Jaclyn.

—Entonces... ¿Por que no me habías hablado de él? —pregunta mamá sobre Rodrigo.

Me muerdo los labios pensando en lo que debería decir.

Supongo que es porque no hay nada serio.

—¿¡Como que no hay nada serio!? —Se exalta papá.

Oh no, lo dije en voz alta.

—Hoy si, hoy si se ganó un escopetazo —amenaza mamá levantándose abruptamente del sofá.

—¡Esperen! Dejen que les explique —ruego.

—De acuerdo —contestan.

—Yo y Rodrigo... Emmm... hasta hace poco... Osea, nunca habíamos —¿Debería seguir mintiendo?— decidimos... ¿llegar a algo mas serio?

Mis papás parecen desconfiados aun así. Miro a los lados encontrándome con las miradas inquisitivas de mis hermanos, ellos se mantienen alejados pero escuchando todo.

—¿Quieres decir que hasta hace poco se han hecho novios? —pregunta mamá.

—¿Eh? Sí —miento otra vez.

Que descarada.

Me siento sucia.

—¿Ya te presentó a sus padres? —cuestiona papá.

—Por supuesto —asiento enérgicamente.

Otra mentira, si los conozco es de por pura casualidad.

—¿Y por que razón los encontramos en tu cuarto haciendo cosas que no deberían hacer? —inquiere nuevamente mamá.

Me encojo de mi lugar un poco apenada.

Mis padres insisten con sus miradas. ¿Y quien mas? Por supuesto de el enano y la rata. Ya que están a espaldas de mis padres, logran hacer sus muecas picarescas con bastante libertad.

—Es lo normal... cuando un hombre y una mujer se quieren... —comienzo a decir.

—Jaclyn —demanda mamá.

—Estoy contando hasta cien para tener paciencia y no correr hasta alcanzar a ese imbécil para exigirle una explicación —comenta papá.

—Sólo pasó, él no me obligó. Lo juro. No hubo nada del... zorro y el conejito.

Intentar convencerlos desde hace una hora aproximadamente es un verdadero reto. Es cierto, a veces meto la pata en los momentos en que no debería, pero también me siento cohibida con las reacciones de mis padres que tengo que disfrazar un poco la historia.

—Espero que al menos hayan usado protección —dice mamá.

—¡Sí! Sería estúpido haber olvidado ese detalle —exclamo insegura.

Al parecer olvidamos eso en esta ocasión.

Oh no.

—Es extraño saber que... que mi pequeña Jaclyn esta enamorada —confiesa papá al borde de las lágrimas— Pero me importará un comino torturar a ese chico si rompe tu corazón.

—No va a pasar —aseguro.

Es triste saber que quizás Rodrigo dijo todo aquello para evitarme problemas mayores, porque ¡demonios! si fuera tan fácil saber que los enamorados son correspondidos, el mundo seria tan diferente... creo. Me queda tan claro que las cosas entre Rodri y yo comenzaron por pura diversión sin compromisos y estoy haciendo todo al revés.

Voy a salir dañada pero sólo por mí.

—¿Me van a castigar?

—Solo quiero saber la razón por la cual no confiaste en nosotros —pide mamá notablemente dolida.

Eso me sorprende. No soy la peor hija del mundo, en otras partes muchos otros son peor que yo, sin embargo tengo que asumir mis errores y rebeldías, aunque ni idea de como tengo que explicar.

—Estamos esperando tu respuesta —habla papá.

—Si les hubiera contado mucho mas antes ¿habrían tenido esta reacción?

—Puede ser —responden ambos.

Mmmm, ay.

—Pero al menos eso demostraba que tenías la suficiente confianza para contar con nosotros y hacer bien las cosas —añade papá.

Que maldita me siento.

—Que esto no vuelva a suceder —advierte mamá— aunque nosotros también hemos errado al creer que como padres hacíamos todo bien.

En ese caso... Tampoco se que decir.

—¿Y el drama, el pleito y el caos? —reclama Reny.

—Reaccionaremos así cuando te atrevas a tener novio —bromea papá— Tendré lista la escopeta antes que Clara tome el control.

Mamá sonríe orgullosa. Esta bien,trabajaré duro para ser mas comunicativa con ellos.

—Jaclyn, te toca hacer la cena al menos por esta semana —sentencia mi querida madre.

¿Que hice yo para...? A sí, enfrentar consecuencias con madurez, sí.

❄❄❄

—¡Cuenta todo sin omitir detalles! —pide Miriam.

—Pero ya te conté todo por quinta vez.

—Aun falta mas, yo lo sé.

—¿Qué? ¿Quieres que te interprete hasta los gemidos?

—No seas tonta —ríe— ¿que pensabas mientras ocurría todo?

—Ya te lo dije —insisto—. Creo estar segura pero nunca se sabe.

—Yo opino que Rodri te quiere mas de lo que debería.

—Es que es tan incierto.

—Mira Cliny, si no quieres tener mas inseguridades, ve y dile lo que sientes, hablale de todo lo mucho que lo quieres.

—¿Y si él no quiere nada conmigo mas allá de un acostón?

—Entonces se pierde de lo mejor de ti —contesta.

Miriam, esta chica que siempre usa mal los tintes de cabello, ha insistido saber todo en cuanto la llame para que llegara a casa. Ni se dio la molestia de hacerme esperar tanto. Encerradas en mi habitación la conversación a girado en rumbo sobre lo sucedido con Rodrigo, no ha querido hablar tan siquiera de sus problemas con Felipe.

—Todo iba bien controlado —comento.

—Cliny, esa "amistad con derecho" desde un principio estaba sin control alguno, por mas reglas que establecieron nunca disimulaban, nunca son discretos, ¿como no iban a surgir tantos sentimientos? Tanto Rodrigo como tú se siguen buscando, pasan mucho tiempo juntos, a él también puede sucederle —explica Miriam.

—Pero siempre existe la posibilidad de que Rodrigo no se haya enamorado de mí —susurro.

—¿Te parece poco que haya tenido el valor de enfrentar a tus padres y no haber huido en un momento de distracción?

Sonrío al escucharla, es bastante esperanzador.

—Deja de inseguridades y ve ahora a hablar claramente con Rodri —determina la rubia.

—Pero estoy castigada.

—Solo harás la cena, eso no es castigo y te quedan solo tres días de esta semana.

—De acuerdo, saldré a buscarlo —digo convencida.

—Esa es mi chica, no te cohibas, sigue actuando tal y como eres.

—Deberías de escribir libros de autoayuda —bromeo.

—Soy un desastre con la ortografía, eso no me corresponde —ríe.

Bajamos juntas a la sala. Mis padres hablan en voz baja, casi en tonos molestos, quizás ha de ser por mi. Aunque tañ parece que se trata sobre el comprador de las pinturas de mamá.

—Esta bien, lo bueno es que al final terminó en una buena subasta —dice papá.

—Sí, pero debí suponer que él sería el creador de esto, una simple mujer que pinta por puro hobby no alcanzaría tal reconocimiento tan rápido  —argumenta mamá.

No se han dado cuenta de la presencia de Miriam y yo, están muy enfrascados en su charla.

—No tengo conocimientos profundos sobre el arte, mi carrera universitaria se basó en números y palabras nada que ver sobre esto —ennumera mamá—. Ni tengo idea sobre quienes son los artistas mas reconocidos del país, ¿como es que tan rápido pude llegar a estar subastando esos lienzos? Debí preguntarmelo mas antes.

—Clara, cariño, si bien es cierto que fue extraño y que el principal comprador fuera él, al menos sientete feliz porque nuevamente podemos dar lo que se merecen a los chicos.

Carraspeo llamando la atención de mus padres, entonces me miran y tratan de fingir que nada ha ocurrido.

—¿Quien era el comprador interesado en tus pinturas? —inquiero al instante.

—Adivina... —dice mamá.

—Lo siento, soy mala con las adivinanzas y con suponer cosas.

—Nada mas y nada menos que Fernando —resopla.

Wow.

—¿Tu verdadero... papá? —me pregunta Miriam.

—Más bien, el hombre que solo me sembró en el vientre de mamá —contesto.

—Jaclyn, por mi no hay problema en que lo llames papá, estas en tu derecho.

—Javier, pero tu le has dado ese cariño que Fernando le negó —interviene mi progenitora.

—Sí, pero Jaclyn lleva su sangre...

—Ya hablamos de esto, es a ti a quien considero como mi verdadero papá, estoy segura que Fernando no sabe mi fecha de cumpleaños —digo.

—Apuesto a que sí, tenia el conocimiento de las pinturas de Clara, organizó una subasta y resulta ser que también era el principal comprador —bufa molesto.

—No lo creo, lo he visto y es un borracho que pasa tocando la guitarra.

—Tiene muchos negocios aunque no lo creas —explica mamá— Y sus padres de igual forma, al morir, toda esa fortuna pasó a sus manos.

—Con razón vive en el edificio donde vive Rodrigo —analizo.

—Pero, ¿por que razón este hombre ha hecho acto de presencia hasta hace poco? —pregunta Miriam.

—¡Porque finalmente conoció a Jaclyn, aunque fuese solo por casualidad y quiere crear lazos de confianza! —exclama papá.

—Ni siquiera me ha buscado, no me va a ganar solo por organizar una subasta —arremeto.

—Ni siquiera tienes confianza con nosotros, es en vano que suceda con Fernando —Se lamenta mamá.

En cierta manera...

Es la verdad, duele porque no soy tan comunicativa con ellos.

—Aunque también tenemos culpa por no hablar tanto contigo —dice papá.

—Oigan, ¿puedo salir con Miriam? —carraspeo y mientras nos ojos se pasean por toda la sala espero mi respuesta.

—Claro, pero no llegues tarde —contesta mamá.

—No hagan locuras —advierte papá.

Miriam me mira con cara de "te lo dije, no hay problema". Solo espero que todo tenga un feliz resultado. Nos despedimos y salimos apresuradas.

