20. Recuerdos
Recordar parte de lo vivido con Patrick recostada sobre su regazo, y sacarlo de mi pecho, al final no resultó tan difícil; y aunque aún estaba precavida con Jeremy, él cumplió y me escuchó atentamente. Incluso prometió no volver a llamarme Mili. Sin embargo, al igual que yo, él no logra entender por qué Kate se prestaría para hacer que esa chica me humillara en la fiesta. O que obtenía Kate con eso. Luego que Patrick cortó todo lazo conmigo de la manera más miserable enviándome un mensaje de texto diciendo que ya no me quería, que no le buscara más, que lo dejara en paz, y que ya tenía a alguien más; ni siquiera me dio la cara, y aún así, no me resigné.
Durante mucho tiempo lloré sintiéndome engañada y despreciada; hasta que el tiempo y la desilusión me hicieron... abandonar. También, después de intentar suicidarme más de una vez, cosa que no voy a volver a hacer jamás, ni por nada ni por nadie. Intenté seguir viviendo, y a pesar de todos los intentos por avanzar, en algún momento tiene que doler. Hice de mis disputas en las clases de literatura con Jeremy, un incentivo para crear; en vez de más desilusiones, una fantasía platónica que jamás se me pasó por la cabeza se hiciera realidad...
Fue hasta ayer en el Parnasus donde volví a ver a Patrick después de mucho tiempo. Me conmociona aún, solo ahora estoy segura que eso es... completamente normal... le miro...
―Kate solo hace favores cuando le conviene. Al final cobra muy caro. Esa chica verónica no sabe con quién se está metiendo. No te preocupes por eso ―dice serio interrumpiendo mis pensamientos.
―¿Y qué hay de tu rompimiento con Kate? Prometiste responderme.
―No hay nada que decir.
―Si lo creo. Si esto aún es difícil para mí. Qué opinas de ti, que le viste besarse con Brent en tu propia cara.
―Ese no es tu asunto.
―¡Touche! ―Espeto en su cara
―Kate solo juega, y ese es solo otro imbécil que no sabe en que se está metiendo.
―¿Por qué no querías que se regara lo de tu ruptura con ella?
―Demasiadas preguntas Barnes. Habíamos quedado en que solo una.
―No me responderás. Yo te he contado toda la historia de mi tragedia amorosa, y tú no responderás otra pregunta.
Él levanta su cámara dirigiendo el lente hacia nosotros, omitiendo claramente mi queja. En serio no va a contestar.
―Mira hacia el lente, Em ―dice y cuando lo hago por inercia, el besa mi mejilla y dispara capturando una selfie.
―Déjame ver ―lo apremio estirando mi mano para tomarla, no me deja y la lleva detrás de su espalda provocando que yo le abrace alrededor de sus costillas. La aleja y se recuesta sobre la alfombra acomodando la cabeza en sus manos dejándome a horcajadas sobre él.
―Ya quiero ver como montas Em. ―Me vuelvo un tomate maduro.
―Se supone que ambos queremos acabar con la familiocracia de nuestros padres ―empieza a hablar de repente despistándome.
―¿Familia qué?
―Es el nombre que le hemos puesto a todo este embrollo. El padre de Kate quiere favores tributarios, y el mío, perpetuar su apellido y su dinero. Planeamos revelarnos contra eso. Lo malo es que se adelantó. Para mi padre ella será mi futura esposa. Por mi parte solo espero que llegue para darle la sorpresa de que eso ya no será posible. Se supone que ya debería estar de vuelta.
―Ustedes salen desde hace años.
―"Salir" ―enuncia y hace comillas con sus dedos―. Solo hemos cogido bueno y nada más ―añade muy engreído.
Mi cara se tensa. No debería hacérseme raro que ellos tuvieran algo más que un noviazgo fresa. Pero... ¿qué es lo que tenemos nosotros?, la pregunta vuelve y retumba en mi cabeza
―¡Celosa Em! ―Se mofa otra vez con eso ante mi conmoción.
―Por que debería estarlo. No soy nada tuyo para ponerme en eso.
―Pero seguro que quieres serlo ―Jeremy acaricia mis brazos suavemente.
―¡Ni al caso! ―Resoplo intentando huir de encima de él, lo evita presionando sobre mis brazos manteniéndome en la misma posición. Sonríe; aunque creo que solo se burla.
―Quiero algo real, no nada arreglado. Alguien a quien pueda conquistar y que no tenga que ligarse a mí por dinero, apellido, o cualquier mierda social. ―Su voz empieza fuerte, al final termina siendo un suave murmullo―. Su rostro ahora luce cabizbajo; pero sus labios lucen deliciosos. Me espabilo de ellos. Trago en seco.
―¿Soy normal para ti?
―Eres lo más normal que nunca he tenido. Y no estoy mintiendo Emily Barnes ―expresa, y no sé si es porque estoy segada por besar sus labios; pero, para mí, suena sincero. Me doy por vencida y no resisto más las ganas. Lo hago, me inclino hacia él y le beso en los labios.
