✒️
A mi otra mitad:
Hola, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te hablé, que se siente extraño hacerlo de nuevo. Debes estar emocionada por saber algo de mí. La verdad es que he estado recordando muchos de los momentos que vivimos, por eso me he atrevido a escribir esto.
Estoy muy bien, por si te lo preguntas, o al menos lo estaba hasta que volviste a aparecer. ¿Cómo te atreves a mostrar la cara en una vida que ya no te necesita?
Te voy a suplicar que no dejes de leer esto. Es imperativo que sepas todo lo que hay aquí y entiendas bien lo que te voy a decir; porque sé que nos hemos acompañado desde hace mucho, que las cosas vividas entre tú y yo han sido tantas, que mereces al menos esta despedida.
Hoy estuve hablando con mi terapeuta y luego de analizarlo por un rato, llegamos a la conclusión de que lo mejor es dejarte ir; he llorado mares desde el momento en que tomé la difícil decisión, pero me doy cuenta de que, aun si es así, sigue siendo lo mejor para todos.
Debo decir que, contrario a lo que parece, aprecio infinitamente tu estadía en mi vida, porque no solo me impulsaste a salir adelante, sino que también me ayudaste a sobrevivir y eso jamás lo olvidaré. Nuestro tiempo juntas ha sido maravilloso por los años que tuvimos para conocernos y crear recuerdos, tomaste mi mano en aquellos pesados y eternos momentos en los que creía estar sola y abrazaste mis defectos cuando ni siquiera yo me amaba, me enseñaste a ser fuerte incluso si mis piernas temblaban de miedo y no podía ni pensar, pero... esto debe terminar aquí.
¿Por qué?, te preguntarás. Te lo diré, no por consideración hacia ti, sino porque yo necesito que entiendas por qué te quiero lejos. ¿Recuerdas aquella vez que me hiciste pelear con alguien a quien amaba más de lo que te amé a ti? Yo sí, fue por algo que me dijiste que no tenía sentido ni razón, pero como una tonta te escuché, creyendo que me protegías como hace unos años. Pues bien, te diré algo: ya no estoy en peligro, lo que se deriva en un "no te necesito".
Me enseñaste a sobrevivir y respirar cuando sentía que no había oxígeno, pero tu tiempo ha terminado y yo no quiero escuchar nada de lo que puedas pensar, porque de permitirte siquiera una mirada, un abrazo, una palabra, no querré soltarte nunca más. Me manipulaste, algunas veces por mi bien y otras por el tuyo, con tal de no salir de tu zona de confort. Me mantuviste presa de un miedo que no era mío, pero lo hacías parecer tan real, que así me lo hacías creer.
Puede que trates de convencerme diciendo que aún me amas, que sin ti no puedo sobrevivir, pero creeme, lo lograré. Aunque, atribuyéndome logros y situaciones, voy a aprovecharme de eso, como tú alguna vez te aprovechaste de mí, así que te pediré un favor: desaparece para siempre de mi vida, deja que me cuide sola y que la confianza tome tu lugar, abandona mi mente así como pretendías que yo abandonara a los demás para poder tenerme solo para ti.
Mi querida otra mitad, te odio más de lo que puedes siquiera imaginar, pero aún así, hay cosas que te debo agradecer. Mi vida pudo ser muy diferente de no haberte tenido en ella y sabrá el cielo en dónde estaríamos ahora si no te hubiera escuchado, pero todo eso tiene algo en común y es que está en el pasado. Porque no importa cuánto te lo agradezca, ahora ya no te necesito más. Nuestro tiempo siendo un solo ente ha terminado y, aunque estoy llorando, sé que es de felicidad por al fin reconocer todo el daño que me has hecho, incluso con tus escondidas y bien practicadas palabras, fingiendo que me cuidabas.
Puede que quieras amenazarme y decir que jamás me dejarás, que nunca me desharé al 100% de ti porque siempre vas a estar presente, pero entiéndelo de una vez, aunque tu irritante vocecita me siga torturando, aunque me provoques esas punzadas de dolor e incertidumbre para llamar mi atención, hoy decido no prestarte ni un segundo más de mi atención.
Y como último acto de este amor egoísta que tengo, me deseo el despojo total de tu presencia, porque no te necesito ni te quiero más. No te preocupes por mí por favor, puedes estar segura de que estaré mucho mejor sin ti, sobre todo ahora que he encontrado una mejor voz; más dulce, cálida, comprensiva y gentil voz que me ayudará a salir del hoyo en el que tú me metiste.
Adiós, te deseo el olvido y el vacío. Espero de todo corazón que lo entiendas y jamás me vuelvas a buscar, porque de hacerlo, me temo que deberé cerrarte las puertas en la nariz con la misma gentileza que tú me arrebataste mi seguridad.
Atentamente: Deus.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro