EdelmaryMartnezPayn gracias por leer éste libro 💜💜

Shanea

Debía confesar que en las tres horas que habían estado acostada en la cama junto a Jeison, no había podido dormir ni un solo segundo, mi vagina me seguía pidiendo a gritos atención y de Jeison no obtendría nada, sabía que era un matrimonio falso y que él era alguien que nunca había estado con una mujer, pero no tenía nada de malo pasar una noche juntos, pues muy en el fondo estaba deseando que esto funcionara, sabía que era algo loco y tonto, pero todo es posible en esta vida.

Cansada de dar vueltas en la cama, decidí ir hacia mis maletas y sacar el consolador que tenía allí, las mujeres también teníamos necesidades y no era nada raro que cargara uno conmigo siempre. Después de sacarlo y fijarme de que Jeison seguía dormido, decidí ir al baño y complacerme, trataría de ser lo más discreta posible y terminaría con este sufrimiento, pues probablemente Jeison no me tocaría jamás. Una vez que estuve dentro del baño, cerré la puerta, bajé la tapa del sanitario, me senté encima de la tapa una vez que quite la parte baja de la pijama y abrí las piernas completamente subiendolas en la tapa.

—Bien, aquí vamos. —susurré mientras encendía el consolador.

El consolador daba pequeña vueltas mientras vibraba a diferentes velocidades, dependiendo del gusto de cada persona, a mí me gustaba ponerlo desde lo más lento, hasta lo más rápido. Poco a poco fui introduciendo el consolador mientras sentía las pequeñas sensaciones que este causaba por todo mi cuerpo, una vez que estuvo completamente dentro , empecé a sacarlo y meterlo lentamente torturando mis deseos, con mi otra mano empecé a estimular mi clitoris sintiendo todo el placer posible.

Los gemidos y suspiros pronto se hicieron presentes, no podía evitar hacerlo mientras una corriente de placer recorría cada lugar de mi cuerpo, había olvidado lo bien que se sentía complacerse así misma sin necesidad de buscar a alguien más. Después de unos minutos y con el consolador a máximo nivel, los espasmos continuaron indicando que mi orgasmo estaba cerca, pero cuando estaba a punto de llegar a él, la puerta se abrió de golpe haciendo que una fuerte adrenalina se apoderara de mí y soltará mi más estruendoso orgasmo.

—¡Joder! —grité con fuerza mientras sentía mi rostro hervir de la vergüenza.

—Y-yo lo lamento. —musitó mientras cerraba la puerta rápidamente.

—Mierda —susurré mientras el líquido terminaba de salir de mi cuerpo—. Debí cerrar la puerta con llave.

Terminé con mi sesión placentera y limpié todo mientras recordaba el rostro sorprendido de Jeison, tal vez nunca había visto a una mujer dándose placer a sí misma, pero de algo estaba segura, jamás lo volvería a ver igual después de aquel momento tan vergonzoso.

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