mi hermana, tiene el rostro cubierto con sus manos mientras llora y Gretchen está de pie frente a ella. No sé lo que ha pasado pero si han provocado que mi hermana llore, van a conocerme verdaderamente.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunto cuando llego hasta ellas y mi hermana levanta la mirada al escuchar mi voz, sus ojos están rojos y llenos de lágrimas.

Se aleja de Gretchen de inmediato y camina hasta mi para rodearme con sus brazos y comenzar a llorar con más fuerza. Gretchen se queda mirándome tranquilamente. Respira Eva, asesinar es un delito.

—¿Qué ha pasado? —le pregunto a ella.

—Esta niña le va dado una bofetada a mi hermano —me responde—. Nadie le pone una mano encima mientras yo esté cerca.

La ignoro y acaricio el cuerpo de Angie que sigue llorando.

—¿Qué ha pasado Angie? —ella niega con la cabeza sin querer contarme.

—Vamos, puedes confiar en mí, no voy a permitir que nadie te haga daño, así seas una molestia de hermana.

—¿Es tu hermana? —pregunta Gretchen sorprendida y la ignoro.

Angie se separa de mí e intenta secarse las lágrimas con el dorso de sus manos.

—Él... Intentó besarme...Yo no quería y me tomó del brazo —explica mientras llora y yo contengo la ira que me desata cada palabra—. Solo quería que me dejara tranquila, por eso le di con el libro de historia.

La tomo de la mano y le doy un abrazo para luego arrastrarla a mi espalda porque las cosas no van a ponerse del todo buenas.

—¿Que le hiciste a mi hermana? —le pregunto a Gretchen con furia.

—Le dije la verdad y le devolví el gesto que tuvo con mi hermano.

—No —digo más  para mí misma porque estaba al explotar.

—Eva —Angie me toma el brazo desde mi espalda para calmarme pero es demasiado tarde.

Puedo aguantar que se meta conmigo, que me moleste a mi, pero no con mi familia, no con la hermana pequeña que me dió la vida y a la que únicamente puedo molestar yo.

—Dime que no te atreviste a ponerle la mano encima a mi hermana —le advierto.

—Pues, si lo hice, se lo merece.

Levanto mi mano dispuesta a darle su merecido pero soy interceptada por otra mano que agarra mi brazo y me detiene antes de que pueda impactar en el rostro de Gretchen.

—¿Qué carajos haces? —Kylliam me mira confundido y este es un mal momento para que entre en su papel de superhéroe.

—¡Iba a pegarme! —le dice Gretchen victimizándose—. ¡Iba a pegarme!

Todo lo que hago es reír mientras Angie sigue refugiada en mi espalda y con la mano sosteniéndome el brazo sin decir palabra.

—Créeme, si él no aparece ya estuvieras camino al hospital, maldita perra —le grito furiosa.

—Eva —Kylliam me mira con seriedad—. ¿Qué haces?

La rabia me está encendiendo por dentro y la impotencia por no poder hacer nada por mi hermana, miro a Kylliam con ira.

—¿Qué haces tú? —le pregunto—. Me dijiste que te gustaba que todo estuviese en su lugar y aquí está la perra de tu amiga que golpeó a mi hermana pequeña para defender al asco de hermano que tiene.

Él mira a Gretchen que sigue con su postura de "yo no rompo un plato".

—Esa chica le dió con un libro a mi hermano en el rostro, Kylly. Gibson está en el hospital con un ojo morado.

Kylliam lleva su mirada nuevamente hacia mí y a la persona que está en mi espalda.

—¿Tienes una hermana?

—Una a la que ese chico trató de besar a la fuerza.

—¡Él no hizo nada! —grita Gretchen.

—¡Si lo hizo! —Angie sale de mi espalda y da un paso al frente para defenderse, Gretchen intenta acercarse a ella pero me pongo en medio.

—¡No te atrevas o no respondo!

—¡Cálmense ya! —grita Kylliam y se lleva las manos a la cabeza frustrado.

Algo que nada tiene que ver con nosotras lo preocupa y esto está empeorando su estado, pero ahora mismo poco me importa.

—Vamos —toma a Gretchen del brazo dispuesto a alejarse con ella.

Y ¡Auch! Eso duele y es totalmente decepcionante.

—¿Es en serio? —le pregunto aún más enojada.

—Eva, déjame resolver esto a mi manera —me dice.

Me acerco hasta él, Gretchen se cubre tras su espalda para evitar que la toque.

—¿A tu manera? —le pregunto y él asiente.

—Yo prefiero resolverlo a la mía.

El impacto de mi mano en su rostro hace eco por todo el pasillo y se escucha el gemido de asombro de Angie. El rostro de Kylliam gira por el impacto y mi mano pica por el ardor.

—Vete a la mierda.

Le digo dispuesta a alejarme junto a Angie, pero al girar Jared también está allí, presenciando todo. Camino hacia él decidida y paso por su lado junto a Angie, siento los pasos de ambos chicos detrás de nosotras pero no me giro para verlos porque no tengo ganas de ver a ninguno. Apresuro mi paso mientras Angie me sigue sin decir palabra, entramos rápidamente a mi habitación y cierro con llave.

—Eva —la voz de Jared se escucha primero—. Necesito hablar contigo, abre la puerta, por favor.

Angie me mira y niego con la cabeza, no quiero saber de ellos, estoy harta de esta maldita confusión y que mi vida termine más enredada cada vez que ellos están cerca.

—¡Eva! —un golpe fuerte se siente en la puerta de la habitación, Kylliam grita enfurecido—. ¡Abre la maldita puerta antes de que la tire abajo y me importe una mierda todo!

Me lanzo a la cama tranquilamente, Angie sigue mi ejemplo y se recuesta poniendo su cabeza en mis piernas, comienzo a trenzar su cabello, mientras escuchamos los gritos de Kylliam y a Jared, en sus fallidos intentos para que abra la puerta.

—¡Quieres dejar de gritar como un loco! —le pide Jared a Kylliam—. Si sigues gritando nunca abrirá.

—Pues con esa dulzura que usas tampoco —le dice él sin dejar de golpear la puerta.

—Tú y tu manía de hacer de todo un caos —le suelta Jared molesto.

—Tú y tu manía de frenar las emociones —le responde Kylliam—. Ya vez cada uno cargamos un mal diferente, pero somos la misma mierda por dentro príncipe Jared. ¡Eva abre la puerta!

—No quiere hablar contigo, te mandó a la mierda. ¿Quieres que te dé un mapa? —Angie suelta una risita al escuchar.

—Se muy bien dónde queda la mierda, pero me iré solo si ella viene conmigo —ruedo los ojos, mejor que se lleve a Gretchen.

—Eva, solo quiero conversar —Jared insiste.

—Contigo tampoco quiere hablar, desapareciste ayer solo porque escuchaste que yo le gustaba y no dejaste que ella te diera explicaciones.

Angie se pone de pie y la miro acercarse a la puerta y abrir un poquito con cuidado.

—¿Pueden callarse ya? —ambos hicieron silencio—. Estuve llorando un buen rato y me duele la cabeza, ambos la cagaron y Eva no quiere hablar con ninguno por mucho que toquen y pidan no le va a abrir, en vez de perder el tiempo aquí discutiendo busquen una forma de arreglar su desastre.

Cierra la puerta de un golpe y se lanza nuevamente a la cama. Una sonrisa se dibuja en mi rostro cuando los gritos cesan y silencio absorbe la habitación.

—Gracias hermanita —le digo.

—¿Cuál de los dos te gusta? —me pregunta y me quedo callada porque no sabía con certeza la respuesta a esa pregunta.

(…)

Después de una tarde de hermanas junto a Angie dónde le hice prometerme que me contaría cualquier inconveniente que tuviese, me di una ducha y me vestí para visitar mi queridísima abuela. El camino a su oficina se me hace eterno mientras lucho internamente contra las ganas de girarme y no ir, pero al final termino llamando a la puerta de su oficina.

