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👑 Capítulo 16👑

—¿No me van a responder? —insiste Jared mirándonos serio.

Kylliam da la espalda y toma una profunda respiración llevándose las manos a la cabeza. Tampoco es que estuviésemos cometiendo un crimen.

—Solo estamos conversando —le respondo.

—Porque tu futura esposa —dice Kylliam y tensa la mandíbula cuando pronuncia "futura esposa—. Insiste en emborracharse.

—No tengo problemas con el alcohol —le digo molesta.

—No lo parece.

—¿Tú qué haces aquí? —le pregunta a Jared.

—La traje —le dice y la mirada de Kylliam cambia—. Aceptó conversar contigo, te está esperando en el auto.

Creo ver un atisbo de emoción en sus ojos verdes y toma una respiración profunda antes de salir por la puerta como alma que lleva el diablo sin mirar a atrás. Jared se mantiene con la mirada fija en mi.

—¿Por qué estás sonrojada? —me pregunta.

Por impulso llevo mis manos a mi rostro, Kylliam y sus efectos colaterales.

—Debe ser por las bebidas —le respondo.

Él me sonríe y su hace que me sienta miserable por ocultarme toda su verdad. Hace que me sienta la persona más horrible del universo.

¿Por qué simplemente no le soltaba todas las injusticias que le hicieron desde pequeño y dejaba que toda la bomba que estaba intentando contener se explotara de una maldita vez?

Camino dispuesta a salir del lugar pero él me toma de la mano con delicadeza.

—¿Que pasa Eva? ¿Por qué has cambiado conmigo?

Me quedo callada mirándolo y mis ojos se cristalizan cuando las palabras se me atoran en la garganta.

—¿Es por qué te mentí?

Sigo callada.

—¿Es por qué soy el príncipe de Nardinkath? ¿No quieres casarte conmigo? Sé que todo es muy repentino pero yo solo quiero hacerte feliz.

El corazón se me contrae y suelto mi mano de la suya con pesar.

—Yo... No sé lo que quiero.

Escapo de allí apresuradamente y paso entre la multitud que mueve sus cuerpos al ritmo de la música para acercarme a mis amigos. El aire en el bar se siente  tenso y siento la necesidad de salir de este lugar.

—¿Dónde te habías metido? —me pregunta Dal arrastrando las palabras.

—Quiero irme chicos.

—¿Irnos? Pero si ahora es que está buena la fiesta.

Adele me mira analizándome, parece entender todo lo que pasa por mi mente y toma a Dalton del brazo ayudándolo a levantarse.

—Vamos.

Los tres salimos del bar Royal rumbo al palacio.

(...)

Esta mañana le he dicho a Katlin que me siento mal y estoy indispuesta para asistir a clases, me trae un té y le pido que me deje sola. No quiero salir y ver a Jared, mentirle nuevamente, o ver a Kylliam y no saber qué hacer con las incesantes palpitaciones de mi corazón, o escuchar algún comentario sobre la boda, o ver a mi hermana triste por nuestros padres, o a Korra con sus amenazas. Solo quiero descansar del caos por un momento, dejar que mi cabeza se relaje y cerrar los ojos. Mamá me ha enviado una foto de papá temprano, aún sigue en el hospital, pero está bastante mejor, eso me reconforta.
La puerta de mi habitación se abre y Adele entra con una caja en sus manos.

—Me han dicho que te sientes mal, así que te he traído chocolates —muestra su sonrisa y logra contagiarme.

—Gracias, me encantan —los pone en mi mesita de noche y toma asiento en mi cama.

—Eva, sé que no llevamos años siendo amigas pero puedes confiar en mí, sé que no solo te sientes mal físicamente, lo que tienes va más allá de eso.

—Tú también puedes confiar en mi —le digo, porque nunca me ha contado porque estuvo señalada, aunque Kylliam me haya dicho que por robar, siento que hay una historia detrás de todo eso.
Ella baja la cabeza y sus ojos se cristalizan.

—Yo...

—Si no te sientes preparada, no tienes que contármelo.

Ella niega con la cabeza.

—Estuve señalada por robar —confiesa—. Y si, soy culpable, lo admito. Pero lo hice por Dalton.

—¿Por Dalton?

—Es gay como ya sabes, Gretchen lo grabó besando a un chico y lo amenazó con mostrarle el vídeo a su hermano.

—Es una perra —le digo enojada y ella ríe nerviosa.

—Dal solo tiene a su hermano en su vida, y teme que si se entera de su orientación sexual este lo trate diferente. Así que entré a su cuarto y robé su celular, pero me descubrió, se lo contó a Kylliam y como él le cree todo, me señalaron.

—¿Ella y Kylliam?

—No lo sé, pero él le cumple todos los caprichos.

Un punzada de rabia me recorre y aprieto los puños, tengo que hablar con Kylliam urgente.

