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☀26. ¿Sin remedio?☀

Rodrigo


La tarde esta esplendida. Lo digo por los colores del crepúsculo y por las personas que van irradiando alegría por mas frío que haga, no lo digo por mí, que estoy devastado.

Solo eramos un par de amigos que pretendían divertirse con algo de sexo... y yo terminé por desviarme del plan original.

Los días que pasan van queriendo matarme poco a poco, ha llegado diciembre y las personas se preparan para las celebraciones navideñas; rostros alegres, llenos de esperanzas... menos yo... Bueno, no seré el único que se siente desdichado en el mundo, pero así parece.

Jaclyn pidió unos fines de semana libre. Gladys me lo contó al día siguiente después de la discusión que tuve con ella. No quiso dar explicaciones, Gladys se mostró confusa al saber que yo no tenia idea de nada.

Miriam no ha querido decirme nada, Cliny no contesta mis llamadas, me atreví a llegar a su casa donde el señor Williams pretendió ahogarme con sus propias manos y luego de la intersección de Renata y Gabriel me informaron que ella se mudó temporalmente. No dijeron mas nada. Su madre solo dijo que era preferible permanecer lejos.

Es como si la tierra la hubiera tragado.

¿Que ocurrió?

Los sucesos recientes están tratando de convencerme que ella no siente nada por mí. Pero por otro lado los hechos más anteriores se atreven a decir que ella es la indicada. Pero ya no sé mas en que guiarme.

Mis padres han estado un tanto preocupados por mi nueva actitud. Papá que ya se cree consiente en ir y venir usando las muletas, ha llegado muchas veces a pasar tiempo conmigo; no sabe nada sobre lo que pasó con Cliny pero lo supone y sin embargo no me ha atorado de preguntas o sermones.

He tenido cierta culpa al no hacerle saber lo que había pasado entre Amaranta y yo, sólo reaccioné de la peor manera. Y en parte fue el miedo por todo, por sentirme incapaz de ser correspondido.

—Lo siento, no puedo dejar de ver tu cara de mártir, me afecta tanto —dice Raquel viéndome desde lejos. Ella también ha estado mas presente últimamente a pesar de no ser tan apegada a mi.

—Es el único rostro que tengo disponible —respondo sin ganas.

Si volviera un poco atrás en el tiempo estaría pensando que es ridículo sentirse mal por una decepción amorosa, pero es algo tan diferente vivirlo que pensarlo.

—No, Rodrigo, vamos, tienes que seguir adelante con o sin ella —aconseja mi hermana sentándose a mi lado—. No te dejes vencer.

—Te confieso que estoy perdido, no hallo que hacer.

—Lo primero es dejar de torturarte con esas ideas que no aportan nada mas que depresión. —Acaricia mi rostro con sus manos—. Y distraete volviendo a hacer lo que te apasiona, no has vuelto a preparar esos postres que son tan deliciosos, por decir un ejemplo.

—No puedo dejar de pensarla, incluso cuando veo la cocina porque recuerdo que Jaclyn ama comer variedad de calorías y yo precisamente le cumplía sus deseos.

—Eres peor que yo cuando tenia quince años y me ponía triste cuando veía a mis amores platónicos con sus novias —dice fastidiada mientras se levanta.

—No creí que algún día me encontraría en este estado por una chica.

—¡Tengo una idea! —exclama Raquel aplaudiendo feliz—. Un poco de música te hará bien.

—No, vas a terminar poniendo esa canción cortavenas una y otra vez —reniego pensando en The Scientict de Codplay, lo peor es que ella le encanta esa canción y la repite cada vez que puede y quiere.

—No es cortavenas, es que no sabes apreciar su música. Además tienes que relajarte así que ve a cambiarte esa pijama y ponte algo deportivo.

—¿Para qué?

—Duh, tienes que correr un poco mientras escuchas música, te vas a despejar un poco.

—No quiero, dejame hacer bien mi papel de chico depresivo gracias a los desencantos del amor.

—Me importa un comino, saldremos igualmente sin importar como vayas vestido —dice de todas maneras.

Como se que Raquel es terca y va a fastidiar hasta que tenga lo que quiera, me levanto y salgo con ella hacia el parque del frente del edificio. No hay problema con mi ropa puesto que parece mas un atuendo deportivo que...  una pijama.

En el pasillo nos encontramos con cierta chica, es Lola. Nos ve desde una distancia prudente apoyada en la puerta de un apartamento. Raquel la saluda normalmente y proseguimos, aun así siento escalofríos al pasar cerca de ella. Quizás suene paranoico sin embargo tengo la sensación de que planea algo. Y cuando esa chica planea algo no siempre es algo bueno.

—¿Has hablado con Lola por casualidad? —pregunto  a Raquel al estar en el parque.

—Un poco, he estado más al pendiente tuyo que en mi vida social —responde tranquila.

Aun así el mal presentimiento no deja de hacer estragos.

—Ahora que estamos aquí pondremos en marcha mi plan —dice Raquel colocándome sus audífonos y conectándolos a su celular.

—¿No vas a correr? —inquiero al darme cuenta que ella viene vestida con su delicadeza de siempre.

—No, duh, te dije que tenías que correr para despejarte, yo no estoy en estado de depresión.

Dicho esto se asegura de guardar su celular que esta reproduciendo una lista de musica pop rock en uno de los bolsillos de mi suéter, inevitablemente pienso en Jaclyn y su forma de cantar ultradesafinada pero con tremendo sentimiento. Espero que el plan le resulte.

—¡Ahora ve y despejate de las malas vibras! —exclama dándome una nalgada.

—Esto es ridículo.

—Corre —ordena.

Mis pies se mueven de lugar al fin, llevo el ritmo tranquilo al concentrarme en los acordes de la musica rara de Raquel. Creo que va haciendo efecto ya que la brisa suave del atardecer acaricia mi rostro. Aunque no del todo, me gustaría compartir con Cliny estos momentos. ¡Que mal estoy!

—¡Oye, Rodri, tengo un incentivo para ti! —exclama Raquel desde la banca donde descansa luego de terminar tres vueltas por el parque.

Apenas volteo me doy cuenta que tiene un perro muy grande a su lado, ¿de dónde lo sacó? El canino se ve ansioso, no se de que raza es pero mi sentido se supervivencia grita que muerde y muy duro. No me da tiempo de reaccionar cuando ya lo ha soltado y comienza a seguirme.

¡Demonios!

—No, no, no, no... ¡no!

Corro como si la vida dependiera de ello, cosa que es cierto en realidad, la gente que camina por el lugar sólo se aparta. Escucho ladrar al perro como condenado y siento que pronto me tiene mas cerca.

Me va a matar y luego sacará todos mis órganos para jugar con ellos, luego entregará mi alma a Satán.

¡Soy tan joven para morir! ¡Ni siquiera he visto a Jaclyn desde aquella discusión! ¡Dios, apiadate de este pecador, no seas mala onda!

—¡Panchito solo quiere jugar contigo! —grita Raquel devanandose de la risa desde su tranquila posición.

¡Y de paso se llama Panchito este tremendo ser infernal!

—¡Detenlo! —suplico sin dejar de correr.

—¡No hasta que te liberes de todas esas malas vibras!

¡Joder!

Una piedra se le ocurre hacerme sancadilla y en unos segundos estoy tirado en el suelo. Grito cuando el peso de las patas del perro saltan a mi espalda. Panchito parece feliz, ladra y mueve la cola, eufórico, lame mi cara y salta como queriendo repetir todo.

¡Piedad!

—Eso fue por decir que mi método era ridículo —argumenta mi hermana acercándose.

—De acuerdo, yo doy en ridículo y ya liberé toda clase de malas vibras, aparta ahora a este tremendo dinosaurio.

Inútilmente cubrió en vano mi cabeza, el condenado Panchito encuentra formas para babearme.

—¡Te dije que se llama Panchito! ¿no es adorable? —Acaricia al perro—. Lo presté al chico de los helados, lo devolveré.

Ella da un aplauso y de inmediato el perro la sigue. ¡estoy vivo! ¡Dios, prometo portarme bien de ahora en adelante!

Me levanto claramente avergonzado, trato de no ver a los curiosos y con la poca dignidad que me queda voy a sentarme en una banca. Al menos estoy completo. Recupero aire después de unos minutos. Raquel regresa triunfante

—¿Ves? Soy buena como terapeuta —dice orgullosa— ¿como te sientes?

—Ligero.

—Algo es algo. Ven tienes que ducharte, pareces que regresas de una lucha libre en el lodo.

En cierta manera.

Volvemos al edificio llamando la atención de muchos. , observen, soy el hombre lodo. Raquel presiona el botón para solicitar el ascensor cuando una vocecilla nos habla.

—Hola Raquel y Rodri —Se me hace que Lola nos esta siguiendo pero no digo nada.

—¡Lolita linda! —exclama mi hermana— que casualidad encontrarte otra vez.

—Sí, estoy algo ocupada por lo que voy de un lado a otro.

—¿De verás? Espero que no te estreses tanto.

