21. Explicaciones
Salimos de la casa de campo, y luego de asegurarla con llave, fuimos de regreso al lago, aun se escuchaba música, y muchos de los chicos todavía rumbeaban metidos en el agua. Jeremy, indica que vaya con él hasta donde tiene estacionado su Camaro. El Mustang de Jacob no está. Max y Phi, si nos están esperando allí. Apenas nos acercamos, Phi corre en mi dirección y él se dirige hacia Max. Ambos se saludan y se dicen alguna cosa. Phi parlotea sin pausa en frente de mí, y yo solo estoy viendo como Jeremy guarda la caja con los libros y su cámara en la cajuela de su auto, la cierra de un tirón, y empieza a caminar con Max alejándose hacia el camino del lago.
―¿Adónde van? ―Pregunto a Phoebe y su rostro está todo rojo hipnótico viendo a su adorado y salvaje Max. Y yo no debería hablar mucho.
―¡Oye! Me estás siquiera prestando atención. ―Ella se sacude y me mira preocupada.
―Eso mismo debería preguntar yo. ¿Qué es lo que has estado haciendo todo el rato con Jeremy?
Muy buena pregunta. Será que le digo que he estado a punto de dejar de ser una tonta virginal. No, no soy capaz aun.
―Disculpa Phi, no quiero hablar de eso, ahora.
¡Cielos! Tengo que explotar mi maldita burbuja. Le doy la mirada más culposa y sin ninguna excusa valida. Ella exhala haciendo un mohín resignado con su boca.
―No lo sé ―responde a mi pregunta inicial―. Max dijo que se quedará un rato con los muchachos y eso debe incluirle.
―Qué lindo, no te lleva a la fiesta, y si se queda a divertirse con ellos.
―Ya déjalo, Em. Él, casi no tiene descansos; además, viniste con Jeremy, deberías saber a dónde va. ¿No te lo dijo?
―Phi, por favor ―ruego con manos y ojos de cordero degollado.
―Me mira de reojo. ―Nuevamente exhala―, tienes mucho que contarme ―ella amenaza muy seria.
Asiento porque tiene toda la razón.
Max se detiene y regresa hacia ella, le da una especie de mensaje juguetón al oído y al que Phoebe asiente. No veo que Jeremy regrese. Sigue caminando sin mirar atrás. No lo entiendo. Ni siquiera me mira... es un tonto. Phoebe me hace entrega de mi teléfono y luego de revisar que tengo incontables llamadas perdidas de ella, Cheryl e Ian, las borro y lo meto en el bolsillo de mi short. Le pregunto por Cheryl y dice que ella y mamá se están encargando de Jacob en el hospital. Recordé que mamá hoy no tenía turno por la mañana.
―¿A dónde vamos ahora?
―Esperemos aquí, Ian viene a recogernos para ir a tu casa.
―¿Ian?
―Sí, recuerda que tu madre tiene turno, y Jacob necesitará ayuda. Tampoco puede conducir. Salgamos a la carretera, no demora.
―Ok ―respondo algo tiesa.
El teléfono de Phoebe suena y ella se adelanta caminando y contestando. Mientras camino detrás de ella, miro una vez más hacia el lago y ahora veo nuevamente a Michelle, la chica morena de cabello negro y muy linda, como el mismo Jeremy me restregaría en la cara. Ella está a su lado; también están el resto de los chicos, Nathan y Jay, que parece estar pasado de tragos. Otros chicos del equipo de fútbol y más chicas, entre ellas distingo a algunas de las porristas del equipo que también se les unen agrandando y animando el ambiente. Todos ellos se divierten, parecen encajar perfectamente con el ambiente, como quizás yo nunca lo haría. Me siento tan estúpida espiando desde mi lugar y agradezco que Phoebe aún no cuelgue su llamada para que no se dé cuenta de mi miseria.
El sonido del claxon del Mustang negro manejado a sus anchas por Ian me saca casi que instantáneamente de mi trance. Ian parece un conductor rebelde en una pista de carreras. Se asoma por la puerta del conductor con una pose de seductor asesino de vírgenes que me saca una espontánea sonrisa, y muy descarado me guiña el ojo.
―Que esperan para subir damas ―nos grita a ambas.
―Jacob sabe de esto ―espeto risueña hacia él.
―Bebé, él y yo somos uno. Compartimos todo; excepto chicas ―ríe sobrado.
―Lo que digas ―resoplo y le saco la lengua.
Me concentro solo en él, al mismo tiempo que hago un esfuerzo casi inútil por no mirar hacia atrás, hacia el lago donde seguramente Jeremy debe estar bailando y coqueteando con Michelle con la movida y pegajosa canción que resuena en este momento. Me dijo lo que quiere y que yo soy lo más normal que ha tenido, ahora es tan difícil de creer. Reprimo las ganas de salir corriendo hacia allá y hacer respetar mi lugar; y sin embargo, ¿cual lugar sería ese? Si entre Jeremy y yo... al fin de cuentas no hay nada. Solo encuentros calientes que podría tener con... cualquiera. ¡Cielos! Jamás voy a ser una amiga con beneficios. Y si eso es lo que él busca de mí; tal vez lo mejor sea considerar evitar un nuevo encuentro... con él.
―Em, vas a subir o no ―Phoebe me apura, ya está dentro del auto―. ¿Te pasa algo?
―No ―respondo―. ¿Con quién hablabas? ―pregunto para despistarla cuando me subo al auto.
―De esta no te salvas; no será ahora; pero tarde o temprano lo harás. Y más temprano que tarde ―ella espeta.
―Que tanto se secretean ustedes ―Ian nos interrumpe, y ambas Phi y yo hacemos la señal de cierre en la boca. Él se lleva una mano a la altura del corazón y finge dolor, mientras con la otra le da vuelta al timón y acelera.
Llegamos a casa, y afuera en el porche está sentada Cheryl. Ella se abalanza hacia nosotras dos, y mira a Ian.
―Jacob te necesita ―le dice―. Ian termina de estacionar y sale jugando con las llaves del Mustang al interior de mi casa. Sin Ian a la vista Cheryl habla.
―¡En donde diablos estabas!, creí que vendrías a ayudar a Jacob.
―Cheryl, lo siento, se me presentó algo.
―¡Más importante que tu hermano! ―Cheryl espeta apretando los dientes, y yo me pregunto si lo sucedido es tan grave que amerite que ella se ponga tan descolocada y roja. Suspiro; porque no es mentira el aprecio que ella le tiene a Jacob; sin embargo, recordando las palabras de Jeremy; Jacob es mi hermano mayor, y él puede cuidarse solo. ¡Demonios! Por qué le estoy citando sus palabras, que solo las usó para convencerme y que fuera con él.
―Lo siento. Acompañé a Jeremy a su casa de campo para recoger algunas cosas personales. Papá ha dicho que todas las casas alrededor de la montaña están en peligro de quemarse...
―¿Y porque tu harías eso?
Sí, eso mismo me pregunto yo. Lo cierto es que no es del todo una verdad,.tampoco mentira, Jeremy dijo que esa fue la razón por la que me pidió que fuera con él.
―Cheryl, cálmate ―Phoebe interviene―. Em y hasta yo pensamos que no sería nada por lo que alarmarse.
―Jacob no podrá mover su pierna por lo menos durante una semana ―ella se queja y ambas reímos.
―Vamos Cheryl, estás exagerando, y si tanto te preocupa, ayúdale a moverla ―Phoebe le lanza a la cara su idea, y Cheryl se queda muda.
―Tampoco exageren. Jacob no me querría a su lado haciendo eso. Lo siento, la sangre me pone histérica ―Cheryl se excusa con algo de risilla nerviosa. Y como resultado damos por terminada las explicaciones.
―Entremos y pidámosle algo de comer a tu mamá. ¿Qué les parece? ―Phi propone para sellar la conversación.
Siento el sonido de mensaje en mi teléfono, lo ignoro, de seguro es alguna notificación. Me uno a las chicas que ya han entrado a la cocina donde mamá está preparando la cena.
―¿Cielo, donde andabas? ―Mamá me escanea de arriba abajo.
―Haciendo una obra social ―Phoebe se me adelanta―. Mamá me mira intrigada, y yo asiento avergonzada.
―Si Ma, es por eso que no supe que tan grave fue lo de Jacob.
―Tampoco es tan terrible, solo es una pequeña cortada que por lo profunda necesitaba sutura ―mamá explica.
―Cuanta sutura ―Papá hace presencia en la cocina colocando su abrigo y su casco de bombero sobre la mesa del comedor. No nos hemos dado cuenta porque entró por la puerta trasera.
―Solo seis puntos, tres internos y tres externos.
―Por lo menos dos semanas inmóvil. No podrá practicar con el equipo de baloncesto ―papá se queja.
―Eso no es importante, porque podrá ocuparse de sus notas, y es lo más prioritario ―mamá le refuta.
―Cariño, tiempo muerto es tiempo de pérdidas para mantener su beca deportiva.
―Podrían dejar de preocuparse por mi futuro deportivo lejano.
Jacob viene bajando las escaleras ayudado por Ian, Cheryl también acude a ayudarle. Mamá frunce el ceño a papá y este en el acto capta su petición. Recoge de encima de la mesa del comedor sus implementos de trabajo y se encamina escaleras arriba, rascándose la cabeza. Mamá obvio le ha mandado a bañar, huele a puro humo.
Se nos une a la mesa cuando todos ya estamos sentados. Mamá ha preparado, estofado, puré y vegetales. Mis amigas se quedan a cenar al igual que Ian. La mesa esta noche está realmente alegre, y toda la conversación gira primero en torno al accidente de Jacob; y de allí se traslada a la súper fiesta en el Parnasus; por supuesto ninguna abrió la boca para decir lo contrario, que fue todo un fracaso y lo que verdaderamente ocurrió durante la velada. Cheryl le muestra eufórica a mamá todas las fotos que tomó durante su corta alegría. No las miro; porque muy seguramente las veré en pocos minutos colgadas en todas sus demás redes.
Luego de la cena, Ian se queda con Jacob en su habitación. Cheryl se lleva a Phi apurada. Se acordó de la cena con sus padres, y apenas tiene tiempo para llegar. Mamá se va a seguir con su turno nocturno. Después de que me despido de Jacob e Ian que se ha quedado con él, voy a mi cuarto, cuento mentalmente un minuto, e inmediatamente empiezan a llegar las notificaciones de las etiquetas de Cheryl. Hace tanto ruido el teléfono en mi bolsillo que lo saco y lo miro, y entre todas las notificaciones ha un mensaje de Whatsapp de Jeremy, solo es un "hola" pero mis ojos se abren con emoción. Miro la hora de entrada, y me percato que es cuando me vine del lago. Respondo con una palabra igual sin darle más vueltas, y espero a que escriba algo. Pero los minutos pasan y nada, tomo un baño y cargo el teléfono conmigo, y nada. Me pongo mi pijama y meto a la cama con el teléfono en mi mano y nada, lo ojeo al rato, nada. Me rindo.
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