Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

☀23. Te pasa algo.☀


Jaclyn.

Felipe esta portándose muy raro —Se queja Miriam por décima vez.

—Rodrigo también esta distante —digo para que no se sienta mal.

—¡Pero ustedes solo cogen!

—Somos amigos.

—Amigos que cogen mas que los habitantes de Sodoma y Gomorra —chilla— No hay punto de comparación conmigo y Felipe.

—Ya esta bien —abrazo a mi rubia mal teñida— Pero a veces eres cortante con él.

—Es que a veces me da miedo creer que de verdad me ame.

—Mira chica, los hombres no solemos ser tan expresivos, pero sí él te quiere tanto, hará todo por ti —dice Andrés.

Hemos estado todo el día en el centro comercial, Miriam tuvo la idea porque decía sentirse dolida por las indiferencias de Felipe y cosas así. Pero de igual forma sigue quejándose y solo toca que brindarle consuelo. Reny y Andrés se nos unieron por no quedarse aburridos en el vecindario.

—A veces me confunde —susurra apoyando sus codos en la mesa.

—¿No te has fijado que también estés fallando en algo?

—No, yo no he encontrado un defecto en mí.

—Ahí esta el problema —apunto—. Solo estas viendo los errores de él.

—Maldita sea.

Renata como esta durmiendo apenas se acomodó en la mesa, no se ha percatado de lo que ocurre, así que no me preocupo, podría estar ofendiendo a Miriam.

—Hey, Mir, vamos a divertirnos, olvidate por un momento de tu problema, ya lo solucionaras, es más, puedes pedir lo que quieras, yo pagaré —Intenta animarla Andrés.

—No es necesario que pagues todo, pero gracias —dice Miriam.

—Supongo que deberíamos comer algo, tengo hambre —digo solamente para cambiar de tema y que Miriam no piense en su problema con Felipe.

—¡Sí, comida! —exclama Reny, despertándose de golpe, aun no se como es que duerme y despierta al momento.

Andrés se ofrece a comprar todo y pregunta lo que queremos comer, Miriam y Renata  piden hamburguesas, dulces y bebidas carbonatadas. En cambio yo...

—Sólo quiero un frozen, de fresa  esta bien.

—¿Quién eres y que hiciste con mi hermana? —pregunta Renata.

—¿Acaso hay algún problema en que no quiera comer mucho?

—No,  no, no , claro que no, solo que no te has alimentado tan bien estos días.

—¿Como es eso? —se exalta Miriam— Estas delgada, no pienses en volverte escuálida.

—Si es por el dinero ni te preocupes, yo pago todo —dice Andrés.

—Solo quiero un frozen — insisto— No se me antoja nada mas.

—Esta bien — dicen todos.

No tengo hambre, aunque he estado evitando comer mucho pero es simple precaución, mi salud no parece ir tan bien últimamente.

Después que Andrés trae nuestros pedidos, comienza a contar sus chistes malos, aun así es gracioso escucharlo, aunque mi cabeza no comprende como es que su novia pudo enamorarse de él. Sin embargo no puedo juzgar, porque también estoy en la misma situación, nada mas y nada menos que con otra persona, ese es Rodrigo.

Creo que me esta gustando mas de lo que debería.

Y eso es realmente malo. No es bueno que este alojando sentimientos mas profundos por alguien con quien sólo tengo sexo de vez en cuando, agregando que establecimos reglas para mantener el control. Y yo estoy mandando todo al carajo.

Pero tampoco puedo negar la sutileza que siento en todo mi cuerpo al pensar en Rodri

—Huuu, Cliny mira quien esta allá —señala con su mentón  mi rubia loca.

Y hablando del rey de Roma.

—¡Rodri! —Me levantó de un salto y corro a sus brazos.

Ñee, aqui de nuevo hago caso omiso a cualquier regla.

Al abrazarme y darme un beso entre mi cuello y mi cabello, siento cono si las fiestas de fin de año estuviera encerrado en mi cuerpo.

—Que casualidad encontrarte.

—Es porque vivimos en una ciudad pequeña —río.

—Lo sé, pero no sueles venir tan seguido al centro comercial.

—Tu tampoco —digo tomando sus manos—. Vine porque Miriam insistió.

—Genial.

—¿Con quien llegaste? —pregunto.

