19.- Mi realidad.
Dereck.
Las vacaciones de verano solía pasarlas en Texas, esta vez, sin embargo, Luke insistió en que me quedara un par de semanas en Portland.
—¿Por qué tanta insistencia? —inquiero hacia Lili.
—Extrañan a su hijo, ¿qué eso no es normal en los padres?
—Sí, pero casi rogaron porque me quedara. Claro que me quedaré, solo me resulta un poco extraño la insistencia.
—No seas demasiado paranoico —reprende—. Solo te echan de menos.
Me había instalado hace algunas horas, planeaba pasar un par de semanas en casa y luego viajar a Texas con Sebastián, porque el hombre no me perdonaría no pasar con ellos una de las pocas semanas que tenía como vacaciones.
En los dos años que llevo viviendo en el campus de la universidad, he echado mucho de menos la casa, la calidez de mamá, los consejos de papá. No sabía que iba a extrañarlos tanto hasta que estuve a cinco horas de distancia, que, viéndolo de ese modo, no fue demasiado.
—La comida está lista —mamá aparece en la sala—. ¿Vienen?
—Claro —ambos nos incorporamos para ir hacia el comedor, Lessy se encontraba jugando en casa de uno de los vecinos y sabíamos bien que mamá odiaba que los dejáramos solos en la mesa.
—Tú padre bajara en un segundo —informa—. ¿Has llamado a Sebastián?
—Lo hice ayer, para informarle que mis padres me han retenido en Portland —bromeo haciendo reír a Less.
—No nos pintes a nosotros como los malos de la historia —advierte papá bajando las escaleras—. Nos da gusto que aceptaras quedarte, sé que las vacaciones de verano son de Sebastián...
—Pero podemos hacer modificaciones —lo interrumpo.
Él me sonríe.
Dos años han pasado desde que me fui a la universidad, dos años en los que, a pesar de ser poco tiempo, mi vida ha cambiado en aspectos inimaginables.
Primero, la relación con Less y Luke mejoró tanto como no pude haber previsto. Era natural para mí llamarlos como lo que eran, mis padres.
A Less le tomó semanas acostumbrarse a escuchar el "mamá" de mi parte sin que hubiera riesgo de verla llorar, y Luke, bueno, el parecía orgulloso en realidad de que lo llamara papá.
Y para mí eso fue lo más común, y me gustaba en realidad poder estar aquí, poder pasar unas cortas dos semanas en el sitio al que echaba tanto de menos.
Cuando la comida está servida y todos nos encontramos alrededor, las preguntas comienzan. Lili me habla de la escuela, del chico con el que está saliendo y casi le provoca un infarto a Luke, de sus calificaciones, y tantas cosas más que se lleva prácticamente gran parte del tiempo.
Luego papá me pregunta por la universidad, por la relación con Halley, y pasar tiempo así con ellos, me hace saber cuánto los extrañé.
Sin embargo, conforme el día avanza, sé que hay algo extraño.
—¿Por qué? —pregunta Lili cuando se lo comento.
—No lo sé, actúan extraño.
—Por Dios, deja de estar paranoico —reprende—. Es la segunda vez en el día que me obligas a decirlo.
—No soy paranoico, pero me gusta saber cuándo algo ocurre. Mi curiosidad puede más.
Ella sacude la cabeza en una negación, pero mantiene una sonrisa en los labios.
—Supongo que, si pasa algo, te lo dirán —admite antes de incorporarse.
Eso no me consuela en lo absoluto, pero decido dejar de pensar antes de crearme películas imaginarias que no sucederían jamás. Cuando la noche llega, encuentro el momento para llamar a Halley sin interrumpirla en sus clases y gracias al cielo puede responder.
—Envíale saludos a tus padres, y diles que realmente me hubiese gustado visitarlos —dice—. ¿Cómo va todo?
—Como debe de ser —respondo—. Me quedaré un par de días en Portland, y luego iré unos días a Texas. Tal vez, si tienes oportunidad, pueda visitarte.
