Hoy, dos capítulos. :3

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Rodrigo

—Miriam, pasame ya la dirección.

—Ten paciencia, ya te la digo —contesta su voz desde el celular.

—Soy demasiado paciente, ya esperé demasiado.

—Te entiendo, Rodrigo pero piensa bien lo que quieres hacer en realidad, ya te mandaré un mensaje.

—Esta bien, gracias, pero apresurate.

—¡Que impaciencia, Rodri! —me esta regañando pero ríe—. Solo una pregunta mas, ¿de verdad quieres a Jaclyn?

—¿Por qué dudas? Bueno, no he sido tan seguro que digamos, pero en serio, no te imaginas de todo lo que serias capaz por ella.

Es cierto. No soy esa clase de persona que sabe lo que quiere desde un principio, pero se lidiar con ello. Eso creo. En fin, si hay algo en que cada vez estoy seguro es que mis sentimientos por Jaclyn son más claros y sí, ha costado un poco admitirlos, y no es un simple capricho.

—Awwww, eres un lindo —dice Miriam con voz tierna—. Entonces si te dijeran que debes bailar desnudo y entregar tu alma al diablo por Cliny, ¿lo harías de verdad?

—See... ¿a que viene eso?

—Solo se me ocurrió.

—Hazle esas preguntas a Felipe.

—Ya lo hice y dijo que sí. Es por eso que lo amo mas que nunca.

—Sí, esta medio loco, pero te ama verdaderamente.

Escucho un largo suspiro de ella: —Y yo se que tú y Jaclyn se aman tanto, pero son mas idiotas que Felipe y yo.

—¡Hey! Ya basta —reclamo entre risas.

—No digas que no. En fin, ya te paso la dirección.

Cuelga. Suspiro y llevo mis manos a mi cara, no he dormido prácticamente nada. Es por mas ansiedad y desconcierto. Me preocupa tanto el estado de Jaclyn porque quiero lo mejor para ella, la noticia del embarazo ha sido una gran sorpresa que no se como reaccionar, nunca me imaginé que esto pudiera suceder pero tampoco voy a huir.

Quería verla y por más que Miriam y Felipe lo quisieron impedir logre escaparme de ellos y fui hasta su casa, claro que llamé la atención de muy mala manera en el vecindario y por poco sus vecinos llaman a la policía, hasta que de nuevo Miriam y Felipe consiguieron traerme de vuelta. Y he aquí, sólo en mi apartamento debatiendome si fue buena idea haberle mandado una renglera se mensajes a Cliny por todo el resto de la noche, no contesta por lo tanto no puedo saber que es lo que piensa de mí.

La rubia dijo que Jaclyn esta enamorada de mí, pero lo quiero saber por sus propios labios. ¿Inseguridad? No lo sé, quizás un poco, es mejor darse cuenta por uno mismo. Pero eso no quita que este esperanzado y lleno de nuevas energías.

Recibo un mensaje de Miriam con la dirección de la tía de Jaclyn, ya que estoy listo desde hace horas decido salir sin esperar más.

Este día todo el edificio esta en movimiento, la alegría se palpa significativamente en cada piso e incluso en el ascensor donde han cambiado la música de sueño por musica instrumental navideña.

Afortunadamente no me cruzo en el vestíbulo con algún familiar que llega desde temprano a visitar a mis padres o a Fernando que viene todos los días a preguntarme por Jaclyn por lo tanto llego sin contratiempos al parqueo.

—Bueno, aquí voy —me animo al estar en mi auto.

Siento que mi celular vibra, lo saco del bolsillo de mi pantalón y  lo reviso, son mensajes de mi hermana solicitando mi presencia en el apartamento de mis padres para saludar a los tíos que ya llegaron. Lo siento, mi alma no estará tranquila hasta hablar con Jaclyn.

Había tratado de contactar a Cliny durante la noche pero no contestaba. Le envié también algunos mensajes pero tal parece que no los ha visto mucho menos.

Hay un poco de tráfico, para lidiar un poco con la espera decido encender la radio y escuchar algo de música, sin embargo ninguna emisora parece de mi agrado, casi todas hablan de un par de choques y por lo tanto es causante del tráfico a estas horas.

Reviso otra vez mi celular aprovechando que no hay avance  para ver la dirección que me mandó Miriam, estoy casi cerca. Tengo otros mensajes, algunos son de Felipe deseandome suerte con Cliny y otros son de mis padres extrañados por mi ausencia. Les contestaré mas tarde.

Cuando llego al lugar diviso sin dificultad la casa de la tía de Jaclyn, es bastante modesta y un poco más pequeña que el resto de ese vecindario. Ella me había hablado tanto de este lugar cuando apenas pretendíamos ser amigos. Diablos, a la vida si que le encanta dar muchos giros.

—¿Dónde esta Jaclyn? —es lo primero que pregunto cuando su hermana abre la puerta.

—¿Buenos días? —.Alza una ceja.

—Lo siento —digo apenado.

—Bah, no importa, ella no esta.

Joder.

—Por favor, quiero verla.

—Puedes esperarla, no tarda en llegar.

—¿Dónde está? —insisto.

—Fue de compras al supermercado.

—Igual, la iré a buscar.

—De acuerdo, ella necesitará ayuda.

Asiento. Una pequeña descarga de adrenalina se expande en mi cuerpo.

—Hey, Rodri —dice Renata— ¿Ya sabes que Jaclyn está enamorada de ti?

—Ahora sí, pero tardé en darme cuenta pero de no ser por Miriam y Felipe hubiese tardado mas.

—Tarado.

—¿Qué?

Ya lo sé, pero no es necesario que me lo repitan.

—¡Tarado! —exclama— Igual que Jaclyn, la muy idiota sigue desconfiando, maldita sea, ve y calmale esa ansiedad loca.

—Ese es el problema —digo en voz baja—. Ambos tenemos nuestras inseguridades que al final nos han afectado.

—Eso no se discute, mejor ve a afrontar todo y ya.

Sonrío: —Eso haré. Gracias.

—Pero no te lleves el carro, he escuchado que hay mucho tráfico y entonces podrias no hallarla —me detiene Renata.

No importa. Por Jaclyn corro desnudo por el desierto si es necesario.

Así que camino, Renata tiene razón, el tráfico es casi insoportable a causa del par de accidentes de los que tanto hablan y las ambulancias, la aglomeración de policías y medios de comunicación hacen más difícil el tránsito; sin embargo los conductores no pierden la oportunidad de manejar como locos en cuanto pueden. Por otro lado el resto de las personas están mas concentradas en hacer sus compras y ser partícipes del espíritu navideño.

Voy tratando de fijarme por alrededor de todas las calles esperando encontrar a Jaclyn... mi amada Cliny.  Me obligo a apresurar el paso, quiero encontrarla, estoy nervioso pero verdaderamente quiero tanto decirle todo lo que siento, apoyarla y escuchar todo, absolutamente todo lo que quiere decirme.

De pronto diviso a lo lejos al otro extremo de la calle a una chica con vestido muy colorido cargando unas bolsas de compras. La realidad golpea mi mente y la ansiedad me obliga a comenzar a correr para alcanzarla.

Diablos.

La cantidad de trausentes es demasiada, parece procesión o desfile por ir en tantas direcciones que me hacen difícil continuar. Trato de abrirme paso evitando perder de vista a Cliny.

—¡Jaclyn! —exclamo, pero tal parece que mi voz no se logra escuchar por el bullicio de alrededor.

Se ve hermosa, como una pequeña princesa fuerte y maravillosa de algún mundo de fantasía. Se distingue entre la multitud como una chispa de fuego en medianoche... Joder, estoy sonriendo como un tonto y mis deseos por tenerla cerca me invaden. Los recuerdos de su cumpleaños cuando ella vio ese vestido, su rostro tornándose risueño y cálido. Dios, ella es preciosa y encantadora en un modo un poco raro, pero es justo eso lo que hace amarla más.

Me preocupa también que venga muy cargada de bolsas, apenas puede moverse entre todos, quiero pasar la calle para poder ayudarla, pero la estampida humana no me deja otra opción que continuar buscando otras alternativas.

—Permiso, por favor —. No entiendo como de pronto las calles de la ciudad están tan abarrotadas pero luego al ver mas allá a los policías de tránsito buscando hallar maneras de evacuar el tráfico resuelve mis dudas.

A veces el destino hace de las suyas y le encanta ver al mundo arder, hoy no es la excepción. El semáforo cambia de color y la estampida de personas cruza la calle, es irónico ver que entre tanto empuje voy retrocediendo en vez de avanzar.

Por unos segundos pierdo de vista a Jaclyn, eso hace que me desespere y comience a correr donde ya la gente va despejando.

—¡Cliny!

De pronto la veo levantando una bolsa, parece que se le ha caído algo. Mala idea, esta en medio de la calle y aunque no hay carros uno nunca sabe. Pero es algo raro que habiendo tráfico, precisamente quede tranquila la calle en este instante.

—¡Jaclyn!

Todo pasa entre un par de segundos que parecen ir a cámara lenta. Ella me mira y sonríe, una parte de mí se siente aliviado al ver que ella viene a mi encuentro, pero noto por el rabillo del ojo a algo que viene a toda velocidad.

No alcanzo a llegar a tiempo. El sonido de las llantas deteniéndose bruscamente y el grito de ella llama la atención a los trausentes y en un abrir y cerrar de ojos... Jaclyn esta inconsciente en el asfalto.

También grito... es de impotencia, es por dolor e incredulidad. Todo parece esfumarse.

Y mis pies automáticamente me hacen llegar a ella.

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En unos momentos subo el siguiente. :'v