—Adelante.

—Buenas noches —saludo y ella me muestra una de sus sonrisas forzadas.

—¿Cómo has estado Evangeline?

—Bien ¿Y usted? —si existieran un termómetro para medir la hipocresía ahora mismo se dispararía.

—Ocupada con los planes de tu boda, pero todo va a quedar perfecto.

—¿Para qué quería verme? —le pregunto porque mientras menos tiempo la tenga cerca mejor.

—Hay alguien que quiero que conozcas —se pone sus lentes—. Sal, querido.

De la puerta de la habitación donde estaban Korra y Gerad cuando los escuché aquella noche decir la verdad sobre la muerte de la madre de Jared, sale un chico de cabello castaño claro y ojos cafés que me sonríe, el chico al que ayudé en el comedor el primer día.

—Mucho gusto Eva, soy tu primo, Leonard.

Me quedo mirándolo sorprendida y por mi mente pasa el momento en el que cayó al suelo delante de todos, Kylliam dijo que lo merecía porque se había intentado propasar con Gretchen pero conociendo esa arpía a lo mejor fue mentira.

—Hola Leonard, un placer —le devuelvo la sonrisa.

—Leonard se vuelve a unir a nuestra escuela, va a estar disponible para ayudarte en lo que necesites.

—Ya tengo a Katlin —le digo.

—Una mano de ayuda nunca está demás.

Algo no me terminaba de convencer.

—Estoy agotada, así que voy a regresar a mi habitación.

Me pongo de pies y cuando doy un paso, Leonard también lo da. Me giro hacia Maléfica.

—¿Va a ayudarme o va a servirte de espía para saber todo lo que hago?

Leonard ni siquiera habla, solo se mantiene en firme esperando órdenes de Korra, es otro títere.

—No es necesario que la acompañes, hoy —le dice.

Lucho contra las ganas de gritarle porque no puedo hacerlo. Salgo de la oficina y prácticamente corro hacia mi habitación cerrando de un portazo. Dos toques me alertan y cuando me dispongo a abrir un sobre pasa por debajo de la puerta. Lo agarro y leo mi nombre en letras cursivas. Lo abro inmediatamente y me siento en la cama, es una carta.

Querida sobrina...

Voy a ausentarme unos días de la escuela, en verdad espero que estés bien y que todo marche perfectamente. Si logras cumplir tu plan y evitar casarte no te veré cuando regrese y aunque me entristece no hacerlo, sé que tú estarás feliz y me basta.
Mi hijo regresa hoy y aunque es mi pequeño quiero advertirte. Leonard es un seguidor de tu abuela, ella le enseñó e inculcó sus ideales, no confíes en el Eva. Es mi hijo y lo amo, pero no permitiré que él y mi madre puedan dañarte.

Sé feliz y cuídate mucho
Espero poder verte pronto.

La carta tiembla en mis manos, porque mi cabeza comienza a creer que Korra pudo haber provocado que ella se marchara o algo peor.

¿Sería capaz de dañar a su propia hija?

Espero que no, que mi tía esté bien en donde sea que haya ido. Me acuesto en la cama y me cubro con la manta dejando mi mente descansar.

A primera hora de la mañana Katlin entra a mi habitación, pero esta vez no lo hace sola como costumbre, mi recién conocido primo Leonard entra con ella. Se veía bastante incómoda mientras abría las ventanas  y alistaba todo, mientras que el nuevo títere de Korra se plata en firme frente a mi.

—Buenos días majestad —me saluda y le doy un asentimiento, algo en él no me convence del todo.

—Majestad, cuando desee puede entrar a la ducha, hoy le espera un largo día —Kat me sonríe con amabilidad y me pongo de pie. Leonard camina detrás mío y me giro al instante de mal humor.

—¿Acaso Korra también te dijo que te bañaras conmigo? —le pregunto y él niega con la cabeza caminando hacia atrás.

Entro seguida de Katlin al baño, ella me abre la ducha y acomoda las toallas.

—Katlin, si ocurre algo con Leonard necesito que me lo digas rápidamente ¿Entendido?

—No confío en él —me dice—. He escuchado rumores muy horribles de las demás chicas.

—Lo sé, yo tampoco confío, necesito que no le cuentes, ni comentes nada, de ser posible ni le hables, mantente alejada todo lo que puedas de él.

—Entendido —ella se marcha y procedo a ducharme.

Hoy vamos a implementar el plan de los chicos y después de todo lo que ha pasado, mis esperanzas están por el piso. Esta es mi única oportunidad de lograr salir de las garras de Korra, de darle felicidad a mi familia y que finalmente todo vuelva a ser como antes.
Salgo de la ducha y me pongo el uniforme rápidamente, voy tarde a la ceremonia de recibimiento, puedo sentir los aplausos y el toque de las trompetas. Katlin trenza mi cabello rápidamente y me maquilla sencilla, para luego salir de la habitación junto al lacayo de Korra siguiendo nuestros pasos.

Cuando llego al pasillo de entrada ya todos vienen junto a sus familias. Korra pasa por mi lado y me da una mirada de desaprobación que ignoro olímpicamente. El tío Alessandro, Rachel y Angie llegan hasta mi con sonrisas.

—Pero si es la sobrina más hermosa —Rachel abre sus brazos y me recibe con un cálido abrazo—. Sin duda te ves más madura.

—Creí que la sobrina más hermosa era yo —Angie hace un puchero y Rachel ríe.

—Ambas lo son.

—¿Cómo está todo? —me pregunta el tío Alessandro y me da un beso en la frente para luego mirar a Katlin y detenerse a analizar a Leonard—. ¿Quién es?

—Un placer majestad —el señalando hace un reverencia—. Soy Leonard asistente de la princesa Eva.

—¿No sé supone que solo debes tener una doncella? —me pregunta Alessandro.

—Órdenes de Korra.

Él me da un asentimiento y comenzamos a caminar hacia el salón principal donde se reunirían todas las familias. El sitio está bastante concurrido, Adele me saluda desde una esquina junto a sus padres y Dalton está cerca de los bocadillos junto a su hermano. Jared se encuentra en la parte alta junto a su padre y los guardaespaldas conversando con unas personas que desconocía, Kylliam y Thomas están conversando con el padre del primero y también los acompaña una mujer que jamás he visto.
Rachel comienza a contarnos cómo va con el embarazo y lo feliz que se encuentra mientras mi tío la mira como un tonto enamorado. Angie comienza a decirle posibles nombres para el pequeño pero yo estoy totalmente ausente, mirando a todos lados y muy nerviosa.

—¿Está bien majestad? —Leonard me toca el hombro y me alejo de su tacto inmediatamente.

—Necesito ir al baño.

Me alejo de la conversación y camino rápidamente fuera del salón. Siento que mis pulmones iban a explotar mientras caminaba por el pasillo.
Siento pasos detrás mío y me giro dispuesta a decirle tres disparates a Leonard pero para mí sorpresa era Kylliam quien me seguía. Tomo una profunda respiración para seguir caminando y alejarme, pero solo di cuatro pasos.

—¿Qué haces con ese chico? —me toma del brazo e impide que siga caminando.

—¿Celoso? —le pregunto.

—Muy.

—¿Qué quieres Kylliam?

—Ten cuidado con él, Eva —me dice—. Sé que puedes protegerte, pero él es peligroso.

—Tranquilo, tú sigue cuidando a Gretchen que yo me cuido solita.

—¿Celosa? —me pregunta sonriendo.

—Decepcionada —le digo y su sonrisa se borra.

Katlin se acerca y él me suelta el brazo. Su mirada manteniéndose sobre mi.

—Majestades, el almuerzo va a comenzar.

Ambos asentimos y caminamos de regreso al comedor donde todo el mundo ya se encuentra en sus mesas. Busco a mi familia y los encuentro en la mesa del centro junto a Jared, Korra y el rey Gerad, solo me faltaba esto. Kylliam suelta un bufido y se aleja hasta su mesa.
Toma asiento al lado de Jared quien me muestra una sonrisa que le devuelvo. Los empleados entraron con el almuerzo pero no tengo ni el más mínimo deseo de probar bocado. La mesa se mantiene en un incómodo silencio todo el tiempo mientras todos comen. Los nervios me tienen mal y no paro de mover la pierna debajo de la mesa. Jared se gira hacia mi y toma mi mano.

—Respira —me dice en voz baja para que nadie escuchara—. Todo va a salir bien.

—Tengo miedo —le confieso.

Llevo mi mirada hacia Kylliam que come en silencio mientras su padre conversa con la mujer que lo acompaña.

—¿Él te gusta? —Jared me mira con una sonrisa triste y daría lo que no tengo para poder borrarla de su rostro, pero no puedo hacerlo.

—Si —le respondo.

—Yo también te gusto —asiento confirmando.

—¿Y de quién estás enamorada Eva?

Llevo mi vista hacia Kylliam nuevamente y observo como la mujer se levanta de la mesa y sale, detrás de ella sale el padre de Kylliam también. Él se queda en la mesa y veo como aprieta los puños.
No sé por qué pero me pongo de pie de inmediato y Jared me mira confundido.

—Vuelvo enseguida.

Salgo por dónde mismo salió la mujer y el padre de Kylliam y camino apresuradamente. El pasillo da a un salón pequeño totalmente vacío, me mantengo oculta en la pared mientras escucho gritos.

—¡No quiero estar aquí! —grita ella—. ¡Ya estoy harta de pretender y mentir!

—¡Tú no decides que hacer o no!

—Claro porque tú eres el dueño y señor de tu familia ¿No ves que estás solo? Ni siquiera tu hijo te mira a la cara.

Escucho un gemido de dolor y miro con cuidado. Él la tiene agarrada del brazo con fuerza mientras ella hace un intento en vano por safarse.

—¡Cállate maldita sea! Antes de que te dé tu merecido.

Saco mi celular del bolsillo de la falda interior, con cuidado y en silencio comienzo a grabar absolutamente todo.

—No me callo, ya me cansé, nunca más vas a ponerme un dedo encima, ni a Kylliam, ni a Kayla.

A la mención del último nombre el rostro del padre de Kylliam palidece.

—Si, tu hija está viva y es gracias a su hermano que ha tenido que pedir favores a personas para que la protejan de ti. ¿Cómo eres capaz de dañar a algo que salió de ti?

—Ella no es mi hija ¡Cállate! —le da una bofetada y la mujer cae al suelo.

Ahogo un grito y lucho contra mis intentos de lanzarme sobre él porque necesito tener pruebas.

—¿Dónde está? —le pregunta.

—A salvo —me asusto cuando siento una voz a mi lado y veo a Kylliam de pie junto a mi y mirando con rabia a su padre.

—¡Lárgate de aquí! —le dice.

Él agarra mi celular y sus ojos conectan con los míos, me susurra un gracias y camina unos pasos más adelante.

—He grabado todo —levanta el teléfono—. Tengo las pruebas suficientes para que vayas a la cárcel, si sumamos el otro día cuando me pegaste y Jared grabó todo.

—No me vas a entregar, no quieres ser rey.

—Voy a hacerlo, si así evito que dañes a mi familia.

—Eres un cobarde, no mereces ser mi hijo.

Se aleja de la mujer que aún permanece en el suelo llorando y sale del salón por otra puerta.

—Ya recibirás el citatorio para el juicio —le dice Kylliam antes de correr a ayudar a la mujer.

Decido que ya no tengo porque estar allí y camino nuevamente hacia el gran salón, ya tendré tiempo de conversar con Kylliam sobre lo que pasó. Solo espero que de ahora en adelante él y su familia se encuentren bien.

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