—No me arrepiento Ev, Dalton es mi amigo.

—Al final solo querías ayudarlo, ella es la bruja de la historia.

Ade toma una profunda respiración y sonríe.

—No soy una princesa —le digo y ella me mira asombrada—. Korra es mi abuela —sus ojos se abren aun más—. Estoy aquí en contra de mi voluntad, mi padre está en la cárcel y Korra tiene los documentos que demuestran su inocencia y no me los piensa dar si no me caso con el príncipe Jared.

Ade va a hablar, pero la puerta de la habitación se encuentra entreabierta y cuando llevo mi mirada allí, me encuentro con unos ojos grises que me miran con tristeza.

—¿Por qué estuviste ocultándome la verdad por tanto tiempo?

Me quedó muda sin saber que decir o hacer mientras Jared me mira fijamente con una expresión sería en el rostro. Adele se aclara la garganta y se pone de pie, me toma las manos y me da una mirada dulce.

—Tu secreto está a salvo conmigo, buscaremos la manera de resolver todo.

Le doy una sonrisa y ella sale de la habitación pasando por el lado de Jared que sigue en silencio mirándome. Toma una profunda respiración.

—¿Te vas a pasar el día ahí mirándome?

—¿Por qué no me dijiste la verdad? —me pregunta aún serio.

—Escuchaste todo, ella me tiene en sus manos

Camina y se acerca un poco más a mi, me mantengo sentada porque si me levanto voy a temblar por los nervios.

—No te conozco —me dice.

—Yo tampoco a ti.

—He sido un tonto, porque desde que regresamos de tu ciudad he estado pensando que no querías casarte conmigo porque te había mentido y tú estabas pasando por todo esto. Baja la cabeza y me siento mal por él, por mi, por todo.

—No eres adivino para saber todo esto, no tienes que sentirte mal.

—¿Por qué tú abuela te hace esto?

Me río y niego con la cabeza, porque no puedo decirle el verdadero motivo.

—Me gustaría saberlo, créeme.

Ambos nos quedamos en silencio unos minutos, luego él se tensa y mira un punto fijo en el suelo, me acerco un poco porque parece asustado pero él se aleja.

—¿Estás bien? —le pregunto, se ve bastante pálido.

—Si... —toma profundas respiraciones y se pone de pie rápidamente—. Debo irme, luego hablamos.

Sale rápidamente de la habitación y cierra la puerta. Me quedo confundida con lo que acaba de pasar pero los pensamientos se borran cuando mi celular suena con una llamada de mamá.

—¿Mamá?

Hija —la voz de mi padre me hace soltar un suspiro de alivio y los ojos se me humedecen.

—Papá ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?

Si mi pequeña, tranquila, estoy recuperándome poco a poco, perdón por haber sido egoísta.

—Papá, no pienses en eso, por favor, te prometo que todo va a estar bien.

Eva, lamento pedirte esto, pero cumple con lo que te pide tu abuela —el corazón se me contrae al escuchar sus palabras—. Yo... No puedo aguantar más tiempo allí hija.

Está llorando, el hombre que me dió cada antojo qué tuve desde pequeña hasta hace unos meses estaba llorando y yo era la única capaz de parar ese llanto.

—Voy a hacerlo papá, no te preocupes, haré lo que tenga que hacer pero te sacaré de ese sitio.

Perdón hija, perdón por cortar tus alas —las lágrimas caen por mi rostro.

—Mis alas son ustedes, mi familia, si no están bien, nunca podré volar.

Me agradece y luego se despide porque la psicóloga llega a verlo. Me recuesto en la cama y cierro los ojos mientras lloro, hasta que logró quedarme dormida.
Mi celular suena nuevamente y me despierta, la noche ya ha caído y cuando lo tomo de la mesa de noche resulta que es un mensaje de un número que no tengo registrado, lo abro y me encuentro con un mensaje de Kylliam.

"Salón 3, ahora, ve sola y que no sea como la cena.
Pdta: ponte zapatos"

No puedo evitar reírme pero eso no significa que este en paz con Kylliam ahora mismo le cantaré las cuarenta por la actitud tan idiota que lleva teniendo en estos días. Acepto que se quiera alejar de mi por la boda, pero no que esté un día lejos y otro cerca, porque me confunde y provoca reacciones en mi que quiero alejar y a la vez no puedo.

Agarro un jean y una sudadera y me pongo unas sandalias cómodas y salgo por los pasillos hacia el salón tres. Es tarde y solo se sienten mis pasos mientras camino rápidamente evitando ser vista por alguien. Cuando llegó al salón abro la puerta y Kylliam está al frente, dónde normalmente se paran los profesores para impartir la clase. Me acerco hacia él, enojada.

—¡Escúchame maldito idiota! —le grito y el trata de hablar pero no lo dejo—. Estoy cansada de tu jueguito, hoy me hablas, mañana no, pasado si. No sé qué trauma tienes Kylliam pero basta ya. Entiendo que quieras mantenerte alejado por Jared, porque fue tu amigo, pero entonces cumplelo y no hagas estas cosas de enviarme mensajes para vernos, porque me confundes.

—Eva, yo... —vuelve a tratar de hablar pero lo mando a callar.

—Si vas a alejarte hazlo definitivo, porque cada vez que haces cosas como la de anoche causas cosas alocadas en mi y no Kylliam, tú no puedes gustarme, porque tienes actitudes que no me agradan y quiero luchar contra todo lo que me dice que me lance hacia ti pero tú simplemente insistes en hacerme caer.

—Eva, puedes...

—¡QUIERES CALLARTE YA! ¡TRATO DE DECIRTE QUE ME GUSTAS!

Se queda quieto con los ojos abiertos.

¿Eso lo dije o lo pensé? ¡Mierda!

Alguien se aclara la garganta y miro hacia la otra parte del aula desde donde Adele, Dalton y Jared nos observan. Mis ojos van directamente hacia Jared que tiene una mirada triste que trata de ocultar pero no puede. Joder, acabo de cagarla olímpicamente.

—Eso ha sido muy intenso —suelta Dalton y Ade le da un manotazo en el brazo.

—Intentaba decirte que teníamos compañía —me dice Kylliam apenado y le soy una sonrisa nerviosa.

—¿Por qué están todos aquí? —cambio de tema tratando de aligerar la tensión.

—Misión destruir a Maléfica —me informa Adele y sonríe.

—Toma asiento —me pide Kylliam y le obedezco sentándome en la primera fila, mis ojos buscan los de Jared pero el aparta la mirada.

—Eva, vamos a ayudarte —comienza Kylliam—. Hemos ideado un plan para encontrar los documentos que demuestran la inocencia de tus padres.

Me quedo sin palabras, porque primero van a ponerse en riesgo por ayudarme y segundo Kylliam y Dalton también saben parte de mi verdad.

—Yo quería ayudarte así que pedí la ayuda de Dalton —me dice Adele.

—Yo hablé con Kylliam —añade Jared serio.

Dios, esta enojado y tiene todos los motivos para estarlo. Asiento y vuelvo mi mirada hacia Kylliam.

—Al final me enteré de que Adele y Dalton querían ayudarte y decidí unir fuerzas, juntos creamos el plan.

—Misión destruir a Maléfica —le corrige Dal.

—Eso —dice Kylliam rodando los ojos.

—Bien, este es el plan: pasado mañana es la recepción de la mitad del curso, por lo que hay cena en la noche con fiesta junto a todas las familias, Korra va a estar ocupada atendiendo a todos así que es la oportunidad perfecta para entrar en su local y encontrar los papeles.

—¿Pero y si Korra va a la oficina? ¿Quiénes van a entrar? —pregunto perdida.

—Adele y Dalton velarán que Korra no salga del salón principal, tú y Jared entrarán a la oficina.

—No —Jared mira hacia Kylliam—. Tengo que estar con mi padre, ve tú con Eva.

—Como quieras —acepta Kylliam.

—Los documentos de malversación también estarán ahí, yo haré la denuncia y hablaré con el detective para que esté atento a que ustedes salgan y hagan la detención —explica Jared—. Si se encuentran en peligro sabes que hacer Kylliam.

El susodicho asiente y yo miro del uno a otro aún sin entender muy bien todo.

—¡Dios esto es muy peligroso! —exclamo asustada.

—Tranquila, resulta que la señora tiene mucha cola que le pisen y Jared descubrió que ha estado malversando fondos de la escuela, más la estafa de tu padre le suman mucho tiempo en la cárcel —Adele me muestra una sonrisa que logra transmitirme tranquilidad.

—Todo esto terminará —añade Jared—. Y volveremos a la normalidad.

Se pone de pie y sale del salón rápidamente.

—Bueno, ya está todo listo. Solo queda esperar que salga bien.

—Gracias por esto —les digo y otra vez vuelvo a llorar—. No sé cómo pagarles.

—Siendo feliz —me dice Kylliam.

—Bueno, Adele vamos, recuerda que tenemos que hacer aquello —le dice Dalton y ella lo mira perdida.

—¿Aquello qué?

—Aquello —hace comillas con sus manos y ella parece comprender.

—¡Cierto! ¡Vamos!

Se ponen de pie y se marchan. Kylliam y yo quedamos solos y mi corazón se me quiere salir del pecho, me pongo de pie dispuesta a largarme y huir por mi vida pero cuando soy un paso él se apresura y cierra la puerta.

—¡No! —le digo.

—Sorry corredora, pero esta vez no te dejaré huir.



















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