Dereck.

Tan pronto como veo a Jennifer aparecer en el pasillo, voy a su encuentro.

Las palabras que escuché de Zane se repiten en mi mente, dejando de nuevo la sensación molesta en mi cuerpo. Clavando la daga un poco más, de nuevo la sensación ardorosa en el pecho.

Esa que conocía bien, esa que tenía semanas sin aparecer.

—Dereck —sonríe—. ¿Qué...?

Sus palabras se detienen tan pronto como tomo uno de sus brazos, y la conduzco hacia el cuarto de limpieza.

—¿Qué ocurre contigo? —reprocha liberándose del agarre una vez que estamos dentro.

—Solo voy a preguntar esto una vez —advierto—. Y espero que me respondas con la verdad.

La confusión invade su rostro mientras se aparta.

—¿Qué ocurre?

—¿Por qué lo hiciste?

—¿Hacer qué?

—No quieras verme la cara de estúpido, Jennifer —espeto—. ¿Por qué le dijiste a Zane que culpara a Halley? ¿Por qué le dijiste que dijera que fue ella quien contó todo lo que ocurrió con mi padre?

Le toma unos pocos segundos entender que es lo que quiero decir, y cuando lo hace, dice lo esperado.

—¿Ella fue la que te lo dijo? —inquiere—. ¡Está mintiendo, Dereck! Ella solo...

—No, no fue Halley la que lo dijo —respondo con firmeza—. Fue el propio Zane, y ni siquiera fue a mí a quien se lo dijo.

La incredulidad se apodera de su rostro.

—Dereck...

—Solo quiero saber por qué lo hiciste —murmuro—. Se supone que éramos amigos, Jennifer, joder, ¿por qué lo hiciste? ¿Por qué hacerme algo como eso?

Tensa la mandíbula, la molestia se apodera de su mirada y si tenía una sola duda sobre ella, se eliminan en este instante.

—Yo no hice nada, tal vez debería hablar con tu novia y...

—¡Deja de mentirme! —bramo haciéndola retroceder—. ¡Dime la verdad por una maldita vez!

—¡Yo no hice nada! ¡Ella te está mintiendo!

—No te creo, no te creo en lo absoluto.

Me dedica una mirada indignada, como si estuviese completamente segura de que lo que estoy diciendo es una mentira.

—Voy a decirlo otra vez, yo no tuve nada que ver en eso.

Sonrío sin ganas, sintiéndome furiosos de que no pudiera verme a la cara, y hablar con la verdad.

—¿Tienes idea de lo que hiciste? —inquiero—. ¿Tienes una maldita idea de lo que ocasionaste? No perjudicaste a Halley, me dañaste a mí. Todo Cleveland lo supo por ti, porque tú fuiste quien lo dijo, Zane pudo culpar a Halley, pero fuiste tú quien dijo todo, ¿no es verdad?

—Es mentira —dice y vuelvo a reír—. Dereck por favor, no puedes creer...

—Claro que puedo, porque no es la primera vez que lo haces, ¿recuerdas? No debí de confiar en ti otra vez, y no volveré a hacerlo, porque ni siquiera eres capaz de decirme la razón del porqué lo hiciste.

—Yo no tuve nada que ver.

—Vete a la mierda, Jennifer —le doy la espalda, no tenía absolutamente nada más que hablar con ella, evidentemente no diría nada, y yo no quería seguir insistiendo.

Abro la puerta, dispuesto a salir de ese pequeño cuarto cuando su grito me detiene.

—¡Ella no te merece! —exclama con molestia—. Solo vino a ti con su maldito mundo perfecto y te acaparó con todo lo que significaba, de pronto fuiste un chico distinto, un chico que amaba los sobrenombres cariñosos, que se mostraba como nunca antes lo fue. Y eso fue injusto.

—¿Injusto? —inquiero con incredulidad—. ¿Crees que sentirme bien después de todo el infierno que viví es injusto?

—Fuiste injusto con nosotros, con quienes te conocían desde que empezó la preparatoria, nunca confiaste en nosotros, nunca...

—¿Debía hacerlo? —ella no responde—. ¿En serio? ¿Debí contarle mis malditos problemas a una chica que me gritó que solo era una fachada? ¿O a Lucie tal vez? Ninguno de ustedes se interesó realmente, así que no vengas con esa mierda.

—Nunca nos dejaste ayudar.

—A Halley tampoco la dejé —objeto—. Pero no se rindió conmigo, fui un idiota, y aun así hizo todo lo posible para salvarme. Y por eso la amo tanto.

La mirada herida que me dedica me hace sentir un dejo de culpabilidad, pero elimino el sentimiento de inmediato. Yo no tengo la culpa de absolutamente nada.

—Se suponía que me querías, Jennie, probablemente lo esperaba de Lucie, pero no de ti. No de la chica que según decía quererme bien.

—No lo entiendes —la desesperación se apodera de su voz—. Nunca quise que salieras lastimado, yo no...

—¿Y qué creíste que pasaría? ¿Qué estaría feliz de que todos supieran lo que mi padre me hizo? —la ira se cuela en mi tono—. ¿Qué estaría feliz de que todos vieran los putos golpes? ¡Eso es una mierda, Jennifer! No intentes venir y decir que lo hiciste por mi bien. Porque solo querías deshacerte de Halley, sin importar si con eso me colocabas justo en el medio.

—No, no fue así...

—¿Entonces cómo fue? ¿Cuál es tu maldita excusa?

—¡Estaba celosa! ¡Estoy celosa de ella! —exclama en un grito desesperado—. Porque desde que apareció, desde que llegó a tu vida no hubo espacio para nada más. Tu mundo giró en torno a ella, nos apartaste a todos, la única que tenía permitido traspasar tu fortaleza, fue Halley.

Toma una inhalación, como si de esa manera consiguiera el valor para decir todo lo que pensaba.

—Intenté ayudarte, en muchas ocasiones. Intenté hablar contigo, que me dijeras que ocurría, pero ni siquiera cuando supe la verdad me lo permitiste, Halley siempre estaba delante, siempre era ella "la salvadora" "la chica perfecta" "la que te hacía feliz". De pronto fue solo Halley, Halley, Halley.

—Así que solo decidiste contar todo. Sabiendo lo que eso ocasionaría, sabiendo que a penas y podía manejar el hecho de que alguien lo supiera, solo decidiste contar todo.

Ella niega.

—¿Tú dijiste eso de mi madre? ¿Fuiste tú quien dijo que papá...? —me detengo, siendo incapaz de siquiera pronunciarlo.

—Lo siento —solloza—. Lo siento tanto.

Algo en mí se rompe, probablemente pude haber perdonado que dijera lo del maltrato, que dijera todo cuanto sabía sobre Sellwood, pero no que hablara de mama.

—Me alegra que lo sientas —la frialdad envuelve mi voz, porque no merece ni un poco de consideración—. No quiero que vuelvas a dirigirme la palabra, ¿entiendes?

Intenta acercarse, pero la aparto con rapidez, me observa de una forma que, si no estuviera completamente seguro de lo que había hecho, conseguiría convencerme de su falsa inocencia.

—Dereck...

—Eras mi amiga, confié en ti y tú jugaste sucio —aprieto los puños—. Así que no te quiero cerca, ni de mí ni de Halley, no quiero que te acerques a ella o hagas algo para volver a dejarla mal.

—¿Realmente la prefieres a ella? ¿Realmente vas a creer en lo que diga?

—¿En serio lo preguntas? —inquiero dando un paso hacia ella—. ¿Qué acaso no es obvio? Yo siempre voy a preferirla a ella, sobre todo. Siempre voy a creer primero en su palabra, porque ella, a diferencia de ti y de todos, me ha demostrado que puedo confiar con los ojos cerrados. Me ha amado de la forma más sincera que puede existir, me salvó y le estaré en deuda por eso. Así que, sí. Siempre voy a preferirla a ella, Jennifer.

—Halley no vale tanto la pena —dice con voz rota cuando estoy por salir.

Me detengo, abriendo la puerta del cuarto con olor a detergente, y giro hacia ella.

—Te equivocas ahí —pronuncio con firmeza—. Halley para mí, vale por completo la pena.

No me molesto en esperar una contestación, simplemente salgo y avanzo por los pasillos hasta el sitio en donde mi chica espera por mí.

Estaba cansado, cansado de que la gente pensara que podía lastimarme, y dejaría que volvieran a mi vida con tanta facilidad. Cansado de siempre perdonar los errores ajenos, aun cuando eso significaba que volverían a cometerlos.

No voy a hacerlo más.

Necesito dejar atrás todo el infierno que viví, dejas atrás a Patrick, sus golpes, sus abusos. Necesito dejarlo ir.

Y no puedo hacerlo cargando conmigo a personas que no están dispuestas a ofrecer su sinceridad a cambio.

No lo merezco, no voy a aceptarlo. Cometí el error una vez, no volvería a suceder.

Cuando localizo a Halley, riendo por algo que Colton ha dicho, no me arrepiento de nada. No me arrepiento de haberla escogido, de colocarla como prioridad.

Porque la chica rubia que hornea muffins de chocolate como método de disculpa, hizo más por mí, que cualquier otra persona en mis dieciocho años de vida.

Ahí, caminando hacia ella, lo decido.

Quiero pasar el resto de mi vida al lado de Halley Williams, quiero una familia, quiero toda una eternidad con ella como mi compañera.

Somos demasiado jóvenes, pero algún día pondría un anillo en su mano, me casaría con ella, probablemente tendríamos hijos, y seremos felices.

Tanto, o incluso más que ahora.

Quiero toda una vida con ella, y no descansaría jamás hasta conseguirlo. 

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¡Hola, hola!

Bueno, les traigo una buena noticia, tengo el resto de los borradores completos, así que he decidido que si quieren saber algo más, me lo dejen en los comentarios. La situación o extra que más se repita, será el que escribiré y lo colocaré donde corresponda. 

¡Así que dejen en comentarios que quieren leer! Prometo tomar todos en cuenta.