Sus manos no sueltan mis brazos, su presión se hace firme y yo ahora me encuentro moviendo mis labios sobre los suyos e intentando meterle mi lengua en su boca. Sé que esto no es propio de mí, que también estoy siendo demasiado osada con mi acción; sin embargo no se sorprende, ni se retrae, su boca responde a la mía como lo deseaba. Nuestras lenguas se tocan; casi quiero llorar.
Sus manos sueltan el agarre de mis brazos y yo los llevo sobre su cabeza, acaricio su cresta con intensidad, y sus costados casi rapados sosteniendo su cabeza. Le mantengo firme, se apoya en sus manos y nuevamente adopta su posición. Sentado y yo sobre él, abrazo mis pies alrededor de sus caderas con mucha fuerza. Me muevo hacia él y lo siento endurecerse contra mí. Deja mi boca y besa mi cuello, la parte desnuda de mi pecho, y en un movimiento repentino cambia nuestras posiciones, ahora quedo debajo de él. Continúa besándome, lame mi piel descubierta y el deseo se hace incontrolable, no solo en él.
―Si no paramos, no voy a aguantar las ganas de follarte, Em. ―Su voz es grave, rasposa, y se escucha como un ronroneo contra la piel de mi vientre. Su mano está en la cinturilla de mi short, soltando el botón y tirando de el hacia abajo.
―No... pares... ―balbuceo.
I won't forget you también de Poison resuena y vibra en el bolsillo de sus pantalones, él trata de no prestarle atención; y la insistencia es tanta que él se detiene y se incorpora muy enojado. Lo saca del bolsillo con rabia y mira la pantalla. Arruga su frente con decepción, como si el nombre en ella o lo que ve en ella lo decepcionara arruinando completamente el momento. Da un toque sobre él y lo lleva a su oreja. Permanezco recostada sobre la alfombra en igual posición. Sin embargo, respiro con un poco de alivio. ¡En que estaba pensando cuando dije que no parara!
―Maldito seas Max. Bórrala ―exige iracundo contra su iPhone.
Max, quien debe ser quien lo llama por su reacción le responde con algo que lo hace desencajar la mandíbula literalmente. Seguido extiende su iPhone hacia mí. Lo recibo, y lo llevo a mi oído ante la enojada cara de Jeremy. Me pregunto que habrá visto de malo para que se pusiera así.
―¡Em, donde estás metida! ―La voz de Phoebe es realmente escandalosa al otro lado.
―Phi... porque tú....
―Te dejaste el móvil en el bolso de Cheryl, no te podíamos localizar; y obvio sabía con quién te habías escabullido. Le envié la evidencia para que no lo negara.
―¿Evidencia? ¿Cuál?
―¡La foto! Dile que te la muestre.
―Ah phi, que es lo que quieres ―inquiero―, veo la cara de Jeremy y no cambia, también creo que no le hace gracia que me hayan llamado a su teléfono, y menos que me ponga a comadrear por él.
―¡Vente ya! Lo de Jacob es grave, le han suturado seis puntos, Cheryl se fue con él; pero no han dejado de preguntarse dónde te has metido todo el resto de mañana.
Mis ojos se abren de preocupación. Por qué en serio que si he perdido la noción del tiempo y si la llamada de Max no entra en ese preciso momento, también hubiera perdido mi virginidad. ¡Cielos! Tengo que irme rápido.
―Está bien ya voy para allá. ―Le digo más a Jeremy que a Phi.
―Ven al lago, aún estamos aquí.
―Vale ―cuelgo, y le devuelvo el teléfono a Jeremy con un gracias.
―¿Cuál es la urgencia? ―Pregunta.
―Max te envió una foto, ¿puedo verla?
―¿Para qué? ―Encaja seco.
―Phi dijo que era evidencia.
Él enciende su teléfono y luego de deslizar su dedo varias veces pone la pantalla en frente de mí. Phoebe tenía razón. Nos tomó una foto cuando empezábamos a caminar, (o más bien huir como lo parece en la foto) hacia el bosque. Nos agarró infraganti, y supongo que de esta no me la voy a librar.
―Ya la viste ―espeta―. Y ya se va ―agrega inflexible borrándola en mi cara. No puedo evitar sentir una punzada cuando la imagen es eliminada.
Jeremy termina de guardar los libros y mete dentro el estuche de su cámara. La cierra y la carga. Se pone unos lentes de sol oscuros y me mira. Se ve tan sexi.
―Mueve tú pequeño y travieso trasero, nos vamos ―espeta caminando hacia la puerta.
Hago oídos sordos a eso, ya me vale. Le sigo; y aun un poco consternada. Seguro por eso no me dejó ver la foto que tomó con su cámara. Muy posiblemente también la va a borrar.
∞∞∞∞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro