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Memorias de un pasado lejano

Se despertó como cualquier otro día.

No le agradaba,tenía miedo y la angustia se podía observar en esos orbes grises azulados.
¿Pero quién era el para decidir? ¿Un dios? Claro que no, así que decidió salir para despejar su mente

Camino por los pasillos de aquella casa hasta llegar a la puerta e indeciso de salir o arrepentirse y quedarse dió un largo suspiro y avanzó hacia la acera. Saludo a sus vecinos y de vez en cuando a algún animal que se cruzaba en su camino.

Todo parecía estar bien, claro a excepción de algo.

El día al parecer estaba nublado, con probabilidades altas de llover.

Pero eso al parecer no importaría arruinar su día perfecto. Si llovía o no ya encontraría la solución para tal descuido suyo.

Caminó dos cuadras para llegar a una dulcería no muy llamativa, pero el olor a dulce podía distinguirse a una cuadra, así que se encaminó y compro bombones de café, eran sus favoritos así que no podían faltar. Lo dulce no era lo suyo, pero esto podía ser una excepción.

Cuando estaba por pagar un joven tropezó con él haciendo caer los dulces de ambos, soltó una maldición y miró al responsable de aquella acción. Para su sorpresa sus ojos eran verdes y cabello castaño.

-Fíjate por dónde vas.- murmuró algo anonado

-Discúlpame no vi por dónde iba

-Eso es algo de lo que no hay que dudar .-se levantó del piso y empezó a recoger los bombones abandonados.

-Dejame pagarlos en verdad. Estoy muy arrepentido.- igualmente se levantó y a excepción de su contrario fue por una escoba hasta el otro extremo del cuarto.-Me llamo Eren

-Bueno Eren, no es necesario que los pagues, yo mismo puedo.

-Si lo haces no estaré en paz conmigo mismo, por favor.- se levantó del suelo y sus ojos verdosos lo cautivaron por completo.

-Eres raro

Y entonces en ese momento comenzó llover.

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Pasados esos días se encontraban continuamente, así que decidieron establecer algo parecido a una amistad.

A lo lejos podría parecer que en cualquier momento podrían llegar a matarse, pero lo cierto era que no. Se llevaban demasiado bien que su compañía hacia olvidar la soledad de ambos.

-Entonces ... ¿Tienes planes para el futuro?.-esta vez fue el turno de hablar de Eren.

-Como toda persona normal, si.-hizo una breve pausa, se sintió nostálgico.- ¿Y tú?.

-Diablos... Creo que no soy una persona normal.

-Espera. Acabas de decir que estás por cumplir los dieciocho años ¿Y no tienes idea de que hacer?.- su voz en verdad parecía sorprendida.

El castaño alzó los hombros avergonzado, no era la primera persona que se lo decía.

-No me gusta seguir un sistema, pienso que lo improvisado sale mejor que una planeación compleja.-tomó de su malteada de chocolate y le extendió una bolsa a Levi.-Ábrelo.

-¿Y ahora me quieres envenenar?.- coloco una mano en su pecho con indignación fingida.- Pensé que éramos amigos.

Las risas no se hicieron esperar.

-No voy a envenenarte.

-Siempre hay una primera vez para todo.

Tomó la bolsa y en su interior encontró una caja llena de bombones de café y una tarjeta color azul.

-No debiste molestarte.

-Es mi regalo por tu cumpleaños.

-Sabes que odio mi cumpleaños.

-Siempre hay una primera vez para todo.- su voz llegar a de burla hizo a Levi sonreír.

-Gracias, nunca antes nadie me había regalado algo para mi cumpleaños.-bajo la mirada y estuvo a nada de llorar.

-¿Ni siquiera tus padres?

Hubo un silencio un tanto incómodo en aquella cafetería.

-No te obligaré a que me digas si no quieres.

-Quiero decirte, solamente que es algo... Difícil para mí.-suspiro para después continuar.- Mi madre murió siete años después de que yo naciera al igual que mi tío. Los tres sufrimos un accidente de carretera. Al parecer estaban discutiendo con mi supuesto "padre" por teléfono, al final lo único que recuerdo durante ese tiempo fue a mi madre atravesada en el vidrio del auto y mi tío aplastado por un árbol.Y todo esto fue en mi cumpleaños.

Su acompañante no sabía cómo manejar esta situación.

-Lo lamento, no tenía idea.

-No te preocupes, fue lindo que me dieras algo, además, no todo se puede tener en esta vida.- le dió un sorbo a su te negro y le extendió la bolsa.- Toma uno, me gustaría compartirlo contigo.

-Pero es tu regalo de cumpleaños.

-¿Y? No es como si te los fuera a dar todos, anda toma uno.

-Esta bien.

Los dulces pueden dejar un sabor amargo y a la vez necesitado una vez que se acaban.

Dos meses y al parecer Levi se veía cada vez más pálido con ojeras notables. No le quedaba mucho tiempo.

Una desesperación increíblemente alta comenzó a atacarlo, no quería pero así lo había decidido alguna deidad que lo odiaba.

Quizá esto era necesario, pero antes de volar y ser libre quería terminar con algunas cosas. Al final de cuentas ya no estaría en su casa, ni en su país. Ya no podría ver a Eren, su más reciente amigo.

Y eso le daba demasiado miedo. Ya no podría ver a su único amigo. Que vida tan injusta.

-¿Estás bien?.

-¿Porqué lo preguntas?.

-Te ves más palido de lo normal.

Se sentía nervioso.

-Tch Claro que estoy bien, solamente no eh dormido como es debido.

-Hum... Déjame adivinar, ¿Pesadillas?.

Levi hizo una mueca. Ojalá fuera eso.Pensó.

-Si.

-Ya veo, ¿Quieres ir por un helado?.

-¿Porqué no?.

¿Encerio haría esto? ¿Se aferraría a Eren? Joder, debería de dejar de ser tan egoísta y pensar en la felicidad de su amigo.

-Si no quieres estar conmigo lo entiendo Levi, pero por favor no me ignores.

-¿Eh? ¿Ah qué te refieres? Claro que me gusta estar contigo.

Más de lo que debería.

-Parece que estuvieras en otro mundo.

-Perdona, no eh estado prestando atención como debería.

-Se nota.

Hubo un silencio estremecedor. Las personas iban y venían en aquella tarde. Y Levi pensó que era lo más hermoso.

-Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad?

-Lo sé Eren... Lo sé. Algún día te lo diré.

-¡Entonces si te pasa algo!

El silencio reinó nuevamente.

-Eren... Yo.- Lágrimas comenzaron a brotar, si bien no fue su intención llorar, la desesperación fue mayor.

Eren abrazó a Levi y dejó que llorara todo lo que quisiera.

-No llores, mi querido amigo. Todo se puede solucionar.

-¿Todo?

-Todo, así que dime. ¿Qué tienes?

-Cancer.

Fue un balde de agua fría para el castaño. Justo ahora, sentía que su felicidad se iba al carajo. Se aferró al cuerpo del más pequeño e imitó la acción de llorar de su contrario.

-Te lo dije cariño, no todo se puede tener en esta vida.

-¿C-Cariño?

-Perdón, solía decirme así mi madre cuando era pequeño. ¿Te molesta?

-Para nada. Dilo de nuevo por favor.-se acercó más a él y sus ojos se conectaron.

-Cariño.

Y un beso sello aquella palabra que le revolvía las entrañas.

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Los meses pasaron entre risas, besos, abrazos y lágrimas.

Nadie se atrevía a mirar el futuro que se aproximaba. O quizás si, por eso dolía tanto.

Los últimos días de Levi no fueron muy preciados para Eren. Tenía demasiadas tareas pendientes que no pudo visitar a su >>en ese entonces<< novio.

Pasadas las 12:00 PM de un 4 de Diciembre le llegó una llamada inesperada que no pudo ser atendida, donde de haber contestado, hubiera podido alcanzar a despedirse adecuadamente.

Se culpo los siguiente cinco meses. Sin embargo, no fue motivo para que lo olvidara. Claro que le amaba, pero ahora tendría que aprender a estar sin él, no podía permitirse ser egoísta, no cuando Levi ahora descansaba de aquellos dolores que le provocaba su enfermedad.

Y ahora, después de mucho tiempo Eren aprendió que seguian amándose, aún cuando Levi no estaba en este plano terrenal.










RivailleAkkaman escrito dedicado por tu cumpleaños preciosa ❤️

¡Gracias por llegar hasta aquí!

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