—Pero deberíamos ir a la librería, no creo que Rodrigo este en su apartamento —.Detengo a Miriam.

—Buen punto, faltan pocos minutos para el almuerzo, tendremos que llegar a tiempo —dice Miriam consultando la hora en su celular.

—Deberia mandarle un mensaje.

—No sera necesario si nos apresuramos mejor —. Toma ni mano llevándome a todo vuelo, literal.

Correr no es lo mio, pero tampoco quiero permitir quedarme con la duda en el aire.

Llegamos sofocadas a la librería, el ambiente esta calmado y solo significa una cosa: los compañeros se han repartido en dos grupos para el almuerzo. Las probabilidades de que Rodrigo siga en la librería son de un cincuenta-cincuenta.

Entro decidida y pregunto a una compañera por él.

—Acaba de salir, estará en el parque —contesta—. Esta con una chica.

¿Una chica?

—Gracias —digo y salgo al instante.

—Esta con alguien en el parque —anuncio a mi amiga.

—De acuerdo, vamos.

—Podría interrumpir.

—No lo creo —contesta— De todas formas tienes que hablar seriamente con él.

—Iré —asiento— ¿Puedes esperar aquí? —señalo una banca.

—Sí, pero dejame arreglarte un poco —dice salvando su mano y pasándola por mi cabello, a pesar que reniego no me suelta hasta considerarme que voy decente.

Muy bien. Ahí vamos.

Las parejas caminan tomadas e la mano, niños corren por todos lados, ancianos leen y otros contemplan el lugar... no veo a Rodrigo. Quizás ha ido a algún comedor o mi compañera me engañó.

Sigo caminando hasta llegar al lugar mas apartado del parque, suspiro casi molesta, voy a regresar pero el murmullo de unas voces me detienen, allí esta Rodrigo sentado junto a la chica unicornio.

¡Vaya! Debí suponerlo.

Ellos estan platicando y riendo de vez en cuando, Amaranta presta atención con cada palabra que sale de la boca de Rodrigo. Él se ve entre azorado y feliz. Una extraña combinación pero muy linda.

Me siento tan segura en este momento con solo recordar como Rodrigo actuó frente a mis padres.

Comienzo a caminar de nuevo, no quiero ser grosera en interrumpir su plática, sin embargo estoy muy ansiosa por hablar con Rodrigo por decirle todo, todito que siento. Pero me detengo nuevamente.

Ella se ha inclinado un poco a él acariciando su rostro, Rodrigo sigue hablando sin sorprenderse tanto por la reacción de Amaranta. Que extraño. No me da buena espina.

Ahora ella es quien habla. Sigue en esa posición, risueña y encantadora. Rodri solo deja que pase.

No hace absolutamente nada más que escuchar.

Mi vista se nubla un poco y parpadeo para evitar que mis ojos comiencen a destilar las lágrimas. Quiero acercarme mas pero me quedo en mi sitio, petrificada.

Rodrigo sonríe nervioso bajando la vista, la chica unicornio ríe y vuelva a su posición original. Uff, que alivio, pensé que...

Oh, no, dulces y calorías del universo.

Ella lo mira fijamente y se inclina con determinación para... besarlo.

Amaranta ha besado a Rodri. Y no es un beso en la mejilla. Es un beso aprisionador en los labios. Y Rodrigo no hace nada.

Mis esperanzas están muertas.

Quiero ir y gritarles hasta el cansancio, exclamar todas aquellas malcriadezas que solo Renata suele decir, ¡maldición! No lo puedo hacer porque de igual forma reclamaría a alguien que no siente lo mismo por mi.

Doy media vuelta y corro por donde venía, empujo a todo el que se interpone en mi camino, solo busco a Miriam por la banca donde nos encontrábamos.

Al verme correr notablemente afectada, se levanta y me recibe.

—Cliny, ¿que te dijo?

—No me quiere, no me quiere —lloro en su hombro.

—Lo lamento tanto —se disculpa comenzando a llorar también.

—Lo vi con la chica unicornio —cuento— ella lo besó y no hizo nada.

—¿Qué?

—Tarde o temprano sabia que eso ocurriría, ellos aun se quieren.

—No, no puede ser —dice Miriam tomando mi rostro en sus manos— Cliny, esto no puede estar sucediendo.

—Esta pasando,  he sido una tonta, me ilusioné con un imposible. No llores Miriam, por favor.

—Te animé a que hablarás con él.

—Querias ayudarme, he abierto los ojos. Tengo tanta mala suerte que cuando  cupido me vio no se le pudo ocurrir mejor idea que flecharme... de la persona menos indicada —me quejo.

—No tienes mala suerte, él no sabe valorar lo maravillosa que eres.

—Amaranta también es una gran chica.

—No te compares.

—Es inevitable —. Toso un poco.

También es inevitable el dolor en mi vientre. No, otra vez.

Tengo que ser fuerte.

—Vamos a otro lugar —sugiero.

Y voy a dejar esto atrás.

llegamos a un comedor, sentadas en una mesa, me doy el lujo se llorar a mares, soy solo una pobre ilusa llorando por las consecuencias de mis necedades.