Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

☀14.Estableciendo reglas☀

Rodrigo.

Del sofá pasamos a mi cama.

Recién son las seis de la mañana y nosotros no hemos dormido ni un segundo. Sep, estuvimos demasiado ocupados.

Con las sabanas cubriendo su cuerpo, Jaclyn respira profundo mirando al techo, sonríe como si hubiera tenido los mejores orgasmos de su vida. Pero aclaro, todo es tan cierto.

Yo la contemplo, satisfecho, demasiado satisfecho a decir verdad, no hay duda que ella merece un premio por su excelente talento.

—¿Qué piensas? —pregunta Jaclyn viéndome sonreír.

—En que eres la mejor amiga del mundo —contesto provocándole una carcajada.

—De nada, mejor amigo —dice apoyando su cabeza en mi pecho, mientras una de sus manos va recorriendo mi abdomen lentamente... hasta mi entrepierna, donde mi entusiasmado miembro reacciona a su tacto.

Diablos, quiero otra ronda ¿como es posible que aun no me siento cansado?

—Creo que ya es hora de irme —dice de pronto— anoche no tuve tiempo de hablar con Miriam.

Comienza a incorporarse pero la detengo.

—¿Y me dejaras con las ganas?

Cliny una vez mas hace relucir sus carcajadas, la tomo de su cintura para atraerla de nuevo, ella no se resiste, es más, esta provocandome de la manera en que sabe hacerlo y una vez mas me permito gozar de su cuerpo.

—Si que parecemos conejos —afirma cuando terminamos.

—Estoy de acuerdo, creo que tuvimos mucho periodo de abstinencia —admito.

—Eso parece —señala y luego añade después de un suspiro: — ¡Por todos los dulces del mundo, me siento como un venado recién nacido!

—Era de esperarse —río.

Y esta vez se levanta para cambiarse, hago lo mismo sintiendo nueva energía positiva, me siento renovado después de un buen tiempo.

—Miriam va a volverse loca cuando me vea llegar —comenta Jaclyn usando sus dedos como un improvisado peine.

—¿Quieres desayunar?— pregunto.

—Solo si tienes cupcakes.

—No, pero tengo algo mejor —  sonrió con picardía.

—¿Como qué?— pregunta acercándose peligrosamente.

Sin responderle, acaricio su barbilla y beso sus labios, disfrutando de esos momentos placenteros ocurridos no hace mucho. Si no fuera porque el celular de Jaclyn comienza a sonar una llamada entrante, juro que no la dejo ir.

Resignada contesta la llamada mientras vamos saliendo de mi habitación.

—Si, hola Mir... Por supuesto... ¿Qué va? La pasé bien... ¿Detalles? ¿Para qué?... Bien de acuerdo, llego dentro de unos minutos... Prepara té y desayuno completo... Esta bien le preguntaré...—las risas se hacen presente en ella al hablar hasta que cuelga.

—¿Tienes Vodka?— me pregunta pestañeando repetidamente.

—¿Para qué lo necesitas? —cuestiono caminando a la cocina.

Mi santuario.

—No lo sé, Miriam me dijo que te preguntara.

—¿No crees que es muy temprano para beber?

—Caramba es cierto, pero quizás lo usará para más tarde —responde pensativa.

Saco una botella (la mas grande por cierto) y se la entrego. Ella agradece con un beso.

Salimos del apartamento sin rastro de la esquizofrénica de Lola, todo esta tranquilo, la paz se siente presente a pesar que a esta hora muchos de mis vecinos salen a esta hora para trabajar, en mi caso, tengo suerte de que Gladys me haya dado dos días seguidos de descanso.

Todo va demasiado bien, ¿debería preocuparme?

—Este pasillo esta mas sólo que la casa de mi tía —dice Jaclyn.

—Supongo que ha de ser por la hora —presiono el botón del ascensor— pero mi lógica me dice que a esta hora muchos salen a trabajar.

—Quizás madrugaron aun más o tienen día libre.

Presiono otra vez el botón pero nada ocurre, de seguro lo estarán reparando; ni modo, usaremos las escaleras.

—Resistes las escaleras ¿verdad? —pregunto a Cliny.

—Eso espero.

Vamos bajando sin tanta prisa pues cada cinco o diez gradas nos detenemos para besarnos un rato, nada más, de esta manera es que a la media hora estamos en el primer piso donde claramente el murmullo de muchas voces se hace notar.

Intercambio miradas con Jaclyn y nos acercamos por pura curiosidad, los vecinos de mi piso están reunidos en frente del apartamento de mis padres.

—¿Qué pasa aquí? —demando.

Ellos abren paso hasta darme a entender que estan hablando con mamá y aunque ella trata fingir molestia cruzando sus brazos e inútilmente fruncir su ceño, lo que la delata es su sonrisa ladeada. Por mientras, Jaclyn observa desde cierta distancia.

—Los vecinos comentan que ayer hubo un problema con Lola —dice mamá de inmediato— ¿es cierto?

—Algo así —me siento intimidado por todas esas miradas— pero ya se resolvió.

—También dicen que escucharon ciertos ruidos peculiares en tu apartamento toda la noche.

Ay, diablos. Siento que un balde de agua frío me ha caído de golpe.

—¿Qué clase de ruido? —cuestiono.

—Gritos. Gritos de placer —toma la palabra una de mis vecinas que parece demasiado molesta.

—No nos dejaron dormir —se queja otro.

—Pensé en llamar a la policía por el incidente con esa niña loca y porque después escuchaba esos ruidos, pero claro, ahora lo confirmo todo, estuviste con esa otra chiquilla —señala un anciano.

—Sabemos que tu no sueles causar problemas, Rodriguito, pero nadie pudo dormir en paz —explica otra señora pero ella parece ser la mas tolerante del grupo.

—Existen los tapones para los oídos —dice Jaclyn, ahora todas las miradas van a ella.

—¡Es por eso que digo que esta generación esta pérdida, todos los jóvenes son unos pecadores muy fornicadores! —exclama la vecina molesta de quien siempre olvido su nombre.

Muchos de los presentes asienten.

—¿Como esta tan segura que eran gritos de placer los que escucho? —pregunta de nuevo Cliny, de alguna manera me siento orgulloso de ella.

Los vecinos se dirigen a la doña molesta, que parece no saber que responder.

—¡Mejor me voy! —dice al fin.

—¿Por qué se vinieron a quejar con mi mamá? —cuestiono— soy lo suficientemente mayor para hacer mi vida y si por alguna razón los incómodo, pues es mejor que lo hablen conmigo.

—Estimados vecinos —habla mamá— Por si no lo sabían, Rodrigo tiene veintidós años, así que, cualquier situación, sugerencia o comentario, diganselo a él y no a mi, por favor.

Ellos se miran unos a los otros y comienzan a retirarse, uno que otro hombre se acerca para darme una palmada en la espalda y regalarme una sonrisa.

—Campeón.

—No la dejes ir, chico.

—Le conseguiré tapones a mi esposa, ella fue la que se quejó.

—Vamos chico, enorgulleces a tus vecinos.

Comentarios mas raros. Las señoras solo pasan de largo aunque mas de alguna me sonríe... con picardía.

Apenas se retiran, mamá extiende sus brazos a mi y me da un gran abrazo.

—¡Por fin! Ya estaba pensando que comprarte ese paquete de condones había sido una mala inversión.

¿Qué?

—Mamá.

—Ven aquí Jaqueline, gracias por hacerle bajar los pantalones a este muchacho —sigue diciendo y atrae a Cliny.

—De nada, supongo —responde ella.

—Vengan, vamos adentro.

Nos jala sin darnos tiempo a decir algo, papá esta tranquilamente esperando en el sillón a que alguien diga algo, también esta alegre.

—Así que gracias a las quejas de los vecinos de tu piso es que logro conocer a Jaclyn ¿no es así? —dice él.

La cara de confusión de Cliny hace advertirme que he olvidado contarle un poco sobre lo que papá sabe de ella.

—Sencilla pero con una manera bastante creativa con su vestir —añade.

—Gracias —dice ella dudando.

—Si, mira amor, se ven tan lindos juntos —exclama mamá tomando nuestras manos... para unirlas.

—No somos novios —explica Cliny.

—Lo sé —dice papá.

—Pero se ven tan bien juntos —chilla mamá.

—Soy Alfonso —se presenta papá.

—Mucho gusto —dice ella acercándose a él para estrechar manos.

—Sientate, hablemos un rato.

—Mamá, no insistas entre Jaclyn y yo, por favor —le digo.

—¿Por que? Yo quiero verte casado, quiero nietos —ella hace un puchero.

—Aun  me falta por vivir y me has dicho que eres demasiado joven para ser abuela —río.

—Es cierto, pero quiero nietos y que estés bien casado.

—No mamá, ni una ni otra cosa —ahora me dirijo a Jaclyn que conversa con papá— ¿nos vamos?

—Eh... si, se me hace tarde —contesta.

Cliny se despide de mis padres, comportándose nerviosa y algo tímida.

—Hablaremos más tarde sobre mi vida —advierto a ellos que solo asienten sonriendo.

Al salir del edificio, Cliny se detiene y se gira.

—Estoy pensando en que tengamos reglas, algo se puede salir de control.

—¿Reglas para qué? Creí que ya estábamos claro en ello.

—Pero así tenemos mas control sobre esta situación, además, tus padres están haciendo planes para un matrimonio que jamas llegará.

—Lo siento ¿si? Pero mamá no esta convencida en que seamos sólo amigos.

—Es por eso —explica— Si vamos a tener sexo sin compromiso tenemos que estar claros en muchas cosas, y el resto de los demás tiene que hacerse la idea de que entre nosotros, las cosas no van a avanzar mas allá.

—Las reglas al final se rompen —explico.

—¡No, ni se nos ocurra! —exclama— vamos a establecer reglas y si por alguna razón uno de los dos incumplimos alguna, simple y sencillamente dejamos de hacer esto.

—Ya de acuerdo ¿qué pondremos en eso?

—Lo pensaré, luego te cuento para que lo discutamos —responde.

—Bien —me cruzo de brazos queriendo parecer serio.

—De acuerdo —ella me imita.

—Me parece.

—Perfecto.

—Dame un beso —dice extendiendo sus brazos para rodear mi cuello y yo abrazo su pequeña cintura.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro