Capítulo Cuatro: "LA EX"
"La Ex"
Apenas puedo creer lo que veo. Noah sale a la superficie agitando el agua. No se le ve avergonzado y mucho menos cohibido por lo que vi. Muy por el contrario luce extasiado y condenamente sexi con el cabello y la piel mojada. Trago la saliva que rápidamente se me acumuló, sin saber muy bien que decir.
—Es tu turno. —escucho que me grita.
Negué una vez con la cabeza.
—Vamos, solo salta.
No me moví, continúe clavada al suelo, observándolo pasar sus manos por su rostro para quitar las gotas que le corrían al pecho. Era demasiado bueno para ser cierto, y tan hermoso que eclipsa el fondo.
—Este sera el pago por mi silencio. —lo intento de otra manera.
De pronto me sentí lo bastante temería como mover mis manos y tomar la tela de mi blusa, la alce sin pensar y la deje caer, luego seguí con mi pantalón. Los ojos verdes de Noah me observaron maravillados, tan atentos a mis movimientos que lograron acelerar a mi flujo sanguíneo. Jale aire y moví mis brozas a mi espalda para soltar los seguros de mis sujetador rosa, el cual cayo por inercia. Por ultimo baje mis bragas a juego y volví a respirar profundo, ignorando el ardor en mis mejillas o los latidos erráticos de mi corazón. Estaba desnuda frente a él, dejándolo verme a plena luz del día, debía estar loca para hacer esto. Y lo estaba sin lugar a duda.
Me encamino a la orilla y salto otra vez sin pensar.
El agua me golpeó, obviamente estaba fría, la sentí como un millón de aguijones contra cada centímetro de piel. Pero poco me importó cuando me reuní con él, su cuerpo me recibió y con el su calor, que me envolvió y me hizo terminar de olvidar por completo el frío.
Me colgué de su cuello y me pegue a su pecho a propósito, quería sentir el contacto de mis senos contra sus pectorales, el roce húmedo de nuestra piel y con ello desatar el fuego que me quemaría por dentro.
La llamarada prendió, fue inevitable, sus manos se posaron en mi cintura y subieron a mi espalda, acariciando en dirección de mi costado, tan cerca del nacimiento de mis senos. Habría jadeado de no ser por sus labios que devoraban los mios.
Me alzo por el trasero y me aferre a él, enloquecida por avanzar mas lejos estas vez.
Por suerte él se las arreglo para retroceder hacia la orilla, donde me depósito en el piso. Apenas soy consciente de que estamos desnudos y que Noah extiende la tela sobre la arena para que yo pueda recostarme sobre ella. Se echa sobre mí, reanudando las caricias en mis piernas, cintura y termina con mis senos.
Yo gimo en su boca.
—Eres tan hermosa. —murmura agitado.
Esperaba que esta vez nada se interpusiera, lidiar nuevamente con la calentura frustrada seria terriblemente insoportable.
—Te deseó Noah..
Se aleja lo suficiente para mirarme y apartarme el cabello mojado del rostro. Sus ojos perforan los mios cargados de sentimientos.
—¿Estas segura?.
—Si.
Acto seguido abrí las piernas y sin decir nada mas me penetró. Gemi mas fuerte, soltando de golpe todo el aliento que tenía en los pulmones.
El vaivén dio inició a una velocidad lenta y jodidamente placentera, a tal punto que tuve que cerrar los ojos para evitar que se pusieran viscos y solo disfrute de la textura aterciopelada de su miembro, de su grosor y tamaño que me arrancaron un coro de gemidos y jadeos cada vez mas fuertes.
Cerca del clímax, una parte de mi mente trajo de vuelta ese recuerdo que había mantenido a la sombra, aquel donde mi primera vez era la protagonista. Apreté los dientes abrumada por la maraña de sensaciones que experimente. Y al cabo de un segundo pude volver a enfocarme solamente en la maravillosa fricción de su pene, mientras salía y entraba a un ritmo cada vez mas acelerado.
Abrí los ojos y me encontré con los suyos, lo cual ayudo para volver por completo al cause y alcanzar la cima del orgasmo y con ello la plenitud total.
Ambos nos dejamos ir, me corrí de manera gloriosa y como jamas imagine. Noah se recostó sobre mi, aun con la respiración entrecortada.
Dejamos pasar unos minutos sin hablar. Solo se escuchaba el sonido del agua al caer a lo lejos y el canto de las aves. Luego ya recuperada me gire hacia él sonriendo con malicia, puesto que pensaba ordenarle a mis manos que se posaran en su torso para tocar por fin los músculos de su abdomen marcado. Sin embargo, su celular comenzó a sonar desde algún lugar a nuestro alrededor, donde había caído su pantalón. Él lo busco a tientas sin estropear mi exploración y cuando al fin lo encontró se lo llevó al oído.
Quien sea que esta al otro lado de la línea debía estar escuchando el nuevo coro de sonidos que produjo el haber descendido a su pubis, donde toque apenas su vello púbico.
Noah me tapó la boca cuando gemi, excitada de vuelta. Y se concentro en escuchar..
—Olvidalo.. —le dijo y cerro con fuerza la mandíbula, conteniendo el gemido ronco que le provocó que tomara su miembro entre mi mano.
—Estoy ocupado ahora.
Noah se apresuró a colgar antes de soltar el aliento.
—¿Ocurrió algo?.
Hundió dos de sus largos dedos en el interior de mi vagina, la misma que lo esperaba ansiosa. Me retorcí y casi le grito que eso no era lo que le había preguntado.
—¡Mmm!— farfulló inmersa en el movimiento que se trasladó a mi clítoris.
—Sarah, hueles delicioso.... Ah Jazmín y vainilla— murmuro ahora con la nariz pegada a mi cuello.
—¡Eso ya lo sé!— exclamé tomando su miembro para guiarlo y tomara sin perder más tiempo el lugar que le correspondía. —¡Deja de hacerte el tonto y vuelve a hacerme el amor otra maldita vez!.
Noah soltó una breve carcajada para después sacar sus dedos y justo cuando estaba por introducirse su celular volvió a molestar.
Esta vez fue un mensaje.
Con exasperación lo abrió y lo leyó deprisa... —¡Maldición ese estúpido no entiende. —dijo levantándose de golpe.
—¿Eh?. —le dije yo, con la mirada desenfocada y turbia por el deseo insatisfecho.
Me incorpore sobre los codos para observar cómo se ponía la ropa.
—Era Bruno, insiste en que toque con ellos esta noche. Al parecer el padre de Kendra les consiguió un lugar donde tocar..— me explicó.
Acepte la mano que me ofrecía y me incorpore también.
—Eso suena bien.
Me vestí deprisa.
—No para mi. Les dije que no volvería y no pienso cambiar de opinión.
—Entiendo pero todos merecemos una segunda oportunidad.
Su enfado disminuyó de tajo, me sonrió con ternura, casi con admiración.
—No todos Sarah.
—Ellos no pueden ser tan malos como los haces ver.
—No hay manera de que lo entiendas sin una explicación, que claramente no pienso darte.
—Te dije que no insistiría, pero creó que deberías reconsiderar volver a la banda. Podría ser la oportunidad que necesitan para salir por fin a la luz publica.
—No es la primera vez que lo intentamos, pero podrías tener razón. Bruno se escuchaba muy emocionado, jamás había insistido tanto.
—¿Entonces porque lo dudas tanto? Solo hazlo.
Él no parecía muy convencido por lo que busco una manera de terminar de convencerlo.
—Te propongo un trató, si lo haces yo te prometo olvidarme de la idea de ir a Lucifer.
—Sabes como negociar muñeca. De acuerdo, trato echo.
—Okey.
Lo beso satisfecha conmigo misma. Lo único que deseaba era poder ayudarlo a cumplir su sueño, y que mejor manera que darle ese impulsó que necesitaba.
Nos tomo una hora mas volver al coche y ponernos en movimiento rumbo al club nocturno, el cual se encontraba del otro lado de la ciudad.
—Nos tomara tres horas llegar.
Me hubiera gustado pedirle que me llevara a casa antes para cambiarme la ropa por algo mucho mas apropiado pero entendí que teníamos el tiempo encima. Según los mensajes de Bruno, Noah tendría que estar ahí a las ocho para una prueba de sonido y para organizarse con la banda.
Por otra parte me emociono el echo de que conocería por fin a sus amigos, la oportunidad de ver su mundo se abría justo ahora sin que yo tuviera que insistir para ello.
—Noah, ¿cuanto tiempo hace que formaron la banda?.
—Diez años. Bruno y yo prácticamente hemos crecido juntos y aprendimos a tocar instrumentos cuando teníamos doce años. Desde entonces fundamos la banda, ensayando en la cochera de sus padres.
—Debió ser divertido.
—Lo fue, al principio al menos.
—¿Porque?. Si me parece que ustedes dos son como hermanos.
—Lo somos, Sarah. Pero a veces eso no es suficiente.
—¿Y a todo esto quien es Kendra?.
La expresión de Noah cambia bruscamente, algo que me activa las alarmas.
—Ella es solo una amiga..
—¿Porque presiento que eso no es del todo cierto?.
Me lanza una mirada furtiva antes de responder. —De acuerdo. Ella fue mi ex novia. Fue hace mucho tiempo y eso se acabó.
Escuchar eso fue como recibir una cubetada de agua helada. No esperaba que fuera tan honesto.
—Bien. —fue lo único que fui capas de decir.
—Querias que fuera sinceró ¿no?.
—Si, si.
—Creo que es mejor si te advierto un par de cosas antes de que lleguemos.
Clavo los ojos en la ventanilla mientras él continua hablando.
—Mis amigos son unos completos idiotas, y Kendra es una niña mimada que no tolera un no por respuesta, por lo que es mejor mantenerse alejado de ella lo mas que se pueda.
Ya no tenia tantas ganas de ir.
Al cabo de una hora y media por fin llegamos. Se estaciona en la única plaza disponible, frente al almacén cuadrado de fachada rústica y desvaída.
Antes de bajar se acomodo la camiseta al igual que el cabello. Me entraron ganas de pedirle que me dejara las llaves y volver yo sola a mi casa, pero justo antes de que pudiera hablar se giró hacia mi para tomarme de la quijada y besarme..
—Muñeca, espero no arrepentirme de dejarte entrar a mi mundo retorcido, y lamentó no ser capas de evitarlo. —no pude decirle nada, me quede como boba perdida en el verdor de sus ojos..
—Pero cuando esto acabe tu y yo nos iremos a casa y prometo hacerte ver las estrellas— dijo con picardía.
Me estampa un último beso y lo sigo al exterior. —¡Mas me vele trabajar en mi resistencia!— me recuerdo de camino a la entrada del lugar.
Una larga fila de personas que esperaban tener acceso al club, abarcaban la acera izquierda. Noah se dirigió directamente a la puerta custodiada por dos hombres con músculos y exceso de tatuajes.
—Identificaciones— pidió uno de ellos con indiferencia.
—Soy parte del grupo que tocara el día de hoy— le dijo mi acompañante cruzando los brazos sobre el pecho—Si desconfías puedes ir a dentro y preguntarle al dueño.
El guardia de cabello largo y negro no se veía muy convencido ni tampoco parecía que fuera a tomarse la molestia de caminar y preguntar si eso era cierto. Se quedo en su lugar y nos miro ceñudo, primero al pelinegro y después a mí..
—Ella es nuestra hermosa y sexi bailarina.. —comento el ojiverde—¿No les parece que es demasiado para nosotros?.
Colorada lo fulminó con la mirada.
—No se nota mucho con esa ropa que trae puesta..— respondió el de la cabeza rapada y argollas en la oreja.
—Creanme es perfecta de los pies a la cabeza.
Ardía de vergüenza. Los dos tipos me observaban con sonrisas burlonas y desagradables.
—¡¿Nos dejaran entrar si o no?!— pregunte demasiado incómoda.
Ambos intercambiaron una rápida mirada antes de quitar la cadena y dejarnos pasar. Me adelanto y me adentro en el obscuro y ruidoso interior.
La música sonaba ha todo lo que daba, demasiada alta para escuchar siquiera mi respiración. Entre cierro los ojos a causa de las luces fluorescentes que penden del techo en todas las direcciones, y me dispongo hacia la barra, lejos de la abarrotada pista de baile.
Me toman del codo y retrocedo los cuatro pasos que ya había dado. Era Noah llevándome en la dirección contraria. Pedirle que me soltara estaba de mas, dado que ni siquiera me escucharía, lo seguí hasta que se detuvo en un apartadó.
El hombre sentado sobre el mullido sofá de cuero nos observo y un minuto después se puso de pie. Alzó la mano para hacerle una seña al dj que se encontraba en la marquesina que servía de techo sobre la barra. El chico asintió a lo lejos y redujo el volumen de la música.
—Noah, cuanto tiempo sin verte.
—Hola Carló.
El tipo me mira, como preguntando quien rayos era yo, por lo que no me queda más remedio que presentarme con él. —Soy Sarah Vega.
—Un placer. —me dijo— Eres su amiga me imaginó.
—Asi es. —se apresuró a responder Noah, sin darme tiempo siquiera a terminar de procesar lo que dijo Carló.
—Menos mal, mi hija Kendra esta aquí, y se que odiaría verte con alguien mas.
—No vine a hablar sobre eso, la banda se presentara y es todo lo que importa ahora.
Carló alza las manos en señal de rendición.
—De acuerdo, ya habrá tiempo después de hablar sobre la relación que tienes con mi hija.
Noah aprieta la mandíbula, mientras que yo siento como nacen los celos dentro de mi pecho.
—¿Donde está el resto de mi banda?.
—En el escenario. Noah, esta noche podría ser el inició real de su carrera, yo puedo abrirles las puertas que necesitan solo no lo arruinen.
El susodicho no dice nada y me toma de la mano para alejarnos de Carló.
No fue difícil adivinar a donde me llevaba, la tarima de madera que conforma el escenario se encontraba del otro lado, cerca de la barra. Sobre ella ya se encontraba la batería, los amplificadores y un teclado. Me quedo parada, mientras él sube los cuatro escalones y se reúne con sus amigos.
—Miren quien demonios se digno a venir.
—Cierra la boca Bruno.
Conque él era el famoso Bruno, un chico bajito, de aspecto atlético y cabello rubio, cuya sonrisa era muy contagiosa y amistosa.
—Porqué tanta agresividad Harrison. ¿Acaso alguien te obligo a venir?.
Los otros cuatro —dos chicos y dos chicas— se rieron al unísono.
—Si, de echo si. ¿Se te olvida que mi puño le prometió a tu nariz que no volvería a tocar con ustedes?.
—Vamos Harrison, no fue para tanto.
Solo entonces él se percato de mi presencia, al igual que el resto del grupo. Me miro de arriba a bajo sin borrar la sonrisa.
—Hola hermosa.. Vienés a pedir un autógrafo o quizás sea mejor darte mi numero de teléfono. —me dice él.
—Ni se te ocurra. Ella vino conmigo.
Todos se le quedaron mirando un momento, luego volvieron a posar sus ojos incrédulos sobre mi. Sobretodo la chica pelirroja quien hasta ahora noto que esta muy cerca del rubio bajito.
—Esto si que es toda una sorpresa. —comento ella.
—Aun así creó justo que nos presentamos con la nueva conquista de Noah. —Bruno se acerco al filo y se inclinó.
—Se quien eres, tu amigo Noah me hablo de ti.
La mirada se le agrandó un segundo, sorprendido.
—¡Joder! —exclamó— Valla amigo tengo.
Sabia que estaba siendo sarcástico y algo me dijo que eso formaba parte de su personalidad.
—¿También te hablo de ese par de inútiles?.
Su mano señalo a los dos chicos restantes, por lo que negué con la cabeza.
—Lo supuse. —Bruno se echo a reír.
—Mi nombre es Alex, muchas gracias Noah, no esperaba menos de ti.
Mi sexi pelinegro sonrió burlón, recargado sobre uno de los enormes amplificadores. La sola imagen me roba el aliento.
—Él es Cárter, otro perdedor. —ese había sido Noah, sonriendo ahora mucho más relajado.
Comprendí que lo peor ya había acabado, la incomoda fase de las presentaciones estaba cerca de terminar y por suerte parecía que me habían aceptado.
—No cabe duda de que son todos unos unos imbéciles. Ignoralos linda, eso hago yo la mayor parte del tiempo.
La chica pelirroja también se acercó, solo que ella se detuvo apenas para golpear la cabeza de Bruno, quien se quejó por lo bajo.
—Hey preciosa, no abuses del amor que te tengo.
Salta de la tarima y se reúne conmigo.
—Alisha, un gusto.
—Sarah.
—Ella es Marie, tengo una corazonada de que seremos buenas amigas. Ya nos hacia falta una mas en el grupo.
—Eso espero y me alegro de conocerlos chicos.
—Sarah, tan bello como tu. Cuentanos de donde rayos la sacaste.
Noah ignoró deliberadamente a Alex, se incorporó y tomo las partituras que descansaban sobre el teclado.
—Ven, sera mejor si los dejamos hacer lo suyo.
Me mostré de acuerdo y me marche con ellas rumbo a la barra.
Alisha pidió tragos para tres y no me quedo mas remedio que tomar el vaso que el bartender dejo para mi. Sabia a vodka mezclado con frutas, frambuesas quizás.
Me bebí medio vaso antes de prestar realmente atención a la platica que mantenían las chicas.
—..Entonces piensas caer ante los encantos de Alex?.
—No estoy segura, ese tipo es un mujeriego empedernido.
Marie, de cabello negro y ojos grises fruncio el entrecejo.
—Todos los son, Bruno no es una perita en dulce, y que decir de Noah, ese chico es el peor de todos.
Intente que eso no me afectara, pero falle estrepitosamente.
—Lo lamento Sarah, no debí decir eso.
—Descuida, él y yo apenas somos amigos.
—Aun así no debí decirlo, pero eso no significa que no sea verdad.
—Noah.. ¿Tiene novia?. Lo pregunto porque hace un rato escuche que tenia una relación con una chica llamada Kendra.
Alisha imita el ceño fruncido de Marie, por lo cual deduzco que la sola mención le molesta.
—Según tengo entiendo ellos terminaron hace tiempo, pero que eso no te tranquilice, Noah tiene fama de volver con las conquistas de su lista de vez en cuando.
Otra punzada de celos me atravesó el estómago, esta mucho mas dolorosa que la anterior.
Me habría gustado seguir interrogándola al respecto, pero mi garganta se cerro y solo pude beber el resto del alcohol, en un intentó por abrirla de nuevo.
Unos minutos después la música fue perdiendo volumen, hasta quedar solo de fondo. Todos los presentes captaron el aviso y se aglomeraron al pie de la tarima. Alisha y Marie saltaron de su asiento y se dirigieron al fondo. Las habría podido seguir de no ser porque Noah me atrapo por la cintura y se abrió paso hasta una zona obscura apartada de cualquier mirada curiosa.
—No podría subir ahí sin mi beso de buena suerte— me dijo.
Me carcajeó y le doy lo que me pidió.
—Te aseguro que no te veras bien con los labios hinchados por tanto besarnos.
Ahora fue él quien se río.
—Tocaremos tres canciones, y una de ellas será dedicada exclusivamente para ti—
Asenti y retomo sus labios...
—¡¿Harrison que demonios haces?!— grita Bruno desde algún punto detrás de Noah.
—Suerte...— tras decirlo él se fue.
Al cabo de un instante me reúno con las chicas. Han optado por quedarse atrás, evitando así la molestia de estar entre el tumulto de jóvenes que esperaban ansiosos que la banda empezará a tocar.
Alisha grito al igual que el resto cuando Bruno golpeó con ritmo pegajoso la batería. Posteriormente se escucharon las estridentes guitarras y por último se unió el sonido del bajó. Me impresiono que aparte de Alisha y Marie, la mayoría ya se supieran la letra. La cantaron fuerte coreando al vocalista principal.
La siguiente canción comenzó lenta con un solo de guitarra. El sexi pelinegro me buscó con la mirada y me guiñó el ojo antes de comenzar a cantar. Si alguien aparte de mi se dio cuenta no lo demostró, todos sin excepción saltaban y se movían eufóricos al compás de las alocadas y complejas notas. Una sonrisa boba se me dibujo en el rostro en cuanto escuche la parte que decía —Tu mi linda chica de cabellera cobriza— Supe que esta era la dedicatoria que Noah prometió.
—¿Acaso mi novio podría ser más asombroso?— pregunto una voz chillona, una que no reconocí.
—¡Solo intenta ignorarla. Es justo lo que yo hacia en la escuela!— me aconseja Alisha.
Esto me confirmaba que era la odiosa ex novia de Noah. —¡Puaj!—
—Escuche rumores de que tú eres la nueva amiga de Noah. —continuo Kendra, pasando por alto el comentario de la pelirroja— Luces bastante simplona como para ser parte de la larga lista de sus conquistas pasajeras.
Respiro hondo y cuento mentalmente hasta diez... ¡Ignorarla era imposible!.
—Entonces viéndote a ti, supongo que las chicas que abusan del agua oxigenada son sus favoritas.
—¿Disculpa? ¡Soy rubia natural!— exclamó con desprecio.
—¡Claro, y también me dirás que tus labios no están inyectados. Vamos si de lejos se nota que todo en ti es falso—le solté encarándola también.
—¡¿Quien te crees que eres para hablarme así? ¿Acaso no sabes que mi padre es el dueño de este lugar?. Por lo que puedo hacer que te echen ahora mismo de aquí.
Sus ojos eran un par de rendijas por donde se filtraba la ira y el odió, dos sentimientos que comenzaba a compartir también.
—¡Adelante, hazlo!. Eso solo probará lo estúpida e inmadura que eres.
—¿Estúpida? ¡Mira quién lo dice, la chica que se cree el cuento de qué la canción es para ella!.
Kendra logro darme donde mas me dolía, sin necesidad de ponerme un dedo encima. Ella lo sabia y sonrió con suficiencia antes de seguir. —Me complace informarte que la letra original es para mí. Noah solo tuvo que cambiar rubio por cobrizo.
Agite la cabeza energéticamente, negándolo rotundamente.
—¡Mientes!— le dije con la respiración acelerada por la rabia.
—Te daré un consejo y por tu bien espero que lo pongas en práctica. No se te ocurra poner tus ojos en Noah, y si de casualidad ya lo hiciste olvídate de él antes de que sufras una enorme desilución. ¡Porque él es mío!. ¡Siempre lo ha sido!.
Kendra esboza una sonrisa torcida, seguramente por la cara dolida que yo había puesto.
—¡Él ya no te quiere!. ¡De echo nunca lo hizo..— le gritó esperando devolverle el golpe. —...Fuiste para él solo un juego, una distracción mientras me encontraba a mí!.
Su sonrisa se desvaneció, haciendo al mismo tiempo un gesto de incredulidad con la cabeza. Ella Apretó con tanta fuerza la lata de cerveza que tenía entre la mano que temí que la partiría en dos.
—¡Maldita zorra, no dejaré que te interpongas!— me gritó abalanzándose sobre mi.
Las personas que estaban detrás mio se hicieron aun lado y termine cayendo de espalda. Kendra se monto a horcajadas y derramo todo el liquido helado sobre mi cara, para después tirar de mi cabello y estrellar mi cabeza contra el pisó. No me quede quieta y le propine un puñetazo directamente sobre la nariz, provocando que su cabeza retrocediera por el golpe.
Apenas me soltó para cubrirse la cara, la empujo e intento ponerme en pie, pero las manos de kendra me retuvieron para poder impactar un certero golpe en mi mandíbula y no solo eso, enterró como fiera sus largas y filosas uñas de acrílico sobre mis mejillas. Grito y la empujó como puedo, tirando después puñetazos a diestra y siniestra, manchando mis nudillos con su sangré.
Por detrás de ella pude ver a Alex
quitándomela de encima y apena lo logra me pongo de pie para seguirla, obviamente esto no se quedaría así..
Noah me apresa de la cintura y fue entonces que me percate del gentío que se había reunido para presenciar la pelea. El escenario estaba vacío y todos guardaban silencio.
—¡Suéltame aún no he terminado con ella!— grité forcejeando.
Con certeza lograría al menos arrancarle sus costosas extensiones.
—Te arrepentirás de haber nacido me oyes!— me respondió ella con voz gangosa, se ha tenido que apretar el puente de la nariz para frenar la hemorragia.
—¡Kendra Tranquilízate!— le pidió Alex llevándosela con él.
Mientras que Noah sin mas me arrastró a la salida. Durante el camino su agarre me lastimo el antebrazo, algo que no parecía importarle en lo mas mínimo..
—¡Esa chica me pone furiosa!— le digo una vez que estuvimos a la sombra del muro lateral del club, fuera de la vista curiosa de los guardias.
—¡¿Quieres explicarme porque demonios armaste tal escándalo?!— pregunto él ardiendo en cólera.
—¿Yo? ¡Ella fue la que comenzó!.
Puse los brazos en jarra, indignada por su tono de voz y por que prefirió echarme a mi la culpa en lugar de a su ex, la reina del drama.
—Debiste ignorar sus provocaciones Sarah. ¡¡Gracias a ustedes dos es muy posible que no volvamos a pisar este maldito lugar!!.
No me trague eso último, y por supuesto que se lo dije.
—¿Es solo por eso?.. ¡Porque tengo la ligera sensación de que te molesta que tocará el cabello teñido de tu noviecilla!.
Noah resoplo, pasándose ambas manos por el rostro.
—¿Ademas a ti que mas te da? Fuiste tu quien dijo que esto no le interesaba, si lo hiciste fue porque yo te convencí.
—¡Eres imposible!— me dijo con absoluto desdén.
—¡¡¿Sabes que?¡¡— comencé hirviendo en rabia a mas no poder —¡¡Tu estúpida banda, tu ridícula novia y tú váyanse al diablo!!.
Le doy la espalda y devuelvo los pasos en dirección a la desierta carretera.
—Esta vez no pienso seguirte...— me dice. —¡¡¿SOLO ESO SABES HACER CUANDO LAS COSAS SE PONEN DIFÍCILES?. ¿ME ARRUINAS Y DESPUÉS TE LARGAS?!!.
Me quedo rígida un segundo antes de girarme de nuevo hacia él.
—¡PÚDRETE!— le grite y acompañe la palabra con un gesto obsceno, cortesía de mi dedo medió.
No me quedo para ver su reacción y continuó caminando. Sintiéndome rechazada, dolida y muy decepcionada conmigo misma. Ya no me reconocía, era como si Noah me hubiera cambiado desde adentró, al grado de rebajarme a pelear literalmente por él. Me detengo y miro por encima del hombro solo para comprobar que efectivamente él cumplió con su palabra. —Seguramente se largó a consolarla—
Me ardieron los ojos y posteriormente me empezaron a lagrimear.
Al cabo de un rato con el dorso de la mano me secó las últimas gotas, y retomo el pasó, siguiendo la cuneta.
En algún momento un auto tenía que pasar..
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