Jeison
Shanea estaba más hermosa de lo que era, aquel vestido blanco la hacía ver realmente maravillosa, tal vez era solo una boda forzada y probablemente cuando la dejara libre jamás la volvería a ver, pero estaba seguro que había escogido a la persona correcta para ser mi esposa, mi madre probablemente estaría orgullosa de mí, de aquel hijo que no pudo criar como quería, de aquel que se había convertido en un idiota al dejarse manipular por su padre. Mis pensamientos dejaron mi mente al darme cuenta que Shanea ya se encontraba a mi lado con una pequeña sonrisa tímida.
—Gracias. —susurré.
—¿Por qué? —preguntó en un susurro.
—Por casarte conmigo —dijé algo apenado.
—Todos merecemos una segunda oportunidad y tengo fe de que cambiarás. —musitó, yo solo sonreí al ver la gran mujer que tenía a mi lado.
La boda siguió con su rumbo, el padre leía su pequeño libro mientras Shanea y yo mirábamos fijamente cada acción de aquel señor. Mis pensamientos eran claros, quería conquistar a Shanea de buena manera y eso lo lograría en nuestra luna de miel, allí le demostraría que no era la persona cruel que ella creía, que tenía sentimientos al igual que los demás y que ella me encanta, era mi pequeña Shanea, la princesa a la que tenía que cuidar en ésta y en mis otras vidas.
Después de unos minutos, el padre nos dijo algunas palabras que debíamos repetir, nosotros hicimos lo que nos pidió y antes de que pudiera notarlo, ya nos encontrábamos poniendo las argollas en el dedo del contrario. Los demás aplaudieron ante aquella boda falsa obligados a ser felices por un hombre sin corazón, aunque podría asegurar que realmente estaba disfrutando aquel momento junto a Shanea. Los demás pedían a gritos un beso de los recién casados, pude sentir como Shanea se tensaba a mi lado, sabía que eso era algo que realmente ella no quería hacer, así que me paré al frente de ella dándole la espalda a los invitados.
—Si no lo quieres hacer lo entenderé —murmuré en su oído.
—Sí quiero —me miró—, si vamos a hacer esto, lo haremos bien.
Shanea puso sus manos en mi rostro y poco a poco se fue acercando a mí, yo solo podía mirarla hipnotizado por su belleza. Sus labios al fin tocaron los míos, eran suaves y cálidos, al principio solo podía estar estático sin saber que hacer, pero luego decidí disfrutar el momento y besarla como debía ser, nuestros labios se movían al compás del otro, como si hubiéramos nacido para estar juntos.
—Mi pequeña —susurré en medio del beso—. Mi pequeña princesa.
Perdón por la demora
☹️💜💜✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro