Trato de concentrarme a trabajar frente al computador, pero últimamente mi vida ha estado llena de cambios.

Entre tanto caos, Aiden ha sido mi calma y mi refugio y eso me da más miedo.

Volteo la silla giratoria y quedó mirando toda la ciudad a través del ventanal que está tras de mí.

Tocan la puerta y es Alice.

—Alex hay una persona afuera que me pidió que lo dejara entrar, solo que no tiene cita contigo.

Permiso, Alex necesitamos hablar.

Cuando volteo es Izan, está como si llevara meses sin dormir y huele muchísimo a licor.

—Está bien Alice, yo me encargo.

Alice cierra la puerta y siento un nudo en la garganta al ver a Izan en ese estado.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó en voz alta.

—Alex perdoname, soy una basura, la peor persona que existe.

— Puedes hacerle un gran favor a la humanidad y desaparecer, todo lo dañas, Dryel no estaba en ninguna conferencia él lo sabía todo, esa noche que nos encontramos en el café intento decirmelo y aún así no lo hizo porque esperabas que tu lo hicieras.

—Solo paso y me arrepiento Alex, me arrepiento cada día de mi vida por perderte a ti y por perder a Dryel.

Izan se acerca para abrazarme y lo comienzo a golpear tan fuerte que rompí su nariz.

__¡No me toques! ¡No confío en ti! no me importa lo que hagas con tu vida, no te quiero cerca de mí, hasta hoy trabajas en mi empresa.

—Lo lamento Alex, lamento haberte lastimado.

—No actúes como si te importará, jamás te importará nuestra amistad, ¡Ahora largo! y no vuelvas a poner un pie en mi empresa porque te mandó a sacar con seguridad.

Los gritos y la discusión en mi oficina hacen que Alice abra la puerta y entré de inmediato.

—¿Alex está todo bien?

__Alice el señor tiene prohibido poner un pie en cualquiera de las instalaciones de la empresa.

Izan sale de la oficina y me quiebro a llorar, las manos me tiemblan y siento mi estomago revuelto.

—¿Quieres que cancele todas las reuniones de hoy?

—Si, no creo que así pueda atender a nadie. Alice estaré en la casa de mamá la mudanza y todas las cosas llegan hoy la dirección está en mi agenda.

Alice se sienta a mi lado mientra ve mis lágrimas caer.

—Debería odiarlo Alice, pero no puedo porque Izan y yo compartimos tantas cosas que jamás pensé que sería capaz de traicionarme, este punto no me importa Eros porque al final de cuentas nuestro matrimonio era más un negocio que amor.

—Dejalo salir Alex, llora lo que tengas que llorar yo perdí a mi mejor amiga, hace cinco años murió en un accidente de autos, un desgraciado venía tomado y no frenó a tiempo, el auto chocó de frente y ella murió al instante. Venía de visitar a sus padres que estaban felices, Dayane fue la primera de nuestra clase. Sé que no es lo mismo pero en las noches suelo llorar por ella. era muy hermosa.

—Siento que acabo de enterrar a mi mejor amigo, me iré temprano Alice, tienes la tarde libre.

—¿Quieres que te acompañe? — pregunta Alice dándome un abrazo.

—¡No! quiero estar sola, necesito estar sola.

Me levanté del mueble, sequé mis lágrimas y retoqué un poco mi maquillaje, tomé las llaves del auto y salí de la oficina.

Me coloco las gafas oscuras y salgo de la empresa como si no hubiera ocurrido nada.

Enciendo el auto y suena Enter Sandman de METALLICA.

El heavy metal me tranquiliza muchísimo.

Es tan liberador cuando vas en tu auto conduciendo y tienes tu concierto privado cantando a todo pulmón.

Me estaciono en el porche de la casa, había olvidado lo mucho que amaba este lugar, es tan grande y bonito, pero a la vez tan acogedor.

Mamá siempre tuvo buen gusto para la decoración, manteniendo el diseño familiar, elegante y sofisticado, tiene áreas verdes y su lugar especial, donde solía leer y pintar.

Entró a la casa y veo que ya la mudanza ha traído todas las cosas, revisó las cajas y veo sus fotos, su ropa, todas sus cosas que son mi mayor tesoro.

Subo a la habitación y me doy una ducha tomó lo primero que veo, mis pantalones rasgados, mi sudadera de la universidad que lleva el nombre de YALE en letras azules, me hago una cola en el cabello y comienzo a limpiar todo con calma.

Tocan la puerta, cuando abro es Aiden.

Lo primero que hago es brincarle encima para abrazarlo como una niña chiquita.

—Pensé que mi chica me necesitaba

Asiento con mi cabeza mientras sigo en sus brazos.

—Estoy aquí nena, Alice me contó todo.

—Gracias por venir, — Respondo mientras beso sus labios —, necesitaba verte. ¿Qué tal la academia?

—Quiero estar siempre que me necesites, mi niña preciosa, me fue muy bien, los entrenamientos son muy fuertes, pero me gusta.

Escucharlo hablar de sus cosas y notar en su mirada la ilusión de querer hacer las cosas bien me da mucha calma.

—Confío plenamente en ti que llegarás muy lejos.

—Espera traje algo para comer, ¿Tienes hambre?

—Muchísima, el fin de semana será que vaya de compras.

Aiden sale por un momento y entra con una enorme caja de pizza y una botella de vino y dos copas.

—No sé mucho de vinos, pedí lo mejor para mi chica, y me dieron esta botella.

Sonrió y beso su mejilla, — Es de los buenos.

Tomó una manta y salimos al jardín, la colocó sobre la grama y nos sentamos, Aiden abre sus piernas para yo sentarme en medio de ellas.

En este momento me siento feliz y en calma, estar en sus brazos me da calma.

—Debes estar acostumbrada a otro tipo de citas románticas.

—Es la mejor cita que he tenido, estoy en casa de mamá junto a un chico que me hace sentir feliz y no cambiaría esto por nada.

Aiden me abraza por la espalda y me da un beso en la mejilla, acariciando mis mejillas con su nariz.

Pasamos el rato conversando y riendo.

Eso hace que mi corazón palpite tan rápido, es tan amable y tierno.

Volteo y me coloco a horcajadas sobre Aiden, mientras él se apoya con sus manos.

Por un momento me toma por el mentón y lo acaricia, dándome pequeños besos alrededor de todo mi rostro.

—Eres tan hermosa

Me sonrojo y le doy un pequeño mordisco a su labio inferior, — ¿Con cuántas chicas has estado?

—¿Eso importa ahora?

—¿Te has enamorado?

— ¿Alex por qué tantas preguntas? solo se que no he sentido con ninguna esto que tu me haces sentir, esas ganas de cuidarte, de verte, de besarte. Mira como me pones con solo tenerte cerca.

Aiden toma mi mano y la coloca sobre su pantalón, puedo sentir que su miembro ya desperto.

Tomo sus manos y las meto debajo de mi sudadera, Aiden acaricia mis senos.

Lo beso lentamente mientras muevo mis caderas, le voy abriendo el botón de su pantalón, meto mi mano y acaricio su miembro, bajo hasta su entrepiernas, está tan duro, erecto, lo lamo con delicadeza mi lengua juega con la punta de su miembro, Aiden me toma por el cabello y siento como entrelaza sus dedos.

Me mira fijamente mientras muerde sus labios.

—¡No pares! he imaginado esto tantas veces Alex, —admite con toda la perversión.

Lo tengo entre mis manos, comencé a chupar y a lamer su pene suavemente, disfruto tanto hacerlo, disfruto tanto ver a Aiden retorcerse de excitación.

—¡Nena harás que me venga! — ¡Sigue Alex! ¡Sigue! ¡No pares!

No puedo parar de lamer y chupar su pene, disfruto tanto hacerlo, mi lengua sube y baja, sentir sus manos entrelazadas en mi cabello hace que los disfrute aún más.

Siento como Aiden acaba dentro de mi boca que terminó por tragarme su semen.

El se siente tan apenado que se tapa la cara.

—Nena lo siento.

—Me acabo de tragar a mis hijos, — Respondo para que no se sienta apenado.

Dios eso acaba de salir de mi boca.

Ahora soy yo la que está apenada.