☀15.Tía Kate.☀
Jaclyn.
No siempre vestí de colores, hubo un buen tiempo en el que el magistral negro prácticamente reinaba en mi guardarropa. Todo se debía nada mas y nada menos a que mi familia de parte de mamá se extinguía a una velocidad casi increíble. No era para más, muchos tíos, tías, primas y primos eran víctimas del cáncer, de todo tipo de cáncer a excepción de la tía Mercedes que murió atragantada por uvas, mi prima Berenice que se lanzó del quinto piso de un edificio en llamas y mis primos, los gemelos Jimmy y Azael que murieron en una carrera clandestina de autos.
Muchos funerales me dejaron traumada por muchas semanas, los cadáveres en realidad no son de mi gusto, ver esos cuerpos pálidos a llegar casi al morado me producen escalofríos y por eso evitaba acercarme a dar mi último adiós. Aparte, no me agradaba la idea de que los ataúdes fuesen tan pequeños hasta llegar a un nivel casi asfixiante, aun sigo con ese pensamiento.
Como ya dije, el negro era parte de mi vida, todo por guardar el respectivo luto a mis familiares queridos. En el instituto no me libraba tan fácil de una que otra burla, por supuesto que no me ponía a llorar, pero me fastidiaba que no respetaran el recuerdo de lo que fueron personas importantes para mi.
Todos los días, al abrir mi closet, me daba angustia ver tanto negro en diferentes tonos por decirlo así, los funerales eran tan seguido que producían depresión. No era para mas, cada familiar que padeció de cáncer no fue tratado a tiempo gracias a esa negligencia de su parte por creer que sanaría pronto.
Luego, ese asesino letal marcó a mi mamá.
A pesar que ella se dio cuenta de todos los síntomas a tiempo, los que quedábamos, nos asustamos tanto que yo me encontraba en una fase de desesperación que quería ayudarla, pero no sabía cómo, aunque de por sí, mamá pidió que no nos preocuparamos puesto que el cáncer de seno había estado tratándose a tiempo. Finalmente me gradúe con un promedio regular y por mi falta de entusiasmo a la universidad, me inscribí a una academia para poder aprender fotografía profesional, que aunque papá me había enseñado mucho por su cuenta, yo aspiraba a más.
Pero unos meses después papá perdió su trabajo como fotógrafo profesional de una revista de modas, a mamá la despidieron de su trabajo como secretaria de un tribunal. A pesar que el seguro de vida cubría muchos gastos, era obviamente necesario invertir mas de lo esperado. Se podría decir que al principio papá no se preocupó tanto el gasto, sino que mamá fuera progresando bien en el tratamiento. Pero poco después, mi tía Kate, la única familiar de papá que vivía felizmente soltera, comenzó a actuar extraño. Bueno, siempre se caracterizó por su rareza, pero todo indicaba a que no estaba bien.
Ella trabajaba en una floristería, su salario no era el mejor, pero así decía sentirse bien. Si, a ella le encargamos muchos arreglos para los funerales. Tía Kate, comenzó a tener episodios de depresión, paranoia, e incluso llegó a decir que escuchaba susurros a cualquier hora del día. Antes que papá pudiese llevarla con un profesional, ella atacó a un vecino solo por reclamarle sobre un encargo que había hecho a la floristería; también destrozó el auto del alcalde en pleno día, alegando que el rojo le quedaba feo. Una vez que fui a visitarla, me di con la sorpresa que estaba comiendo tierra, que decía hornear pavo para navidad (era una ardilla) y luego después se puso frenética.
Papá se hizo cargo de sus gastos porque el salario y el seguro bajo de mi tía ni siquiera le cubrían tanto gasto para su tratamiento y rehabilitación en el asilo mental. Mamá hacia tiempo para ir a visitarla, mis hermanos y yo, seguíamos estudiando pero las prioridades ya ni eran como antes: Gabriel fue inscrito a una escuela publica al igual que Renata.
En fin, todo empeoro cuando papá no encontraba un nuevo trabajo, intento dar su servicios como fotógrafo pero por alguna razón no le fue tan rentable. Un día, me llegaron a decir que el pago de las cuotas mensuales de la academia se habían atrasado. Con mis ahorros pague todos los meses atrasados pero ya no seguí, mi familia estaba en la quiebra prácticamente.
Solo Tío Ben vivía su vida de ensueño en las Bahamas, pero el muy tacaño había ignorado las llamadas desesperadas de papá para obtener ayuda. Por ese motivo, un día saqué toda esa ropa negra súper deprimente de mi closet y con ayuda de Miriam, (quien siempre estuvo allí para darnos su apoyo) vendimos la ropa por internet. Pero no me di cuenta que apenas me quede con algunas prendas.
El dinero recaudado de mis deprimentes pero finas ropas sirvió para los gastos alimenticios, aunque mis padres renegaron un poco por vender tan fina ropa, se sintieron aliviados por calmar momentáneamente ese problemilla.
Sin embargo, en el asilo, las cuotas también se atrasaron y por mas que se rogó a que tuvieran paciencia para pagar, mi tía Kate fue sacada de allí. No se sabia que hacer, jamas habíamos tenido un semejante problema familiar, entonces llegó un chico llamado Iván que llevaba tiempo pretendiendo a Renata, el estaba estudiando medicina, aparte que era vecino de mi tía, se ofreció para ayudar a cuidarla con tal que simplemente se le diera el dinero adecuado para las medicinas, es por ello que mamá mandaba a Reny para que le ayudara los fines de semana.
Y en ese tiempo conocí a Andrés, o mas bien hicimos amistad puesto a que eramos vecinos, su madre Ester, se acercaba mas a mamá y siempre le regalaba algo, cosas pequeñas y sencillas pero que ayudaban a la carga económica del momento, pues tengo que admitir que entre la familia el ahorrar no era una costumbre tan arraigada.
Pero lo primero que hizo ese tonto fue abrirme las piernas justo cuando me emborraché llorando por haberme quedado sin ropa. Sin embargo, lo disfruté tanto que volvimos a repetir aquello, una y otra vez, aunque claro, sin que estuviésemos tomados.
Mamá prácticamente estaba recuperada, las quimioterapias habían sido un éxito y a pesar de perder todo su cabello, lo que importaba era que no había perdido al ser que me dio la vida, aunque de por si mis hermanos y yo no somos los hijos perfectos ya que siempre estábamos en algún lío, escapando de vez en cuando, mintiendo, rezongando y revelándonos, obviamente hubiésemos muerto junto a ella.
Seis meses sin que mis padres tuvieran trabajo, nos manteníamos en un estado en donde hacíamos lo posible en ahorrar aunque costara. Miriam fue la que un día me llevo al centro comercial y me exigió a que escogiera ropa puesto que parecía retrato de llevar casi lo mismo. Comencé a escoger ropa al azar en una tienda barata para no hacer gastar a mi amiga pero no me di cuenta para nada de la talla y mucho menos me las probé solo evité el color negro.
Después me llevó a su casa, me dijo que tenia un regalo para mí: eran dos pares de zapatillas que para mi suerte eran de color y no negro depresión, pero Obama, el perro de mi amiga hizo la travesura de tomar un zapato de cada par y destruirlos en sus fauces. Así que me quede con una zapatilla rosa y la otra morada. Luego de unos ajustes a la ropa nueva y personalizar otra, me sentía diferente, me sentía tan yo.
Luego en una visita a la casa de mi tía Kate para cuidarla mientras Iván no estaba, ella halago mi vestuario en esos momentos de lucidez e incluso me regaló algunos de sus zapatos que no había usado puesto a que los compraba por capricho. Los seguí combinando a manera de siempre tener mi estilo.
Hasta que Miriam me consiguió trabajo, Andrés que a pesar de que follaramos prácticamente todos los días me ayudo con muchas otras cosas, no con dinero pero solía encontrar clientes que deseaban un fotógrafo para algún evento y papá o yo, a veces los dos, hacíamos el negocio, aunque claro, papá notaba un poco sospechoso el actuar de Andrés por su ayuda tan repentina. Ya lo dije, a papá le molesta que algún chico pretenda algo conmigo o con Reny. Pero lastimosamente el tontito de mi vecino se fue del país con su madre sin decirnos "adiós".
❄❄❄
La casa de mi tía Kate es pequeña sin tanto alboroto, pintada en beige por fuera y por dentro con un color lila. Hoy se le dio día libre a Iván por lo tanto, mamá, Renata y yo hemos aprovechado en ir a cuidarla.
Lo bueno de la tía Kate es que le encanta posar por largos ratos, cosa que a mamá le tiene encantada y aprovecha para poner en práctica sus conocimientos sobre pintura. Tía Kate tiene treinta años y es condenadamente hermosa, tiene un cutis suave, piel trigueña y cabello castaño y largo, curvas de envidia que aun se mantienen a pesar de los tratamientos. Su rostro angelical engaña a muchos, puesto que no creerían que tiene algún problema en su mente.
Cada ángulo que hace al posar, incluso sus muecas la hacen ver muy linda.
Mamá esta allí dando los últimos toques al lienzo donde el rostro de mi tía esta perfectamente plasmado.
—Debería vender cada retrato, haría un muy buen dinero —comenta mamá haciendo que mi tía sonría.
—Serias muy famosa, hasta Cleopatra compraría tus cuadros —dice ella con una voz tan dulce.
Yo estoy sentada frente a la ventana viendo una marcha de hormigas, pero no estoy tan quieta, de vez en cuando me rasco una parte de mi cuerpo, es por ello que mi progenitora ha desistido en querer hacer un retrato mio.
—Pero aun soy principiante, esto lo hago por hobby.
—Pintas mejor que el tipo que solo hace un punto azul en medio de un fondo rosa y dice que eso es arte —reclama mi tía, en estos momentos a estado teniendo una conversación que podría decirse que es normal.
—Tomaré en cuenta tu consejo —asiente mamá.
Se que Renata ha estado esculcando en el librero de mi tía buscando algo, siempre Iván suele dejar una carta entre medio de las paginas de algún libro, incluso en estos días en que han estado un poco distantes. Se supone que ahora son novios, pero Reny siente culpa por haberse besado con Damian en el cumpleaños de Miriam.
—Me aburro —murmuro apoyando mi cara al vidrio de la ventana, no es que odie venir donde mi tía, pero es que ella esta feliz posando para mamá que me siento excluida.
—Prepara algo de comer — dice mamá.
—¿Y si pongo algo de musica? —pregunto.
—Si pones música, que sea de One Direction —dice mi tía.
—Mejor cocinaré —me levanto de un salto.
Al llegar a la cocina, el nerviosismo llega a apoderarse de mí, no es que no sepa cocinar, pero aun no superó ese miedo. Lo ideal es hacer algo que no implique estar cerca de los fogones. Abro el refrigerador buscando mayonesa, tomates, lechuga y fruta. Cada cosa esta en su sitio gracias al cuidado de Iván, porque de seguro, mi tía guardaría allí todos sus zapatos.
Al cerrar me fijo en los imanes que adornan el refri, algunos sostienen dibujos hechos por mamá, una que otra nota para fechas próximas y también hay un papel pintado con acuarelas donde alguien a escrito lo que parecen ser reglas del hogar, leo cuidadosamente confirmando que así es. Son las tres reglas de mi tía Kate.
Emocionada, saco mi celular y tomo una foto a ese papel, esto me da una idea para crear las reglas que aun no establezco con Rodrigo.
Me apresuro a preparar unos intentos de sándwich, mientras con la fruta, hago también el intento de crear un coctel de frutas.
Pienso de nuevo en las reglas de mi tía:
«Regla de bronce: No usar nada de color rojo.
Regla de plata: Mantener limpio el baño, no sabes cuando un genio podría salir de allí.
Regla de oro: Tratar de recuperarse pronto, es feo vivir con los tornillos flojos »
A lo mejor fue el enfermero quien las escribió, pero de igual forma, esto me da una idea. De nuevo busco mi celular y mando la imagen a Rodri. No escribo nada puesto que escucho pasos, a lo mejor ya vienen a apurarme y a quejarse de hambre así que coloco todo en una bandeja para ir a servir.
—¡Cliny, Iván no me dejó nada entre los libros! —se queja Renata.
—Ash, eras tú —hago una mueca fingiendo fastidio.
—Te agrada mi presencia, no lo niegues, pero como te decía, el pendejo de Iván no me dejó ni un mísero pedo.
—Deja de quejarte, tu lo estas alejando y todo por tus peleas sin sentido y la culpa que te carcome —regaño.
—Vaya, hoy si pareces hermana mayor —se burla.
—Te dejó algo, quizás no has buscado bien.
—Tal vez —toma un sándwich y lo muerde comiendo sin ganas— o quizás en definitiva ya esta dejando de quererme.
—No vengas con tus dramas —salgo hacia la sala, donde ya mamá ha terminado y mi tía admira el lienzo.
—Hitler va a venir a merendar a las cinco —dice mi tía de pronto— escuché que el príncipe de Francia quiere casarse conmigo.
—Francia no tiene príncipes —acoto.
—Claro, esta el tipo ese que se llama Luis el que era esposo de María Antonieta.
—¿Quien es esa vieja? —pregunta Reny haciendo una mueca de desagrado.
—La que era esposa del príncipe Luis —responde ella comenzando a mover sus manos simulando que toca un piano, suele hacerlo muchas veces pero no se cual es la razón— pero como le cortaron la cabeza, él se quedó soltero y hará un concierto con Aladin.
—¿Que tiene que ver el concierto con la propuesta de matrimonio? —.Ahí siempre estoy yo, siguiendo la corriente.
—Me pedirá que me case con él en pleno show.
—¿Debería ser sorpresa?
—No. Bueno si, pero yo leo mentes.
—Es hora de tu medicina —dice mamá trayendo un vaso de agua junto a las pastillas que le corresponde.
Ella no responde, solo las toma son rechistar puesto que ya esta acostumbrada, acostumbrada en tan poco tiempo. No tengo idea de como inicio todo ese su rollo mental, han sido muy reservados para no decirme que cosa conllevó a mi tía para terminar así.
—Quiero ver televisión.
Reny obedece y como ya conoce el programa favorito de mi tía, sintoniza el canal donde suelen pasar hombres en bikini que admito, se ven taaan deliciosos. Al momento recibo un mensaje y tomo asiento, aún con la bandeja de sándwich.
"¿Qué es esto? ¿Son nuestras reglas? Porque a mi parecer yo siempre tengo mi baño muy limpio y a mi me gusta el rojo y ¿qué con los tornillos flojos?".
Es de Rodrigo, por poco me atraganto a causa de si confusión, me apresuro a aclarar todo:
"Son las reglas de mi tía, es para darnos una idea sin tanta complicación".
"Ufff, que bueno, porque me fascina el rojo e incluso iba a pedirte que usarás lencería de ese color en alguna ocasión". Su respuesta esta tentando a provocarme una sonora carcajada.
—Guarda ese celular— advierte mamá sin dejar de ver el programa y deleitándose (supongo) con lo que preparé.
"Pueda ser que te cumpla ese antojo". Escribo y me detengo a pensar unos segundos si enviarlo o no, pero lo hago.
"Espero que se haga realidad".
Guardo el celular para no tener problema con mamá e intento prestar atención a lo que ocurre por televisión, sin embargo quiero que las reglas entre Rodri y yo estén claras, obviamente es un rollo no muy complicado pero no quiero que la situación se nos valla de las manos.
Tía Kate esta poniendo mas atención a mis movimientos nerviosos que al modelo con tanga de colores bailando al ritmo de una bachata. La volteo a ver y me guiña un ojo.
—¿Estabas hablando con tu novio? —pregunta sonriendo.
Eso pone en alerta a mamá quien nos ve.
—No tengo novio —respondo, a veces dudo si mi tía solo finge su locura.
—¿Que novio? —cuestiona mamá.
—No hay novio. No hay, no existe —contesto mirando al suelo.
—¿Para cuando tendrás uno? A lo mejor tiene un primo que sea un pirata y así me lo presentes.
—Kate, no le metas esas ideas a Jaclyn.
—¿Quien crees que podría hacerle caso a Cliny?— pregunta mi hermana para intentar burlarse.
—Iván, el que es lechero por ejemplo —cita mi tía inocentemente. Le dice así al enfermero puesto a que llega solo de blanco... como los lecheros.
Renata comienza a molestarse, su mirada es asesina, veo como apreta sus puños tornando a casi blanco sus nudillos.
—No, no, Jaclyn jamas va a estar con él —comenta mamá.
—¿Por qué?
—Los dos no se soportan.
—Dicen que del odio al amor hay...
—Ivan no es para Cliny —dice Reny amargamente.
—No, ni en mil años —hablo al fin pero en realidad, ese chico me es indiferente.
—Entonces, ¿para cuando el novio? —Tia Kate hace unos ojitos de cachorro.
—Quizás nunca.
—Los nunca siempre llegan, eso lo veré pronto y te lo echaré en cara cuando presentes a la familia al que será tu novio.
—Pero aun no, me costaría entender que mi hija mayor se enamore —dice mamá.
Ahora la conversación toma un rumbo diferente. Renata disimuladamente me muestra su dedo corazón.
Salgo de la sala al jardín mientras mamá y mi tía conversan sobre las ventajas y desventajas de tener novio, aclarando que esta ultima hace mención de sirenas y dioses del Olimpo para tratar de tener razón con su opinión.
Lo primero que hago es llamar a Rodrigo.
—Sip, ¿entonces llevaras lencería de encaje rojo? —es lo que dice primero.
—Ya quisieras —bufo— mi tía cree que tengo novio.
—¿Tu tía? ¿La que salio del manicomio?
—Asilo mental, se escucha menos perturbador así —suspiro— y si. Ella lo cree.
—No me digas, ¿por qué lo cree?
—Porque se fijó que contestaba tus mensajes.
—¿Deberia preocuparme?
—No, para nada, pero también te quería recordar que pensaras que vamos a poner en nuestras reglas.
—Si, estoy pensando en ello. Google es una buena ayuda con este tema.
—De acuerdo.
❄❄❄
Renata y yo hemos estado peleando lo mas disimulado posible lejos de mamá y tía. Mi hermana aun le afecta que Iván este alejada de ella y de por si, los comentarios de mi tía ña han puesto furiosa.
Pero me he desecho de ello. Por el momento mamá quiso que le leyera un poco a Kate, puesto que se dedicaría a hacer un poco de limpieza con Reny, excusándose que la cada debería tener otra imagen.
Con el libro de "Oliver Twist" abierto y apoyado en mis piernas releo las ultimas páginas, mi tía acostada en su cama como una princesa, suspira, llora y a veces sonríe dependiendo con cada escena. Es el único libro con el cual hasta el momento no ha tenido ataques de histeria o ansiedad, simplemente se deja llevar sin perder la calma. Sin embargo, de vez en cuando me interrumpe con la misma pregunta "¿para cuando el novio?" cosa que ya me esta afectando.
—No hay nada por el momento —respondo cuando de vuelta hace la pregunta.
—Te vas a quedar soltera.
—Tengo mucha vida por delante, dejame disfrutar mi soltería —reprocho pero aun así río un poco.
—Al menos dime si has tenido sexo —dice risueña.
—¿No le contaras a mamá?
De inmediato se incorpora de la suavidad de la cama y lleva sus manos al corazón.
—Prometido y bien jurado.
—De acuerdo. Si, ya no soy virgen, pero eso no quiere decir que tenga novio.
Tarda un poco en comprender, pero cuando lo hace, sonríe como niña ilusionada.
—Amigos con... ¿derecho? Así se les llama ¿verdad? ¿O son solo de una noche?
—Lo primero —confirmo sintiéndome un poco cohibida.
—¡Que emoción! —exclama pero manteniendo la guardia.
—Si, solo somos buenos amigos.
—Disfrutan del placer mas prohibido del mundo
—¿Eh? ¿Por qué prohibido?
—Hay mucha controversia con ese tema, siempre desde que se inventó la rueda —suspira al decirlo.
—A veces pienso que no estas loca —me inclinó para abrazarla.
—No estoy loca, solo tengo tornillos flojos —explica.
—Te quiero tía.
—No vengas con cursilerías —ríe— pero también te quiero mucho, aunque a veces olvido tu nombre y me ponga furiosa cuando traes algo rojo, pero te quiero.
Me quedo un rato aferrada a ella, siento sus manos acariciar mi cabello y los latidos apacibles de su corazón.
—Pero no te enamores. Tu corazón puede dañarse si el amor no es correspondido e incluso tu mente puede resultar afectada —dice entrecortada.
—Tía, eso no pasará ni en mil años —bromeo un poco.
—Los nunca se llegan, recuerdalo. Pero si lo haces, ten cuidado, no quiero que te pase algo malo.
Me incorporo para contemplarla de frente, esta temblando y sus ojos están cristalizados.
—¿Te sucede algo? —pregunto.
—No lo sé, a lo mejor si.
Una parte muy, muy dentro de mi quiere saber cuál es la causa del estado de mi tía. Quiero averiguar a pesar del silencio del resto, porque no dolo es para aplacar mi curiosidad, también quiero ayudar.
❄❄❄
Hola, hola. ^.^ /
Aqui esta el nuevo capitulo, espero que les haya gustado. Gracias por votar y comentar, a ustedes también fantasmitas :v 👻👻
¿Opiniones? ¿sugerencias? ¿comentarios? ¿confesiones? :v Las leeré con mucho gusto. :3
Bye. Nos vemos en el siguiente capítulo. :3
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