—Con Felipe y mi hermana —señala hacia una mesa donde efectivamente una chica de cabello castaño parecida a Rodri nos ve boquiabierta y el buen Felipe saluda con una sonrisa.

Una tercera persona esta allí acompañándolos, cabe mencionar que es preciosa, viste a la moda y su cabello cae en cascadas de colores. Como no olvidar a Amaranta, a pesar de que es una chica bastante simpática no dejo de sentirme mal, hay un buen porcentaje que entre ella y Rodrigo puede resurgir su pasado amoroso.

—Y también con la chica unicornio —.No puedo dejar de sentirme desanimada.

—Ella acaba de unirse —dice.

No lo sé, igual mis dudas comienzan de nuevo a hacer destrozos en mi cabeza.

Es que ver a Amaranta tan linda, sexi sin ser vulgar, digna para ser amada por todos me provoca una especie de inseguridad, Rodrigo fue su novio, ellos se querían a pesar de ser muy jóvenes, estoy en mi derecho de pensar que aquellos sentimientos pueden volver.

¡Ay! Me estoy odiando ahorita mismo por pensar en ese par.

—Ah, que bueno —digo bajando de inmediato la mirada para que no vea en las lágrimas que están a punto de salir  —. Espero que la estés pasando bien.

—¿Pasa algo? —me pregunta.

Si supieras.

—No, no, para nada. Estoy perfecta, tranquila, bastante bien —Levanto otra vez mi cabeza tratando de lucir digna, pero evito su mirada.

—¿Estas segura?

—¡Claro!

—¿Quieres ir a algún lado? —sugiere.

¡Por supuesto! Pero no, no porque armaré otro lío muy grande en mi cabeza solo por esa atención que me prestas.

—¿Eh, yo? —Obvio, ¿quien mas?— Pfff, no, lo siento... ¡Que tonta! Tengo que llegar luego a casa, no quiero preparar la cena —río  pero se nota mi nerviosismo.

Sus manos me sostienen fuerte en cuando quiero soltarme.

—¿Que tienes, Jaclyn? —Siento que sus ojos intentan examinar mi alma.

—Nada, solo digo que te diviertas con Felipe... tu hermana y Amaranta.

¡Qué tu y la chica unicornio tengan mil hijos juntos! Agh.

—Jaclyn —insiste.

—No pasa nada —.Intento convencerlo besando su mejilla—. Tengo que irme.

Me suelto y corro hacia la mesa donde esta mi grupo, ellos estaban atentos y de que notan mi cambio de animo.

—Vamonos —mi intento de orden parece una suplica.

—¿Qué pasó entre ustedes? —inquiere Miriam

—Después les cuento —susurro levantando mi frozen.

—¡No me muevo de aquí! —exclama Reny.

—Puedo ir a repartirle unas cuantas patadas si te hizo daño —dice Andrés.

—¡Vamonos! —exclamo entre dientes.

Evito ver hacia atrás, no quiero verlo. No quiero. Allí esta Amaranta, que le de todo el cariño que quiera.

Andrés es el primero en levantarse, comienzo a caminar sin saber si Miriam y Renata me siguen. Pero pronto oigo sus pasos y preguntas.

—¿Que te dijo Rodrigo? —pregunta Reny.

Solo sigo caminando, ya con todo el río de lágrimas.

—Will, estoy hablando en serio con lo de brindarle unas patadas a Rodrigo —dice Andrés poniéndose en frente de mi.

—Yo soy quien necesita esas patadas.

—¿Por qué? —inquiere Renata— ¿Que tan grave fue?

Antes de contestar un dolor muy feo siento en el vientre, últimamente se ha vuelto mas constante y no es nada sutil pasar incluso media hora quejandome. Aunque esta vez viene acompañado de algo mas.

Aguanta un momentico.

Comienzo a correr buscando el baño más cercano, mi vasito con aquel delicioso frozen cae rodando tranquilamente por allá, las punzadas en el vientre van aumentando y esto más precisamente son náuseas que están dispuestas a debilitarme. Al llegar, el baño esta tan solicitado que las mujeres hacen cola esperando su turno, obviamente no puedo contener mis ganas de vomitar y entro empujando a una chica que va saliendo de un cubículo. Las mujeres reniegan al instante pero se callan al escuchar mis arcadas.

Es horrible
Y el baño apesta.

—¿Jaclyn, que te sucede? —pregunta Miriam , siento sus manos tomar mi pelo lo para no ensuciarlo con el vómito.

—Creo que decidí venir a dormir un rato al baño  —digo en cuanto cesan las malditas arcadas.

—Lo sé, fue estúpido preguntarlo, pero me preocupas.

Otra vez me rompo a llorar Esta vez porque me conmueven las palabras de Miriam.

—Me asustas, estoy sacando conclusiones y pienso que deberías visitar un medico —sugiere ayudandome a levantarme, caigo en cuenta que no cerré la puerta del cubículo y las señoras que hacen fila me miran compasivas.

—Ojala que solo sea una indigestión —susurra Miriam ,

—Ajá.

Me acerco al lavabo para enjugar mi boca y limpiar mi desastre en la cara. Las mujeres susurran entre ellas y el murmullo aumenta en cuanto alguien no muy bienvenido parece entrar.

—Jaclyn, ¿que tienes? —Es Rodrigo.

—¿Como es que te enteraste? —pregunto asombrada.

—Renata llegó corriendo a avisarme —explica—. Por favor, no puedo evitar preocuparme, tienes que ir a un doctor, tengo que llevarte

Algunas mujeres suspiran y se escuchan unos "awww" acompañados de mas suspiros. Metiches.

—No es necesario, ya pasó.

—No, tienes que estar bien y no permitiré que sea lo que tengas se agrave mas.

Mi mente también esta diciendo "aww".

—No, solo fue indigestión —digo rápidamente.

—Puede ser, pero tienes que estar bien. Y tienes que explicarme porque te molestaste de repente hace un rato.

¿Pues que crees? Me molesta tu chica unicornio.

—No hay nada que explicar  —digo molesta—. Yo tengo que ir a casa.

—Esta bien, pero te llevaré.

—¡No! No tienes idea de cual es mi casa.

—Pero si tengo tu dirección, no es tan difícil. —.Al instante me levanta cargándome en sus brazos, por mas que le ordeno que me baje no me hace caso y las presentes no hacen mas que seguir diciendo que es una escena linda.

No es lindo, bueno sí, pero no en este momento en que me siento enojada.

—¡Bajame!

Rodri sonríe y sale del baño conmigo, Miriam va detrás y mi hermana junto a Andrés no salen de su asombro. Escondo mi cara en el cuello de Rodri al ver que estamos llamando la atención de la gente.

—¿Cuando me vas a bajar?

—Ahora —dice después sentándome con cuidado en una superficie algo metálica. Parpadeo al ver el cambio, estamos en el parqueo y me ha sentado en el capote de su auto.

—¿Por que estamos aqui? —.Me cruzo de brazos

—Aquí podremos hablar tranquilamente —asegura inclinándose a mi.

Ay, esta tan cerquita.

—¿Que quieres hablar?

—Quiero saber porque cambiaste tu animo tan de repente, mira, sí te incomode o el idiota de Felipe o mi desquiciada hermana te hicieron sentir cohibida, solo dime y yo lo solucionare. Aparte que cuando llegó Renata a avisarme que estabas vomitando en el baño —toma aire para continuar— me preocupé mucho, no quiero que te pase algo terrible. Creeme que no olvido que vienes de una familia en donde la salud no es precisamente la mejor. Jaclyn, confía en mi.

—Estoy bien —miento calmandome— Y ni tu desquiciada hermana ni Felipe me miraron mal o algo por el estilo es solo que...

—¿Es sólo que?

—¿No deberías estar con Amaranta? —pregunto volviendo a mi enojo inicial.

—¿A que viene esa pregunta? —cuestiona.

—A lo que he visto. Ella te ha de estar esperando.

—¿Qué? —Rodrigo sonríe — Amaranta apenas llego unos segundos antes de que te saludara.

—¡No te creo! —exclamo cada vez mas furiosa.

—Jaclyn, ¿estas celosa? —pregunta Rodri ampliando su sonrisa.

—No, ¿por que tendría que estarlo? —miro hacia otra dirección — Se supone que solo somos amigos, no existen los celos  entre nosotros.

¡Alto! ¿Por que dije eso? Me siento una maldita.

—De acuerdo —dice apartándose.

—Rodri —digo arrepentida, es de las pocas veces en que quiero volver al pasado para arreglarlo.