Odiaba admitir que solamente conseguíamos vernos un par de veces al año en algunos días inhábiles y navidad.
—Eso sería magnífico —dice con emoción—. Te enviaré los calendarios, ¿de acuerdo?
—De acuerdo, estaré en espera de ellos
—Te echo de menos, muchísimo —dice en un suspiro—. Esto de la distancia apesta.
—Bueno, vamos por la mitad, un par de años y todo esto habrá valido la pena, ¿no lo crees, Hallie? Extrañarte a montones valdrá la pena cuando mire tus cuadros expuestos en los museos.
El sonido de su risa se escucha y me parece un sonido glorioso, tan glorioso como para querer no dejar de escucharlo.
—Y yo estoy ansiosa por ver nuevas piezas, ¿crees que...? —su voz se interrumpe por más voces de fondo, y entonces lo sé.
Un suspiro brota de ella y la decepción me invade.
—Lo siento, D. Debo ir a terminar un trabajo, ¿te llamo luego?
—Claro —respondo intentando ocultar el tono de decepción—. Adiós, te amo.
—Yo también te amo, mi cariño.
Sonrío cuando me llama de esa manera, la llamada se cuelga y aún mantengo el gesto en mis labios cuando la pantalla se apaga.
Un par de toques en la puerta me sacan de la pequeña ensoñación que mi novia me ha dejado.
—Hola, ¿se puede? —la voz de mamá se escucha y empuja la puerta con ligereza.
—Claro, ¿qué pasa?
—Tu madre y yo queríamos decirte algo —oh, aquí vamos.
Así que realmente no estaba paranoico, algo sucedía. Algo que estaba a punto de saber.
—¿Qué ocurre?
Ellos comparten una mirada y arrugo la frente, ¿por qué lucían tan nerviosos? Ambos caminan hasta llegar a la cama y me corro con ligereza para permitirles acomodarse al frente.
—¿Y bien? ¿Pasa algo?
—Hay una noticia que debemos darte —dice mamá con una sonrisa nerviosa—. Nos enteramos hace poco y no queríamos decirte por teléfono.
—¿Todo en orden? ¿A caso...?
—Es una buena noticia, en realidad —dice papá—. Solo que tal vez es inesperada.
Arqueo una de mis cejas.
—Bueno, tal vez deberían decirme —señalo con una sonrisa—. ¿Qué los tiene tan nerviosos?
—Es qué tú...es decir...nosotros —suelto una leve risa al mirar a papá tan nervioso—. Lo que queremos decir es que...
—Serás hermano mayor —Less habla con rapidez, con tanta que apenas y puedo entender la frase que dice. Parece darse cuenta, porque toma una inhalación y lo repite—. Serás hermano mayor.
Intento comprender sus palabras, ¿ellos...? ¡Joder!
—¿Estás...? —dirijo la mirada a su vientre y solo en ese punto reparo en el ligero bulto que se forma en la zona.
—Estoy embarazada —dice y la voz se le rompe—. No quisimos decirte por teléfono, pero...tengo tres meses de embarazo.
—¡Por Dios! ¡Eso es maravilloso! —exclamo con una sonrisa—. Felicidades, quiero decir, esto es...es increíble. Wow, realmente es maravilloso, mamá.
Ella ríe aliviada, ellos se incorporan del colchón al mismo tiempo que yo lo hago para acercarme y abrazar a ambos.
—Es realmente asombroso, ¿Lili y Lessy ya lo saben?
—Sí, y parece que son buenas guardando secretos —dice papá sonriendo—. Y ahora tú lo sabes tan bien.
—Debí ser el primero en enterarme, por ser el mayor —bromeo y ellos vuelven a reír—. Me alegra enterarme, y Halley va a volverse loca al saberlo.
—No hay duda —dice mamá—. Lamento si querías pasar tus vacaciones en Texas y...
—No, no —la interrumpo—. Está bien, saber esto hace que en realidad no quiera irme. Debemos celebrar, ¿no es cierto?
—¿Celebrar?
—Bueno, seré un hermano mayor, merece una celebración —señalo—. Estoy seguro de que Lili y Lessy estarán de acuerdo conmigo.
—Ellas aman las celebraciones —añade papá con una sonrisa—. Invitamos a tus tíos a venir a la casa, para "celebrar"
Suelto una risa cuando dice aquello.
—De acuerdo, tendrás que soportar al tío Caleb con sus bromas —papá resopla y eso nos hace reír.
—Ni me lo menciones —pide—. Bueno, no te quitamos más tiempo.
—Solo baja a cenar, ¿sí? —inquiere mamá—. No me hagas subir.
—No sería capaz —aseguro con una sonrisa.
Cuando ambos están por cruzar la puerta, mamá se detiene, girando sobre su eje para volver a mirarme.
—Dereck...
—¿Sí?
—Te queremos —dice y sonríe.
El sentimiento que me provoca escucharla decir aquello me envuelve, me hace sentir seguro, amado, me hace sentir que mi hogar es el sitio seguro que no quiero abandonar, se siente mío.
—Y yo los quiero a ustedes —respondo—. Incluyendo al bebé en formación.
Una carcajada los invade mientras terminan de salir.
—Y él o ella también te querrá —susurra Less.
Asiento, ellos se marchan cerrando la puerta y cuando vuelvo a quedarme solo, el sentimiento de felicidad me embarga.
Tendré un hermano, o hermana, sonrío mientras sacudo la cabeza antes de dejarme caer contra el colchón.
—La familia se vuelve más grande —susurro mirando al techo.
Para este punto, parecía que la vida que Luke y Less me han dado en estos casi tres años, ha sido siempre. Tres años en donde no he conocido otra cosa que no sea el cariño, amor y apoyo de una familia.
En donde la relación con mis abuelos mejoró, Nicolás pareció decepcionado cuando le dije que no planeaba pertenecer al mundo empresarial, pero eso fue todo. Me recalcó que tenía su apoyo en todo lo que desee, que sabía que si necesitaba algo, solo debía llamarlo y él lo arreglaría.
Con cada día que pasaba, confirmaba el hecho de que esta, es sin duda mi familia. Fue cuestión de tiempo para amar a cada uno, para desear que navidad llegara y poder viajar a casa de la abuela, para enviarles figuras de cerámica y descubrirlas en la oficina de Nicolás, o en la sala de estar de la casa familiar.
Y ahora, ahora venía alguien más en camino. Una personita que sería tan importante como todos los demás, y a la que amaría más que a nada en el mundo, como a mis otros tres hermanos.
Nunca imaginé tener esto, nunca imaginé que pudiera sentir tanto cariño y un enorme sentido de protección como lo era cuando veía a mis hermanos. Me gustaba cuidar de ellos, dejarles saber que no están solos.
Que estoy para cuidarlos.
Eso se mantendría incluso con el nuevo bebé, que fue cuestión de tiempo descubrir que era un varón.
El pequeño Landon nació y desde el segundo uno en el que lo tuve en mis brazos, supe que haría cualquier cosa para garantizar que estuviese bien. Nació y una parte de mí supo que siempre estaría ahí para cuidarlo, para guiarlo.
No fue el único, intenté estar para todos, dejarles saber que ninguno estaba solo, que me tenían a mí.
A veces, tener una vida como la que tenía se sentía como un sueño, como si de pronto pudiera despertar, como si de la nada alguien diría mi nombre o me pellizcaría y abriría los ojos, descubriendo que esto no es más que un sueño.
Pero no pasó, nunca desperté, porque esto, esto es completamente real.
Es mí realidad.
La realidad que siempre deseé, que siempre merecí.
Lo obtuve, al final del arduo camino lo obtuve, y soy feliz.
Austin, Noah, Landon, Lessy y yo, fuimos completa y absolutamente felices.
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