—No, de echo estoy preparando un gran proyecto que me encanta —responde y sus mirada se clava en mí.

Carraspeo y decido ver hacia otro lado, incómodo con sus ojos maliciosos.

—Rodrigo, ¿dónde esta Jaclyn? No la he visto por estos rumbos —dice tocando mi brazo.

—Por allí, disculpa pero creo que no te incumbe saber sobre ella —respondo rogando mentalmente al cielo la llegada del ascensor.

—Es mejor que no preguntes, Rodri esta pasando por un momento de transición para alejar las malas vibras —comenta Raquel.

—¿A si?

Las puertas se abren e ingreso rápidamente, mi hermana y Lola también entran y siguen platicando. Afortunadamente nadie hace una parada solicitando el ascensor por lo que llegamos en unos instantes al sexto piso. Aun así no consigo tranquilizarme con las fugaces miradas de Lola que quieren tragarme literal.

Pensé que ella se detendría en el cuarto piso, donde reside, pero no se inmuta para nada. Continua con nosotros y aunque se queda hablando con Raquel afuera de mi apartamento estoy suponiendo que su nuevo regreso no trae nada bueno.

❄❄❄

Un día mas en la librería. He tratado de reponerme y volver a ser un empleado ejemplar. Es mi deber de todas formas, la gente llega feliz a comprar libros, todos vienen felices por la pronta llegada de la navidad, nadie quiere ver a un tipo deprimido atendiéndoles. Cuesta fingir una amable sonrisa pero no es imposible.

Gladys incluso nos ha dado un gorrito navideño para que lo usemos en las horas del trabajo, las decoraciones para ambientar el lugar han servido para despejarme y mantener mi mente ocupada. Incluso los das negocios cerca del parque se han puesto en hacer un concurso de villancicos, esto ultimo ha sido un golpe a mis recuerdos, no estoy tan encantado con esa idea porque pienso en aquellas veces en que Cliny me platicó tanto sobre su favoritismo con esta fecha y su amor por los villancicos. Sí, estoy nostálgico a pesar de todo, a pesar de los intentos de animar mi espíritu.

Creo que esto ya no tiene remedio.

Por otro lado me estoy cuestionando si en realidad Jaclyn sólo pidió tiempo libre o si habrá renunciado. Aunque no lo tengo tan seguro porque no creo que haya dejado de trabajar por lo que pasó entre ambos. Y como nadie de su familia quiere decirme algo y no contesta mis mensajes o llamadas ni en las redes sociales, estoy con una gran duda.

❄❄❄

Me he levantado de buen humor. Raro pero cierto. Estoy tan de buen animo que estoy intentando preparar algo nuevo. Es un postre al que he llamado "Dragón dulce" y Raquel que se ha empeñado en visitarme más seguido tiene la dicha de probarlo, incluso otro hecho inusual es que he averiguado sobre el ingreso del próximo año para la academia de gastronomía. Vamos, no es que este olvidando a Jaclyn, simplemente he decidido a recordar los buenos momentos que pasé con ella y eso me ha motivado.

Lo del regreso a la academia es porque considero que si mi pasión es la gastronomía lo ejecutaré de buen gusto por mas presión que haya, tengo que tomar responsabilidades y sobretodo, ampliar mis horizontes. Me gusta el trabajo en la librería pero tengo la certeza que no es algo que quiero hacer durante todo el resto de mi vida. Quiero ser independiente, tener mi propio negocio y el mundo de la cocina, enfocándome precisamente en la repostería es mi meta.

Luego de la rutina de trabajo en la librería, selecciono un par de libros sobre repostería y los ando a mi cuenta de empleado para que sean cobrados. Quiero llenarme de mas conocimientos en cuanto antes. Luego después, Gladys nos reúne para darnos nuestro bono y regalos que ella misma preparó, me hago una nota mental para buscar algún regalo para ella.

—Me parece un sueño que estés de buen humor —comenta Felipe.

—Estoy intentando recuperarme —respondo natural.

—¿Vas a olvidar a Jaclyn?

—No es fácil, tampoco lo estoy considerando pero uno también se cansa de insistir.

Decir eso duele pero es necesario. Es necesario, me repito.

—Es bueno saber que no cederas ante la depresión.

—¿Tú como vas? —cambio de tema porque también me preocupa que él no haya resuelto sus problemas con Miriam.

—Terrible. No aparento estar tan mal como tú, pero es lo contrario, me siento tan perdido sin ella, no supe valorarla, la otra diferencia entre tú y yo es que no he insistido, no he insistido por mas que quiera porque soy tan cobarde —responde dolorosamente.

—Oye, tienes mayor oportunidad que yo, ve e intenta aclarar todo, apuesto a que Miriam aun te ama, y eso se nota desde lejos, no deja de mirarte con ilusión.

Y es cierto, no lo digo de por gusto, la rubia a veces la encuentro espiándolo, aunque no nos hable me doy cuenta lo mucho que extraña a Felipe. Ellos no son la pareja que suele ir por el mundo demostrando su cariño... bueno, a veces sí, pero es un total milagro que en ocasiones sean bastante apasionados.

—Lo intentaré, aunque me siento un poco raro, ya sabes, no soy el tipo que admite con facilidad sus errores, soy algo orgulloso, pero la quiero recuperar, la amo tanto —admite sorprendiéndome.

Así que se decide esperar a Miriam en las afueras de la librería, yo por mientras decido ir al centro comercial a comprar los regalos para mis seres queridos. Felipe tenia razón cuando me dijo que yo suelo buscar los regalos para ultima hora.

El calendario marca 23 de diciembre, si voy mañana los locales estarán atestados por completo y quiero esmerarme en preparar una cena decente pata la cantidad de familiares que llegarán a celebrar la navidad en el apartamento de mis padres.

Esto me lleva horas, no soy tan bueno eligiendo detalles pero como bien dicen que la intención es lo que cuenta. También me llevo un buen rato procurando en elegir los productos que usaré para cocinar. Cuando creo tener todo listo regreso al parqueo a buscar mi auto para marcharme y mi mente me avisa que tengo que hacer una compra mas. Otra vez hago un recorrido por el centro comercial buscando un local donde vendan productos de fiesta. A mi familia le gusta celebrar en grande y ama los disfraces y los carnavalitos a media noche. Otra vez regreso con las nuevas compras cuando me detengo en el escaparate de una joyería que muestra algunas de sus colecciones. Sonrió nostálgico al ver una delicada gargantilla con un dije de dragón.

Se parece al tatuaje de Jaclyn.

De un momento a otro ya estoy dentro del lugar y sin tanto rodeo compro la pequeña joya. Tal vez nunca se lo de a ella pero al menos eso me trae buenos recuerdos.

Y por agregar algo mas, hace semanas ya había comprado algo para dárselo en estas fechas. Pero como el destino y los problemas son unos malnacidos...

Toby, el portero del edificio me ayuda a subir algunas de las compras cuando llego, no imaginé gastar tanto para todo un ejercito familiar. Después al estar en mi apartamento me llevo el susto de mi vida cuando me sorprenden Miriam y Felipe sentados en el sofá.

Que rayos.

—¿Como lograron entrar?

—Tú mamá nos dio permiso para entrar —dice Felipe—. Tardabas mucho, mira que hora es, son caso las diez de la noche, no íbamos estar tan incómodos en el pasillo bajo las miradas raras de tus vecinos.

—De acuerdo, entonces... ¿ya se arreglaron?

—Por supuesto —contesta Miriam—. Cometimos un error al no comunicarnos como deberíamos, nos alejamos por algo que bien podríamos haber solucionado platicando; pero en fin, trabajaremos en ser mejor que antes.

Los dos suspiran con notable romanticismo mientras se miran a loa ojos y se susurran "te amo". Hago una mueca que me hace arrugar mi nariz, ¿me veré así de raro al pensar en Jaclyn? A lo mejor.

—En fin. Hay un tema muy importante para hablar —dice Felipe poniéndose serio.

—Disculpame por no hablarte en este tiempo, Rodri, pero es importante —secunda Miriam provocando escalofríos—. Cliny me pidió no decirlo, pero tienes el derecho de saberlo y dado a que me arreglé con Felipe y reflexione...

Duda antes de seguir, Felipe toma su mano y la apreta suavemente como en señal de reconfortarla. Me estoy poniendo nervioso por lo que decido sentarme en el sillón que tengo cerca.

—Le conté a Felipe y decidimos venir a informarte en cuanto antes —prosigue—. Ella teme demasiado y la comprendo porque seria... sería un caos.

—No entiendo, vayan al grano por favor, ¿sabes donde esta ella? ¿por que no me permitió explicarle algo en aquel día? ¿Que le pasó?

A decir verdad, Amaranta no se ha intentado comunicar conmigo. Quizás solo quería venir a provocar este embrollo con o sin intención.

—Te lo voy a contar todo.

—Adelante.

—Resulta ser que ese día —suspira pesadamente— ese día Cliny lloro tanto y se puso muy mal... los dolores en su vientre, sus ganas de vomitar. La llevé a su casa porque tenia miedo y no sabia que hacer. Sus padres se conmocionaron tanto... sobretodo Javier quien alistó la escopeta y dedujo que tú le habías hecho daño —rie sin ganas—. Cliny solo les dijo lo mal que se sentía indispuesta y la dejaron ir a dormir.

Se detiene y noto que sus ojos se cristalizan, Felipe la abraza. Voy a la cocina y le sirvo un vaso con agua. Ella me lo agradece en un murmullo intenglibe.

—Entonces... ¿que mas ocurrió? —inquiero preocupado.

—Pasó el resto de la tarde llorando pero me pidió no decirte nada. Cuando llamaste quise contártelo... pero también estaba molesta ¡ella quería decirte lo que sentía y te vio con esa tipa vomito de unicornio!

—Espera, espera... ¿que quería decirme Jaclyn?

—Bueno yo...

Estoy casi al borde de un colapso.

—Creo que tienes que decirle todo —doce Felipe a Miriam—. Tiene que saberlo.

—¿Que le ocurre a Jaclyn? ¿Esta bien de salud?

—No se como decirte.

—Resulta ser que hoy, cuando me reconcilie con Miriam, hablamos de ustedes, llegamos a saber ciertas cosas y queremos ayudarlos —Felipe  toma la palabra.

—Ya no entiendo nada, ¿esta o no esta bien Jaclyn? —mi pregunta es una súplica.

—Por el momento.

—No me dejen con la duda, por favor.

Me preocupa el estado de Cliny, cuando la vi en el centro comercial no se sentía tan bien que digamos, quiero que dejen el misterio y hablen de una buena vez. Aparte que en los últimos días en que la vi parecía diferente. No solo por sus actitudes, se miraba cansada, pálida y siempre me convencía en que solía desvelarse.

—Felipe me contó que sientes algo por Jaclyn pero no le quieres decir nada porque crees que eso afectó a su amistad con derecho y esas cosas... —suelta Miriam prácticamente aguantando la respiración— ¡Resulta ser que Cliny esta en la misma situación! ¡Ella esta enamorada de ti!

—Pero cuando te vio con Amaranta decidió que lo mejor era desilusionarse y alejarse de ti, pero ya que estaba mal de salud pidió permiso a Gladys para faltar unos días —continua Felipe sin dejarme reaccionar.

Bueno, creo que mi cara es un poema. ¿Por que he sido tan pendejo en no caer en cuenta con tantas señales? Ella es la indicada, Jaclyn también me quiere... pero sobre su estado de salud me preocupa. Si que eres ciego, Rodrigo.

—Tengo que ir a buscarla —murmuro poniéndome de pie.

—Aun no terminamos —intercede Miriam. Cierto, no se donde esta—. Ha ido a pasar unos días donde su tía y la he ido a visitar... Hace poco descubrimos algo muy importante e inesperado.

Estoy otra vez asustado.

—Esto último también te lo ha ocultado porque bien podrias pensar que ese asunto solo es para obligarte a hacerte cargo... Osea tomar compromisos —explica él.

—Dejen el misterio. Y ese es el motivo, yo tomaría cualquier compromiso con Cliny, la quiero tanto...

Llevo mis manos hacia mi cabeza en señal de desesperación.

La rubia busca algo en una pequeña cartera que trae, saca una objeto pequeño envuelto en una servilleta de tela.

—Hoy en la mañana fui a verla y quiso hacerse otra prueba, porque al parecer esos dolores en el vientre y sus vómitos son producto de ello, aunque para ser sincera no lo creo en absoluto y no porque Cliny sea mentirosa, si no que no le hayo tanta lógica, creí que era solo intolerancia a la lactosa pero las pruebas dicen lo contrario —dice mirando el objeto. ¿El qué?— Dio positivo, se lo robé en cuanto se distrajo porque quería comprobarlo en internet. Y bueno, tenia razón aunque seguimos teniendo dudas.

¿De que me esta hablando?

Al ver mi cara de duda, Felipe se levanta y camina hacia mi. Pone su mano en mi hombro y suspira.

—Rodrigo, al parecer vas a ser papá.

¿Qué?

Y Miriam extiende el pequeño objeto, lo tomo y lo desenvuelvo algo inseguro, es una prueba de embarazo. Sí, Jaclyn esta esperando un hijo... mio.

Son tantas noticias en unos minutos.

❄❄❄
Holi.

¿Opiniones? ¿sugerencias? ¿teorías de conspiración? :v

Pido disculpas por tardarme en actualizar, he tenido que hacer, pero esta semana retomo el ritmo de siempre.

Gracias por leer.

Besos y apretones de nalgas. :v

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