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•08 | La inmensidad más allá del cielo.



La cerveza desciende por su garganta con demasiada facilidad, para alguien que no está completamente habituado a este tipo de bebidas que él mismo ha catalogado como innecesarias para "Hacer ambiente" Con un grupo de amigos, pero al ser este un día especial para Jungkook, Taehyung ha decidido dejar de lado esa regla por unas cuantas horas más.

Sin importar que su vejiga esté repleta de líquidos que previamente ingirió junto con su amor inalcanzable en aquella oscuridad de media noche, termina de aterrizar su espalda contra la delgada sábana que el menor colocó en la parte trasera de la camioneta Ford perteneciente a su madre, para estar mucho más cómodo que antes.

Sus ojos se centran en los pequeños puntos difusos del cielo, a pesar que desea fundirse en el calor proveniente del azabache. Joder, es tan adictivo y abrumador como lo recordaba. ¿Cuánto ha pasado desde que ambos no ocupaban el mismo lugar para dormir? Quizás un par de años, pero la manera tan perturbadora en que lo hace erizar, no ha disminuido ni un poco con el tiempo. Apenas tocan sus brazos y piernas... ¿Por qué se siente tan sonrojado con solo eso?

—Este ha sido un buen cumpleaños, Tae—farfulla medio arrastrando las palabras, con una sonrisa brillante que no es completamente visible—. Gracias por hacer de mi cumpleaños 22 un gran día... Fue maravilloso.

—Hubiese sido mejor si EunSang estuviera presente—comenta en cambio el rubio, recordando la forma en que Jungkook estuvo melancólico por la ausencia de su novia en una fecha tan importante como esta—. Lamento que haya tenido que salir de viaje tan apresuradamente, seguramente ella está muy triste.

—Si... Quizás lo esté—concuerda, echándose más hacia su amigo para poder conseguir un poco de abrigo de este inminente frío. Sin analizar que lo que hace puede ser malinterpretado, lo jala hacia sus brazos para poder abrazar por sobre sus hombros. Taehyung se timbra con los ojos muy grandes, las ganas de orinar crecen con el nerviosismo de sentir la respiración de Jungkook sobre su cabello—. Pero no me arrepiento de estar aquí. Joder Tae, en serio aquí era nuestra base secreta de años atrás... ¿Por qué dejamos de venir? El lugar sigue siendo acogedor.

—E-Está helando—farfulla apenas, casi gimiendo por aquellos dedos que comienzan acariciar de a poco la piel descubierta de su brazo.

Se eriza violentamente, presionando sus ojos por las miles de sensaciones que su desconsiderado amigo está haciéndolo sentir con solo eso. Diablos... Es pecho del menor huele delicioso.

—Recuerdo que uno de esos días de nuestra niñez, vi una clase de arte en la que hablaron de los colores—habla nuevamente Jungkook, ignorando la incomodidad del otro. Está un poco borracho, de eso no hay ni una sola duda, pero aunque lo esté, sabe que recordará perfectamente todo lo está haciendo justo ahora bajo este cielo lleno de brillantes estrellas—. Ella estaba dando los significados de los colores para que después nosotros hiciéramos una actividad respecto a ello. No recuerdo qué fue la actividad, pero sí recuerdos algunos significados... Desde ese momento, he tratado de identificar el color de cada una de las personas que nos rodean. ¿No soy demasiado tonto? Ah, creo que la edad me vuelve peor.

—Creo que sinceramente es hermoso—comenta dándose por vencido, al dejar que su mejilla se coloque cómodamente sobre los pectorales del menor. Inhala una vez más su olor—. ¿De qué color la ves, Jungkookie?

¿A quién?

A ella. Eun Sang.

Tímidamente, permite que su brazo que estaba siendo magullado entre ambos cuerpo, se libere y coloque lentamente sobre los abdominales de Jungkook, que levemente se contraen por lo súbito de la acción, más no hace ningún esfuerzo por apartarlo.

—Hmm ¿Color?—analiza un poco el momento en que la vio por primera vez, cerrando sus ojos para poder conseguir una imagen más clara—. Quizás Rosa. Si, uno muy claro que a veces asemeja al blanco o algo así—contesta suave, apretando más al rubio ante una ventisca verdaderamente fría que los hace temblar a ambos—. Contrario a ella, a ti te veo oscuro... Un negro colosal, que abarca todo a su paso.

¿Oscuro...?

Como la inmensidad más allá del cielo, el universo. Así de grande, Tae. Así de gigante eres para mí.


«❀»


Ese día hace más de un año, Taehyung tuvo la osadía de besar por primera vez a Jungkook. No en sus labios, claramente. Pero el tacto sobre su mejilla izquierda fue suficiente para hacerlo sentir que volaba por los cielos por un par de días. Obviamente Jungkook ya estaba dormido o desmayado de tanto alcohol que siguieron consumiendo, siendo ese el mayor contacto que han tenido, más no el que Taehyung ha fantaseado mil veces en su imaginación.

Y ahora, en su actual presente sabe que será el único que tendrán. Por ello, debe conservarlo en su cabeza como el tesoro más hermoso de todos.

¿Cuándo planeas volver a la universidad? Está bien que seas un hombre aplicado y que por ello se te permita unos días fuera de allí, pero casi estás en la recta final de la carrera, Taehyung. No es bueno que faltes. ¿Sucede algo contigo?—pregunta finalmente la mujer, luego de haber visto a su hijo una semana entera en casa sin indicios de querer salir.

El rubio sigue jugando con su comida.

Solo necesitaba un tiempo para organizar mi cabeza, volveré el día lunes. No debes angustiarte por mi carrera, la terminaré—se excusa, no sabiendo exactamente por qué le está dando explicaciones.

Bueno, es obvio que todavía vive en su casa, pero esto fue un acuerdo al cual llegaron para evitar descuidar sus estudios con algún trabajo que le dificulte tener el suficiente tiempo libre para dedicarle a cada una de las materias. A veces desearía no haber aceptado, ya necesita de su espacio, su privacidad.

No me preocupo, sé que lo harás. ¡Oh! Hablando de ello, ¿Te mencioné del próximo cargo que ocuparé?

Taehyung deja de escuchar a partir de ahí.

Es verdad que decidió faltar por el resto de la semana con la meta de organizar su cabeza, pero más allá de eso, pretendía apaciguar el vacío que lo mantenía en el borde de un acantilado que solo él podía percibir y ver, cosa que agradeció que fuera así; ya que no soportaría que su madre, tan lejana a como alguna vez fue con él, detuviera su habladuría sobre el próximo cargo que estaba a solo semanas de conseguir por su arduo trabajo en dicha empresa. Claro, arduo trabajo. Como si mantener una estrecha relación con su jefe, que por cierto es casado, no fuera una de las razones de estar próxima a conseguir otro cargo.

En ocasiones como estas, que la mira atentamente con aquel maquillaje perfecto y cabello de salón en tono rojo, se pregunta en qué momento exactamente las cosas con sus padres comenzaron a ser una farsa completamente. Recuerda que en su niñez la situación entre ellos eran normal, no demasiado amorosos, pero si lo necesario para no aparentar ir mal frente él. Reían, planeaban cosas juntos, conversaban. Pero de un momento a otro, todo comenzó a ser distinto, incluso con él mismo. Ya no había noches de películas, ya no jugaban o salían.

Comenzaron a ser solo Jungkook y él.

Entonces se pregunta, ¿Qué es lo que ganan manteniendo un matrimonio legal, si la base por la cual se casaron, que fue el amor, ya no está? ¿Qué exactamente pretenden siendo así de egoístas con el otro? ¿Qué...? Oh, ¿Acaso no es esto lo que está pasando él mismo junto con Jungkook? Obviamente de una manera distinta, pero que sigue siendo completamente ingrato para los dos. Con Jungkook; porque el chico claramente jamás lo verá de la misma manera, está con EunSang, la quiere a ella. Y con él mismo; porque ama a un hombre que tiene perfectamente marcada su orientación sexual desde tiempo pasados.

Aunque... El haberlo visto así de afectado tiempo atrás, le hizo saber que se estaba debatiendo internamente de una manera sorprendente. Taehyung sabe que Jungkook lo ama, como un amigo, como ese hermano que nunca tuvo. Pero también es consciente, que si EunSang no hubiese llegado... Posiblemente hubiese aceptado sus sentimientos. Sabe que el amarlo tanto, podría hacer con el tiempo que la manera de admirar su cuerpo cambiase, podría encontrar satisfacción entre sus piernas, hermosura en su parte intima. Ha conocido diversos casos de ese modo.

Pero este no es uno de ellos, no cuando Jungkook de verdad siente que ha encontrado la persona que siempre había anhelado tener. Y está bien que sea de ese modo, por lo menos está seguro que la pelinegra se siente de la misma manera por su antiguo amigo, lo sabe con verlos juntos en los lugares más normales del mundo.

Es hermosamente doloroso reconocer que ambos quedan eclipsados por el otro.

Ahora mismo no sabe qué posición debería de tomar; el ignorarlo, el intentar buscarlo para hablar más tranquilamente, o simplemente dejar que el tiempo pase y que sea el mismo Jungkook que lo busque para saber qué desea hacer con esta amistad llena de un amor no correspondido.

No sabe.


«❀»


Al menos, no lo supo hasta que regresó a clase el día lunes y pudo descubrir que Jungkook pidió retirar todas las materias que tenían juntos para poder verlas con otros profesores.

No habría que ser demasiado inteligente para entender el motivo que lo llevó hacer algo como eso. Sinceramente, al principio creyó que solo era una broma de algunos de sus compañeros. No obstante, cuando las horas de clase pasaron y no lo vio entrar en ningún momento al salón, su corazón comenzó a sentir el desasosiego de no poder mirarlo una vez más. Así fue que terminó yendo a una de las supuestas clases en la que se encontraba, para confirmarlo por cuenta propia los rumores que circulaban de él.

Taehyung no comprendía qué debía esperar a ciencia cierta con aquella visita, ¿Verdad o mentira? No comprendía si podría sentir alivio o dolor al descubrir que Jungkook efectivamente hizo lo que hizo solo para mantenerse alejado de él; porque de alguna manera demasiada ilógica, poseía ambos sentimientos entrelazados en su interior, que solo lo martirizaban hasta el punto de dejarlo sin aliento con cada paso que da más cerca de descubrir que su verdad ha mandado lejos al único chico que podría amar en su vida.

Pero una vez puede tener en su campo de visión aquella deseada presencia que ya no posee el deslumbrar que lo caracteriza, comprende que vivirá entre ambos sentimientos por mucho tiempo.

Jungkook observa su cuaderno perdido en sus pensamientos mientras sus ojitos oscuros permanecen tan apagados, que pareciese que no tuvieran vida desde hace mil años. Solo ese segundo le basta a Taehyung para comprender que realmente lo ha dañado. Ha lastimado a su bebé. En este momento, lo está haciendo sufrir por no haber soportado un poco más la situación...

Quizás si hubiese esperado hasta la graduación, todo sería ligeramente distinto ahora; porque ambos utilizarían la excusa del tiempo para no verse demasiado...

Dios. Odia lo que ve, odia su rostro pálido, sus ojitos hinchados, la oscuridad bajo sus párpados. ¿Ha dormido aunque sea? ¿Comido? Quiere acercarse e intentar arreglar las cosas desesperadamente, quiere que no se vea tan trágicamente mal... ¿Pero para qué? Es bastante claro que Jungkook solo desea crear distancia entre ambos. Puede que no soporte ver su cara de... Homosexual, ¿Lo odia por ser Homosexual? Quizás esa es la pregunta que Taehyung jamás quisiera que respondiera con la sinceridad abrumadora que lo caracteriza.

Vacío.

Su vida comienza a perder el poco sentido desde ese momento que pudo notar lo lejano que el hilo con su globo se volvía. Su mano estirándose hacia el cielo, el deseo de obtenerlo otra vez, y la realidad de haberlo perdido para siempre entre lo inalcanzable del nuevo mundo.

No puede evitar arrepentirse de darle sonido a su voz, de darle alas a sus ilusiones, de haber preferido dejar de sentir el nudo en la garganta, antes de seguir a su lado compartiendo como un simple amigo, ¿Fue malo lo que hizo? No lo fue. Pero lo que para él sería un desahogo, se ha convertido en una verdadera pesadilla, una pesadilla que se repetirá incansablemente, un bucle sin fin.

¿Fue egoísta?

Si, fue muy egoísta. Con Jungkook, pero también fue un maldito verdugo con sus propios sentimientos, ¿Por qué debe cargarlo como un error? El amor que se siente tan inmenso por una persona sin importar el sexo o género con el cual se identifique, no es un error. En cualquier de los casos, el mayor error que pudo haber cometido fue guardar silencio. Su maldito silencio fue el gran error en su vida. No el amor. ¿Cómo algo que te puede hacer volar sin siquiera despegarte del suelo, puede ser considerado un error?

Y es que si Jungkook pudiera verse a través de los ojos de Taehyung, entendería el verdadero significado de la palabra AMOR.

Por eso, solo da vuelta sobre sus talones y decide que está bien lo que Jungkook ha decidido, si de ese modo, ambos corazones podrían encontrar nuevamente la paz que han perdido en el camino incierto de la vida.

Sus pies lo guían hacia ese lugar que visitó con Jungkook hace apenas una semana atrás; la banca se ve igual que la vez anterior, pero está seguro que en una semana completa, algo tuvo que cambiar en ella. Seguro su madera corroída empeoró, o la pintura de la estructura que en algún momento fue verde, se desgastó más. No lo sabe, pero espera que al menos su alrededor también esté muriendo como siente que le está pasando a él.

—Realmente te amo... Te amo, te amo tanto, Kookie. Te a-amo—susurra entre lágrimas al viento frío de primavera desde esa banca que seguramente se convertirá en su lugar favorito solo por haber sido la última estancia que Jungkook le ha mostrado—. Te amo... Te amo.


Te amo.



Te amo.




Te amo.




Te amo.





Te amo.





Te amo.



Taehyung olvidó cuántas veces repitió las mismas palabras con el pasar del tiempo. A partir del momento que confesó su amor, su vida transcurrió delante de sus ojos sin siquiera notarlo; los días se volvieron semanas, y las semanas en meses. Sus ojos avellanados se secaron inevitablemente, pero a pesar de que las lágrimas ya no caían por sus mejillas volviendo obvio su vacío, el mismo dolor lo carcomía como si la distancia de los hechos y su presente, no estuvieran separado por el tiempo.

No volvió a cruzar palabra con Jeon Jungkook luego de ese 26 de marzo en que se enteró de la verdad de su amor. Incluso, el azabache lo ignoraba de una forma inmensa cada vez que los pasillos de la universidad hacían lo suyo y unía sus caminos repentinamente; haciendo comprender a Taehyung que su pequeño no quería siquiera posar sus ojos sobre él.

Es verdad que las primeras veces dolió como si le estuvieran limpiando una quemada de segundo grado en todo el cuerpo, las siguientes dolieron un poco menos, hasta que se resignó y no esperó nada más de él... Hasta que simplemente lo dejó ir a pesar de que sus pocos sentimientos se terminaran de romper. Era la mejor para ambos.

No obstante, aunque se repetía una y otra vez "La vida sigue" "Tengo que ser fuerte" "No moriré de amor" De vez en cuando Taehyung desviaba su mirada a la dirección del chico para constatar que su sonrisa siguiera brillando como todos los días, y de esa manera reafirmar que no importaba que tan lejos estuviera de él, si con ellos seguía siendo feliz.

EunSang lo saludaba cada vez que lo veía con normalidad, incluso intentó en más de una oportunidad arreglar las cosas entre ellos; desistiendo al distinguir que ninguno de los dos tenía verdadera intención de arreglar la bonita amistad que por años ella pudo apreciar desde su posición.

Taehyung no la odia, ¿Cómo podría? Sería algo inmaduro de su parte, ya que ella no tenía culpa alguna de sus sentimientos. Incluso sabiendo eso, siempre había ese pequeño mal sentimiento de envidia en su interior al ver que ella sí podía hacer lo que él deseó por años: estar junto a Jungkook como el amor de su vida.

EunSang no conocía el verdadero motivo de la repentina separación entre ellos, y esperó que jamás lo supiera, no era necesario, solo debía hacer sonreír a su bebé... Solo debía hacerlo feliz por él.


«❀»



Los copos de nieve llaman su atención al caer sobre su nariz y así sacarlo de sus profundos pensamientos. Este día es 30 de diciembre, su cumpleaños número 24 llegó sin siquiera verlo venir realmente. Aunque debería ser un día por el cual celebrar, esta escena frente a sus ojos no deja de ser la más triste que ha podido observar; los árboles cubiertos de nieves le otorgan una sensación de vacío inigualable que sabe será incapaz de superar.

A pesar de ser casi fin de año, aún permanece en las instalaciones de la universidad, no por algún motivo académico, ya que en realidad sus estudios concluyeron de forma definitiva el 5 de este presente mes. Aun así, diariamente está presente en esta banca que es lo más cercano a su confidente inanimado luego de casi un año de haber soportado las millones de lágrimas que derramó, aparte de los millones de te amo que susurró sin darse cuenta.

Sí, definitivamente este es el sitio que guardo todo aquel dolor.

—Te amo—susurra mientras el vaho abandona su boca debido al inminente frío al cual se somete—. Kookie... Te amo ¿Lo sabes?—sus lágrimas caen de forma tortuosa, al tiempo que se secan casi inmediatamente sobre su piel—. Quizás no debí despertar... Si no hubiese dicho nada de eso, tú estuvieras aquí, ¿Verdad? En mi cumpleaños... Como siempre. Q-Quizás no hubiese perdido todo este tiempo junto a ti.

Su voz se quiebra al observar una vez más la causa de que haya salido de su casa como un loco en busca de soledad, en busca de poder explotar sin tener que limitarse, al su madre estar presente. Es sorprendente que un pequeño sobre blanco con bordado dorado que había ignorado en el correo desde hace una semana, sea el causante de sus precipitados deseos de mandar su existencia a la basura.

"Lee EunSang y Jeon Jungkook tienes el honor de invitarte a su boda"—un sollozo doloroso sale estrepitosamente, haciendo doblar sus extremidades entumecidas—. ¿Te casarás? Es... Por Dios... Esto es...

Tan doloroso.




-AlHanyG

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