—No insistire, me queda claro —bufa.

—Rodrigo —.Lo tomo de las manos pero las aparta.

¡No, por favor!

Bueno, también tengo mi orgullo y aunque en estos momentos  este haciendo una  idiotez me pongo de pie y camino buscando la salida. Tal como lo dijo, Rodrigo no insiste. Se siente feito. Mas que las patadas o un jalón de cabello, muchísimo más.

Busco mi celular y marco a Renata, al encontrarme de nuevo con los tres ni uno ni otro decimos algo, solo regresamos a nuestros respectivos hogares en silencio.

Me encierro en mi habitación y solo bajo a la hora de la cena para evitar el regaño de mamá por no alimentarme. Mi animo decaído no pasa desapercibido y aunque me atoran con preguntas me las ingenio para convencerlos de que estoy bien.

Antes de regresar a mi habitación  me llevo un medio galón de helado a escondidas. Oh , damas y caballeros, si voy a sentirme desgraciada lo haré bien, y añadiré musica corta venas en la lista de reproducción de mi celular.

Y aqui me he quedado desvelandome clavando una cuchara en el helado de chicle, escuchando la musica mas triste que tengo a bajo volumen, llorando cada diez minutos en silencio y pensando en Rodrigo.

Me deje exaltar demasiado, no reaccione a tiempo cuando él me aseguro que Miss unicornio apenas llegaba. Ay, si seré tonta.

Unos golpecitos en ni ventana me traen a la realidad, pongo pausa a la musica para prestar mas atención. Sí, parece que son piedritas las que están lanzando, dejo el helado en la mesita de noche y me levanto para ir a comprobar.

Al asomarme a la ventana y darme cuenta de quien esta abajo, provoca mi corazón acelerarse, Rodrigo saluda con su mano tímidamente, entonces actúo lo que mis instintos dicen y ese es nada mas y nada menos que correr las cortinas y asomarme al espejo para limpiar el helado de mi rostro, procurar no estar tan despeinada y no parecer que he estado llorando.

Al asomarme de nuevo, Rodrigo ya esta arriba, sonriendo ampliamente.

—Pensé que iba a costarme subir en la primera —dice viendo hacia abajo.

—¿Como lograste dar con la casa correcta? —pregunto ayudándolo a entrar a mi habitación.

—Al parecer eres la única que usa cortinas con colores fluorecentes—Se encoje de hombros.

Bah, que fácil se lo dejé.

—¿Te vieron en las otras casas dónde fuiste?

—No, por fortuna.

Nos quedamos en silencio por unos segundos, de pronto nos abrazamos y la lluvia de disculpas llega.

—Disculpame.

—No, disculpame tú.

—De acuerdo —decimos al mismo tiempo y reímos.

—No debí tratarté mal —digo.

—No te disculpes mas, pero perdoname por actuar de una forma en que termino haciéndote sentir triste.

Sonrió abrazándolo mas fuerte.

—Conclusión: somos un par muy idiotas —comento—. Ahora cambiemos de tema y dejemos olvidados nuestros errores —nos separamos.

Él mira con atención mi cuarto, sonríe al ver algunos portarretratos con fotos donde aparezco con alguien. Se detiene a contemplar una donde estoy con mi abuela que en paz descanse, ella misma firmó y escribió mi nombre con una caligrafía muy bonita.

—¿Por que te llamas Jaclyn?

—Fue idea de mi abuela. Me iba a llamar Jaqueline, pero al dar mi nombre en el registro, ella se mordió la lengua.

—¿Es en serio?

—Por supuesto, le pareció el nombre mas original del mundo que no hizo la corrección. Aunque después se decepciono un poco al darse cuenta que existían mas mujeres con ese nombre que aparentemente  ella invento.

—Hizo muy bien tu abuela llamarte así, no todos los días te encuentras a una chica con tu nombre  que este medio loca y pase llenando de alegría  cada instante de tu vida —dice pellizcando mi nariz.

—Tampoco todos los días se encuentra a un chico con bellos ojos que te hace sentir importante y que provoque un caos en todo el sistema nervioso.

—¿A si? Pensé que habían muchos de ellos sobre poblando el mundo. —bromea.

—Pues tristemente hombres así están en  peligro de extinción.

Se recuesta en mi cama invitándome a acomodarme a su lado sonrío y lo hago, apoyando mi cabeza en su pecho, escuchar los latidos de su corazón me relajan.

—¿Sabes Jaclyn? Eres una una muchachita muy peculiar.

—Eso dicen, pero hay chicas mas peculiares que yo.

—Pues no veo que alguien se iguale a ti —susurra.

Lo miro, acaricio su rostro pasando por sus cejas, sus mejillas y sus labios,  nos besamos sin prisa alguna, sus manos acarician mi espalda pero sin otras intenciones. Aun así logra estremecerme y sentir un estrujon en mi estomago. Un poco dudosa llevo mi mano a su cabello y la otra a su hombro.

Noto que esta vez es distinto, no sólo por la falta de arrebato sino que estamos acariciandonos sin pretender mas.

—¿Te quedaras aquí? —pregunto esperanzada.

—Solo si tu quieres.

—¡Por supuesto! —.¡Ay, que emoción!

Nos acomodamos mejor, al rato hablamos sobre cualquier cosa, a veces reímos pero procurando no hacer tanto ruido, hasta que el fin cerramos nuestros ojos dominados por el sueño.

❄❄❄

El sonido de unos tacones llendo de un lado a otro me despiertan, pestañeo y veo los brazos de Rodrigo rodeándole aún. Él duerme tranquilamente, parece que sonríe entre sus sueños. Me levanto evitando despertarlo y me asomo a abrir la puerta de hito en hito.

—¡Jaclyn! ¿que haces despierta tan temprano? —dice mamá llevando una de sus pinturas hacia el piso de abajo.

—Escuche ruido, ¿a donde llevas eso? —respondo.

—¡Perfecto! —exclama desde abajo.

Al parecer no me escuchó.

—¿Quieres que te ayude ? —alzo la voz un poco.

Otra vez en repiqueteo de los tacones vienen en aumento.

—Estoy bien —dice mamá deteniéndose para abrazarme — Hay un coleccionista interesado en comprar   algunas pinturas. Javier me acompaña, Reny y Gab acaban de irse a estudiar. Te quedas encargada.

No me da tiempo para decirle algo, me da un beso en la frente baja presurosa. casi al momento se escucha el sonido  del motor de un auto encendiéndose del cual supongo que sera del vecino quien les hizo el favor.

Casa sola, maratón de películas de barbie. Entro de nuevo a mi habitación y salto feliz a mi cama despertando a Rodrigo que se despierta asustado.

—¡Tengo la casa sola!

—¿Eh?

—Es genial!  —exclamo saltando en el colchón.

—Bueno esta bien —rie.

—¿Quieres desayunar? ¿Te vas a quedar? ¿Iras a la librería? ¿Has visto alguna película de Barbie? —lo llevo corriendo a ka cocina llenándolo de preguntas pero estoy tan feliz que ni lo dejo responder.

—Jaclyn ya no se que pregunta responderte —Aun así ríe.

—Lo siento. Es la emoción —me disculpó sin dejar de saltar.

—Me quedo todo el tiempo que quieras —dice logrando apresarme en sus brazos.

Ay, que lindo se siente.

—Cocinemos juntos —propongo sin pensarlo. Creó estar demasiado feliz para decir semejante locura.

—Por mi es perfecto.

Rodri es de esas personas que se familiariza casi al instante con una cocina, por lo que preparar un manjar para los dos es dos es bastante agradable. Yo ayudo a hacer cualquier cosa que no implique estar cerca de los fogones pero el momento es divertido y ameno que olvido mi fobia.

Entre juegos, conversaciones sin serias o sin sentido, las horas pasan sin aburrirnos un segundo. Me siento como una niña que espera con ansias la medianoche en la navidad:  completamente ilusionada. La forma en como Rodrigo me mira, sonríe y habla conmigo es tan atenta que me hace dudar sobre si esto que comenzó como una amistad se este convirtiendo en algo mas, o bien mi mente este engañándome.

—Ven, nos tenemos que bañar —lo tomo de la mano después de una guerra con crema Chantillí y nos dirigimos a la ducha.

Ya que no hay nadie no me preocupo en cerrar la puerta, nos quitamos los zapatos sintiendo la frescura de los azulejos en nuestros pies.

—Espera —.Me detiene Rodrigo cuando me voy a quitar la blusa.

—¿Ocurre algo? —pregunto confundida.

No me responde, sólo se acerca mirándome fijo, procede a besarme con la delicadeza en que lo había hecho durante la noche. Admito que siento derretirme. Se separa y sus manos levantan mi blusa con sumo cuidado, no protesto, levanto mis brazos para que la ropa salga fácilmente. Él jadea al ver mi cuerpo, no llevo sostén y mis senos están lo bastante despiertos por las reacciones recientes.

Mis manos no quieren quedarse quietas por lo que exploran su abdomen por debajo de su camisa de la cual me deshago en unos instantes. Mi pijama y su pantalón también son removidos, así como el resto de la ropa interior entretanto los besos cobran mas fuerza.

—Rodri —digo jadeando y creo que mis ojos se ponen bizcos con sus toques.

—Dime... —.Pone atención a cada uno de mis pechos con besos y pequeñas mordidas, impidiendo articular algo mas que gemidos.

Una de mis manos tantea la llave, al sentirla la giro y entonces el agua comienza a caer, nos hace sobresaltar un poco debido a que esta helada.

—Sigue —le pido.

—Mi loca preciosa —susurra Rodrigo a mi oído para seguir una linea de besos entre mi cuello, clavículas y labios.

No dejo de abrazarlo también acariciando su espalda y su abdomen. Después el jabón hace su entrada, ahí es donde las risas y algunas cosquillas nos acompañan, haciendo revolverme en estómago de buena forma.

—¿Así que soy tu loca? —pregunto tentativamente.

—Por supuesto —responde— La loca que me hace feliz.

Automáticamente un terremoto de máxima escala se instala en mi cuerpo, ¿como no voy a sentirme dichosa por lo que me ha contestado?

Otra vez comienzan mis dudas existenciales. ¿Por que complico todo? Bien pudiera decirle que ya lo quiero mas como se supone que debería sin embargo no tengo la menor idea sobre lo que Rodri siente por mi. Puede ser que siga viéndome como su amiga con derecho y nada más. En conclusión soy yo la que esta rompiendo todas esas reglas.

Pero puedo disfrutar su compañía actuando como si nada arriesgándome a salir  porque Rodri tarde o temprano se puede fijar en otra persona.

El agua se lleva el jabón así como mis pensamiento  un poco fuera de lugar.

Rodrigo Me levanta las piernas para rodear su cintura, pego un gritito seguido de una risilla  porque fue espontáneo.

—¿No peso?

—Para nada —ríe besando la puntita de mi nariz.

Camina conmigo en sus brazos hacia mi habitación... que esta prácticamente enfrente. Con esa habilidad cuidadosa me deposita en mi cama, devorandome a besos. Mis gemidos no son nada discretos, pronuncio su nombre en un hilillo de voz, porque siendo sincera, quiero reprimir las ganas de gritarle un "te amo".
No lo digas.

No lo digas.

Están teniendo sexo nada más, deja de pensar que te esta haciendo el amor.

No pienses en romanticismo.

Rodrigo, quiero... quiero —lo detengo.

—¿Cliny?

—Quiero ser tuya... Completamente tuya —digo, tímida.

¿Tímida?

No soy tímida en estos aspectos, ¿qué haces, Rodri?

Como si esas hubieran sido las palabras mágicas, besa, lame, mordisquea cada parte de mí por todo mi cuerpo, eriza cada uno de mis vellos, se detiene a entregar su atención entre mis piernas, mi vientre y de nuevo en mis pechos; mis manos se hacen puños con las sábanas, delirando de placer.

Pero en realidad, esto va mas allá del simple deseo. Lo sé muy bien.

Cuando regresa a mis labios nuestras caderas se alinean al compás de cada movimiento, siento como Rodrigo busca introducir su miembro en mi interior. Retengo el aire en cuanto lo siento mas adentro. Ambos suspiramos en cuanto a entrado por completo.

—Jaclyn, mi Cliny, mi loca hermosa —susurra antes de continuar con las suaves pero deliciosas embestidas—. Eres única, contigo parezco estar en alguna dimensión del paraíso.

Sonrío con sus palabras, ¿como es que no puedo evitar sentirme tan amada si me habla de ese modo? Me deja en un tremendo dilema.

¿Que tanto me quieres?

Antes de ponerme sentimental pienso de nuevo sobre mis dudas de hace momentos, lo mejor es disfrutar este momento en que al menos nos pertenecemos el uno al otro, al menos es donde puedo fantasear un poco al imaginar que soy correspondida. Creo que yo soy la tonta por quererlo tanto, soy la que he construido castillos de ilusiones, Rodri me quiere pero solo como su amiga.

¡Ahg! Deja de inseguridades y disfruta.

—Rodrigo... Mis ojos de lobo —.Mis dedos acarician su espalda.

—Tengo que decirte algo —.Su rostro parece preocupado.

—Yo también.

—Dilo primero.

—No, no, quiero escucharte a ti —pido, incorporándome un poco para besarlo.

—Esta bien, pero primero disculpame por ser un imbécil —dice.

—Pero no lo eres, ni una pizca. Entonces también perdoname por ser una tonta.

—Pero... no eres tonta, eres una chica inteligente que a veces comete errores... pero siempre los supera.

Otra vez estoy al borde de querer gritarle ese "te amo", pero quiero escucharlo, debo oír lo que quiere decirme.

Rodri cierra sus ojos, suspira pesadamente, los vuelve a abrir dejandome ver mi reflejo entre el gris profundo que hace resaltar las chispita verdes de sus ojos. Luego apoya su frente con la mía. Intuyo que se encuentra asustado y necesita fuerza mental para su confesión.

Puede ser que quiera decir algo bueno. O quizás me dirá que se va a otro país... no lo sé.

—Jaclyn, siento que... —comienza a decir.

Nunca termina la frase.

Un grito ensordecedor nos saca de nuestro mundo. Nos quedamos de piedra al intuir quién es. Mi mundo se va desmoronando en cuanto volteo a la dirección de donde proviene.

—Mamá —pronuncio con dificultad.

Tanto Rodri y yo tardamos en reaccionar, mamá con los ojos muy abiertos no se atreve a moverse. Hasta que de pronto la voz de papá se escucha acercándose.

—¿Que pasa, Clara?

Los dos nos levantamos velozmente cubriéndonos con las sábanas. Las voces y pasos de mis hermanos también se escuchan llegar.

—¿¡Que esta pasando aqui!? —grita papá al ver la escena.

Y no esta nada contento.

¡Ay, san Willy Wonka!

¡Estamos fritos!

—Todo tiene una explicación —decimos Rodri y yo al mismo tiempo.

—¡Pues quiero escucharla ya!

Gabriel y Renata se asoman a ver, el primero palidece con ver la furia de papá en aumento y Reny murmura "joder" demasiadas veces.

❄❄❄

—¿¡Que intenciones tienes con mi hija!? —grita papá.

Todo es grito, no ha conseguido calmarse. Ahora sentados en el sofá, ya vestidos, escuchamos a papa con sus interminables preguntas que no dejan ser respondidas. Mamá llora sentada en un sillón, mis hermanos  mantienen la distancia apoyados en el marco de la puerta que da a la cocina. Tarde o temprano se iban a dar cuenta, ahora solo tengo que afrontar las consecuencias.

Al menos dejaron que nos vistieramos y aguardaron en la sala para el apocalipsis.

—¿Que le dijiste para que ella cediera? —reclama a Rodrigo— De seguro la convenciste con jugar al zorro y al conejito y le prometiste una zanahoria colgando en tus piernas.

—Papá... —murmuro.

—Silencio jovencita, ¿como pudiste caer en las redes de este degenerado?

Mamá al escuchar esto comienza a llorar mas fuerte.

—Él no es así...

—¡Eso dicen siempre y resulta lo contrario, mi niña! —exclama preocupado.

—No soy una niña —susurro.

—¡Siempre seras mi niña aunque tengas cincuenta años!

—¡No soy un degenerado! —interviene Rodrigo, inevitablemente suspiro— Usted no sabe todo lo que haría por ella, tengo todas las buenas intenciones con Cliny.

Ahora si siento que los ángeles llegan a cantar sus melodías.

Ay no...

Un momento.

¿En serio Rodrigo dijo eso?

Pero tan pronto dice eso, papá se abalanza a su cuello intentando asfixiarlo. Gritos inundan la sala. Instintivamente me pongo de pie

—¡Sueltalo por favor! —suplico jalando inútilmente de los brazos.

—¡Papi lo vas a matar! —interviene Renata.

—¡Y aun así te la llevas a la cama! —grita.... No, mejor dicho, ruge— ¿Como me explicas eso?

—¡Creame que estoy dispuesto a todo por Jaclyn! —Rodrigo intenta salir vivo y apartarse de papá sin responder con mas violencia— ¡Que se jodan todos, pero voy a estar con ella a como de lugar sin importar nada!

—¡Alejate de mi Cliny, bastardo!

—¡Usted no me va a prohibir! —.Rodrigo logra apartarse, se levanta y se pone a mi lado.

—¿¡Que dices, imbécil!?

Hasta mamá interrumpe sus lágrimas.

—No me va a prohibir estar con Jaclyn —dice pausadamente.

¿Esta discutiendo con papá solo para no hacer el problema mas grande?

O de verdad lo dice sinceramente.

—Sólo Jaclyn puede decir si quiere seguir esto —.Me mira y se enfoca en mis labios— Sólo tu tienes ese poder en mí.

¿Por que en estos momentos quiero abalanzarme en sus brazos?

Cedo a lo que mi cuerpo y corazón piden y abrazo a Rodrigo. Lo beso a pesar de que probablemente mis padres estén echando chispas. Entiendo y comprendo que estén molestos y que me estoy arriesgando a querer tanto a Rodri, sin embargo...

—¡Te alejas de Jaclyn o te vuelo los huevos! —exclama mamá.

Una especie de clic se escucha.

Lleva la escopeta en sus manos. Aunque no tengo idea si esta cargada.

—¡Mamá, por favor no! —suplico anteponiendome a Rodri.

—¡Dejame hablar con el chico!

—Lo estas amenazando.

—Esta bien no pasará nada —me calma Rodrigo y se pone adelante.

Tan pronto dice eso, mamá pone la punta del arma entre medio de las piernas de Rodri, los demás parece que nos falta el aire.

—¿En que momento encontraste la escopeta, Clara? —pregunta papá quien también esta asustado.

—La busqué antes que ellos bajaran a la sala —responde tranquilamente— Ahora escucha, jovencito del demonio —Se dirige a Rodrigo sin dejar de apuntarlo— Si le rompes el corazón a Jaclyn o la dejas embarazada... ¡Te juro que yo sí te vuelo los huevos si no te haces cargo!

—Puedo proponerle matrimonio a Jaclyn si desconfían de mi palabra.

Awww, espera... ¿¡Qué!?

—Eso ya es un buen avance —comenta papá.

—Joder, joder, joder —comienza de nuevo a repetir Renata.

—Estas reloco, amigo —susurra Gabriel.

—Ojala lo cumplas —dice mamá tranquilizandoce.

—Soy una persona de palabra —asegura Rodri.

Mis padres sonríen un poco, al menos ya me dejan respirar tranquila, Rodrigo me sonríe a pesar de que mamá aun no deja de apuntarlo.

—Una cosa mas —añade mamá— Tengo una charla pendiente contigo, jovencita. Tú, niño, vete ahora, pero no creas que estas salvado —.Aparta al fin la escopeta.

—Gracias mami —digo corriendo a abrazarla.

—No creas que ya estas estas perdonada —regaña pero me devuelve el abrazo.

—Prometo que la haré feliz —vuelve a hablar Rodrigo

—Ya vete antes de arrepentirnos de perdonarte la vida —dice papá.

Rodrigo asiente y extiende su mano para saludarlos, cada uno de mis padres duda un poco antes de entrelazarlas. Lo acompaño a la salida de mi casa, a decir verdad estoy echa un manojo de miles de pensamientos demasiado positivos. Creo que he vuelto a renacer.

—No quería que esto terminara así —cobfieso.

—No importa, solo espero que no te haya metido en un lio mas terrible de lo que parece —dice besando mi frente.

—Descuida, estaré bien —.Lo tranquilizo— A propósito ¿No venias en tu auto?

—No quería llamar mucho la atención, aunque de por si, termino en todo lo contrario.

Sonreímos.   No pregunto mas nada porque sé que mi familia esta espiando desde las ventanas y mamá aun quiere hablar conmigo.

¿Ahora puedo decir ya sobre sentirme segura por lo que siente Rodrigo por mí?

¿O aun no tengo una respuesta certera?



❄❄❄❄

Bueno, me tarde un poco pero ya esta el nuevo capítulo, espero que les guste.
😄😄

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro